Educación en la España del Siglo XX y Magnicidios Políticos: Un Recorrido Histórico Clave

La Educación en España: De la Segunda República al Franquismo

establecido en el régimen franquista.

El triunfo de los socialistas y republicanos en abril de 1931 condujo a la proclamación de la Segunda República Española, cuyos ideales quedaron plasmados en la Constitución de 1931.

En su capítulo II (Familia, Economía y Cultura) se recogen los principios que articulan la educación. En resumen, establecen que la enseñanza sería dirigida por el Estado, los docentes serían funcionarios públicos y tendrían libertad de cátedra, se garantizaría la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria, habría ayudas económicas para garantizar el acceso a todos los niveles, y la enseñanza sería laica, prohibiéndose la enseñanza religiosa en las escuelas públicas.

Las propuestas republicanas fueron truncadas por el estallido de la Guerra Civil en 1936 y el triunfo del Régimen franquista.

Al menos durante los primeros años de la dictadura, la educación se rigió por ciertos valores que nada tenían que ver con los planteamientos republicanos, como se puede evidenciar en el mismo preámbulo de la Ley de Educación Primaria de 17 de julio de 1945.

Así, en este periodo se implantó una educación dogmática, doctrinaria y politizada como instrumento de legitimación y perpetuación del régimen, caracterizada por:

  • La obligatoriedad de la enseñanza de la religión.
  • La supervisión de la Iglesia en todas las escuelas.
  • La exaltación de los símbolos patrióticos.
  • La supresión de la libertad de cátedra.
  • La censura en los textos.
  • El rechazo a nuevos métodos pedagógicos.

Todo ello bajo una fuerte disciplina, basada en el principio de autoridad del maestro, los castigos físicos y la ausencia de recursos.

Se recuperó la división en niveles de la Ley Moyano, con una educación primaria orientada a las clases populares y unos estudios superiores solo accesibles para las clases pudientes.

Además, las materias se impartían de manera diferenciada a niños y a niñas. Estas debían asumir el papel de madres y cuidadoras del hogar y su enseñanza iba encaminada en esa dirección.

A pesar de que la enseñanza primaria era obligatoria y gratuita, se calcula que más de un millón de niños estuvieron sin escolarizar.

Se dividía en un primer periodo (desde los 6 a los 10 años) y un segundo periodo (de los 10 a los 12 años), en el que se estableció la doble vía: el bachillerato como paso previo a la Universidad y la formación encaminada al mercado de trabajo.

En los años sucesivos se inició un proceso democratizador de la enseñanza media y la unificación de los estudios en ese ciclo, que se extendieron hasta los 14 años.


Magnicidios Políticos en la Historia de España (1870-1973)

En los dos últimos siglos hemos tenido un importante número de asesinatos de nuestros hombres más importantes de la política.

En España iniciamos ese siniestro recuento el 27 de diciembre de 1870 con el asesinato del general Prim, Presidente del Consejo de Ministros, quien era el principal

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y el propio cuñado de la Reina exiliada, el duque de Montpensier.

La restauración de la monarquía no trajo la tranquilidad, aunque sí una mayor estabilidad política.

Alfonso XII sufrió un par de atentados fallidos en 1878 y 1879 por parte de los anarquistas.

Sin embargo, no fue hasta el 8 de agosto de 1897, en tiempo de la regencia de María Cristina de Habsburgo, cuando tuvo lugar el atentado mortal contra Antonio Cánovas del Castillo, a cargo de un anarquista italiano, Michele Angiolillo, el cual asesinó de un disparo en la cabeza al estadista malagueño.

En pleno siglo XX, el 12 de abril de 1904, en Barcelona tuvo lugar el primer atentado fallido contra Antonio Maura, Presidente del Consejo de Ministros, perpetrado por el anarquista Joaquín Miguel Artal con un cuchillo.

El joven monarca, Alfonso XIII.

El 31 de mayo de 1906, el día de su boda, el anarquista Mateo Morral lanzó una bomba escondida en un ramo de flores, que provocó la muerte a 28 personas.

El 22 de julio de 1910 tuvo lugar en la ciudad condal un segundo atentado fallido contra Antonio Maura.

El 12 de noviembre de 1912, el asesinato del político liberal José Canalejas, Presidente del Consejo de Ministros, a manos de Manuel Pardiñas en la Puerta del Sol de Madrid, frustró la reforma política que pretendía Alfonso XIII. Canalejas era el ferrolano.

El 8 de marzo de 1921, el gallego Eduardo Dato e Iradier, Presidente del Consejo de Ministros y líder del Partido Conservador, fue abatido por más de veinte disparos efectuados por sus asesinos desde una moto con sidecar.

El último magnicidio de nuestra historia se produjo décadas más tarde en la figura del almirante Luis Carrero Blanco, quien había sido elegido por el general Franco Presidente del Consejo de Ministros en junio de 1973.

Una bomba colocada por ETA lo mató el 20 de diciembre de 1973, a la salida de misa, junto a sus escoltas.

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