Modelo de desarrollo económico alianza para la producción

Con la muerte del Caudillo Liberal Jorge Eliecer Gaitán se desencadenó una Guerra Civil intestina protagonizada por el bipartidismo, que luchaba con ahínco por la conquista del poder político del Estado, lo cual originó grandes efectos económicos, políticos y sociales en su proceso de desarrollo.
Inicialmente, los partidarios de Rojas vieron cumplidas sus expectativas.

Este gobierno no sólo era apoyado por la sociedad en general que veía en él una forma de salir de la crisis, sino que además, fue apoyado, desde sus inicios, por los principales sectores económicos.

Si bien estas medidas generaron inconformismo en algunos sectores económicos, especialmente en el bancario, los gremios económicos no tenían el suficiente poder ni la influencia para sentar su voz de inconformismo.

Otros indicadores de las políticas económicas del gobierno de Rojas Pinilla se reflejan en cifras. Al mismo tiempo, la política compensatoria del gobierno, respaldada por los ingresos esperados de una bonanza cafetera a mediados de los cincuenta, generó un déficit fiscal sin precedentes, agravado por la deuda externa contraída para suplir los recursos necesarios para los programas de inversión social; la inflación aumentó de 4% en

el año 1954 a más de 23% en el año 1957, lo que encarecíó el costo de vida; una reforma fiscal del año 1954, impuso la tributación de los dividendos derivados de acciones y bonos de empresas (Echeverri, 1990). De acuerdo con la Andi1, esta «doble tributación» desestimuló uno de los instrumentos claves para profundizar elproceso de industrialización y democratizar la propiedad (Pizarro, 1999). Finalmente, como respuesta a la creciente deuda externa, el gobierno de Rojas restringíó las importaciones, lo que afectó los intereses comerciales de todos los sectores económicos.

Estos eventos empezaron a generar conflictos y posiciones divergentes entre dos de las asociaciones gremiales más fuertes en Colombia: la Andi y Fenalco2. Sin embargo, estas medidas resultaron insuficientes para

apaciguar los ánimos empresariales y prevalecíó el temor de que la escasez de comercio exterior afectara aún más la producción industrial y el comercio.

Los motivos anteriormente expuestos permitieron el cambio de actitud de los gremios económicos frente al gobierno del momento. Por ello, al final, ésta élite se alió con los partidos tradicionales (liberal y conservador) y apoyó la caída del régimen militar y la implantación de uno nuevo que había de llamarse Frente Nacional.

Tras la baja de los precios del café, el Gobierno perdíó capacidad de gasto público y su forma populista de manejar la economía quedó sin fondos para sostenerse. Aquí se vislumbra una carencia efectiva de políticas económicas encaminadas al fortalecimiento del desarrollo de la economía, lo cual generó inconformismos sociales y resentimiento por parte de las empresas representadas por sus gremios económicos.

Antes de la caída de Rojas Pinilla, las bases del Frente Nacional se comenzaron a definir en la ciudad española de Benidorm tras las reuniones y encuentros que sostuvieron Laureano Gómez (en nombre del Partido Conservador3) y Alberto Lleras Camargo (en nombre del Partido Liberal4). En ese

momento, se tenía claro que el objetivo principal del Frente Nacional era conseguir la paz del país y lograr acabar con los numerosos grupos armados fuera de la ley que operaban en el territorio nacional.
Este paro, culminó el 10 de Mayo de 1957 con la renuncia del General Rojas Pinilla y la instauración de una Junta Militar, que luego dio paso al comienzo del Frente Nacional. Esta decisión pretendía buscar una total fidelidad de las fuerzas armadas a las instituciones del Frente Nacional.

Por otra parte, los protagonistas de la política bipartidista encabezados por Gómez y Lleras consideraron que el plebiscito5 popular era la vía más idónea para


alcanzar la restauración de las instituciones civiles. La complejidad de la situación política, económica y social del país no podía ser resuelta mediante una Asamblea Constituyente6 que le diera total legitimidad al nuevo régimen político. Dado el enfrentamiento entre la fracción ospinista (que había coadyuvado a la caída de Laureano) y el laureanismo (que acusaba a Ospina de connivencia con el gobierno militar), el voto popular era otra alternativa que permitiría superar el enfrentamiento de las dos fracciones del partido conservador. Así lo demuestra su capacidad de acción colectiva desplegada ante una situación de crisis generalizada como parte del Frente Civil. A nivel organizacional, la fuerza política gremial de la época del Frente Nacional, se encontraba concentrada en un número limitado de asociaciones, compuesta por sólo cinco gremios (Andi, Fenalco, Asobancaria8, FNC9 y la Sac10). Esto era posible en una economía que, como la colombiana de mitad de siglo, era poco diferenciada.


El temor de que se hubiera «gremializado» la política, como lo exprésó en su momento el ex-presidente López Michelsen11, en alusión a la preponderancia que los representantes del sector privado alcanzaron en el proceso político, pudo ser excesivo. La situación descrita muestra claramente que Colombia en su proceso de industrialización, el sector empresarial ha sido abanderado a través de gremios económicos en la influencia y toma de decisiones de las políticas económicas a favor de sus intereses.

Este periodo de poder e influencia de los gremios se caracteriza, en gran medida, por una abundancia en el sector industrial. El comportamiento de los gremios económicos en representación del sector productivo deja ver la influencia de las

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Conocer estos documentos, permite reconocer los orígenes de este período político, sus bases, sus implicaciones y dará luces acerca de la manera en la que se desarrollo esta coalición bipartidista.


La violencia armada debía ser erradicada. Mejorar el nivel económico de la población del país.


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participación del Estado. He aquí la influencia keynesiana del intervencionismo de Estado en la economía.

1.3 EVOLUCIÓN DEL FRENTE NACIONAL

Con el Frente Nacional se quiso racionalizar la contienda por el poder y formular principios políticos a efecto de llevar a los partidos, conservador y liberal, al poder (Arcila, 1997). El frente nacional garantizó la alternancia del bipartidismo en el poder logró canalizar las fuerzas nacionales hacia un objetivo común: la paz de la República (Bejarano, 1996). Así mismo, el Frente Nacional trató otros aspectos no operativos, pero que configuraron verdaderos planteamientos de principios políticos esenciales en el devenir del Estado Colombiano, como la igualdad política de la mujer, el destinar un porcentaje no menor del 10% del presupuesto nacional para planes y programas educativos y los planteamientos de la organización de la justicia, a fin de obtener independencia del factor político y partidista (Escobar, 1998). La representación de la mujer y la búsqueda de un mejoramiento en las condiciones educativas pretendían cualificar la fuerza laboral para contribuir a una mayor eficiencia del aparato productivo y por lo tanto al fortalecimiento empresarial.

