La Transición Española a la Democracia: Claves y Protagonistas

La Transición Española a la Democracia: Del Franquismo a la Constitución

El régimen franquista entró en crisis antes de la desaparición de Franco; sin embargo, la transición solo fue posible tras su muerte.

Factores Clave para el Éxito de la Transición

Los factores que contribuyen a explicar el desenlace positivo de la transición son:

  • El grado de desarrollo económico-social.
  • La existencia de una monarquía legítima heredada del régimen anterior y afín con la democracia.
  • La colaboración de una gran parte política del régimen anterior.

La Nueva Monarquía y el Gobierno de Arias Navarro

Desde Europa, se observaba a España y se apoyaba a Juan Carlos como democratizador. La actuación de personajes de importancia en la vida pública jugó un papel decisivo, tal fue el caso del Cardenal Tarancón. El nuevo monarca se identificó con la figura de su padre, de una tradición histórica liberal. Las dificultades no faltaron en este proceso.

Carlos Arias Navarro fue el primer presidente del Gobierno. El monarca consiguió introducir en el Gobierno a políticos con un talante más liberal; así, la Presidencia de las Cortes la ocupó Torcuato Fernández, quien pudo desempeñar un papel decisivo en la transición. El semestre presidido por Arias Navarro se caracterizó por la desorientación; las reformas fueron mínimas. Las mayores dificultades las encontraron en la oposición. Hubo una oleada de conflictos sociales, un estallido anárquico en Vitoria y los enfrentamientos de Montejurra; a ello se sumaba una crisis económica.

La oposición se benefició del ambiente de cambio. A partir de 1976, se celebraron los primeros actos públicos de la oposición. No se quería un cambio violento, sino un acuerdo con los que estaban en el poder. En el verano de 1976, el Gobierno estaba desunido y sin rumbo. Eso hizo que el Rey se decidiera a intervenir; aunque Arias Navarro presentó la dimisión, fue el Rey quien se la pidió. Esta etapa de Gobierno fue la última posibilidad de perdurar del régimen.

La Reforma Política y el Gobierno de Adolfo Suárez

Adolfo Suárez era una persona joven y desconocida; muchos podrían pensar que no valdría para la transición, pero sus dotes políticas, junto con su equipo de Gobierno (todo gente joven, y solo uno de sus ministros lo fue de Franco), fueron un instrumento imprescindible para el cambio político.

El Gobierno de Suárez consiguió, en un plazo corto, un importante cambio en el ambiente al aceptar una realidad social, cambiar las instituciones, mostrarse dispuesto al diálogo y admitir la soberanía nacional.

En septiembre de 1976 se redactó la Ley para la Reforma Política. En ella quedaba prevista la elección de dos cámaras, Senado y Congreso, elegidas por sufragio universal; ambas redactarían una nueva Constitución.

Contexto Social y Político: Crisis y Terrorismo

El 15 de diciembre de 1976 se celebró un referéndum para votar la Ley para la Reforma Política, que fue mayoritariamente positivo. Esto se producía en un momento en el que España estaba sumida en una gran crisis, con una inflación altísima y un aumento considerable del paro. El Gobierno de Suárez eludió el enfrentamiento con la crisis económica, ya que no podía abordar al mismo tiempo los problemas políticos y económicos. Se temía la posibilidad de un golpe militar.

Los GRAPO, un grupo terrorista, secuestraron al presidente del Consejo de Estado y a un general. Un grupo de abogados de carácter comunista fue asesinado por la extrema derecha. El Gobierno supo reaccionar con frialdad, pero no pudo disminuir el terrorismo etarra.

Otro momento decisivo en la transición fue la legalización del Partido Comunista en abril de 1977. El Gobierno decidió su legalización. El ejército protestó, lo que supuso la dimisión del ministro de Marina, el último ministro del régimen de Franco.

Las Elecciones Generales de 1977 y el Nuevo Escenario Político

El proceso final de la reforma política fueron las Elecciones Generales de junio de 1977. El Gobierno se presentó como Unión de Centro Democrático (UCD). Fraga, quien fue ministro de Franco en su fase final, creó su partido Alianza Popular (AP) con tendencias de derechas. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) mostró un gran dinamismo, y el Partido Comunista (PCE), que salía de una reciente legalización, también.

Los resultados, con una participación importante del electorado, dieron la victoria a UCD (165 escaños), PSOE (118 escaños), PCE (20 escaños) y AP (16 escaños). El panorama político se completó con otros partidos más pequeños.

Camino hacia la Constitución de 1978

En noviembre de 1977 se aprobó una ley que establecía la responsabilidad del Gobierno ante el Parlamento. UCD, ganadora de las elecciones, era solo una coalición, y por eso la tarea del presidente al constituir su gabinete consistió en acumular apoyos. El nuevo gabinete estuvo formado por diversos componentes originarios de los pequeños partidos de UCD, pero los hombres de confianza de Suárez ocuparon los puestos clave.

Era una época de fuertes reivindicaciones nacionalistas. Al pedir los catalanes un estatuto de autonomía, Suárez se entrevistó con Tarradellas y se restableció la Generalitat para encauzar el tránsito a una situación autonómica. En octubre de 1977, se amplió la declaración de amnistía, incluyendo los delitos terroristas. ETA no dejó de matar. Al Estatuto de Autonomía se sumaron otras regiones.

La situación económica era pésima. Los llamados Pactos de la Moncloa hicieron posible concentrarse en la tarea política sin peligro de tensiones sociales. La devaluación de la peseta, la reforma fiscal y la lucha contra el fraude se sumaron a un plan de austeridad.

Seguían los desórdenes públicos. ETA era un problema para la sociedad. En noviembre de 1978, hubo la primera manifestación contra el terrorismo, apoyada por los principales partidos. No solo era ETA quien amenazaba la democratización, sino también la extrema derecha.

La Constitución Española de 1978

Se procedió a la elaboración de la Constitución, que fue aprobada en julio de 1978 por el Congreso de los Diputados. En octubre, las Cortes votaron el texto, y en diciembre fue ratificada mediante referéndum.

La Constitución consta de 169 artículos distribuidos en 11 títulos.

  • Título I: Aborda las cuestiones relativas a los derechos y libertades de los españoles. Define a España como Estado social y democrático de Derecho. Solo hubo tres motivos de discordia: la abolición de la pena de muerte, el aborto y las cuestiones educativas.
  • Título II: Se refiere a la monarquía, que tiene un papel simbólico y moral más que político efectivo.
  • Títulos III y IV: Se refieren a los poderes legislativo y ejecutivo. La Constitución es bicameral, aunque atenuada, pues los poderes del Congreso son superiores a los del Senado. El Congreso es elegido por un sistema proporcional y el Senado, por uno mayoritario. El Gobierno solo puede ser derribado mediante un voto de censura constructivo. Las Leyes Orgánicas necesitan la mayoría absoluta para su aprobación.
  • Título VII: Es relativo a cuestiones económicas.
  • Título VIII: Es relativo a la Organización Territorial del Estado.

El sistema de libertades previsto en la Constitución está protegido mediante el Tribunal Constitucional, el Poder Judicial y el Defensor del Pueblo.

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