La segunda República: El bienio de centro-derecha y el frente popular

En la izquierda política, destacó Izquierda Republicana de Azaña, de ámbito estatal, y en el ámbito regional destacaba la Orga y Esquerra Republicana de Cataluña. Estos grupos fueron partidos que pretendían grandes reformas, pero sin mantener posturas revolucionarias. Las organizaciones obreras favorables a la República estaban representadas por el PSOE, con varias tendencias, y su sindicato, UGT. Más a la izquierda y con carácter revolucionario destacó el PCE, que crecíó rápidamente entre el movimiento obrero y el campesino. Otro partido obrero fue el POUM de Nin. El sindicato anarquista CNT contó con un número importante de afiliados.

Los grupos de derecha son formaciones republicanas de derechas, como el Partido Radical, dirigido por Lerroux, o la Derecha Liberal Republicana de Alcalá Zamora. Estos dos grupos derivaron hacia posiciones más conservadoras. Además, estaban el Partido Agrario, con planteamientos conservadores, y el gran partido de la derecha católica y conservadora, la CEDA, dirigida por Gil Robles. En Cataluña, los grupos conservadores estaban representados por la Lliga Regionalista de Cambó y, en el País Vasco, por el PNV. Con una actitud hostil hacia la República existían grupos monárquicos, como el Bloque Nacional de Calvo Sotelo, que llegó a acuerdos electorales con los carlistas de la Comunión Tradicionalista. También había pequeños grupos autoritarios, como las JONS y la Falange Española, que presentaba una ideología antidemocrática con signos fascistas.

En Junio de 1931, tuvieron lugar las elecciones a Cortes constituyentes en un ambiente de relativa tranquilidad. Las urnas dieron una clara mayoría a la coalición republicano
Socialista. La nueva Constitución aprobada en Diciembre de 1931 reflejó las ideas de esta mayoría. Sus principales rasgos son:

  • Soberanía popular. Se declaraba de nuevo un Estado español con una república democrática de trabajadores de todas las clases.
  • Sufragio universal. Tras un largo y complejo debate en las Cortes, las mujeres españolas obtuvieron el derecho a voto.
  • Extensa declaración de derechos y libertades (divorcio, educación, etc.)
  • En cuanto a los poderes del Estado, el poder legislativo quedó en manos de unas Cortes unicamerales. El poder ejecutivo lo tenía el presidente de la República con escasos poderes (Alcalá Zamora) y el jefe de gobierno, nombrado por el presidente, pero que debía contar con la aparición de las Cortes (Azaña). El poder judicial estaba representado por los Tribunales de justicia.
  • Se establece el derecho de las regiones a establecer estatutos de autonomía. El Estado se establecía de forma unitaria, pero se aceptaba la posibilidad de formar gobiernos autónomos.
  • Se establece un Estado laico (separación Iglesia-Estado). Desaparecíó el presupuesto de culto y clero y se establecíó la libertad de conciencia y cultos.

La Constitución fue aprobada por mayoría, pero existían profundas discrepancias entre la izquierda y la derecha, sobre todo en lo referente a la cuestión religiosa y autonómica. Comenzaba el primero de los bienios republicanos (1931 – 1933).


Las reformas del bienio republicano-socialista

Entre Diciembre de 1931 y Septiembre de 1933, el gobierno impulsó un programa de reformas con el objetivo de modernizar y democratizar la sociedad española. Las principales reformas fueron:

 1.Reforma militar: se pretendía crear un ejército profesional, reducir sus efectivos y acabar con el exceso de oficiales, así como asegurar su obediencia al poder civil y se promulgó la Ley de Retiro de la Oficialidad. La reforma no fue bien recibida por todos los sectores del ejército descontento que aprovecharon las fuerzas contrarias a la República para animar a la revuelta militar (intento de Golpe de Estado de Sanjurjo).

 2.Uno de los principales objetivos del gobierno fue limitar la influencia de la Iglesia y secularizar la sociedad española. Estas intenciones se plasmaron en la Constitución, el Estado dejaba de mantener el culto y cerraba los centros docentes religiosos con la Ley de Congregaciones. Se limitó la posesión de bienes a las órdenes religiosas. Se produjo un grave enfrentamiento con los jesuitas. La Compañía de Jesús fue disuelta.

 3.La reforma agraria fue la obra de mayor envergadura del gobierno de izquierdas. La agricultura española presentaba rasgos arcaicos y los problemas principales eran el latifundio y el elevado número de jornaleros sin tierra. La Ley de Reforma Agraria perseguía la modernización de la agricultura, reducir el latifundismo y, con la expropiación y el reparto de tierras entre los campesinos, se pretendía crear una clase de pequeños propietarios que facilitase el desarrollo agrícola. Pero la lentitud en su aplicación, el paro y la desesperación provocó tensión social e insurrecciones anarquistas. El descontento campesino dio lugar a numerosos incidentes seguidos de una muy dura represión, como el de Casar Viejos, provocando una fuerte oposición hacia el gobierno de izquierdas.

