Transformaciones Globales: Economía, Tecnología y Conflictos a Inicios del Siglo XX

Impacto de la Crisis Finisecular y el Retorno del Estado

Se pone fin al liberalismo clásico, empezando a utilizarse el término de neomercantilismo, nueva economía política o ‘el retorno del Estado’. Este último volverá a intervenir con mucha fuerza durante la siguiente década. Esta nueva situación se verá reflejada en políticas comerciales mucho más restrictivas, transformaciones en los sistemas monetarios y financieros, y cambios en los esquemas productivos sobre cómo competir y concentrar los distintos mercados. En EE. UU. comenzó la absorción de empresas y la monopolización de mercados. Al mismo tiempo, otra forma de intervención estatal en asuntos económicos fue la intromisión en los fenómenos imperialistas y colonialistas, lo que desencadenó enfrentamientos entre Estados por el reparto de la riqueza. Esta situación supuso un aumento de la tensión social, dando lugar a fricciones dentro de las propias economías.

A pesar de haberse publicado el Manifiesto Comunista en 1848, las ideas de resistencia frente al liberalismo o capitalismo comenzaron a difundirse a partir de 1880. A partir de entonces, no solo existirían sindicatos que se enfrentaban a las empresas para conseguir mejores condiciones laborales, sino que empezó a formarse toda una arquitectura ideológica orientada a defender un modelo alternativo de sociedad. Estas ideas socialistas se generalizaron y expandieron en muchos países, incluso en aquellos donde estaban ilegalizadas, alcanzando un potencial inimaginable. Esto, unido al florecimiento del anarquismo —corriente que promulgaba postulados contra el Estado y la agresión a las instituciones—, acabó configurando un clima en el que se reconocía abiertamente una oposición directa entre ‘opresores’ y ‘oprimidos’, puesto que, a pesar del intervencionismo estatal, no se estaba logrando un reparto equitativo de la riqueza. Este clima también se plasmó en ideologías más conservadoras, como en la Alemania de Bismarck, al instituirse distintos mecanismos de intervención estatal en la economía para intentar suministrar determinados bienes y servicios con beneficios del Estado a una parte de las clases obreras. Todo esto llevó a que, desde distintos círculos, la única solución identificada en ese momento fuera un papel creciente del Estado como regulador de la actividad económica.

La Segunda Revolución Tecnológica: Innovación y Transformación Económica

En los 30 años que van desde 1870 a 1900, empezaron a difundirse una serie de innovaciones de primer orden que marcarían el desarrollo económico mundial hasta 1970. Este conjunto de innovaciones recibe el nombre de Segunda Revolución Tecnológica.

Todo esto ocurrió en un momento en que las inversiones en los sectores tradicionales resultaban cada vez menos rentables, de modo que aumentó el interés en desarrollar productos y procesos nuevos que, además, conseguirían tener un impacto masivo, es decir, afectarían a millones de consumidores porque se logró rápidamente rebajar el precio de los productos. Así pues, la característica que mejor define la Segunda Revolución Tecnológica es la importancia decisiva del conocimiento científico, además de la introducción de maneras nuevas y más baratas de obtener materiales y productos conocidos; la aparición de nuevos materiales sustitutivos de productos naturales escasos o caros; la aplicación de nuevas fuentes de energía y transformadores energéticos; nuevas formas de gestión y control; así como nuevos sistemas de organización en los procesos productivos. La aplicación de estas innovaciones supuso una nueva fase de crecimiento económico global.

Nuevos Materiales y Abaratamiento de la Producción

El abaratamiento del acero permitió una gran expansión en su uso, hasta el punto de que casi se le puede considerar un material nuevo, disponible ahora para actividades para las que hasta entonces su coste imposibilitaba su empleo. Gracias a aleaciones cada vez más perfeccionadas, fue posible disponer de aceros más duros y resistentes al desgaste. Esto hizo posible, a su vez, la aparición de nuevas máquinas como tornos, perforadoras, etc., que permitían la fabricación de piezas metálicas estandarizadas.