Las estructuras políticas del Frente Nacional fueron concebidas inicialmente para ejercer durante 16 años, los cuales correspondían por partido, a dos periodos presidenciales, pero en 1968 se estipuló que el sistema no sería cortado radicalmente, sino que paulatinamente sería eliminado. Como resultado de esta fórmula de coalición, la alternancia en el poder se prolongó hasta 1986, cuando el presidente liberal Virgilio Barco12, después de ofrecer una participación insignificante para el partido opositor, regresó a la administración unipartidista.

Derrocado Rojas, una junta militar asumíó el poder durante un período de transición que duro del 10 de Mayo de 1957 al 7 de Agosto de 1958. Durante este período, el 1 de Diciembre de 1957, se convocó a un Plebiscito popular mediante el cual los colombianos aprobaron la creación del Frente Nacional, mecanismo impulsado por los partidos políticos para establecer la alternancia de poder como una estrategia para disminuir la violencia bipartidista gestada en años anteriores. En esta ocasión y en todas las siguientes elecciones del Frente Nacional, cada partido presentaba sus listas para competir con otros miembros de su partido. Sin embargo, debido a que el partido Conservador no logró ponerse de acuerdo en el candidato que empezaría el primer periodo de gobierno, decidieron conjuntamente y a último momento, empezar con el candidato del Partido Liberal, el cual fue confirmado por el Congreso a través de una reforma constitucional. Los más notables fueron el MRL14 liderado por Alfonso LópezMichelsen apoyado por el PCC15, y en particular la ANAPO16 fundada por el ex presidente Rojas Pinilla en 1961. En 1966, con miembros en ambas mitades, ya empezaba a ser visto como una amenaza para el Frente Nacional. En 1970 fue su

apogeo, logrando el 14% de los escaños liberales y 20% de los conservadores. Las limitaciones eran mayores para los aspirantes a la presidencia que no pertenecían al partido que le correspondía gobernar en respuesta a la alternancia del poder entre liberales y conservadores.

Eso no impidió que algunos candidatos no alineados se lanzaran a la presidencia a pesar de que podrían ser declarados nulos o ilegales, pues aspiraban a lograr una mayoría suficiente como para sobrepasar el Frente Nacional. Tal fue el caso de Rojas Pinilla quien logró 50.000 votos (1,8%) en las elecciones del 6 de Mayo de 1962, una tercera parte de los votos totales en 1964 y, se afirma que una mayoría de votos en la última elección del Frente Nacional, el 19 de Abril de 1970, cuando compitió contra el conservador Misael PastranaBorrero (Vásquez, 1970). Las acusaciones de fraude electoral, en dichas elecciones, tuvieron repercusiones fuertes al punto que los seguidores de la ANAPO perdieron la esperanza de lograr la presidencia y muchos de ellos tomaron la vía armada como medio de lograr cambios institucionales, desencadenando en la conformación del grupo guerrillero llamado Movimiento 19 de Abril (M-19)17 (Pizarro, 1999), este grupo integrado en su mayoría por estudiantes universitarios y obreros, inconformes por el supuesto fraude electoral.

El fugaz éxito de la coalición política, puso de manifiesto el desgaste político del Frente Nacional. En esta época sale a la luz pública la mayor organización campesina de la historia del país: la Anuc18, y a nivel urbano hace presencia el Movimiento 19 de Abril, M-19 como guerrilla urbana que busca reivindicaciones sociales y hace oposición armada a los gobiernos de turno.

El Frente Nacional no fue una institución creada para permanecer en la vida política del país, se creó como la solución al problema político en que el Estado se debatía. Además, a través de un plan de desarrollo llamado «para cerrar la brecha», fortalecíó el sector de la industria y mejoró el nivel de empleo. Su participación activa en el establecimiento del Frente Nacional significaba, para ellos, un gran poder de decisión en las políticas económicas que estaban por venir. El discurso de posesión de Alberto Lleras Camargo (primer presidente del Frente Nacional) fue una muestra de ello. Así las cosas, el discurso no sólo trató de mantener satisfechos a los gremios sino que, buscaba contar con su aval en las decisiones gubernamentales que estaban por venir. Se crearon algunas instituciones y medidas de política económica como la reversión a la concesión de mares19 y la creación de Ecopetrol20 (García, 2009). En este período el gobierno restringíó esta expansión, lo cual se percibíó como una concesión a las empresas petroleras estadounidenses, por presiones sociales y porque se buscaba reivindicar los intentos del gobierno por establecer una sociedad corporativa.

Hacia 1950, durante el gobierno de Laureano Gómez21, el sector empresarial representado por la ANDI había ejercido fuertes presiones, a fin de mantener diversas formas de protección a la industria tales como prohibiciones a la importación de algunos artículos, acceso al mercado cambiario preferencial para sus importaciones y al crédito de fomento (ambos implícitamente subsidiados). Entre los mecanismos acogidos para llevar a cabo dicha estrategia fue adoptado un sistema cambiario de devaluación, se profundizaron y reforzaron incentivos de promoción a las exportaciones como el certificado de abono tributario -CAT-, los sistemas especiales de importación-exportación Plan Vallejo, y se creó el Fondo de Promoción a las Exportaciones

Los antecedentes expuestos llevaron a que durante este mismo período la economía nacional comenzara el tránsito de un modelo económico que hacia énfasis en el desarrollo del mercado interno y la industrialización por sustitución de importaciones, a un modelo de apertura (Zelinsky, 1989). He aquí como las medidas de política económica en atención a un modelo neoliberal, generaron procesos de afectación empresarial, especialmente aquellas que no pudieron competir con productos extranjeros dada la apertura económica, hecho que estuvo marcado porque la pequeña y mediana empresa no se encontraba preparada para competir con las grandes empresas que llegaron con sus productos al mercado nacional . En muchos casos, además, no pasaba de ser una simple expresión retórica destinada a mantener el apoyo popular a unos partidos de estructura política que corrían el riesgo de aparecer excesivamente identificados con el mantenimiento del statu quo.

