La política colonial y la guerra de Marruecos

REPERCUSIONES DE LA PRIMERA GUERRA MUNIDAL Y LA REVOLUCIÓN RUSA EN ESPAÑA

Tras el estallido de la I Guerra Mundial (1914-18), el gobierno conservador de Dato declaró la neutralidad debido al atraso económico y militar del país. Sin embargo, los gobiernos de los liberales Romanones y García Prieto (1915-17) fueron benevolentes con los aliados (Francia, R.U, Rusia). La opinión pública y los partidos políticos españoles entonces se dividieron en aliadófilos y Germánófilos. Los primeros, como el partido liberal o los republicanos eran partidarios de la Triple entente por encarnar los valores democráticos: Los segundos, Germánófilos, como el partido conservador, eran partidarios de las potencias centrales las cuales encarnaban los valores de la tradición y autoridad. Económicamente la I Guerra Mundial tuvo efectos positivos y negativos. La demanda de los países en guerra hizo crecer las exportaciones, especialmente de minerales como plomo, hierro o carbón, así como de productos agrícolas. Se fortalecíó la peseta y la economía crecíó. Sin embargo, los efectos del crecimiento solo se trasladaron a los beneficios empresariales. Por el contrario, la inflación y el estancamiento de salarios provocó el empobrecimiento de las clases populares lo que alimentó las protestas y reivindicaciones laborales, especialmente a partir de 1917.

El triunfo de la Revolución Rusa en 1917 contribuyó a la radicalización del movimiento obrero. En el PSOE generó un debate entre sus dirigentes (Pablo Iglesias, Julián Besteiro o Largo Caballero, este último también presidente de la UGT, organización que llegó a tener en 1919 210000 afiliados) acerca de su integración en la Internacional Comunista (1919) promovida por Lenin y el partido bolchevique. Su negativa final a entrar motivó la escisión de un sector del PSOE y la creación del Partido Comunista de España (PCE) en 1921 con José Díaz y Dolores Ibárrurri como líderes. La anarquista
Confederación Nacional del Trabajo (CNT), creada en 1910 a partir del sindicato Solidaridad Obrera, tras unos años de persecución, a partir de 1917 crecíó espectacularmente llegando a contar con más de 700000 afiliados en 1918. Sus líderes, Salvador Seguí, Ángel Pestaña o Joan Peiró se reafirmaron el Congreso de Sants (Barcelona), en su apoliticismo y su lucha a partir de la acción directa.

La crisis de posguerra, tras el fin de la I Guerra Mundial, junto con situación de radicalidad política, amplificada por la Revolución Rusa, generaron un ambiente de conflictividad social que contribuyó al fin del sistema de la Restauración entre 1918 y 1923. Entre los hechos más importantes entre estos años destacan: 

-La triple crisis de 1917 con el pulso al régimen de los militares (con la creación de las juntas de defensa), de los políticos de la oposición (con la asamblea de parlamentarios) y de las organizaciones sindicales (con la huelga general revolucionaria)

-El movimiento huelguístico, especialmente en Barcelona, que se extendíó especialmente a partir de 1919 y que tuvo su culmen con la huelga la Canadiense cuyos obreros lograron, tras una intensa lucha, la aprobación de la jornada laboral de 8 horas.

-En Barcelona y otras ciudades tuvo lugar el fenómeno del pistolerismo. Los conflictos obreros degeneraron en un activismo violento y algunos grupos anarquistas atentaron contra las autoridades, los patronos y las fuerzas del orden. A su vez, los empresarios contrataron a pistoleros a sueldo, los cuales crearon el Sindicato Libre, para atentar contra los dirigentes obreros, especialmente cenetistas (muerte de Salvador Seguí). El gobierno central encubríó a los pistoleros de la patronal, reprimíó a los sindicatos y puso en marcha la Ley de Fugas que permitía disparar contra los detenidos que intentasen huir.

-El trienio bolchevique (1918-1921) en Andalucía, Castilla La Macha y Extremadura. Los jornaleros, impulsados por los anarquistas, exigían el reparto de tierras, siguiendo el ejemplo de la Revolución Rusa, y ocuparon fincas y ayuntamientos. El gobierno reacciónó declarando el estado de guerra.

-La fragmentación política y la inestabilidad gubernamental debido a la falta de mayorías parlamentarias claras. Entre 1917 y 23 se sucedieron 12 gobiernos. El intento de crear gobiernos de concentración que diesen estabilidad al sistema, formados por los partidos dinásticos más otros como la Lliga, como el presidido por Maura en 1918, el Gobierno Nacional, fracasaron por las diferencias internas.

