Economía Castellana en el Siglo XVI: El Monopolio Sevillano
El modelo económico castellano del siglo XVI se centró en un monopolio portuario, con la excepción de Canarias, ejercido desde Sevilla. Esta ciudad estaba perfectamente defendida de forma natural, contaba con una enorme campiña productiva que la abastecía y se ubicaba cerca de la capital. El derecho a comerciar con las Indias estaba reservado exclusivamente a los súbditos de la monarquía hispánica.
El Sistema de Flotas y la Defensa contra Corsarios
Para evitar los ataques corsarios (ingleses, franceses u holandeses), que se habían intensificado en el siglo XVI contra las posesiones castellanas en América, se adoptó un nuevo sistema a partir de 1550:
El Sistema de Flotas
Una o dos veces al año, todos los barcos mercantes debían zarpar juntos desde Sevilla formando grandes flotas escoltadas por navíos de guerra. Al llegar cerca de Santo Domingo, la flota comenzaba a dividirse hacia sus respectivos destinos.
En Nueva Granada se llegaron a celebrar ferias donde se vendían productos europeos a cambio de oro. Al llegar al Caribe, las flotas se dividían principalmente en tres rutas:
- Cartagena de Indias: Principal puerto comercial de la actual Colombia, situado en el Río Magdalena, el único río navegable del territorio, que producía una gran cantidad de oro aluvial. Cartagena de Indias era, además, una gran bahía natural que permitía proteger las flotas.
- Panamá: La flota arribaba a Portobelo. Desde allí, las mercancías se transportaban por tierra hasta la Ciudad de Panamá, en la costa del Pacífico, y luego se embarcaban hacia el Callao (puerto de Lima). El transporte de la plata desde las minas de Perú y Bolivia (Alto Perú) se hacía en mulas, al no haber ríos navegables adecuados en la costa.
- Veracruz: La plata de las grandes zonas mineras de México llegaba a un islote cercano llamado San Juan de Ulúa. Allí se formaba una feria donde los mercaderes andaluces vendían sus productos europeos.
Posteriormente, las flotas se congregaban de nuevo en la bahía de La Habana para aprovechar las corrientes del Golfo y zarpar juntas de regreso a España.
El Galeón de Manila
El Galeón de Manila era el nombre de los buques que realizaban la travesía transpacífica una o dos veces al año entre Manila (Filipinas) y Acapulco (México), con escalas intermedias como San Blas (Nayarit) o Cabo San Lucas (Baja California Sur). Parte de las mercancías orientales desembarcadas en Acapulco eran transportadas por tierra hasta Veracruz, donde se embarcaban en las Flotas de Indias rumbo a España.
El Caribe y los Productos Comerciales
Aunque la introducción de esclavos y la construcción de ingenios azucareros fueron habituales inicialmente, el descubrimiento de los grandes yacimientos metalíferos provocó que el Caribe se convirtiera, durante el siglo XVI, en un amplio hato ganadero relativamente despoblado. Las Antillas se transformaron en un territorio marginal, cuya importancia radicaba principalmente en sus puertos estratégicos, como La Habana.
Exportaciones e Importaciones
- Desde España: Aproximadamente el 70% de lo exportado por España a América eran en realidad productos extranjeros reexportados. Los productos españoles incluían cereales, vino, aguardiente de parra, aceite, libros, etc. No existía costumbre de beber vino en el Caribe, donde se consumía aguardiente de caña (prohibido por la Corona hasta 1665 para favorecer la venta del aguardiente de parra). No obstante, en muchos lugares se producía aguardiente de caña localmente, y en otras regiones se consumían otras bebidas alcohólicas autóctonas, como el “pulque” en México.
- Desde América: El 97% de lo exportado desde América hacia España eran metales preciosos (principalmente plata). El resto consistía en productos de lujo como la cochinilla (un tinte), azúcar, cacao, palo Brasil, etc.
Tras el descubrimiento de las ricas minas de plata de Potosí (Alto Perú, actual Bolivia, 1545) y de Zacatecas (México, 1546), la economía española del siglo XVI se convirtió fundamentalmente en una economía minera centrada en la explotación de plata. Es en este contexto cuando se empieza a hablar de una economía mundo, basada en el comercio intercontinental (aunque principalmente de productos de lujo y metales).
Los metales preciosos eran cruciales para cubrir el déficit comercial crónico de Europa con Oriente, pues las mercancías europeas exportadas a Asia (paños, vino, aceite, plomo, estaño) apenas representaban una octava parte del valor de las importaciones asiáticas (especias, sedas, porcelanas, lacas, etc.).