En general, el resultado de los esfuerzos en este sentido resultaron fallidos: las limitaciones institucionales del Frente Nacional, la fragmentación política de los partidos promovida por la paridad, el control final de los partidos y del Estado por grupos estrechamente ligados a los intereses que serían afectados por las reformas, fueron factores que se coaligaron para quitar toda energía a los impulsos reformistas de algunos sectores. Es más, resulta fácil contraponer la evolución real de la economía del país, de su estructura social, con los objetivos reformistas ocasionalmente enarbolados por los conductores del Frente Nacional, para advertir una contradicción, los años de énfasis en la reforma agraria fueron los de consolidación acelerada de un régimen de producción rural capitalista, de deterioro de la situación del campesinado y de expulsión de los aparceros de sus tierras. Lo anterior es un indicio de que no siempre los planes de desarrollo fueron verdaderas estrategias para alcanzar el anhelado desarrollo, pues muchos se quedaron en la formulación indicativa pero no con impactos positivos, especialmente para las clases menos favorecidas, sin embargo se siguieron polarizaron hacia un favorecimiento de la concentración de la riqueza en aquellos que ya la poseían, lo cual ha venido aumentando la brecha entre ricos y pobres.

Esto confirmó socialmente al Estado, como un instrumento para garantizar privilegios. Por el contrario, el déficit ya casi crónico de la balanza comercial, trajo


como consecuencia que un porcentaje cada vez mayor de bienes intermedios y bienes de capital importados se financiaran con créditos externos. Entonces, durante este período, la dependencia colombiana del capital externo crecíó, pues el sector público y el intervencionismo de Estado, tuvo que financiar gran parte del déficit fiscal mediante el endeudamiento externo.

De otro lado, desde el primer gobierno del Frente Nacional, se reconocíó, en términos económicos, el crecimiento acelerado de la población en las ciudades así como admitir la tendencia de la concentración de la propiedad de la tierra, tanto en el campo como en la ciudad, que además de plantear la discusión acerca de la reforma agraria para los campesinos, también empezaba a manifestarse como una situación que afectaba la vida en las poblaciones urbanas nacientes

 (Arango, 2007). Los problemas que vivenciaba la sociedad colombiana no solo eran rurales y del campo, sino también una problemática urbana, la cual consistíó en el crecimiento de la población en las ciudades, y que los gobiernos y el Estado debían resolver desde la política económica y social en su papel de agente interventor y en causador del desarrollo. Lo que buscaba el primer presidente frente a la sociedad era trazar las rutas y buenos propósitos para encausar el desarrollo, lo cual también constituía un reto para los gobiernos de la alternancia bipartidista del frente nacional. Esta situación muestra que los gobiernos del Frente Nacional debían sopesar muchas contradicciones de tipo social y reivindicativo, pero siempre teniendo como referente la situación que vivía Latinoamérica, con la mirada paternalista de los Estados Unidos.

El Plan Decenal se hizo entonces, con miras también a que se adecuara a la Alianza para el Progreso implementada por el gobierno del presidente Kennedy, con pretensiones de que funcionará como paradigma para toda la regíón (Ayala, 1989). En ese sentido, el presidente Lleras decide seguir la pauta dictada por Estados Unidos, rompiendo relaciones con el gobierno cubano, bajo el argumento de que éste estaba en contra de la democracia.

Como se observa, el gobierno de Lleras estuvo marcado por su relación con las clases de poder desde la misma presentación del Plan económico para los diez años siguientes, para ello, Lleras Camargo, invita a los empresarios y políticos a que mediten sobre la propuesta que les ha llevado esa noche. Precisamente para encaminarse hacia el logro de esos objetivos, el primer gobierno de esta coalición política creó mediante la ley 19 de 1958 dos organismos de planeación económica: el Consejo Nacional de Política Económica y Planeación y el Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos, los que tuvieron la función de implementar las propuestas del Plan Decenal y vigilar su cumplimiento conjuntamente con aprobación de la empresa privada. Sin embargo, para organizaciones como la ANAPO y el MRL, no era así. Ilusión que busca fortalecer la adhesión al régimen. Estas posturas, como se sabe, han traído consigo consecuencias de endeudamiento externo muy altas para el país. La poca capacidad de ahorro y el gran déficit fiscal, inciden el endeudamiento externo como una de las vías más expeditas para el cumplimiento de su papel como agente interventor de la economía en un Estado social de derecho.

Como se observa, se retoma la idea de las etapas que hay que superar para alcanzar el pleno desarrollo, formulada por el documento de las Naciones Unidas y los teóricos del desarrollo de los Estados Unidos. Esas etapas eran: la sociedad tradicional, la etapa del impulso inicial o despegue hacia el desarrollo, la etapa de la madurez, y la etapa de producción en masa de bienes y servicios duraderos. Aquí se concebía el desarrollo como un proceso biológico que atraviesa diversas fases y situaciones estructurales y coyunturales.

Los gobiernos del Frente Nacional insistieron permanentemente en la pertinencia del Plan Decenal y del consenso que éste tenía entre los gremios económicos del país. Sin embargo, para realizar esas importaciones, nuevamente se requería de ―la ayuda externa‖ ofrecida por el programa de la Alianza para el Progreso (El Tiempo, 08 de Agosto. Lo anterior deja en evidencia el hecho de que Colombia ha estado supeditado tanto a créditos externos (endeudamiento), como a la aceptación de cumplimiento de directrices impuestas por países potencialmente muy fuertes como Estados Unidos.

Así como la administración de Lleras Camargo, todas las administraciones del Frente Nacional, declararon, desde sus comienzos una vocación pro norteamericana. Las industrias del vidrio, petroquímica, vivienda y de transportes, entre otras, se vieron favorecidas por las resoluciones adoptadas en las correspondientes reuniones del sector.

Efectivamente la industrialización y la política de sustitución de importaciones van de la mano. El Plan Decenal siempre consideró la necesidad de importar maquinaria para reestructurar y fomentar la industria en Colombia y por lo tanto, su sector empresarial. El Plan Decenal, es presentado no como un acto unilateral de gobierno, sino que el Presidente llama a los empresarios para que hagan una política ―privada de fomento‖, para salir adelante con los propósitos establecidos. Desde entonces, los gremios se han constituido como órganos de presión gubernamental que inciden de manera directa e indirecta en la política económica a favor de sus intereses.

