Motivos de la expansión colonial del Imperio francés

El auge del nacionalismo en Europa

Entre 1848 y 1870, el mapa de Europa se modificó por la competencia de las potencias continentales por la hegemonía y por el nacionalismo insatisfecho de naciones sin Estado propio, como Alemania, Italia o Polonia.                                                       

Francia: el Segundo Imperio

En 1851, el presidente de la República, Luis Bonaparte, dio un Golpe de Estado, se proclamó emperador con el nombre de Napoleón III e instauró el Segundo Imperio.

Este régimen era una síntesis de liberalismo y orden. Su prestigio se basaba en la herencia dinástica y en una política exterior agresiva. Entre 1851 y 1870, Napoleón III intervino en todas las crisis entre las grandes potencias.

La unificación de Alemania

Tras el fracaso de 1848, el nacionalismo alemán se dividíó en dos:Los partidarios de la Gran Alemania, agrupada en torno a Austria, potencia católica cuyo monarca había sido emperador del Sacro Imperio hasta 1806.Los que preferían una Pequeña Alemania dirigida por Prusia, potencia protestante, excluyendo a Austria. El canciller prusiano Otto von Bismarck logró la unificación a través de una serie de guerras.      

El proceso de unificación alemana

La unificación se logró mediante guerras con los Estados vecinos: 
Guerra de los Ducados (1864), que enfrentó a Austria y Prusia contra Dinamarca por la posesión de los ducados de Schleswig y Holstein, de habla alemana. 
Guerra austro-prusiana (1866), a propósito de la administración de estos ducados. Prusia se impuso tras una corta campaña, en la que demostró su superioridad militar y consiguió la unificación del norte de Alemania.
Guerra Franco-prusiana (1870-1871). El fortalecimiento de Prusia incrementó la rivalidad con Francia. Los prusianos vencieron a Napoleón III en la batalla de Sedán e invadieron Francia. La paz se firmó en Enero de 1871.

El rey de Prusia, Guillermo I, fue proclamado káiser en el propio palacio de Versalles. El Segundo Reich o Imperio alemán tendría una estructura federal. Alemania se anexiónó dos provincias francesas de lengua alemana, Alsacia y Lorena.

La unificación italiana

El caso de Italia era muy complejo, debido a la ocupación del noreste de la península Itálica por una potencia extranjera, Austria, y la presencia de los Estados Pontificios, que obligaba al nacionalismo a enfrentarse al poder temporal del Papa.

El Estado que encauzó el sentimiento nacionalista fue el Piamonte, cuyo monarca, Víctor Manuel II, era rey de Cerdeña. El protagonista de la unificación fue el primer ministro piamontés Cavour, que recogíó los frutos de las ideas de Mazzini y de las hazañas de Garibaldi.

Las fases de la unificación de Italia

Las etapas del proceso de unificación fueron:
Anexión de Lombardía (1859) Se logró tras derrotar a Austria con apoyo de la Francia de Napoleón III. Sin embargo, Venecia quedó en manos austrias. 
Incorporación del Reino de las Dos Sicilias (1860-1861)Insurrección nacionalista en los ducados de ParmaMódena yToscana, y en la Romaña papal. Se celebraron plebiscitos que sancionaron la anexión de ­estos territorios al Piamonte. Al mismo tiempo, un ejército de voluntarios (los “camisas rojas”) al mando de Garibaldi conquistó el Reino de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia). Entre tanto, los piamonteses invadían Umbría y las Marcas (Estados de la Iglesia). Tras anexionarse estos territorios, Víctor Manuel se proclamó rey de Italia (1861).
Incorporación del Véneto (1866) Agregado por el reino de Italia tras la derrota austríaca en la guerra contra Prusia.
Incorporación de Roma (1870) Aprovechando la guerra Franco-prusiana, las tropas italianas entraron en Roma.
El papa Pío IX, en protesta por la ocupación, se proclamó prisionero en el Vaticano.