LAS CAUSAS, PRINCIPALES HECHOS Y CONSECUENCIAS DE LA INTERVENCIÓN DE ESPAÑA EN Marruecos ENTRE 1904 Y 1927

Tras el desastre del 98 y después de un breve periodo de retraimiento colonial, España se dispuso a retomar y ampliar la presencia española en Marruecos ( presencia que se ceñía a la defensa de Ceuta y Melilla y que le había llevado, tras la paz de Wad-Ras, a la ocupación de Ifni y la ampliación de Ceuta). La conferencia de Algeciras (1906) y el posterior Tratado Hispano-Francés (1912) supusieron el establecimiento de un protectorado Franco-español en Marruecos.  A España se le concedíó una franja en el Norte, el Rif, y un enclave en la costa atlántica (Ifni y Río de Oro). Detrás de la presencia española había intereses económicos (mineros, inversión en obras públicas como ferrocarriles) y políticos (recuperar el prestigio especialmente militar) La presencia española en esta área fue contestada por las tribus bereberes (cabilas). Los continuos ataques de los rifeños obligaron a mantener una fuerte presencia militar española, que se intensificó a partir de 1909, cuando en unas operaciones militares destinadas a asegurar la plaza de Melilla, los rifeños infligieron una importante derrota a las tropas españolas en el Barranco del Lobo, donde ocasionaron numerosas bajas. Se decidíó entonces incrementar el número de soldados españoles en el Rif para evitar la caída de Melilla por lo que el gobierno ordenó el envío de reservistas, mucho de ellos casados. Esto provocó una protesta popular en Barcelona, conocido como la Semana Trágica, apoyado por anarquistas, socialistas y republicanos. Además, el sistema de reclutamiento por quintas hacía que solo los varones de las familias humildes fueran reclutados para la guerra al no pagar la redención en metálico. Tras los primeros incidentes el 18 de Julio, el sindicato anarquista Solidaridad Obrera llamó a la huelga general revolucionaria para el 26, apoyada por la UGT y los republicanos. La revuelta, con un fuerte antimilitarista y anticlerical, se prolongó durante una semana en un ambiente de lucha callejera (barricadas, quema de iglesias, etc.) Las autoridades, con Maura a la cabeza, declararon el estado de guerra y la situación se restablecíó tras una fuerte represión que incluyó la ejecución del pedagogo anarquista, Ferrer i Guardia. Las protestas dentro y fuera de España por la represión llevada a cabo provocaron la dimisión del “gobierno largo”, el desprestigio del lerrouxismo y la lliga (acusados de haber apoyado la represión gubernamental), la uníón de republicanos y socialistas y la radicalización del movimiento obrero con la creación de la CNT en 1910. El dominio e interés por el protectorado de Marruecos era sostenido por los militares africanistas, las empresas ferroviarias y mineras y el propio Alfonso XIII. Sin embargo, la opinión pública española era contraria. Tras el de 1909, un segundo momento crítico llegó en 1921, cuando las tropas españolas iniciaron un avance desde Melilla para consolidar la ocupación. La acción, mal dirigida por el general Silvestre, finalizó, tras el ataque de los rifeños dirigidos por Abd el-Krim, en la derrota, tras una desordenada retirada, de Annual y el Monte Arruit. El Desastre de Annual ocasiónó más de 13000 muertos en el ejército español, entre ellos del general Silvestre, y fuertes protestas de la opinión pública. Socialistas y republicanos exigieron el abandono de Marruecos y la depuración de responsabilidades militares y políticas sobre los hechos, entre ellas, la del propio rey. Se creó una comisión militar de investigación, presidida por el general Picasso, que puso en evidencia las graves irregularidades, corrupción e ineficacia del ejército español en Marruecos. En Septiembre de 1923, antes de que el Congreso emitiera su dictamen sobre el informe (Expediente Picasso), Primo de
Rivera dio un Golpe de Estado que impidió conocer las conclusiones de la investigación sobre el desastre. La Dictadura militar de Primo de Rivera intentó resolver la cuestión de Marruecos y, en 1925, intervino militarmente en el Rif. Los ataques de Abd el-Krim propiciaron la colaboración militar entre Francia y España que se concretó en el desembarco español en la bahía de Alhucemas (8 sept. De 1925), la derrota definitiva del líder rifeño y el fin de la guerra de Marruecos hasta el fin del protectorado español en 1956.

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