El poder de los gremios quedó demostrado durante este período, además de la consolidación del poder de los gremios en la política se hizo el tránsito de un modelo económico que ponía el énfasis en el desarrollo del mercado interno, la industrialización por sustitución de importaciones, a un modelo de apertura e internacionalización de la economía. El objetivo de dicho proceso fue no solo insertar la economía colombiana en el mercado mundial, sino también incrementar la eficiencia de la economía mediante la reducción del «tamaño» del Estado y de su función reguladora del proceso económico. La deuda externa de Colombia ha sido la respuesta al cubrimiento del déficit fiscal, lo cual ha incidido en la pérdida de autonomía económica frente a los organismos multilaterales de crédito y cada vez más se tenga que explotar los recursos naturales para poder pagar el servicio de la deuda como un mal crónico vigente hasta nuestros días.

2.2 PRIMER GOBIERNO:ALBERTO LLERAS CAMARGO1958-1962

Mediante el acuerdo conjunto del Partido Liberal Colombiano, se escogíó a este dirigente para que se convirtiera en el primer presidente del Estado Colombiano elegido durante el período de vigencia del Frente Nacional, con lo cual a Lleras Camargo le correspondíó iniciar la recuperación del orden, la paz y la seguridad de la nacíón. Durante su gobierno se reafirmó la paridad entre los partidos. Al mismo tiempo, durante este período, hubo un notorio incremento en la aparición de movimientos insurgentes. Era necesario, entonces, en el campo de lo económico, ajustar las finanzas públicas y mejorar las exportaciones, como medidas para detener la crisis; en el campo político y empresarial, restablecer y afianzar, la confianza de los sectores privados nacionales y extranjeros. Bajo este gobierno se creó el Plan Decenal de desarrollo económico, que sentó las bases para el manejo de la política económica por parte del Frente Nacional.

Dicho plan fue concebido bajo un espíritu de industrialización, para todos los sectores, en un momento en el que la economía colombiana producía la mayor parte de los bienes de consumo para la necesidad interna, pero en el cual, los bajos ingresos de la mayoría de la población, limitaban la compra de dichos productos. El crecimiento de la deuda externa, siguió siendo un problema en un estado marcado por el intervencionismo del Estado en la economía, al tenor del keynesianismo como doctrina económica imperante en toda América Latina. El resto, fue invertido en la industria manufacturera y el comercio. En el sector industrial, la política económica priorizó la producción nacional, frente a la competencia de productos extranjeros. Sin embargo, esta medida comenzó a generar monopolios empresariales, los cuales debilitaron la mediana y pequeña industria.

Entre la serie de reformas y medidas económicas que el primer gobierno del Frente Nacional trató de impulsar estuvo la Reforma Agraria. Esta reforma buscó dar al Estado los instrumentos legales y económicos para distribuir la tierra entre los campesinos. Para ello, se creó el establecimiento encargado de esta gestión llamado, Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora). Si bien en materia política se había logrado un proceso de representación democrática, en materia económica los resultados eran pobres comparativamente, lo cual incidía en la poca atención a lograr disminuir la pobreza y la inequidad social, tanto en el campo como en la ciudad. Sin embargo, la falta de crédito, la escasa tecnificación de los procesos productivos del campesino, la poca productividad y la carencia de precios de sustentación, no lograron superar la pobreza y la efectividad de una verdadera reforma agraria. La creación de un Plan de

Desarrollo, como guía para la toma de decisiones económicas, por ejemplo, es una determinación política que está en sintonía con los gobiernos capitalistas liberales (Arango, 2007). La inserción de Colombia en un modelo de corte capitalista, comienza un despegue económico de industrialización, de fortalecimiento de algunos sectores de manufactura e industria, sin desconocer la dicotomía campo-ciudad con niveles opuestos de desarrollo, modernidad frente a un atraso estructural en zonas de minifundio y de alta concentración campesina.

El plan, propónía para el sector agropecuario una meta de crecimiento del 4.1% anual acumulativo, a partir de 1959 (Fals Borda, 1975). Sin embargo, los sectores de la agroindustria tienen un significativo despegue, pero no la zona andina fundamentada en el minifundio y la economía campesina.

El planteamiento anterior excluía al café, en un intento por mejorar la composición de la dieta alimenticia y la diversificación de los mercados agrícolas:

―Los productos agrícolas, excluido el café, contribuirán con 759 millones de pesos

(48,5% del total), el valor agregado por la producción de café crecería en 217 millones (13.8%) y el del sector pecuario en 590 millones.‖ (Campos Delgado, 2009). Aquí se vislumbra la distancia que existe entre la planeación indicativa y los resultados de la aplicación de política económica sujeta a eventualidades externas y a particularidades estructurales del campo colombiano. El sector agrario deja de ser un sector dinámico y cede su importancia a la manufactura, la industria y los servicios en la configuración de una economía orientada más al mercado y al sector externo. La reforma agraria no desembocó en desconcentración de su propiedad, sino que con el paso de los años se volvíó a un proceso de concentración, especialmente las mejores tierras aptas para la ganadería extensiva y para la agroindustria de bienes de consumo y exportables.

El papel de los grandes gremios económicos durante el primer gobierno del Frente Nacional, varíó sustancialmente. Era entonces, importante para los diferentes sectores económicos buscar mejorar su posición y su relación con el segundo gobierno del Frente Nacional que estaba por venir.

2.3 SEGUNDO GOBIERNO:Guillermo LEÓN Valencia1962-1966

Este mandatario le dio continuidad a los planes de gobierno de Lleras Camargo, pues intensificó la construcción de vivienda y la electrificación rural. Por otra parte, durante el período presidencial de Valencia el liberalismo se fragmentó, lo cual hizo que apareciera el MRL liderado por Alfonso López Michelsen en clara oposición al Frente Nacional. Este ajuste fiscal y monetario generó mayor desempleo y desaceleró el crecimiento económico. Las reivindicaciones democráticas de la oposición y la necesidad de dar respuesta a los problemas de empleo, vivienda y mejoramiento de las condiciones de vida de la población urbana, constituyeron retos insalvables que el gobierno no mediar ni solucionar en el corto plazo. En lo económico, el reforzamiento de la adhesión colombiana al proyecto también político de la Alianza para el Progreso, fue uno de los proyectos bandera del nuevo gobierno y por ende el incremento del financiamiento extranjero con el gobierno de Estados Unidos. Problemática que tendría respuesta más adelante con el gobierno de Misael Pastrana Borrero y su plan de desarrollo de ―Las cuatro Estrategias‖.