El Papel de Canarias
Canarias tuvo un régimen especial en el siglo XVI, manteniendo comercio directo con casi todos los territorios americanos (salvo Lima): buques canarios podían navegar libremente a Veracruz, Cartagena de Indias, Campeche, La Habana, Santo Domingo y La Guaira (Venezuela).
¿Qué vendían los canarios?
- Principalmente vinos y aguardientes (especialmente valorados los vinos de malvasía).
- Otros productos locales como piedras volcánicas para destilar, frutas, queso, etc.
- Mercancías manufacturadas extranjeras, a menudo introducidas a través del contrabando.
En las islas se instalaron muchos judíos conversos portugueses, y también llegaron comerciantes ingleses y holandeses. El contrabando fue una actividad predominante.
Razones del Régimen Especial Canario:
- Canarias era un punto de paso obligado en la ruta hacia América debido a los vientos Alisios.
- Constituía una posición estratégica clave y era el único territorio africano relevante bajo control de la Corona española en esa ruta.
Fiscalidad y Moneda: El Quinto Real y la Escasez de Circulante
El Quinto Real
Tanto los beneficios obtenidos del botín y el expolio inicial como los derivados de la explotación minera se repartían entre los particulares y la Corona. Los particulares (empresarios mineros) financiaban y gestionaban las explotaciones, correspondiéndoles cuatro quintas partes del mineral obtenido. A la Corona le correspondía el Quinto Real, es decir, una quinta parte de toda la producción minera o del botín (imitando una vieja tradición feudal de reparto del botín de guerra).
Economía Desatesorada
A pesar de ser la fuente de ingentes cantidades de plata, la economía colonial americana de los siglos XVI y XVII era una economía «desatesorada», donde escaseaba la moneda circulante. La Corona había establecido zecas (casas de moneda) en América (México, Lima, Potosí), y una parte del tesoro se acuñaba allí. Aun así, el dinero acuñado en América permanecía muy poco tiempo en el circuito comercial local, ya que se utilizaba rápidamente para pagar las importaciones europeas o se enviaba a España como beneficio o impuesto. En consecuencia, gran parte de la economía interna americana funcionaba a base de créditos y sistemas de deudas.
El Pacto Colonial
La escasez de moneda también estaba relacionada con el régimen mercantil impuesto por la metrópoli, conocido como Pacto Colonial. Este sistema se basaba en los siguientes principios:
- Especialización forzada: Las colonias debían especializarse en la producción de materias primas y, sobre todo, metales preciosos, destinados a la metrópoli.
- Restricciones productivas: La metrópoli suministraba productos manufacturados a las colonias. Se impedía o dificultaba el desarrollo en América de determinadas producciones que pudieran competir con las de España (por ejemplo, se restringió el cultivo de olivos y viñedos, y la producción de ciertos textiles). La población de origen europeo en las colonias debía importar muchos bienes de consumo básicos.
- Beneficio comercial y fiscal: Los precios de los artículos europeos en América llegaban a cuadruplicar su valor original. Esta diferencia generaba un enorme beneficio comercial que no solo cubría los altos costes de transporte y distribución, sino que también servía como fuente de financiación para la Corona, la cual cobraba elevados impuestos sobre el tráfico mercantil en ambas direcciones.
La Corona reguló estrictamente el transporte del metal precioso: todo el oro y la plata debían trasladarse a España en las cajas reales de la flota. Al arribar a Sevilla, las cantidades registradas se abonaban a sus titulares, permitiendo a la Corona un control efectivo sobre todo el tesoro llegado de América.
Sistemas y Condiciones de Trabajo Indígena
La organización del trabajo indígena evolucionó a lo largo del siglo:
- 1492 – 1549: Trabajo forzoso no remunerado a través de la encomienda. Los indígenas eran «encomendados» a un colono español que debía protegerlos y evangelizarlos a cambio de su trabajo o tributo.
- 1549 – 1550 (Leyes Nuevas): Intento de establecer el trabajo indígena voluntario y remunerado. Tuvo escasa aplicación práctica.
- 1550 – 1632: Sistema mixto conocido como repartimiento (o cuatequil en México, mita en Perú). Era un trabajo obligatorio, rotativo y remunerado, controlado por funcionarios reales (jueces repartidores). Estos jueces congregaban a los trabajadores indígenas de las comunidades y los distribuían temporalmente entre los colonos españoles para trabajar en campos, minas, obras públicas o servicios domésticos.
