Transformaciones Globales: Del Colapso Soviético al Auge del Consumismo y la Apertura China

La Desintegración de la URSS: Causas y Consecuencias

Las reformas de Gorbachov habían provocado el desmoronamiento del poder soviético en la Europa del Este, y en el interior de la URSS desencadenaron un imparable proceso de desintegración. Las reformas económicas provocaron una caída de la productividad, subida de precios y desabastecimiento. Además, la cuestión nacional también estalló.

Gorbachov había planteado un nuevo Tratado de la Unión para constituir «repúblicas soberanas e iguales en derechos». Este tratado se votó en marzo de 1991, pero fue boicoteado por las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania), así como por Armenia, Georgia y Moldavia, que querían acceder a la independencia. A pesar de los boicots, las votaciones tuvieron una gran participación.

En julio de 1990 ya se habían realizado elecciones libres en la Federación Rusa, donde Borís Yeltsin fue elegido presidente. Yeltsin propuso cambios significativos en el sistema soviético. La vieja guardia del Partido Comunista intentó, en agosto de 1991, un golpe de Estado para acabar con las reformas. El golpe fracasó, pero reforzó las posiciones radicales de los partidarios de desmantelar el sistema político soviético.

Tras el fracaso del golpe, Gorbachov procedió a la disolución del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) debido a su implicación en el intento de golpe. La desintegración de la URSS se precipitó: en 1991, todas las repúblicas se independizaron y se formó la Comunidad de Estados Independientes (CEI). En diciembre de 1991, Gorbachov dimitió como presidente de un Estado que, de facto, ya había dejado de existir.

La Era de la Prosperidad Económica y el Consumismo Postguerra

La preponderancia de la economía americana quedó reflejada en el nuevo orden económico surgido en la posguerra. El dólar, convertible en oro hasta 1971, se consolidó como la moneda mundial y el valor de las mercancías más importantes se fijaba en dólares. La primacía del dólar se originó con los Acuerdos de Bretton Woods en 1944, que dieron lugar a la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial.

Aunque la Organización Internacional del Comercio (OIC) no prosperó, en 1947 surgió el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), encargado de rebajar las tarifas arancelarias y promover el libre comercio.

En las dos décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos (EE. UU.) experimentó un elevado crecimiento económico. Su hegemonía se basó en diversos factores:

  • Notable cantidad de recursos naturales.
  • Control de importantes fuentes de materias primas y de energía.
  • Un sistema científico y tecnológico avanzado.
  • La creación de grandes empresas (multinacionales).

Este crecimiento estaba potenciado por una gran capacidad financiera. Esto se tradujo en un importante aumento de la renta por habitante y en una gran demanda de sus productos a nivel mundial. Las décadas de 1950 y 1960 conllevaron un aumento espectacular del consumo privado. Bienes que antes eran considerados de lujo se convirtieron en habituales para la población.

EE. UU. alcanzó un nivel de vida más alto y consolidó una sociedad capitalista caracterizada por:

  • Gran cantidad de población activa.
  • Facilidades para cambiar de empleo y ascender en la escala social mediante el enriquecimiento.
  • Estímulos a la creación de nuevas empresas.
  • Un sistema financiero que facilitaba la obtención de créditos tanto para la inversión como para el consumo.

El Estado del Bienestar: Un Modelo Socioeconómico Postguerra

En Europa Occidental y, en menor medida, en Estados Unidos (EE. UU.), el crecimiento económico de la posguerra estuvo acompañado de la implantación del Estado del Bienestar. Este modelo comporta la intervención de los poderes públicos en la vida económica y social, sin que ello implique una disminución de las libertades individuales.

El Estado del Bienestar garantiza condiciones de vida dignas para todos los ciudadanos mediante la regulación del mercado y la redistribución de la riqueza. Los objetivos principales de este modelo de Estado son:

  • Impulsar el crecimiento económico y la máxima ocupación laboral.
  • Aplicar una política fiscal progresiva que proporcione los fondos necesarios para atender a las necesidades de la población.
  • Crear y sostener servicios públicos universales.
  • Intervenir en ámbitos decisivos para la sociedad, así como en lo monetario.
  • Regular el mercado para impedir movimientos financieros especulativos.
  • Actuar como una gran empresa pública con empleados y como agente de redistribución de la riqueza.

La Transición de China: Del Modelo Soviético al Capitalismo de Estado

La República Popular China, nacida en plena Guerra Fría, no fue reconocida por la mayoría de países occidentales y se volcó hacia la URSS. Adoptó el modelo soviético basado en la colectivización rápida de la tierra y la prioridad de la industria pesada. Sin embargo, su implantación no funcionó y se originó un grave déficit alimentario que desató el descontento popular. Por otra parte, tras la muerte de Stalin, Mao Zedong y los dirigentes chinos se mostraron totalmente hostiles al proceso de desestalinización.

En 1958, se produjo la ruptura entre China y la URSS, y Mao anunció una nueva orientación, el Gran Salto Adelante, una iniciativa que buscaba hacer del campesinado el gran protagonista de la revolución mediante una nueva forma de propiedad y organización colectiva: la comuna popular. Se crearon más de 24.000 comunas populares, en las que se combinaba la explotación agrícola con la artesanía tradicional y las pequeñas industrias. El objetivo era movilizar a toda la población, bajo el lema: «China no es rica en capitales, pero es rica en hombres.»

Sin embargo, los resultados económicos del Gran Salto Adelante fueron catastróficos, y se produjeron tensiones y críticas en el seno del partido comunista. En 1965, Mao lanzó una campaña contra algunos dirigentes a los que acusó de querer conducir a China hacia el capitalismo. Esta campaña es conocida como la Revolución Cultural. Se trataba de una lucha interna del partido que enfrentaba a Mao y a los partidarios de una radicalización de la revolución, con un sector, en el que se encontraba el futuro líder Deng Xiaoping, que se decantaba por una política de conciliación y fortalecimiento de la economía del país. Esta revolución se desarrolló entre 1965 y 1969 y costó miles de víctimas. Mao y sus seguidores ganaron la batalla movilizando a las masas juveniles encuadradas en la Guardia Roja.

Tras la muerte de Mao en 1976, el liderazgo chino, con Deng Xiaoping al frente, puso fin a la política de la Revolución Cultural y se propuso convertir el país en una gran potencia económica. Esto se logró incorporando ciertas prácticas del capitalismo, pero sin alterar el régimen político de predominio absoluto del Partido Comunista. A partir de entonces, China mejoró notablemente sus relaciones con Occidente, ya iniciadas tras la histórica visita del presidente estadounidense Richard Nixon en 1972.

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