Con programas como, la Alianza para el Progreso (que desde los inicios del Frente Nacional estuvo dentro de las prioridades del gobierno) y particularmente con el programa Ciudad Kennedy (programa de la administración del presidente estadounidense Kennedy, para fomentar el crecimiento sostenible de las ciudades) realizado en la ciudad de Bogotá, se da inicio a los programas apoyados en capitales provenientes de agencias internacionales de préstamo, que eran prioridad desde la campaña electoral de Valencia. El B.C.H. 25 se constituye entonces en el soporte financiero para la vivienda de las clases medias, durante este período (Arango, 2007). Más adelante en el Gobierno de Misael Pastrana Borrero se fortalecería el crédito para la vivienda mediante el sistema UPAC26 y el nacimiento de las Corporaciones de Ahorro y Vivienda. La política central para el agro en los años 60, buscaba dar un segundo aire a los procesos de modernización, que ya se encontraba en su última fase, pues se inició durante el gobierno de Lleras Camargo, ampliando el mercado interno.

Todos estos hechos y la fuerte crisis económica frente a la cual se encontraba el país que recibía el gobierno de León Valencia y que se mencionaron al principio de este capítulo, se sumaron a la consecuente inestabilidad monetaria y a un déficit fiscal que prácticamente manténía paralizado el aparato estatal (Escobar, 1998). Si el Estado no tiene para cumplir su papel de interventor en una Estado social de derecho, afecta el desarrollo, el desempleo y la inequidad social.

La crisis económica no cedíó durante el período de gobierno de León Valencia. Las medidas que el gobierno tomó para intentar detener crearon otros conflictos, como la suspensión de créditos externos que solamente se reanudaron cuando el gobierno, que cedíó a las presiones del FMI27, decretó la devaluación de 1963. De otra parte, la administración Valencia, de manera particular a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, buscó darle las mayores garantías oficiales a las inversiones extranjeras y cumplir con los planes dispuestos por la Alianza para el Progreso.

Para el gobierno, una de las medidas más urgentes que debía tomarse para superar la crisis era, integrar a Colombia rápidamente en la comunidad económica del continente, la ALALC28. Los primeros pasos hacia integración con otras economías se inician durante este periodo de gobierno, una respuesta a los procesos de integración de la subregión para el fortalecimiento del comercio y la desgravación arancelaria como instrumento de mejoramiento de las relaciones comerciales y de las balanzas de pagos de los países intevinientes. En la búsqueda de tal objetivo, Colombia presentó una iniciativa para conseguir que el BID29 financiara las exportaciones de los países latinoamericanos pues, desde la perspectiva del gobierno nacional, la falta de un mecanismo financiero para tal efecto, impidió las posibilidades de producción y comercio de bienes. Finalmente, Colombia sugirió la conformación de un grupo especial de trabajo que permitiera a todos los países de la ALALC asumir posiciones conjuntas en la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo. El papel protagónico de Colombia en los procesos de integración con propuestas viables para los intereses de los países deja entrever su tendencia aperturista hacia mercados externos. Para 1965, la Comisión Mixta de Integración Colombo-Venezolana continuaba su trabajo, y concreto posibilidades y condiciones del desarrollo de los proyectos de integración en tanto que, de manera efectiva, las relaciones comerciales entre los dos países se intensificaban. El Acuerdo General de Cooperación Técnica, Económica e Industrial buscó, como objetivos fundamentales, el acercamiento de los respectivos actores industriales en la perspectiva de elevar al máximo sus niveles de crecimiento; el impulso de la formación de empresas privadas de carácter binacional, para el abastecimiento de sus mercados, la expansión progresiva de sus exportaciones y la colaboración recíproca en la realización de obras públicas en la zona fronteriza; todo esto para consolidar la infraestructura. Aún así, temas como el de la tenencia de la tierra en el campo y el avance en la construcción de grandes proyectos urbanísticos en las ciudades más importantes, seguía siendo uno de los temas que aún no había logrado solucionarse y, sobre el cual, tenía que poner toda su atención el siguiente gobierno.

2.4 TERCER GOBIERNO:CARLOS LLERAS RESTREPO1966-1970

Este gobierno se preocupó fundamentalmente por la modernización del Estado y por emprender cambios en las políticas económicas que permitieran el desarrollo del país. Otro asunto importante durante el gobierno de Lleras fue la reforma Constitucional de 1968, pues, desde el inicio de su período, Lleras había planteado la urgente necesidad de hacer reformas a la Constitución, reformas que fueron aprobadas por el Congreso (Tirado, 1989). Este fue uno de los gobiernos que impulsó el desarrollo moderno de un Estado representado en nuevas instituciones que le garantizaron un papel más protagónico a favor de mitigar la inequidad social y asistir a las nuevas demandas de un país urbanizado que demando mayores servicios públicos, más educación, empleo y mejoramiento de necesidades básicas insatisfechas. Esta modernización del Estado tiene además un componente de política económica coherente con los propósitos hacia el desarrollo, pero enmarcado en las tendencias del mundo y de América Latina en particular, especialmente el los procesos de integración económica. El gobierno de Lleras Restrepo fue el mejor gobierno en materia económica y agraria dándole un rumbo claro y acorde a las tendencias de los países marcadas por la guerra fría y el endeudamiento externo para el caso de los países latinoamericanos. El gran conocimiento del gobierno en materia económica, hizo del país un ejemplo de manejo mesurado de su balanza comercial y de pagos. Aquí un claro

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ejemplo de la influencia de la teoría centro-periferia de la CEPAL, la sustitución de importaciones como mecanismo para disminuir la dependencia. Se vislumbra un conocimiento claro de la política de comercio exterior y de las prioridades del Estado cuando de defender su soberanía económica se trata. El proteccionismo para aquello sectores de incipiente modernización fue una medida efectiva hacia un despegue empresarial con vocación competitiva. La importancia que tuvo el café como producto de exportación y de sus precios en el mercado internacional puede detectarse fácilmente si se comparo las balanzas comerciales acumuladas.

La reforma agraria no puede realizarse y sigue, para el momento en que Lleras Restrepo termina su mandato, uno de los principales temas de discusión

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nacional, que va a tener que ser asumido por Misael Pastrana Borrero, último dirigente del Frente Nacional.

2.5 CUARTO GOBIERNO:MISAEL PASTRANA BORRERO1970-1974

El último Presidente del Frente Nacional, debíó afrontar serios problemas de orden público por las acusaciones de fraude electoral frente a la ANAPO. La derrota de este movimiento hizo prosperar el M-19, uno de sus sectores más radical de este partido, conformado esencialmente por estudiantes universitarios y obreros, decide integrar un grupo armado para intentar tomar el poder por la fuerza: el M-19 (Movimiento 19 de Abril), nombre que hacía referencia al día en que se realizaron las elecciones presidenciales.