Existían también los Naboríos (en las Antillas) o Yanaconas (en Perú), que eran indígenas desvinculados de sus comunidades de origen y que trabajaban de forma más permanente y voluntaria para los españoles, a menudo en haciendas.
Principales Centros Mineros
Perú y Bolivia (Alto Perú)
En el siglo XVI, la mina de Potosí, ubicada en una gran sierra a más de 4000 metros de altura, produjo más del 60% de toda la plata americana. Contenía una concentración excepcionalmente alta de plata pura. Los trabajadores principales eran los mitayos: indígenas varones de las comunidades cercanas obligados a trabajar por turnos en las minas (sistema de mita), generalmente un año de cada siete, en condiciones extremadamente duras.
El procesamiento de la plata requería mercurio (azogue) para amalgamarla. En Perú se encontraba la única mina importante de mercurio de toda América: la mina de Huancavelica, que era explotada directamente por la Corona. En Perú, la Corona recibía el Quinto Real (20%) de toda la plata extraída.
México
Uno de los mayores centros mineros de México fue Zacatecas, situado en el norte del virreinato, una zona con escasa población indígena sedentaria previa. Aproximadamente el 25% de la mano de obra minera provenía del sistema de trabajo forzoso temporal (cuatequil), pero la mayoría (75%) eran trabajadores libres asalariados (indios, mestizos, mulatos, españoles pobres) atraídos por los salarios relativamente altos. Las zonas mineras del norte de México recibieron una fuerte migración laboral.
En México, el mercurio necesario para el beneficio de la plata debía ser importado (generalmente de Almadén en España o de Idria en Eslovenia), lo que encarecía el proceso. Para incentivar la minería mexicana, la Corona redujo el impuesto sobre la plata al diezmo (10%). Además, a diferencia del modelo andino donde se usaba energía hidráulica en Potosí, en las minas mexicanas la fuerza motriz utilizada (por ejemplo, en los molinos para triturar el mineral) provenía fundamentalmente del ganado (mulas).
Sistemas de Producción Agraria
Producción para el Mercado Interno: La Hacienda
La Hacienda era una gran propiedad rural orientada fundamentalmente a abastecer los mercados locales creados por los grandes centros mineros y las ciudades coloniales. En el siglo XVI, su mercado principal no era la exportación a Europa.
- Se produjo un gran aumento de la ganadería (bovina, mular, ovina) promovido por estas haciendas, ya que los animales eran esenciales para el transporte, la alimentación y la minería.
- La producción agrícola incluía cereales (trigo para la población española, maíz para la indígena), vid y olivo (en Perú, aunque restringido), caña de azúcar, etc.
- La producción de la hacienda estaba gravada con el diezmo eclesiástico (10% de la producción bruta). Era frecuente que los hacendados hipotecaran parte de sus rendimientos suscribiendo censos eclesiásticos (préstamos a bajo interés, generalmente al 5%) con fines piadosos o para obtener capital.
- En los valles intermedios del Perú se cultivaban olivos, cereales y viñedos. En México, la producción de vino estaba más restringida. La producción textil a gran escala se concentraba en los obrajes (talleres textiles), especialmente importantes en la región de Quito.
- Mano de obra en la hacienda: Variada. En cultivos como el azúcar y el cacao se empleaba mano de obra esclava de origen africano. Como los esclavos eran caros, se fomentaba su reproducción («cría»). En el resto de actividades (agricultura de subsistencia, ganadería) se empleaba mucha mano de obra indígena (a menudo para pagar el tributo), mestiza y algunos blancos pobres. Para asegurar trabajadores fijos (peones acasillados), a veces se les otorgaba un conuco o parcela de tierra para su subsistencia, a cambio de trabajar en la hacienda cuando el dueño lo requiriera.
Producción para el Mercado Externo: La Plantación
La Plantación era una unidad productiva especializada en un único cultivo destinado a la exportación a Europa (como tabaco, café, algodón, azúcar). Requería grandes inversiones de capital y una gran cantidad de mano de obra, generalmente esclava, sometida a un régimen de trabajo muy duro. A menudo presentaba grandes periodos de inactividad entre cosechas. Por su dependencia del mercado exterior y la intensividad del trabajo, era difícil que una plantación permaneciera más de dos generaciones en manos de la misma familia.