Las grandes potencias europeas

Tras las unificaciones de Italia y Alemania, Europa había sufrido profundos cambios. Ahora se sentaban a la mesa de las grandes potencias tres imperios en decadencia (el austro-húngaro, el ruso y el turco); dos nuevos Estados (Italia y Alemania); una Francia que construía una nueva república; y un Reino Unido cada vez más volcado en sus intereses ultramarinos.

Reino Unido

La reina Victoria.Entre 1837 y 1901 gobernó Victoria I. La Inglaterra victoriana ostentó la indiscutible hegemonía económica a nivel mundial y expandíó su enormeImperio por ultramar.
Tan solo encontró competidores a finales del siglo  xix en Alemania o en nuevas potencias extraeuropeas como Estados Unidos o Japón.En el interior, la política británica se basó en la alternancia entre el partido conservador y el partido liberal.






















El imperialismo: la expansión colonial

El nuevo imperialismoA partir del siglo xv, los europeos construyeron grandes imperios coloniales en ultramar, sobre todo en América. Este primer colonialismo entró en crisis tras la independencia de Estados Unidos. A ­comienzos del siglo xix, la mayoría de estas colonias ya se había emancipado.Aunque la nueva fase de expansión colonial comenzó hacia 1830, fue a partir de 1870 cuando los imperios alcanzaron su apogeo, asegurándose el dominio económico y cultural (y, en muchas ocasiones, también el control político directo) sobre el resto del mundo.

Las causas económicas

La Revolución Industrial proporciónó a los europeos los medios necesarios para afianzar su poder sobre el conjunto de la humanidad gracias a su superioridad técnica, organizativa y económica, sin que las sociedades tradicionales pudieran defenderse con éxito salvo que se transformaran en profundidad. Pero, además, había importantes motivos económicos que impulsaban la expansión colonial: Las colonias suministraban a la metrópoli materias primas y mano obra barata para extraerlas; a su vez, eran también mercados (que aquella aseguraba mediante medidas proteccionistas) para sus manufacturas. Los europeos, que acumulaban el 60 % de las reservas de oro de todo el mundo, buscaban territorios donde poder invertir su excedente de capital para obtener la máxima rentabilidad. Pero las redes del colonialismo se extendían también a países soberanos que adeudaban grandes capitales a los europeos, como el Imperio otomano o el chino, lo que permitía a las potencias acreedoras imponerles la política aduanera o monetaria. Europa era como un inmenso banco que cobraba las rentas de todo el planeta.

El factor demográfico

La emigración de población europea se dirigíó hacia las colonias y, sobre todo, hacia países independientes de América.La transición al régimen demográfico moderno produjo una autén-tica explosión blanca:
Entre 1850 y 1914, la población europea aumentó en un 75 %, pese a la emigración hacia ultramar.
Algunas colonias, casi siempre de clima templado, absorbían buena parte del excedente demográfico de la metrópoli: esa era la función de Canadá Australia en el caso británico, de Argelia en el francés o de Cuba en el español; pero la mayoría de los emigrantes europeos se asentaba en antiguas colonias que eran ya independientes, como Estados UnidosBrasil Argentina.
El aumento de la presión demográfica por la inmigración europea impulsaba la conquista efectiva y la colonización de territorios ocupados por pueblos indígenas, como en el caso del Oeste americano.Las sociedades resultantes, configuradas según el modelo europeo, se convertían enexportadoras de alimentos y materias primas.

Motivos políticos

En el imperialismo influían también motivos políticos:


Algunas colonias carecían de interés económico, pero estaban en una situación estratégica que permitía el dominio de las rutas marinas, como los enclaves británicos de Gibraltar, Malta o Adén.Las colonias daban prestigio:
Se consideraba que la posesión de un Imperio era condición para acceder al estatus de gran potencia.Entre 1870 y 1890, la escalada imperialista llevó al reparto de los territorios susceptibles de colonización. A finales de siglo, cuando estos territorios se agotaron, se produjo un aumento de la tensión internacional, con crisis, como el incidente de Fachoda entre Francia y Reino Unido (1898), y guerras en las que las potencias fuertes agredían a las débiles para arrebatarles sus colonias, como en la guerra hispano-estadounidense de 1898.