Durante su gobierno, se estimuló el comercio exterior y la diversificación productiva y exportadora, se modernizó el sistema tributario con el uso del teleproceso; en la infraestructura nacional se pavimentaron 2.300 kilómetros de la red vial y casi se termina la Troncal Occidental; se rehabilitaron cerca de 700 kilómetros de ferrocarril; se dotaron los puertos de equipo con recursos locales y crédito externo; se remodeló el aeropuerto El Dorado, se construyeron los aeropuertos de Bucaramanga, Leticia, Montería y Pitalito, y se reconstruyeron 14 pistas de aeropuertos (Zelinsky, 1989); se inició la construcción de los terminales de transporte de Cartagena y Barranquilla; se aumentó en un 55.4% la generación de energía pública y se firmó el contrato de asociación para dar comienzo a la explotación de El Cerrejón; se inauguró la Central de Abastos de Bogotá, la nueva sede del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y el puente monumental de Barranquilla sobre el Rio Magdalena, unieron así dos regiones separadas por un rio (Gómez, 1989). Este es un claro ejemplo de la modernización del Estado y de su estructura administrativa, aunque desembocó

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Aquí comienza el proceso de industrialización con vocación exportadora y dejo de depender del monocultivo, el café como generador de procesos de modernización y significancia exportadora. Es aquí, además, en donde se empieza a hacer un balance de los resultados de la coalición bipartidista, sobre todo, en materia económica. Esta estrategia tenía como elemento central las relaciones con el crecimiento rural, que consideraba al pequeño agricultor como un importante factor para impulsar las actividades no agrícolas de gran densidad de mano de obra.

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giraban alrededor de la recepción del migrante. El surgimiento de las Corporaciones de Ahorro y Vivienda, la financiación de unidades habitacionales bajo el sistema UPAC, permitieron un crecimiento mayor de las ciudades y la generación de empleo no calificado. Se creó entonces, Eduvas31, una asociación con gran injerencia en el sector privado, que poseía facultades especiales de expropiación y un manejo a gran escala de los problemas urbanos.

Esta organización iba a permitir, en adelante, que los temas relacionados con la vivienda, encontraran un espacio para ser discutidos. La construcción de vivienda con uso del ahorro de los agentes económicos,


31 Empresas de Desarrollo Urbano. Organismo creado con el objetivo de consolidar y fortalecer la política de vivienda en Colombia.

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Durante esta administración se crea el Plan de las Cuatro Estrategias, plan que pretendía crear mecanismos para distribuir el ingreso equitativamente entre toda la población, mediante la creación de empleos urbanos, gracias al gran auge y crecimiento que estaba experimentando el sector de la construcción en ese entonces. Las cuatro estrategias del Plan de Desarrollo de Misael Pastrana, sufrieron algunos altibajos coyunturales de efectos negativos para la economía coyuntural.

La gran oferta de vivienda que, en ese entonces había en el país, requería de medidas para incentivar su compra, por ello este gobierno creó el sistema UPAC32 de ahorro. Unidad de poder adquisitivo constante.

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El sistema de concesiones constituye un mecanismo para atraer capitales pero también como estrategia para desmontar el intervencionismo de Estado y darle prioridad a la empresa privada como protagonista principal para el suministra de servicios que antes estaban en manos del Estado.

Más tarde, el Pacto de Chicoral –un acuerdo entre los dos partidos del Frente Nacional y los gremios económicos promovido por el gobierno de Misael Pastrana (1970-1974)– echó para atrás los pasos para revivir la reforma agraria que había dado su antecesor, Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), con lo cual ésta, al menos como se entiende comúnmente, quedó sepultada. La política económica de este gobierno, refleja las tensiones políticas entre los políticos y los grandes gremios económicos y muestra la capacidad de estos últimos de incidir, en las políticas y medidas gubernamentales. Situación que le significó una mayor

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El panorama del Frente Nacional, en relación con los vínculos que existieron entre sus gobiernos y los diferentes sectores económicos fue muy variado. Entonces dentro de este panorama es importante revisar cada sector económico, financiero, urbano, cafetero, sector público, e industrial y sus particularidades, para identificar el comportamiento que tuvieron los mismos y de qué manera se vieron afectados por las políticas económicas gubernamentales del Frente Nacional.

CAPITULO 3: COMPORTAMIENTO DE LOS PRINCIPALES SECTORES

ECONÓMICOS DURANTE EL FRENTE NACIONAL

3.1 SECTOR FINANCIERO

Durante el período del Frente Nacional, el sector financiero particularmente las entidades bancarias, se consolidaron (en gran medida gracias al auge de los créditos de vivienda y para el fomento del urbanismo), lo que permitíó que los préstamos emitidos por estas entidades facilitaran, a su vez, el crecimiento de otros sectores y otras empresas, particularmente en el sector industrial. Además, las oficinas principales de los primeros bancos privados aumentaron de 13 en 1951 a 17 en 1963, mientras que las sucursales pasaron de 171 a 522 durante el mismo periodo, destacándose el fuerte aumento de los depósitos de ahorro, que paso de 15 millones de pesos a 410 millones en el mismo periodo. El sector financiero empezó a consolidarse como gremio de presión para buscar medidas de política económica y monetaria a favor de sus intereses de financiadores de crédito y compromiso con la inversión de la economía.

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En ese sentido, los grupos financieros fueron claves como fuente de financiamiento para los procesos de inversión privada y pública. La consolidación de la banca mediante fusiones como soporte de los grupos económicos, fue decisivo para financiar el crecimiento, especialmente en los sectores productivo. Cuando se une el capital industrial y el capital financiero, el poder de intervención y los diferentes mecanismos de presión mediante lobby o declaraciones directas, influye en las decisiones del gobierno y en las políticas económicas en su favor.

Para entonces, existía el Banco de Colombia, fundado en 1875. Gremios económicos fuertes incidieron en las políticas económicas de Estado. Y se crearon

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Hacia el final de los 50’s se instituyeron las Corporaciones Financieras en calidad de organismos especializados en la concesión de créditos de mediano y largo plazo.

