La practica del despotismo ilustrado Carlos III

EL DESPOTISMO ILUSTRADO: Carlos III


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El Despotismo Ilustrado fue la política reformista seguida por las monarquías absolutas de Europa occidental en el Antiguo Régimen y, sobre todo, en la segunda mitad del Siglo XVIII. El lema de todo para el pueblo pero sin el pueblo describe esa aspiración de progreso y la racionalidad técnica y económica, impulsando las reformas y el desarrollo cultural. De ahí el adjetivo de ilustrado, ya que la Corona asume los nuevos valores de la Ilustración. Pero pese a estas reformas, el rey seguía concentrando todos los poderes. En España, el monarca fue Carlos III.

En 1759, Carlos III, hijo de Felipe V y rey de Nápoles, abandonó ese reino para asumir la Corona de España, a la muerte de su hermano Fernando VI. España conocíó treinta años de reformas dentro del espíritu de la Ilustración.

A.

Principales medidas en Política Económica

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– La Política Agraria.

Carlos III confió en ilustrados como Olavide, Floridablanca o Jovellanos, que consideraban un gran problema de España las enormes propiedades acumuladas por la nobleza y la Iglesia, a las que cada vez más responsabilizan del atraso del campo.

Las leyes feudo-señoriales en vigor provocaban que la mayor parte de las tierras (en torno al 80%) estuvieran fuera del mercado, sometidas a un tipo de propiedad vinculada y amortizada que las condenaba a ser explotadas con bajos rendimientos. Las nobiliarias, sujetas al mayorazgo; impedidos de ser parcelados, privatizados y explotados eficientemente. Además, los ganaderos de la Mesta dispónían de enormes privilegios frente a los labradores.

El gobierno de Carlos III repartíó tierras comunales entre los campesinos extremeños en un innovador programa que tenía un claro objetivo político: crear una clase campesina adicta, alejada de la conflictividad social. Esta medida se expandíó a Andalucía, cuyo gran protagonista fue Pablo de Olavide, quien propuso la colonización de Sierra Morena con seis mil colonos alemanes, holandeses y españoles, que fueron instalados en una treintena de pueblos y aldeas en torno a 3 nuevos centros: La Carolina, La Carlota y La Luisiana. En 1775,los nobles y la Iglesia abortaron el experimento, haciendo caer a Olavide en manos de la Inquisición, mientras su reforma agraria quedaba arrinconada.

Las Infraestructuras.

En tiempos de Carlos III. El objetivo era posibilitar la formación de un mercado nacional. El ministro Esquilache emprendíó un plan de carreteras destinado a enlazar Madrid con Andalucía, Cataluña, Valencia y Galicia, propósito frustrado por la inestabilidad política y el alto coste de las obras en un país de orografía complicada.

Se fomentó también las comunicaciones marítimas y se alcanzó un desarrollo naviero importante, favorecido por los astilleros de nueva creación.

– La Industria.

Para impulsar el desarrollo del país, la Corona derogó en 1772 el monopolio de los gremios, que impedían la libertad del trabajo y paralizaban la industria, continuando con la labor de patrocinio de las Reales Fábricas, fundadas en tiempos de Felipe V y que pretendían proporcionar productos de calidad para las clientelas ricas de la Península y América, pero también contribuir al fomento de la industria en España.

– La Libertad Comercial.

Una medida importante fue el fin del monopolio de Cádiz en los intercambios con América. En 1778 se promulgó el Decreto de Libre Comercio con América. Cataluña fue la gran beneficiada de los cambios habidos en el sector mercantil, pues consiguió conquistar el mercado de Castilla y que sus indianas entrasen en América directamente desde el puerto de Barcelona.

B.

El Regalismo

En política, destacó el papel del marqués de Esquilach. Un decreto de 1766, encaminado a mejorar la imagen de Madrid y proyectada por Carlos III, degeneró en tumultos, que hicieron abandonar el país al ministro. Aparecieron como instigadores del motín de Esquilache los jesuitas que suscitaban recelos entre los gobiernos ilustrados, que consideraban su dependencia de Roma una infidelidad al Estado. Carlos III los expulsó en 1767 de todos los territorios de la monarquía.

Uno de los principios de gobierno era, el regalismo, teoría que preconizaba el control y sometiendo de la Iglesia al Estado en la dirección de la vida política. Un ejemplo es el llamamiento al orden que Carlos III hizo al Tribunal de la Inquisición en 1761.


C.

La Política Educativa

Todos estos esfuerzos de renovación cultural encontraron como vías de difusión y desarrollo nuevas instituciones. Por un lado, las Reales Academias ofrecían el apoyo de la monarquía al


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