El otro gran metal de la Segunda Revolución Tecnológica fue el aluminio, utilizado para confeccionar desde utensilios de cocina hasta motores, pero su gran cliente sería una nueva industria: la aeronáutica. El aluminio era considerado casi como un metal precioso hasta que se descubrió un procedimiento de obtención barato que permitió el descenso de su precio.

Grandes Avances en la Industria Química

El otro grupo de materiales nuevos corresponde a la industria química. La química orgánica es la rama de la química que trata de los compuestos complejos del carbono y de sus transformaciones. El fundamento es la capacidad de los átomos de carbono de combinarse de forma múltiple entre sí y con otros elementos, de manera que, alterando estas combinaciones, pueden obtenerse productos muy diversos, como fueron los colorantes artificiales. En las siguientes décadas, la creciente experiencia en el tratamiento de moléculas orgánicas hizo posible la obtención de explosivos, pinturas, celuloide (fotografía y cine), fibras artificiales, plásticos, así como productos farmacéuticos.

Nuevas Fuentes y Formas de Energía

Desde el punto de vista químico, el petróleo está emparentado con el carbón, pero al tratarse de un líquido, resulta mucho más manipulable. Todo esto nos lleva al binomio de industrias más importante de todo el siglo XX: la industria automotriz y petrolera. En la navegación, la sustitución de la máquina de vapor por el motor de explosión interna aportó varias ventajas. La potencia calorífica del petróleo duplicaba la del carbón, de modo que los barcos podían navegar durante más tiempo sin tocar puerto, además de tener una manipulación mucho más segura que el carbón. No obstante, no sería hasta principios del siglo XX cuando empezarían a utilizarlo más compañías privadas a causa de una bajada de su precio. Otra de las innovaciones de la II RT fue el transporte aéreo, que hasta la Primera Guerra Mundial sería considerado una actividad deportiva y, tiempo después, empezaría a tener interés económico.

La Revolución Rusa y el Nacimiento de la URSS

El mercado ruso se caracterizaba por una escasa demanda de productos de consumo y una reducida capacidad de acumulación de capital, pues nunca se llegó a dar la transición al liberalismo económico, ya que todavía mantenía características de las instituciones preindustriales con excesiva intervención del Estado en la economía a costa de un campesinado y proletariado miserables.

En 1905, hubo una guerra entre Rusia y Japón en la que Rusia sufrió una derrota humillante que llevó a la Primera Revolución Rusa (1905), la cual fue básicamente una protesta contra las ineficiencias del Estado con la que se intentó establecer una monarquía constitucional. Se creó la Duma, el Parlamento Ruso, que tuvo un control muy limitado sobre el poder ejecutivo de los zares, comenzando a consolidarse ideas socialistas marxistas. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Rusia se incorporó a la guerra, contando con el mayor número de muertos a causa del mal equipamiento y las malas condiciones en que eran reclutados. Como consecuencia, estalló la Revolución de Febrero de 1917, impulsada por los sóviets, que buscaba continuar la guerra. La impopularidad del gobierno republicano fue aprovechada por Lenin para impulsar la segunda revuelta, la llamada Revolución de Octubre o Revolución Bolchevique, donde triunfaron los comunistas. El nuevo régimen se basó en el programa revolucionario de Lenin, resumido en tres puntos: liquidación de la guerra, nacionalización de los medios de producción y dictadura del proletariado. Además de esto, se rechazó la deuda externa como ‘deuda odiosa’ y se expropiaron las empresas extranjeras. La paz con Alemania se firmó en marzo de 1918 en unas condiciones muy desfavorables, puesto que representó para Rusia la pérdida de territorios. El abandono de la guerra y la negativa a reconocer la deuda exterior zarista como ‘deuda odiosa’ hicieron que los antiguos aliados zanjaran toda relación con el nuevo gobierno ruso y prestaran su apoyo al Ejército Blanco, generales zaristas que se habían levantado contra Lenin y que contaban con el apoyo de países extranjeros. La guerra civil duró dos años y el triunfo de la revolución fue posible gracias al entusiasmo de las milicias organizadas por Trotski, pero sobre todo por la ineptitud de los generales blancos, de manera que a finales de 1920 las fuerzas revolucionarias habían triunfado sobre el Ejército Blanco y las tropas extranjeras abandonaron el país.