La coartada ideológica

El imperialismo resulta incomprensible si se ignora la coartada intelectual que trata de justificarlo: el racismo.
En general, los europeos estaban convencidos de que la raza blanca era superior y de que tenían el derecho, e incluso el deber, de dominar a toda la humanidad.La emigración de población europea se dirigíó hacia las colonias y, sobre todo, hacia países independientes de América.


El imperialismo: la expansión colonial

El nuevo imperialismoA partir del siglo xv, los europeos construyeron grandes imperios coloniales en ultramar, sobre todo en América. Este primer colonialismo entró en crisis tras la independencia de Estados Unidos. A ­comienzos del siglo xix, la mayoría de estas colonias ya se había emancipado.Aunque la nueva fase de expansión colonial comenzó hacia 1830, fue a partir de 1870 cuando los imperios alcanzaron su apogeo, asegurándose el dominio económico y cultural (y, en muchas ocasiones, también el control político directo) sobre el resto del mundo.

Las causas económicas

La Revolución Industrial proporciónó a los europeos los medios necesarios para afianzar su poder sobre el conjunto de la humanidad gracias a su superioridad técnica, organizativa y económica, sin que las sociedades tradicionales pudieran defenderse con éxito salvo que se transformaran en profundidad. Pero, además, había importantes motivos económicos que impulsaban la expansión colonial: Las colonias suministraban a la metrópoli materias primas y mano obra barata para extraerlas; a su vez, eran también mercados (que aquella aseguraba mediante medidas proteccionistas) para sus manufacturas. Los europeos, que acumulaban el 60 % de las reservas de oro de todo el mundo, buscaban territorios donde poder invertir su excedente de capital para obtener la máxima rentabilidad. Pero las redes del colonialismo se extendían también a países soberanos que adeudaban grandes capitales a los europeos, como el Imperio otomano o el chino, lo que permitía a las potencias acreedoras imponerles la política aduanera o monetaria. Europa era como un inmenso banco que cobraba las rentas de todo el planeta.

El factor demográfico

La emigración de población europea se dirigíó hacia las colonias y, sobre todo, hacia países independientes de América.La transición al régimen demográfico moderno produjo una autén-tica explosión blanca:
Entre 1850 y 1914, la población europea aumentó en un 75 %, pese a la emigración hacia ultramar.
Algunas colonias, casi siempre de clima templado, absorbían buena parte del excedente demográfico de la metrópoli: esa era la función de Canadá Australia en el caso británico, de Argelia en el francés o de Cuba en el español; pero la mayoría de los emigrantes europeos se asentaba en antiguas colonias que eran ya independientes, como Estados UnidosBrasil Argentina.
El aumento de la presión demográfica por la inmigración europea impulsaba la conquista efectiva y la colonización de territorios ocupados por pueblos indígenas, como en el caso del Oeste americano.Las sociedades resultantes, configuradas según el modelo europeo, se convertían enexportadoras de alimentos y materias primas.

Motivos políticos

En el imperialismo influían también motivos políticos:Algunas colonias carecían de interés económico, pero estaban en una situación estratégica que permitía el dominio de las rutas marinas, como los enclaves británicos de Gibraltar, Malta o Adén.Las colonias daban prestigio:
Se consideraba que la posesión de un Imperio era condición para acceder al estatus de gran potencia.Entre 1870 y 1890, la escalada imperialista llevó al reparto de los territorios susceptibles de colonización. A finales de siglo, cuando estos territorios se agotaron, se produjo un aumento de la tensión internacional, con crisis, como el incidente de Fachoda entre Francia y Reino Unido (1898), y guerras en las que las potencias fuertes agredían a las débiles para arrebatarles sus colonias, como en la guerra hispano-estadounidense de 1898.

La coartada ideológica

El imperialismo resulta incomprensible si se ignora la coartada intelectual que trata de justificarlo: el racismo.
En general, los europeos estaban convencidos de que la raza blanca era superior y de que tenían el derecho, e incluso el deber, de dominar a toda la humanidad.La emigración de población europea se dirigíó hacia las colonias y, sobre todo, hacia países independientes de América.