A principios de los sesenta empezaron a fundarse en el Banco de la República los Fondos de Fomento: el Fondo de Inversiones Privadas en 1963 para la promoción de las inversiones industriales y las exportaciones; el FFA, Fondo Financiero Agrario, en 1966; transformado en 1973 en FFAP, Fondo Financiero Agropecuario, para estimular la producción agrícola; el FFI, Fondo Financiero Industrial en 1968 para apoyar las necesidades de la pequeña y mediana industria; y el Fondo de Promoción de Exportaciones, Proexpo, en 1967 como entidad responsable de promocionar la actividad comercial colombiana con vocación exportadora (Dávila, 1999). La vocación exportadora del país requería de una banca mucho más sólida, especialmente para financiar actividades comerciales de origen agropecuario.

En los años setenta ocurrieron dos cambios institucionales que modificaron la estructura del sector financiero. Dichas entidades habían sido hasta entonces el medio para canalizar las operaciones financieras por fuera de las regulaciones existentes

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(Echeverri, 1990). La crisis del petróleo de los años 70s, también tuvo su efecto en el sistema financiero colombiano, por lo tanto había que establecer mecanismos para fomentar el ahorro y con ello la generación de recursos para financiar la inversión, especialmente privada.

Estos cambios abrieron el paso a la reforma de 1974, mediante la cual se trató de afianzar una mayor libertad para el funcionamiento del mercado financiero. La reorganización del crédito de fomento se logró mediante la sustitución de recursos de emisión por aquellos captados directamente en el mercado o provenientes de las instituciones financieras. Los

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mecanismos de redescuento para el sector se perfeccionaron posteriormente en 1966 con la creación del Fondo Financiero Agrario. En este orden de ideas, los recursos para financiar procesos de fomento al desarrollo de sectores claves de la economía, no tuvieron los recursos necesarios que pudieran convertirlos en dinamizadores del crecimiento económico para la época. El proceso de modernización del país, reclamada que los empresarios y grupos económicos se organizaran en gremios con poder de negociación en defensa de sus intereses y como órganos de presión

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En los setenta se crearon, entre otros, Andigraf (Asociación Colombiana de la Industria Gráfica), Anif (Asociación Nacional de Instituciones Financieras) y Fedepalma (Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite), entre otras de menor importancia. Esta conformación de asociaciones les

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permitíó a los diferentes sectores económicos tener mayor representatividad y un mayor poder en la toma de decisiones (Dávila, 1999). Los gobiernos y sus planes de desarrollo, debían incluir en consideración los intereses de los gremios económicos, quienes empezaron a participar en las grandes decisiones de política económica acorde a sus intereses gremiales. Un país eminentemente rural, con escasas exportaciones y con un proceso de desarrollo de los sectores manufacturero e industrial incipiente, repercutía socialmente en una mayor inequidad en la distribución el ingreso y la calidad de la población rural y urbana.

En el sector urbano, los grandes beneficiarios del desarrollo económico hasta mediados de los años sesenta fueron los propietarios del capital y los sectores medios de la población. Aquí empieza a configurarse un país con tendencias a la consolidación de

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Cuatro factores diferentes afectaron las tendencias anteriores en los años setenta. La migración campo ciudad contribuyó al crecimiento de las ciudad, mayor disponibilidad de mano de obra no calificada, pero también una problemática social en términos de mayores demandas de vivienda, salud, educación, empleo, grandes desafíos para los gobiernos de turno. Las disparidades salariales entre el sector rural y el urbano, aceleraron la migración a los principales urbanos, amenazando el campo por la disminución de productos

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El sector rural, especialmente de zonas de minifundio seguían en situación de atraso y abandono por parte de las políticas del Estado, en tanto que la incipiente industrialización cobraba ventaja como sector económico por su contribución al producto interno bruto. La experiencia permitíó superar definitivamente la crisis interna que había experimentado la Federación Nacional de Cafeteros en 1937, dado que durante este año hubo superproducción del grano

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El Fondo Nacional del Café terminó con una capacidad financiera más fuerte, lo cual le otorgaría un amplio margen de sostenibilidad en los años subsiguientes. La penetración del mercado europeo por parte de la Federación resultó así esencial para evitar que la tendencia del consumo norteamericano terminara por restringir las exportaciones colombianas del grano. El Acuerdo Interamericano, establecíó un sistema de cuotas para regular el mercado y contó con la participación de países

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Luego, fue sucedido por un nuevo Acuerdo en 1968, el cual permitíó establecer un mayor control para evitar que el precio internacional fluctuara de manera cíclica hacia la baja y con ello perjudicara las economías que fundamentalmente dependías de su cultivo monoexportadora. Fue posible gracias a la disponibilidad de tierras cultivables previamente subutilizadas y la difusión de nuevas tecnologías y productos.

El crecimiento en el área sembrada no fue homogéneo para todos los cultivos. La vocación exportadora del país y su inserción en los procesos de integración económica, reclamaban un

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sector agrícola de corte empresarial, capaz de suministrar las materias primas industrializables para consolidad una agroindustria para el consumo interno y de exportación. Este dinamismo fue motivado por la creciente demanda de alimentos en los grandes centros urbanos, donde su población crecía pero también poseía un mayor poder adquisitivo para demandar productos de la canasta básica, especialmente de cultivos tradicionales.

La evolución de los rendimientos fue también diversa para los distintos tipos de productos. Los cultivos comercializables y aptos para un procesamiento agroindustrial, tuvieron un gran auge, con lo cual hubo una diferenciación en el agro colombiano: la agricultura tradicional abastecedora de productos básicos de

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la canasta familiar y una agricultura más modernizada que abastecía materias primas para el sector agroindustrial.

3.5 SECTOR PÚBLICO

De acuerdo con la definición utilizada en las Cuentas Nacionales del Banco de la República, que excluyen la mayor parte de los ingresos y gastos de las empresas públicas, los ingresos corrientes del gobierno aumentaron más del 11% del PIB (Producto Interno Bruto) a comienzos de los años cincuenta, a 16% en el primer lustro de la década del setenta. Las reformas tributarias también afectan al sector empresarial y por lo tanto, sus gremios son quienes avalan o protestan sobre las bondades o perjuicios de políticas tributarias.

La expansión del sector público conllevó un cambio significativo en su estructura.

creadas 17 nuevas entidades de este tipo (Departamento de Planeación Nacional, 1998). El intervencionismo de Estado y la aplicación de políticas keynesianas repercutían en un mayor tamaño del Estado, una clase burócrata en crecimiento y un mayor gasto presupuestal de funcionamiento. Vale la pena anotar también que, ante el peso de los crecientes recursos necesarios para financiar este complejo conjunto de actividades, los gobiernos departamentales y municipales, con excepciones (Bogotá y Medellín), acrecentaron enormemente su dependencia del gobierno nacional.