La Primera Guerra Mundial: Un Conflicto Transformador

La Primera Guerra Mundial supuso una ruptura decisiva en la evolución social y económica del mundo, siendo la Gran Guerra el elemento de enlace entre el siglo XIX y XX y precedente de las convulsiones que afectarían al mundo hasta 1945, con la inestabilidad alemana y el caldo de cultivo del nazismo, la caída de la Rusia zarista y el surgimiento de un modelo alternativo basado en la planificación centralizada, así como la decadencia europea unida al inicio de la economía estadounidense.

Causas del Conflicto

Las causas de la guerra fueron tanto políticas como económicas. La Guerra Franco-Alemana de 1870-1871 no resolvió el conflicto entre las potencias centrales europeas, dejando abiertos los principales puntos de confrontación que fueron básicamente la ocupación de los últimos espacios coloniales y la formación de áreas de preeminencia económica en las colonias o en otras zonas de economía atrasada como América del Sur u Oriente Próximo. En Europa, los problemas principales tuvieron su origen en la inestabilidad de aquellos países que no habían sido capaces de llevar a cabo procesos de industrialización o transición al liberalismo, es decir, los grandes imperios europeos multinacionales (Imperio Ruso, Otomano, Austrohúngaro). En ese aspecto, el reparto de los territorios del débil Imperio Otomano era el principal factor del conflicto. Por un lado, estaba el Imperio Austrohúngaro que pretendía apropiárselo y, por otro, los pueblos de la zona que aspiraban a convertirse en estados independientes o a ampliar sus territorios. Otro factor importante de inestabilidad eran las reivindicaciones de Francia sobre Alsacia y Lorena, y de Grecia sobre las Islas del Egeo. Como conclusión, podríamos afirmar que dentro de estos mismos estados existían estructuras estatales anacrónicas (propias del pasado, pero presentes en la actualidad) ante su incapacidad de implantar procesos de liberalización viables y fomentar procesos de industrialización lineales y progreso económico. Desde el punto de vista económico, el aumento de la producción y la productividad que hacía posible la adopción de la II Revolución Tecnológica provocó una lucha encarnizada por los mercados mundiales. El enfrentamiento principal se produjo por la creciente amenaza que suponían los productos alemanes para la anterior supremacía británica.

Características y Consecuencias Económicas de la Guerra

La Primera Guerra Mundial fue diferente a las anteriores. La incorporación de nuevas tecnologías al armamento aumentó su capacidad destructiva, con el uso de armas químicas y la aviación. La capacidad de producción se volvió clave para la potencia militar, lo que llevó a una carrera armamentística, una movilización masiva y la reorientación del sistema productivo hacia la fabricación de armas. La totalización del conflicto generó dos problemas principales:

  • Abastecimiento: dificultades logísticas y fuerte intervención estatal para controlar la producción, comercio, precios y racionamiento.
  • Endeudamiento: como vía para financiar la guerra, significó el fin del patrón oro. Fue la primera experiencia de planificación centralizada de la economía.

Financiación de la Guerra y sus Consecuencias

Antes de la guerra, el sistema monetario se basaba en la convertibilidad en oro y la libre circulación del mismo (balanza de pagos). Pero el aumento del gasto llevó al abandono del patrón oro y a nuevas formas de financiación:

  • Aumento de impuestos: subidas de tipos, nuevos gravámenes y medidas confiscatorias.
  • Endeudamiento: emisión de deuda pública (bonos de guerra) y préstamos extranjeros, especialmente de aliados.

Funcionamiento del Endeudamiento

La deuda pública circula en el mercado y su valoración influye en los tipos de interés: si es muy valorada, bajan; si es poco valorada, suben.

También se recurrió a la emisión masiva de moneda, ya sin respaldo en oro, lo que provocó inflación y escasez de productos. Al finalizar la guerra, salvo EE. UU., todos los países sufrían depreciación monetaria. La incertidumbre sobre el valor de las monedas y la emisión continua dificultaron la recuperación y el comercio internacional. La esperanza estaba en las reparaciones de guerra que se acordarían en el Tratado de Versalles.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *