La Monarquía de los Reyes Católicos: Unificación, Expansión y el Origen del Estado Moderno

El Reinado de los Reyes Católicos (1469-1516)

El reinado de los Reyes Católicos se caracterizó por la creación de una monarquía autoritaria, la unificación territorial de España, el descubrimiento de América y la expansión ultramarina, así como la uniformización religiosa. Este proceso se inicia en 1469 con el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón (V de Castilla).

En 1479, Isabel fue coronada reina de Castilla, después de finalizar la guerra civil contra su sobrina Juana. Los años del reinado de los Reyes Católicos se consideran como el origen del Estado Moderno en España y conformaron un modelo político que recogerán y ampliarán los Austrias, y que se mantendrá hasta la extinción de aquella dinastía, a finales del siglo XVII.

La Guerra de Sucesión Castellana (1474-1479)

La sucesión en Castilla no fue tan sencilla. En opinión de Enrique IV, el matrimonio secreto de Isabel rompía el Tratado de los Toros de Guisando (1468), donde Enrique reconocía a Isabel como heredera. De esta manera, Enrique IV nombró como sucesora a Juana, conocida como «la Beltraneja».

A la muerte de Enrique IV estalló la Guerra de Sucesión en Castilla (1474-1479). Tras la Batalla de Toro (1476), el bando de Isabel obtuvo la victoria. Por el Tratado de Alcaçovas (1479), Portugal reconoció a Isabel como reina de Castilla. Las consecuencias de esta guerra fueron la implantación de la monarquía autoritaria en Castilla, lo que significó que la nobleza perdió poder político y económico.

La Unión Dinástica de Castilla y Aragón

Fernando II se casó con Isabel I de Castilla en 1469. De este modo, las dos grandes coronas hispanas quedaron unidas por el matrimonio de sus titulares.

Sin embargo, aunque los Reyes Católicos decidieron gobernar conjuntamente en todos sus territorios, de acuerdo con lo establecido en la Concordia de Segovia, la unión de Castilla y Aragón fue meramente dinástica, ya que cada reino conservó sus propias leyes e instituciones. De hecho, los Reyes Católicos no se plantearon la posibilidad de crear una monarquía unitaria y centralizada; más bien se trataba de una concepción patrimonialista típicamente medieval en la que cada monarca era el propietario de su reino, teniendo Castilla más poder que Aragón.

Unificación Territorial de la Península Ibérica

Los Reyes Católicos coincidían en la necesidad de incorporar todos los reinos peninsulares a la nueva Monarquía Hispánica para consolidar un Estado fuerte. Los principales hitos de esta unificación fueron:

  • Conquista del Reino Nazarí de Granada (2 de enero de 1492): Fue una continuación del espíritu de la Reconquista y se justificó como una cruzada contra los musulmanes. Supuso el fin de la larga conquista de Al-Ándalus. Los reyes pusieron al servicio de esta contienda la potencia militar de ambos reinos y también utilizaron un nuevo recurso: la diplomacia.
  • Recuperación del Rosellón y la Cerdaña (1493): La habilidad diplomática del rey Fernando consiguió la recuperación para la Corona de Aragón de estos territorios, que su padre, Juan II, había cedido al rey de Francia.
  • Ocupación de las Islas Canarias (1496): En el siglo XV se produjo un choque de intereses entre Castilla y Portugal por la soberanía de las islas. El apoyo de los comerciantes andaluces permitió la ocupación definitiva de las Canarias, al conquistar Tenerife en 1496.
  • Anexión del Reino de Navarra (1512): Fernando aprovechó la declaración de guerra al rey de Francia para ocupar militarmente Navarra. La excusa fue que Navarra impidió el paso al rey Fernando para atacar Francia y que los reyes de Francia y sus aliados habían sido excomulgados por el Papa. En 1512 se anexiona Navarra, pero mantuvo sus propias instituciones y leyes.

Uniformización Religiosa

Los Reyes Católicos persiguieron de forma sistemática a quienes pertenecían a otras creencias. El instrumento central de la ortodoxia fue el Tribunal de la Santa Inquisición (establecido en 1478). Su misión especial era perseguir a los judíos y musulmanes que se habían convertido al catolicismo (conversos).

Los conversos eran acusados de marrar, es decir, seguir practicando su religión a escondidas, por lo que se les consideraba herejes.

Medidas de Uniformización:

  • Expulsión de los Judíos (Marzo de 1492): Se decretó la expulsión para aquellos que no aceptaron convertirse al catolicismo.
  • Conversión Forzosa de Mudéjares: Los Reyes Católicos plantearon la conquista de Granada como una guerra contra los infieles. Aunque inicialmente se garantizó a los musulmanes el mantenimiento de su religión y costumbres, se intentó convencerlos para que se convirtieran al cristianismo. Al no dar resultado esta medida, a partir de 1502 se forzó a todos los mudéjares de Castilla a elegir entre bautizarse (pasando a ser moriscos) o exiliarse. A partir de 1518 se les prohibió el uso de su lengua y de sus hábitos culturales.

Política Exterior y Expansión

La política exterior de los reyes tuvo tres objetivos prioritarios:

  1. Aislamiento de Francia: Mediante una política muy hábil de enlaces matrimoniales con el Imperio Alemán y Portugal para consolidar su poder en Europa.
  2. Expansión Atlántica y Norteafricana: Castilla abrió dos nuevas líneas de expansión: una hacia el norte de África y otra hacia el Atlántico (conquista de Canarias y Descubrimiento de América en 1492).
  3. Rivalidad con Portugal: La rivalidad por las zonas de expansión se solucionó en 1494 con el Tratado de Tordesillas.

El Final del Reinado

Al morir Isabel I (1504), su hija Juana fue proclamada reina de Castilla, mientras que en Aragón continuó gobernando Fernando el Católico. Cuando murió Felipe I el Hermoso, esposo de la reina, y dada la incapacidad de esta para gobernar, su padre asumió la regencia de Castilla hasta su muerte en 1516.

Conclusión: El Legado de los Reyes Católicos

El reinado de Isabel y Fernando marca el fin de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna, con la creación del Estado moderno basado en la unión dinástica y el federalismo (modelo de organización para el Imperio Hispánico de los Austrias). Francia siguió siendo su principal enemigo, y el Descubrimiento de América supuso una época de cambios económicos y culturales.

Por otro lado, no se consiguió una modernización socioeconómica profunda, ya que Castilla siguió teniendo un sistema económico basado en la exportación de materias primas y en la superioridad de la ganadería. Por último, existía una carencia de la burguesía, agravada por la expulsión de los judíos en 1492.

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