Así, la centralización de las funciones estatales en manos del gobierno nacional coincidíó con una descentralización administrativa cada vez mayor en este nivel del Estado. Ello se tradujo en una mayor injerencia del Presidente de la República en el manejo monetario, en las políticas de ahorro, en el crédito público, en la organización y reforma de los

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Así mismo, centralizó en el poder ejecutivo la iniciativa legislativa en materia de gasto público y restringíó la iniciativa parlamentaria en lo relativo al régimen tributario. Este pensamiento se reafirmó en las dos décadas siguientes y preparó el terreno para que en la Reforma de 1968 se diera un tratamiento diferente a los problemas de orden policivo y a los de orden público económico.

Para enfrentar aquellas dificultades se conservó el artículo 121, relativo al Estado de sitio, y se incorporó un nuevo artículo en la Carta, el 122, que facultaba al Presidente de la República para decretar la emergencia económica y asumir, por un período máximo de 90 días, poderes legislativos, siempre que sus decisiones se refirieran estrictamente al tratamiento de los motivos citados en la declaratoria de anormalidad. La Constitución establecíó, además, que las providencias del Ejecutivo no podrían desmejorar los derechos sociales garantizados por la legislación vigente.

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Aquí se refleja una mayor participación de la industria en el PIB gracias a la consolidación de factores productivos claves: capital humano más capacitado y una mayor incorporación de capital y tecnología en la industria y la manufactura. La

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No obstante, los análisis realizados a fines de los años sesenta mostraron que Colombia había evitado una protección excesiva y promovido un patrón de industrialización que no mostraba los excesos de otros países latinoamericanos. El proteccionismo derivado de la política de sustitución de importaciones, tuvo un efecto negativo, en el sentido de generar en las empresas protegidas un anquilosamiento en su competitividad e innovación, situación que fue resuelta con la llamada apertura económica del gobierno de Gaviria, siendo su principal argumento de justificación para impulsarla.

En particular, promovíó un mayor desarrollo de algunas industrias altamente intensivas en mano de obra (confecciones, productos de cuero e imprentas

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trabajo-intensivas). Los acuerdos comerciales y la disminución de barreras arancelarias y para-arancelarias de algunos países, incidieron en el dinamismo económico del aparato productivo, especialmente la industria y manufactura de productos exportables. Esta situación se vio reflejada en la consolidación de sectores industriales con asentamiento en las grandes ciudades capitales, como centros industriales y comerciales que dinamizaron los procesos productivos para el mercado interno e internacional. Además, algunos conglomerados industriales incorporaron o crearon entidades financieras, tanto para facilitar el acceso a recursos líquidos como, especialmente, para multiplicar el poder accionario; este último propósito se lograba mediante la propiedad de aquellas entidades financieras facultadas por la ley para adquirir acciones (las Compañías de Seguros primero, y las

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Es importante señalar que con el crecimiento industrial y manufacturero, el afianzamiento del sector financiero y la consolidación de gremios económicos, también dio paso al desarrollo del mercado de capitales como medios expeditos para el financiamiento empresarial con propósitos de crecimiento y expansión.

La financiación en el sector industrial tuvo diversas fuentes. Este mecanismo permitíó que viejas empresas familiares se transformaran en sociedades anónimas; en otros casos, sin embargo, la estructura familiar se conservó y la figura de ―sociedad anónima‖ no dejó ser una pura ficción. El mercado de capitales por su carácter especulativo y por la falta

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de cultura empresarial de democratización del capital social para mejor crecimiento y posicionamiento, tuvo algunos tropiezos competitivos con el sector financiero y los créditos de fomento a la industria y la manufactura. En atención a la influencia del modelo económico keynesiano, la inversión pública antes que la privada constituyeron estrategias para alcanzar procesos de crecimiento y desarrollo económico. Pero este mayor gasto público también obedecíó a una mayor aparato burocrático

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Finalmente, la mejoría en los términos de intercambio, iniciada a fines de los años 70, ayudó también a robustecer la capacidad de compra del país más allá de lo que permitía el crecimiento de las exportaciones. El estrangulamiento externo sirvió como justificación para un programa de sustitución de importaciones más agresivo. El modelo estructuralista de Centro-periferia cuyo principal postulado era la sustitución de importaciones, fue preconizado y llevado a la práctica por todos los gobiernos del frente nacional. La última de ellas adoptó, finalmente, un sistema puro de

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Esta política de proteccionismo redundaría más adelante en un proceso de anquilosamiento de la industria, pérdida de competitividad y por lo tanto, la justificación de la apertura económica.

Dos nuevos elementos se añadieron, sin embargo, a los mecanismos creados en épocas anteriores. El control de cambios y las restricciones para el manejo de divisas, afectaron significativamente los procesos de exportación e importación, afectando el deterioro de la balanza comercial

A dicho mecanismo, se agregó el Plan Vallejo en 1957, que facultó a los exportadores para traer los insumos necesarios libres de derechos de importación, y también un descuento especial para las exportaciones en la reforma tributaria de 1960. Este hecho constituyó hasta 1967 el limitante básico de la estrategia adoptada, que impidió un crecimiento más rápido de las nuevas exportaciones. Los gobiernos del frente nacional tuvieron muchos desaciertos en el manejo de política cambiaría dado que no había una formación de técnicos especialistas en la administración pública que tuvieran bastos conocimiento del manejo económico para un país con estructuras tradicionales y acordes a las tendencias mercado extranjero.

El primer gobierno del Frente Nacional emprendíó un programa fiscal expansionista, financiado con los nuevos recursos externos proporcionados por la Alianza para el Progreso. A partir de entonces el manejo macroeconómico se hizo cada vez más

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difícil. Sin embargo, el impacto de la devaluación sobre el nivel de precios, aunado a la escasez de alimentos y el alza de salarios, decretada por el gobierno ante la avalancha de protestas populares, aceleró dramáticamente la inflación en 1963, eliminando así el efecto real de la devaluación del año anterior.

Las medidas de control de importaciones tuvieron así que acentuarse. El control de cambio y la banda cambiarías fueron mecanismos que no dejaron prosperar el libre mercado ni la iniciativa privada. La dependencia del Fondo Monetario Internacional, llevo al traste la autonomía en materia monetaria y cambiaría, pues el creciente endeudamiento externo implicaba la intervención con medidas de ajuste por parte de este organismo multilateral.

Durante la Administración Valencia el crecimiento económico se hizo más irregular que en el período anterior y un poco más lento (4.6% anual entre 1962 y 196

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