La sociedad de la segunda mitad del siglo xix

La reforma urbanística de París fue diseñada por el barón Haussmann entre los años 1853 y 1869.

Fruto de la Segunda Revolución Industrial surgíó una sociedad que se caracterizaba por el predominio de la vida urbana sobre la rural y por su composición peculiar:

Burguésía y nobleza

 Estos dos grupos se habían aliado; la burguésía revolucionaria de la época ROMántica se había convertido en una clase conservadora.

Clases medias

 Con el crecimiento de las ciudades, el sector servicios aumentó a un ritmo más rápido aún que el industrial. Ligadas a este sector, ganaban peso así las clases medias, que amortiguaban las tensiones entre las clases altas y las bajas.

Campesinado y proletariado

Había disminuido a un ritmo acelerado, al tiempo que aumentaba el proletariado. Hacia 1900, la clase obrera constituía casi la mitad de la población británica, y más de un tercio de la alemana y la francesa.

Un Estado del bienestar

Mientras se extendía el sufragio universal masculino, el Estado empezaba tímidamente a ocuparse del bienestar de la población, en parte para frenar los progresos del socialismo. Se elaboraron las primeras leyes de enseñanza obligatoria y surgieron iniciativas para implantar sistemas de seguros de enfermedad y vejez.
Los avances en la salud pública y el urbanismo (alumbrado y alcantarillado) contribuyeron a erradicar las peores lacras de los barrios obreros.

En la segunda mitad del siglo xix el movimiento obrero trató de conseguir una agrupación internacional de la clase obrera mediante asociaciones internacionales:

Las internacionales obreras

En 1864 se fundó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), o Internacional. Pronto, en su seno se manifestarían dos tendenciasopuestas:

Marxistas

 Creían en la victoria ineludible del proletariado en su lucha contra la burguésía y pretendían que la clase obrera se organizara en partidos políticos revolucionarios para tomar el poder.

Anarquistas

 Eran seguidores de Mijáil Bakunin, deseaban abolir toda autoridad y rechazaban la lucha política. En 1872 se consumó la ruptura entre ambos grupos: los anarquistas abandonaron la Internacional, que acabaría disolvíéndose poco después.

La segunda internacional


Rosa Luxemburgo.

En 1889 se fundó la Segunda Internacional o Internacional socialista (a partir de entonces, socialista vino a significar lo mismo que marxista). En su seno surgíó una tendencia socialdemócrata, que predominaba en el socialismo alemán, el más poderoso de Europa.

El principal motivo de tensión dentro del socialismo de esta época fue la disputa entre los partidarios del carácter internacionalista de la clase obrera y los que buscaban un compromiso con el nacionalismo.
Entre los primeros destacó la figura de Rosa Luxemburgo.

En una época de tensión internacional, uno de los objetivos básicos de la Internacional era lograr la uníón de la clase obrera por encima de los conflictos entre países.

El movimiento de emancipación de la mujer


Las mujeres constituían la mayoría de la mano de obra en muchas industrias.

La Revolución Industrial propició cambios demográficos trascendentales que facilitaron la emancipación femenina:
Disminuyó la mortalidad infantil, se redujo el número de hijos por mujer, se retrasó la edad del matrimonio y descendíó la natalidad.

Lo significativo no era que accedieran al mundo laboral, pues las mujeres siempre habían trabajado;
De hecho, eran una aplastante mayoría en la primera industria moderna, la algodonera. Lo novedoso era que ahora podían optar a una educaciónútil que les abriera el camino hacia profesiones cualificadas y puestos de responsabilidad.

Una auténtica revolución silenciosa abríó a la mujer las puertas de la enseñanza secundaria:
Reservada a los varones hasta la década de 1880, veinte años más tarde el número de alumnos de ambos sexos ya tendía a igualarse en países como Reino Unido. Para entonces, cada vez más mujeres accedían a la universidad.

