La Regencia de María Cristina y el Conflicto Carlista en España (1833-1840)

La Época de Regencia y el Problema Carlista

A la vez que moría **Fernando VII** y se iniciaba la **guerra civil** por su sucesión, comenzaba también la construcción de la nueva **España liberal**. La primera propuesta de los consejeros de **María Cristina de Borbón** fue realizar unas reformas, que parecían necesarias, a fin de alcanzar un «justo medio» que pudiera atraer a los ya autodenominados **carlistas** y a los nuevos **liberales**.

1. Moderados y Progresistas

Las dos tendencias que en esos momentos dividían el mundo liberal, la **moderada** y la **progresista**, desencadenaron el juego político que iba a durar hasta 1868. Ese mundo estaba conformado por una burguesía alta y media con convicciones liberales y con un cierto grado de educación, pero muy escasa en número si se comparaba con la totalidad de la población. Entre los **moderados** y los **progresistas** no había demasiadas diferencias. Para dar estabilidad al Estado, ambos admitían la **Constitución** y el **sufragio censitario**, y la necesidad de un régimen con opinión pública y con libertades individuales.

El modelo **moderado** pretendía asimilar los principios del **Antiguo Régimen** y las nuevas ideas liberales nacidas de la **Revolución Francesa** que fuera a la vez tradicional y moderna. El grupo **moderado** estaba integrado por liberales «doceañistas» y por grupos de liberales que se habían ido separando de los exaltados y **progresistas** desde el **Trienio Liberal**. Su preocupación fundamental era construir un **Estado unitario** y seguro servido por una **administración centralizadora**. El poder debía estar controlado por las **clases propietarias e ilustradas**. Para ello, el procedimiento elegido fue el **sufragio censitario**.

El modelo **progresista** gozó de mayores simpatías que el **moderado** entre las **clases medias**. Hasta mediados de los años cincuenta contó con las simpatías de las «**clases populares**», de forma que dieron al progresismo un definido **carácter populista**, especialmente perceptible en los núcleos urbanos. Así, los **progresistas** sostuvieron que la **Constitución de 1812** de que la **soberanía** residía en la **nación** (el pueblo) y tenía su representación exclusiva en las **Cortes**, la portadora del **poder legislativo**, y el **rey** debía jurar fidelidad a la **Constitución**. Su programa de reforma defendían, como los **moderados**, el **sufragio censitario** en las elecciones, aunque ampliaban la participación ciudadana al rebajar la cantidad de contribución anual exigible. En lo económico defendían el **librecambismo**, es decir, la eliminación de **barreras aduaneras** para los productos extranjeros que frenaban los intercambios con otros países. Suprimir lo que llamaban «la **contribución de sangre**», es decir, el **servicio militar obligatorio** por el **sistema de quintas**.

2. El Estatuto Real

Tras la muerte de **Fernando VII**, **María Cristina** fue nombrada **regente** y llamó a gobernar a **Cea Bermúdez**, partidario del **absolutismo**. El ministro de Fomento, **Javier de Burgos**, llevó a cabo una gran labor reformista; de destacar es la creación de una nueva **división provincial** que es la misma que tenemos hoy en día. El estallido de la **guerra carlista** aglutina a gran parte de los absolutistas del lado de **Carlos María Isidro**; esto hace inevitable una aproximación a las tesis liberales para consolidar a **Isabel II** en el trono. Así, en enero de 1834, el nuevo ministro **Martínez de la Rosa**, una vez que se dio cuenta de que era imposible acuerdo alguno con los **carlistas**, intentó lograr un equilibrio entre las tendencias moderada y radical. El primer resultado fue la elaboración del **Estatuto Real**.

El **Estatuto** fijó por escrito el deseo de una transición entre el Antiguo y el Nuevo Régimen que no resultara demasiado traumática. Por un lado, era una «**Carta otorgada**» de parecida naturaleza a la Carta constitucional que en 1814 había ofrecido **Luis XVIII** a los franceses. Por otro lado, era una «**constitución**» incompleta: no regulaba los poderes del rey ni del Gobierno, ni recogía declaración alguna sobre los **derechos de los individuos**. Con las normas electorales vigentes solo podían votar unos 16.000 varones sobre una población de 12 millones de habitantes. En los dos años siguientes a su promulgación pudo comprobarse que no satisfacía a los **liberales radicales**, quienes proponían una auténtica Constitución nueva o la vuelta a la de 12.

3. La Revolución Progresista (1835-1837)

La **guerra contra los carlistas** supuso una **radicalización del liberalismo** en armas. El clima de crispación provocado por la incertidumbre de la **guerra civil** y por la situación desastrosa de la **Hacienda**. El **conde de Toreno** sustituyó a **Martínez de la Rosa** y durante su breve mandato de cuatro meses llevó a cabo la **desamortización de los bienes del clero** y la **disolución de la Compañía de Jesús**. El clima anticlerical supuso la ruptura de relaciones con la **Santa Sede**. El **motín de los sargentos de La Granja**, en agosto de 1836, obligó a la **regente** a restablecer la **Constitución de 1812** y a nombrar como jefe de gobierno a **José María Calatrava**. Pero esta no fue más que una solución temporal y un procedimiento para poder convocar unas **Cortes** para realizar una **nueva Constitución**.

