El Gobierno de la Coalición Republicano-Socialista y las Grandes Reformas de la Segunda República (1931-1933)
Aprobada la Constitución, se acordó la continuidad de las Cortes Constituyentes, así como la elevación a la presidencia de la República de Niceto Alcalá Zamora. Por su parte, Manuel Azaña asumió la presidencia de un gobierno integrado mayoritariamente por republicanos de izquierda y socialistas. Esta coalición se mantuvo en pie hasta septiembre de 1933; fue el gobierno más estable de la Segunda República y el responsable de las principales reformas de todo el régimen, que, en lo fundamental, continuaban las ya emprendidas durante el Gobierno Provisional.
1. Reformas Laborales
Largo Caballero, ministro de Trabajo, continuó con las reformas laborales. Se aprobaron la Ley de Contratos de Trabajo, que organizaba la negociación colectiva y protegía el derecho de huelga, y la de Jurados Mixtos. También se estableció la Inspección de Trabajo.
2. Reformas Educativas
Como ministro de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos mantuvo el programa de construcciones escolares y se dotaron numerosas plazas de maestros. El gobierno adoptó, además, un modelo basado en la escuela pública, laica, mixta, obligatoria y gratuita.
3. Reforma Militar
El gobierno continuó con la reforma militar iniciada por Manuel Azaña. El objetivo era reducir el número de efectivos y modernizar su preparación y su dotación de material. Se suprimieron los tribunales de honor; se derogó la Ley de Jurisdicciones; el presupuesto militar fue recortado y se reorganizaron las plantillas para reducir el número de oficiales y generales.
4. Reforma Agraria
La Reforma Agraria fue el proyecto de mayor envergadura iniciado por la República. Con esta reforma, Marcelino Domingo declaró la expropiación de tierras de origen jurisdiccional, las incultas o deficientemente cultivadas y parte de las arrendadas de Andalucía, Extremadura, La Mancha y Salamanca, para, posteriormente, proceder al asentamiento de campesinos. Con este fin, se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA), encargado de hacer el inventario de tierras expropiables, con un presupuesto anual para indemnizar a los propietarios. Su aplicación, sin embargo, fue un fracaso, lo que irritó a un campesinado ya decepcionado con el gobierno. Se tardó casi un año en completar el registro de propiedades y en organizar el IRA, que fue escasamente dotado. Además, los propietarios recurrieron a todo tipo de medidas para evitar la aplicación de la ley.
5. Estatutos de Autonomía
De acuerdo con la aspiración de reformar el Estado centralista, la Generalitat había preparado un proyecto de Estatuto que, tras presentarlo en plebiscito, obtuvo un mayoritario apoyo por los catalanes. Una vez en el Congreso, las Cortes se mostraron reticentes; sin embargo, el golpe de Sanjurjo aceleró el debate que concluyó con la aprobación del texto en septiembre de 1932. Por su parte, en septiembre de 1931 se presentaba en las Cortes Constituyentes el Estatuto Vasco-Navarro, o Estatuto de Estella, que sería rechazado por la declaración de confesionalidad del «Estado vasco». El texto definitivo fue aprobado en octubre de 1936.