Las profesiones consideradas aptas para ellas estaban relacionadas con roles tradicionales, como el cuidado de niños o enfermos, pero pronto hubo pioneras en dominios hasta entonces reservados al hombre. Muchas escribían, y cada vez había más que se dedicaban a la ciencia o la política, sobre todo en el movimiento obrero. En 1914 ya había cuatro mujeres que habían recibido el Premio Nobel, fundado en 1899. Una de ellas, María Salomea Skłodowska, más conocida como Marie Curie, fue la primera persona que lo obtuvo dos veces.

Aunque este proceso comenzó por la clase media, el cambio se dejó notar en toda la sociedad. El auge del sector servicios abríó nuevas posibilidades al empleo femenino:
Dependientas, mecanógrafas, operadoras de teléfono. Por primera vez, muchas mujeres de la clase trabajadora eran económicamente independientes.

Estos cambios sociales tuvieron repercusión política a través del movimiento sufragista, que desde la década de 1890 exigía el derecho de voto para las mujeres. Salvo casos aislados, el objetivo no se logró hasta después de 1914.


El impresionismo y el posimpresionismo

El impresionismo
La primera exposición impresionista se celebró en 1874 en París, y produjo gran escándalo por la originalidad de sus propuestas y el contraste con los estereotipos de moda en la pintura académica. En este Salón de los Rechazados, llamado así porque la Academia había rehusado exponer en su salón oficial, se presentaba un cuadro de Monet titulado Impresión: sol naciente, que daría nombre al mo-vimiento.El estilo de los impresionistas estaba influido por avances científicos y técnicos en el campo de la óptica y la fotografía e inspirado por el descubrimiento de artes desconocidas hasta entonces en Europa, en especial el de las estampas japonesas.
De esta forma, se desarrolló una nueva forma de comprender la belleza o la luz. Los rasgos más destacados de este movimiento son los siguientes:La luz se convierte en protagonista del cuadro y los contornos se desdibujan; los impresionistas, como los fotógrafos, no representaban los objetos bañados de luz, sino la misma luz.Los artistas salen de sus estudios para pintar al aire libre, con la intención de captar el momento fugaz, pues el mismo objeto cambia totalmente de aspecto según la hora del día o las estaciones.La pincelada se hace más suelta y compleja. Los pintores investigan las sensaciones cromáticas, y evitan utilizar colores compuestos, sino manchas de colores puros complementarios, que se mezclan en la retina produciendo impresiones de gran originalidad.El interés por el movimiento se manifiesta a través de originalesencuadres que anticipan a veces los movimientos de la cámara cinematográfica.
Édouard Manet, gran conocedor de los clásicos, fue el precursor de esta escuela y sirvió de puente con el Realismo. Entre los impresionistas destacan Claude Monet Camille Pissarro, grandes paisajistas;
 Pierre-Auguste Renoir, cronista de la vida parisina; y Edgar Degas, apasionado por el mundo de las bailarinas y original escultor. También en la escultura se produjo una ruptura con la tradición de la que es buen exponente Auguste Rodin, que revolucionaría la concepción escultórica: sus superficies, aparentemente inacabadas, en bronce, transmitían un enorme dramatismo que contrastaba con la frialdad de las estatuas de mármol pulido del arte académico.

El posimpresionismo


Partiendo de los logros del impresionismo, la siguiente generación de pintores llevó la ruptura con la tradición hasta sus últimas consecuencias, abriendo así el paso a los movimientos vanguardistas del siglo xx.Bajo la etiqueta de posimpresionistas se incluye un grupo de artistas muy originales, que desarrollaron su obra a partir de 1880 y que no componen propiamente una escuela:

Paúl Gauguin

 Apasionado por el arte popular y las culturas exóticas de África y Polinesia, introduciría en sus cuadros colores planos, vivos y contrastados, anticipándose al fauvismo.

Vincent van Gogh

 Holandés afincado en Francia, modificaba las formas de los objetos en función de la emoción subjetiva del artista, avanzando así los principios del expresionismo.

Henri de Toulouse-Lautrec

 Pintor y litografista, fue otro precursor del expresionismo, por su interés por la forma y el movimiento.

Paúl Cézanne

 Augura, mediante el estudio de las formas y los volúMenes, la revolución cubista que se iba a iniciar en el siglo x


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