4. La Desamortización de Mendizábal

La **desamortización**, primero de los **bienes eclesiásticos** y luego de los **bienes de los pueblos**, fue la medida práctica de mayor trascendencia tomada por los gobiernos liberales. El hecho de desamortizar tales bienes suponía dos momentos bien diferenciados: primero, la **incautación por parte del Estado** de esos bienes y segundo, la **puesta en venta**, mediante **pública subasta**, de los mismos. Este dilatado proceso de ventas no fue continuo, sino resultado de varias desamortizaciones:

  • La de **Godoy**, ministro de Carlos IV (1798)
  • La de las **Cortes de Cádiz** (1811-1813)
  • La del **Trienio Liberal** (1820-1823)
  • La de **Mendizábal** (1836-1851)
  • La de **Pascual Madoz** (1855-1924)

En todo este proceso se expropió el 39 por ciento de la superficie del Estado. La puesta en práctica de su decreto trajo la ruptura de las relaciones diplomáticas con Roma y removió y dividió la opinión pública de tal forma que ha quedado en la historia contemporánea como «la **desamortización**». Lo que le preocupaba era garantizar la continuidad en el trono de **Isabel II**; esto era, la del nuevo Estado liberal. Para ello era condición necesaria ganar la **guerra carlista**, que en ese momento resultaba incierta; pero este objetivo no podría realizarse sin dinero o sin crédito. A su vez, para poder fortalecer la credibilidad del Estado ante futuras peticiones de crédito a instituciones extranjeras, era preciso eliminar, o por lo menos disminuir, la **deuda pública** hasta entonces contraída.

El **decreto desamortizador**, publicado en 1836, en medio de la **guerra civil** con los **carlistas**, puso en venta todos los bienes del **clero regular**. De esta forma quedaron en manos del Estado y se subastaron no solamente tierras, sino casas, monasterios y conventos. Al año siguiente, otra ley amplió la acción, al sacar a la venta los bienes del **clero secular**, aunque la ejecución de esta última se llevó a cabo unos años más tarde, en 1841, durante la **regencia de Espartero**. Se pretendían lograr varios objetivos a la vez:

  • **Ganar la guerra carlista**
  • **Eliminar la deuda pública**
  • **Atraerse a las filas liberales** a los principales beneficiarios de la desamortización
  • **Poder solicitar nuevos préstamos**
  • **Cambiar la estructura de la propiedad eclesiástica** que pasaría a ser libre e individual

Pero había más: la Iglesia sería reformada y transformada. El proceso de desamortizaciones no sirvió para que las tierras se repartieran entre los menos favorecidos, porque no se intentó hacer ninguna reforma agraria, sino conseguir dinero para los planes del Estado. Otras consecuencias fueron:

  • En lo social, la aparición de un **proletariado agrícola**, **jornaleros** sometidos a duras condiciones de vida y trabajo, y la conformación de una **burguesía terrateniente** que con la adquisición de tierras y propiedades pretendía imitar a la vieja aristocracia.
  • En cuanto a la estructura de la propiedad, apenas varió la situación desequilibrada, de predominio del **latifundismo** en el centro y el sur, y el **minifundio** en áreas del norte y noroeste.
  • El impacto de la desamortización en la pérdida y el expolio de una gran parte del **patrimonio artístico y cultural**.

5. La Constitución de 1837

De acuerdo con lo establecido en la **Constitución de 1812**, se celebran las elecciones para diputados a las **Cortes** para proporcionar una Constitución al país. El clima fue de general indiferencia entre los pocos que habían sido llamados a votar de acuerdo con el **sufragio censitario**. Las razones de esta indiferencia fueron: la preocupación por la **guerra civil** y la misma desorientación política. Las **Cortes** fueron elaborando la nueva **Constitución**, que al fin juró **María Cristina** el 18 de junio de 1837.

En mayo, la llamada **Expedición Real** del ejército **carlista**, con **Carlos María Isidro** al frente, se había puesto en marcha desde Navarra para alcanzar **Madrid**. Resultó ser mucho más un elemento de unión de los grupos liberales ante el peligro común que la plasmación exclusiva del ideario progresista. Así, mientras en el preámbulo del texto se sobreentiende que la **soberanía nacional** reside únicamente en la nación; sin embargo, no hay ningún artículo que lo proclame explícitamente. Las dos diferencias más importantes con respecto a la **Constitución de 1812** fueron el reforzamiento del **poder de la Corona** y el **Parlamento bicameral**.