 4.La reforma del Estado centralista. Cataluña fue la primera en obtener un Estatuto. Se formó un gobierno autonómico provisional (Generalitat), cuya primera tarea sería la elaboración de un Estatuto de Autonomía (Estatuto de Nuria), que fue aprobado en referéndum  popular y presentando a las Cortes para su discusión en Agosto de 1931. La Constitución aprobada en Diciembre de ese mismo año le ofrecíó un marco legal, pero establecíó recortes con respecto al texto elaborado en Nuria. La aprobación del Estatuto contó con la oposición de algunos sectores, sobre todo en el de la derecha. Se aprobó en 1932. En el País Vasco, nacionalistas del PNV y carlistas propusieron un proyecto de Estatuto de Estrella, pero no se aprobó debido a la oposición  de los republicanos de izquierda y de los socialistas, que consideraban este proyecto poco democrático y confesional. En 1936, ya iniciada la Guerra se logró aprobar un Estatuto fruto de un consenso entre nacionalistas, republicanos y fascistas. En Galicia la conciencia nacionalista era menos acusada. La Guerra Civil impidió que la propuesta del Partido Galleguista fuera aprobada por las Cortes. En otras regiones no se pasó de la fase de preparación.

Hubo, además, reformas sociales relacionadas, sobre todo, con las condiciones de trabajo. También está la cuestión de la Reforma Educativa gratuita y laica como derecho universal.

Todas estas reformas disgustaron a las élites económicas, sociales e ideológicas. Se encontraron con la oposición de la Iglesia, de sectores del ejército (Sanjurjo, 1932) y de la derecha tradicional y monárquica. Así mismo, amplias capas de las clases medias consideraban los cambios demasiados radicales. Todos estos grupos se fueron organizando alrededor de los tradicionales partidos conservadores para oponerse al Gobierno.


El bienio de centro-derecha

En el otoño de 1933 ya era evidente la crisis de la coalición republicano-socialista y el desgaste del gobierno dentro de una adjunta economía desfavorable, de una conflictividad social y de la reorganización de las derechas. Azaña dimitíó y Alcalá Zamora convocó elecciones.

Se celebraron en Noviembre y fueron las primeras en España en las que votaron las mujeres. Tuvieron una amplia abstención. La izquierda se presentó desunida. Por el contrario, la derecha se presentó unida y organizada. El resultado fue la victoria de los partidos de centro-derecha: el Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles.

Con los gobiernos de Lerroux, se revisaron las reformas progresistas: se revocó la política religiosa, la legislación laboral y la reforma agraria. Se concedíó la amnistía a los sublevados de Sanjurjo. Este viraje conservador tuvo como consecuencia una radicalización del PSOE y la UGT. El sector radical del PSOE y los anarquistas, promovieron huelgas y conflictos. Ante esta situación, la CEDA reclamó acciones contundentes en materia de orden público y exigíó participar directamente en el gobierno. Lerroux accedíó a estas peticiones en Octubre de 1934.

La izquierda interpretó la entrada de la CEDA en el gobierno como una deriva hacia el fascismo. Se produjeron huelgas y manifestaciones para defender las reformas sociales. El movimiento fracasó a nivel nacional por la falta de coordinación y por la contundente respuestas del gobierno, pero los acontecimientos  fueron especialmente graves en Asturias y Cataluña.

En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social con medidas de socialización. Ocuparon pueblos de la Cuenca y sitiaron Oviedo dispuestos a defender la revolución. La resistencia se prolongó durante diez días. Finalmente, fue derrotada, la represión fue durísima.

Una consecuencia de la revolución de Octubre fue el aumento de la influencia de la CEDA en el gobierno. Presentó un anteproyecto para modificar la Constitución, pero una fuerte crisis de gobierno estalló en el otoño de 1935. El Partido Radical se vio afectado por una serie de escándalos de corrupción, como el caso del Extraperlo. Alcalá Zamora decidíó convocar nuevas elecciones para Febrero de 1936. 1934 fue un preludio de la Guerra Civil y un ensayo de la revolución obrera.

Las elecciones de 1936 y el triunfo Frente Popular

La izquierda se presentó a las elecciones en una gran coalición de republicanos, socialistas y comunistas en el Frente Popular. La derecha se presentó muy desunida. El Frente Popular obtuvo la victoria. Los resultados electorales prefiguraron las dos Españas que lucharán en la próxima guerra. De acuerdo con lo pactado, el nuevo gobierno quedó formado por los republicanos de izquierda. Azaña fue nombrado presidente y Casares Quiroga, jefe de gobierno. Se decretó una amnistía para los presos de la revolución de 1934 y se reanudó el proceso reformista interrumpido en 1933. Tras las elecciones se desató la radicalización política: por la izquierda con la UGT (Largo Caballero) y los anarquistas con posiciones revolucionarias; por la derecha con la crisis de la CEDA y el reforzamiento de la Falange y del Bloque Nacional (Calvo Sotelo). Esperanzados con las nuevas perspectivas de cambio, los partidos de izquierda y los sindicatos se lanzaron a una movilización popular.

La nueva situación fue recibida por la derecha con absoluto rechazo, la violencia fue aumentando, grupos de falangistas iniciaron acciones violentas contra los líderes izquierdistas respondidas del mismo modo por los militantes más radicales de la izquierda. La conspiración militar partíó de la extrema derecha y de la UME (Uníón Militar Española) con destacados generales (Mola, Franco, Yagüe, etc.), con el apoyo de monárquicos alfonsinos, carlistas, falangistas y cedistas. El asesinato de Calvo Sotelo aceleró el proceso. El 17 de Julio comenzó la sublevación dando lugar a una Guerra Civil que se prolongará durante tres años.

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