Transformaciones Geopolíticas del Siglo XIX: Auge y Declive de Imperios

El Declive del Imperio Otomano y la Cuestión de Oriente

Debilitamiento del Imperio Otomano

El Imperio otomano, que abarcaba el Mediterráneo oriental y los Balcanes, se debilitó en el siglo XIX debido a una crisis económica e institucional y al creciente nacionalismo en su diverso territorio. Desde 1839, los sultanes intentaron reformas administrativas y militares conocidas como Tanzimat. La presión de los Jóvenes Otomanos llevó a la aprobación temporal de una Constitución en 1876, estableciendo una monarquía parlamentaria con control absoluto del sultán.

La Cuestión de Oriente

La Cuestión de Oriente se refiere al conflicto por el control de los Balcanes, causado por la debilidad del Imperio otomano y las ambiciones de Rusia y Austria. La intervención del Reino Unido y Francia para frenar a Rusia llevó a la guerra de Crimea (1853-1856) y, posteriormente, a otra guerra en 1877 entre turcos y rusos. El Tratado de Berlín (1878) reconoció la independencia de Serbia, Montenegro y Rumania, y cedió Bosnia-Herzegovina al Imperio austrohúngaro.

El Auge del Imperio Británico durante la Era Victoriana

Política Interior Británica

Durante el reinado de Victoria I (1837-1901), el Reino Unido vivió un auge económico y estabilidad política. Se llevaron a cabo reformas que ampliaron derechos ciudadanos, como la abolición de la esclavitud y la democratización del gobierno municipal. El sistema político era bipartidista, alternando entre tories (conservadores) y whigs (liberales). Los liberales, bajo William Gladstone, extendieron el derecho al voto a trabajadores en 1884. La cuestión irlandesa fue clave, con el movimiento nacionalista de Charles Parnell buscando autonomía; aunque se aprobó la Home Rule en 1902, no cumplió todas las aspiraciones nacionalistas.

Consolidación del Imperio Británico

Durante el siglo XIX, el liderazgo económico de Gran Bretaña consolidó su hegemonía mundial. La City de Londres se convirtió en el centro financiero internacional y la libra esterlina se estableció como la moneda del patrón oro. A finales del siglo, este liderazgo comenzó a ser desafiado por Alemania y Estados Unidos.

La burguesía británica impulsó la expansión imperial para abrir nuevos mercados y acceder a materias primas. En Asia, controló India, proclamando a la reina como emperatriz en 1876 tras sofocar la revuelta de los cipayos, y aumentó su influencia en China tras las guerras del Opio. En América Latina, dominó los ferrocarriles y el comercio internacional. En África, estableció colonias y aseguró su hegemonía marítima con el control del canal de Suez, inaugurado en 1869, que facilitó el control de las rutas marítimas desde 1875.

El Segundo Imperio Francés bajo Napoleón III

Ascenso de Napoleón III

Tras la revolución de 1848, Luis Napoleón Bonaparte se convirtió en presidente y, en 1851, dio un golpe de Estado para proclamarse emperador como Napoleón III. Su Constitución de 1852 le otorgó amplios poderes, aunque mantuvo el sufragio universal masculino.

Etapas del Segundo Imperio

  1. Imperio autoritario (hasta 1859): caracterizado por la censura y represión política.
  2. Imperio liberal: tras un atentado fallido, Napoleón III intentó suavizar su política, pero sin cambios significativos en el modelo socioeconómico.
  3. Imperio parlamentario (desde 1868): tras fracasos en política exterior, se liberalizó el régimen, ampliando la autonomía del poder legislativo y los derechos de reunión.

Socialmente, implementó políticas para desactivar el movimiento obrero, legalizando huelgas y promoviendo el sindicalismo. Económicamente, impulsó la expansión industrial y la remodelación de París con el plan Haussmann.

Política Exterior de Napoleón III

Napoleón III buscó reformar el orden europeo establecido por el Congreso de Viena y restaurar el prestigio de Francia a través de tres frentes principales:

  1. Italia: Participó activamente en la unificación italiana, apoyando al Piamonte y participando en la guerra de 1859, lo que le permitió controlar Niza y Saboya. Sin embargo, se opuso a que Italia incorporara los Estados Pontificios, lo que lo convirtió en un obstáculo para la unificación.
  2. Expansión imperialista:
    • África: Ampliación del dominio francés en el norte y participación en la construcción del canal de Suez.
    • Asia: Emprendió una expedición para controlar Indochina.
    • América: Intentó establecer un imperio en México con el archiduque Maximiliano I, pero fracasó ante la resistencia mexicana.
  3. Prusia: Su mayor fracaso fue la guerra franco-prusiana (1870), desencadenada por sus pretensiones sobre Luxemburgo y disputas sobre el trono español. La derrota en la batalla de Sedán llevó a la captura de Napoleón III y a la proclamación de la Tercera República en Francia.

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