La **ley electoral** que acompañó a la **Constitución** era sumamente restrictiva y en las **elecciones de 1837** solamente fueron llamados a votar el 2 % de la población; es decir, los principales propietarios. Aspectos más progresistas de esta **Constitución** fueron la **libertad de prensa** y el poder otorgado a los **ayuntamientos**. Si a esto se le añade que también el texto señalaba que la **Milicia Nacional** dependería directamente de los **ayuntamientos**, estos se convertían en verdaderos centros de poder local al margen de **Madrid**.

6. El Trienio Moderado (1837-1840)

Las **elecciones de 1837** supusieron un triunfo de los **moderados** que pusieron fin al espíritu de entendimiento que se dio en la elaboración de la **Constitución de 1837**. **Evaristo Pérez de Castro** era el presidente de un gobierno con graves problemas económicos por la **guerra carlista**. Dos militares tenían mucha influencia: en el bando moderado **Narváez**, y en el progresista **Espartero**. **Espartero** ganó predicamento tras vencer en la **guerra carlista** y firmar en agosto de 1839 el **Convenio de Vergara**. La reina pidió a **Espartero** que lo reprimiera, y este no solo se negó, sino que pidió un gobierno progresista y la disolución de las **Cortes**. La reina le nombró presidente; renunció a la **regencia** y se marchó a Francia.

7. El Problema Carlista y la Primera Guerra (1833-1839)

a) Análisis de los bandos

**Fernando VII** murió el 29 de septiembre de 1833. Dos días después, su hermano **Carlos María Isidro**, reclamaba el trono desde Portugal. Muchas ciudades españolas le siguieron. Otras siguieron fieles a la reina **regente** y a la causa de su hija **Isabel**. La guerra que se desató fue algo más que una **guerra dinástica** por la sucesión al trono.

En el **bando carlista** se encuadraron los **absolutistas** más intransigentes. Ideológicamente eran partidarios del **absolutismo**, de la importancia de la **religión** y la **Iglesia**, y de la defensa de los **fueros**. Esta defensa foral arrastrará a las **provincias vascas** y a **Navarra** a la causa **carlista**. Desde el punto de vista social, en el **carlismo** militaban **altos funcionarios ultraconservadores**; parte de la **nobleza**; parte del **ejército**; la mayoría del **bajo clero**; una parte muy importante del **campesinado** y de los **trabajadores artesanos** que empezaban a sufrir la competencia de la industria. En el exterior no contaron con el apoyo de ningún país, pero sí con las simpatías de los **imperios absolutistas europeos**.

En el **bando isabelino**, la reina viuda **María Cristina** no tuvo más remedio que buscar apoyos en los **absolutistas moderados** y en los **liberales**. La reina **regente** contó siempre con el apoyo de parte de la **nobleza**; casi todo el **alto clero**; casi todos los **generales**; la **alta burguesía**; las **clases medias urbanas**; los **obreros industriales** y una parte del **campesinado del sur peninsular**. Contaron los **isabelinos** con el apoyo de países como **Portugal**, **Inglaterra** y **Francia**.

b) Desarrollo bélico

En una primera fase (1833-1835) destacan los triunfos **carlistas**; esto se debe a su gran movilidad y al conocimiento del terreno. Su suerte se trunca en 1835, cuando el general **carlista Zumalacárregui** muere en el **cerco de Bilbao**, ya que su dominio se basaba, sobre todo, en el medio rural.

La segunda etapa (julio de 1835-octubre de 1837) supone la difusión del conflicto por todo el territorio nacional. Destaca en 1837 la famosa **Expedición Real de Carlos V** que a punto estuvo de tomar **Madrid**, pero que fue rechazada por el general **Espartero**.

La tercera fase tuvo lugar entre octubre de 1837 y agosto de 1839 y se caracteriza por el agotamiento de los contendientes. Entre el **carlismo** surgen dos tendencias: una radical que quería continuar la lucha hasta el final; y otra moderada partidaria de llegar a un acuerdo con los **isabelinos**. Esta última facción se impone, y el general **Maroto** firma el **Convenio de Vergara** en agosto de 1839 con **Espartero**, por el que se pone fin a la guerra. Los **carlistas** se rendían, pero conservaban sus **grados militares** en el ejército de **Isabel II**; además, los **liberales** se comprometían a mantener los **fueros**. El país quedaba devastado tras seis años de guerra. Pero no todos los **carlistas** se entregaban; en el **Maestrazgo**, el general **Cabrera** continuó la lucha hasta el final.

Las consecuencias más importantes de la **guerra carlista** fueron varias:

  • En lo político, la **monarquía**, ávida de apoyos, se inclinó de manera definitiva hacia el **liberalismo**.
  • En ese mismo campo, los **militares** cobrarían un gran protagonismo en la vida política y protagonizarían frecuentes **pronunciamientos**.
  • Por último, los **gastos de la guerra** forzaron la **desamortización de los terrenos de la Iglesia**.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *