El Discurso de Carrero Blanco: Continuidad Franquista en Vísperas del Ocaso

Clasificación del Documento

El texto a comentar es histórico-circunstancial y, según su contenido, histórico-político. Se trata de un extracto del discurso pronunciado por Luis Carrero Blanco el 20 de julio de 1973 en las Cortes Españolas, un mes después de su nombramiento por Francisco Franco como Presidente del Gobierno. Carrero Blanco ocupó el cargo hasta su asesinato por ETA (“Operación Ogro”) en diciembre de 1973. A diferencia de otras figuras del franquismo, no pertenecía a ninguna familia política del régimen, sino que se identificaba plenamente con la obra de Franco, siendo un franquista puro contrario a la democracia. Es un texto público, dirigido a la nación española y una fuente primaria.

Contexto Histórico: El Franquismo en su Etapa Final

El discurso se enmarca en el último período del régimen franquista. Tras la victoria del bando sublevado en la Guerra Civil, España quedó bajo una dictadura autoritaria liderada por Franco durante casi cuarenta años. A pesar de la oposición internacional en los primeros años, con el aislamiento por parte de los países vencedores de la Segunda Guerra Mundial y la resistencia de los exiliados, el franquismo sobrevivió apoyado en instituciones como el Ejército, la Iglesia y las familias políticas afines (falangistas, católicos y tecnócratas), bajo un sistema basado en las Leyes Fundamentales. El desarrollismo de los años sesenta provocó un cambio social que desencadenó movimientos de oposición. A la resistencia tradicional republicana, socialista y comunista se unieron estudiantes, sindicatos como CC. OO. (creado por Marcelino Camacho), sectores eclesiásticos influidos por el Concilio Vaticano II y organizaciones terroristas como ETA y FRAP. Además, el régimen se dividió entre inmovilistas, que se oponían a cualquier cambio, y aperturistas. En 1969, el escándalo de corrupción del caso Matesa, que involucraba a una empresa con respaldo político y económico del régimen, exacerbó la lucha entre tecnócratas y falangistas, generando inestabilidad. Las tímidas reformas, la designación de Juan Carlos como sucesor en 1969 y el nombramiento de Carrero Blanco como Presidente del Gobierno en 1973 no frenaron las reivindicaciones democráticas. La muerte de Carrero en un atentado de ETA el 20 de diciembre de 1973 y el inicio de la crisis del petróleo aceleraron la descomposición del franquismo. La decadencia física de Franco y la debilidad del régimen ante la Marcha Verde organizada por Hassan II en el Sáhara Occidental evidenciaron la desintegración de la dictadura.

Análisis del Contenido del Discurso

La Defensa de la Continuidad del Régimen

La idea principal del discurso de Carrero Blanco es la defensa de la continuidad del régimen franquista, sin introducir cambios políticos significativos. Como representante de los sectores más inmovilistas y fieles a Franco, resume su propósito en una sola palabra: “continuar”. Tal y como declaró previamente al diario Pueblo, su gobierno tiene como objetivo consolidar el sistema político basado en los Principios del Movimiento Nacional y en las Leyes Fundamentales del Reino. En su intervención, reitera su lealtad absoluta a Franco y, en consecuencia, su total apoyo al Príncipe Juan Carlos, designado por Franco como su sucesor a título de Rey. Subraya que esta monarquía instaurada no es una restauración de la monarquía tradicional, sino una “Monarquía nueva”, que nace del Movimiento Nacional y es su continuadora. Además, deja claro que esta monarquía no es ajena a los principios del régimen franquista, sino su heredera legítima. Destaca que ha sido instaurada con el “ascenso clamoroso del pueblo español”, reafirmando así la legitimidad del sistema. En definitiva, el discurso es una afirmación rotunda del legado político de Franco y de la continuidad del franquismo a través de la monarquía, asegurando que el régimen seguirá inalterable.

Consecuencias y Evolución Política Tras el Discurso

El Franquismo ante su Futuro: Aperturistas e Inmovilistas

Con el nombramiento de Carrero Blanco como Presidente del Gobierno en 1973, Franco renunció a uno de sus cargos, separando la Jefatura del Estado de la Presidencia del Gobierno. Este movimiento pareció resolver temporalmente las tensiones entre aperturistas e inmovilistas, favoreciendo a estos últimos.

El Impacto del Asesinato de Carrero Blanco

La muerte de Carrero Blanco a manos de ETA significó la desaparición del personaje que, para muchos, mejor podía garantizar la continuidad del régimen tras la muerte de Franco. Arias Navarro fue elegido para sustituirlo y, en su primer discurso (conocido como el “espíritu del 12 de febrero”), prometió ciertas reformas. Sin embargo, estas se vieron frenadas por una serie de factores:

  • Huelgas generalizadas debido a la crisis económica de 1973.
  • Intensificación de las protestas estudiantiles.
  • Las ejecuciones de Salvador Puig Antich y Heinz Chez.
  • La tensión generada por la homilía del obispo de Bilbao, Monseñor Añoveros, y el éxito de la Revolución de los Claveles en Portugal en abril de 1974.

Represión, Oposición y Transformación Social

Ante la creciente oposición, el régimen reaccionó con mayor represión, incluyendo la ejecución de miembros de FRAP y ETA, lo que generó una fuerte condena internacional. Además, se enfrentó al Vaticano, que advirtió que la expulsión de Añoveros significaría la ruptura del Concordato y la excomunión de quien llevara a cabo esa acción.

Mientras tanto, el desarrollo económico y el éxodo rural de los años sesenta habían transformado profundamente la sociedad española, favoreciendo la aparición de movimientos políticos que exigían cambios. En 1974, el PCE impulsó la Junta Democrática de España, que integraba a partidos de izquierda como el PSP de Tierno Galván, e incluso figuras de derecha democrática con un programa para salir de la dictadura. El PSOE, reorganizado en el Congreso de Suresnes, creó en 1975 la Plataforma de Convergencia Democrática con un programa muy parecido.

La Agonía del Régimen y el Inicio de la Transición

El régimen, cada vez más aislado e incapaz de frenar las crecientes aspiraciones democráticas, asistió desde julio de 1975 a una larga agonía que concluyó con el fallecimiento de Franco el 20 de noviembre de ese año. Su muerte no significó un cambio inmediato, ya que Arias Navarro intentó mantener el franquismo. En 1976, Juan Carlos I lo destituyó y nombró como presidente a Adolfo Suárez, quien, junto a sectores reformistas del régimen (como Manuel Fraga, Francisco Fernández Ordóñez y Pío Cabanillas) y con el apoyo de la oposición, inició una transición democrática.

Conclusión: El Discurso de Carrero Blanco como Reflejo de una Época

En conclusión, el discurso de Carrero Blanco es un documento fundamental que refleja no solo la lealtad inquebrantable al ideario franquista por parte de un sector del régimen, sino también las profundas tensiones internas entre quienes rechazaban cualquier cambio y los llamados ‘aperturistas’, que abogaban por tímidas reformas. Su figura simboliza la última etapa de un régimen en desgaste. La muerte de Carrero Blanco y los sucesos posteriores aceleraron el colapso del franquismo, dando paso a un período de incertidumbre que culminaría en la Transición hacia la democracia.

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