Historia de España: De la Expansión Colonial a la Integración Europea

Descubrimiento de América y Organización Colonial Hispánica

La exploración atlántica surgió entre Portugal y Castilla en el siglo XV, impulsada por la búsqueda de rutas comerciales hacia Asia. Cristóbal Colón, convencido de poder llegar navegando hacia el oeste, fue rechazado en Portugal, pero sus «Capitulaciones de Santa Fe» en 1492 le concedieron títulos (almirante, virrey, gobernador) y el 10 % de las riquezas obtenidas. El 3 de agosto partió con tres navíos y el 12 de octubre alcanzó Guanahaní (San Salvador), seguido de Cuba y La Española. Realizó cuatro viajes entre 1492 y 1504, siempre creyendo haber llegado a Asia. Américo Vespucci determinó que era un nuevo continente, que pasó a llamarse América.

El papa Alejandro VI estableció el Inter caetera (1493) dividiendo las zonas de influencia. El Tratado de Tordesillas (1494) ajustó la línea a 370 leguas, asignando territorios entre Castilla y Portugal. La Corona española se consolidó como potencia colonial y económica: fracasado el modelo de intercambio de Colón, asumió el control directo. Desde 1519 se adoptó un modelo de conquista, sometimiento de indígenas, reparto de tierras (capitulaciones), con trabajo forzado (encomienda) y explotación minera (mita en Potosí).

Administrativamente, América se integró en la Corona de Castilla: se fundó en 1503 la Casa de Contratación en Sevilla (control comercial, impuestos y formación de pilotos) y en 1524 el Consejo de Indias (órgano asesor). En América se establecieron virreinatos (Nueva España, Perú), subdivididos en gobernaciones y corregimientos, con audiencias como tribunales y consultoras. Los virreyes tenían amplias funciones administrativas y militares; los corregidores respondían a oligarquías locales.

La Iglesia jugó un papel clave: el clero secular y las órdenes evangelizaron, protegieron indígenas y documentaron el entorno. Las Leyes de Indias (1580) regularon la organización administrativa, los derechos indígenas y el control económico y social.

En suma, el descubrimiento de América fue un hito geográfico y el inicio de un vasto imperio hispánico que transformó Europa y el mundo mediante la expansión ultramarina, el mestizaje y el dominio colonial.

El Auge del Imperio en el Siglo XVI: Conflictos Externos de Carlos V y Felipe II

Carlos I (1516-1556), heredero de los Reyes Católicos y de las casas de Habsburgo y Borgoña, recibió un vasto imperio europeo y americano. Su objetivo fue construir una monarquía cristiana universal, pero fracasó por la diversidad de sus territorios. Internamente, tuvo que sofocar la revuelta de las Comunidades de Castilla (1520-1521), motivada por el rechazo a sus consejeros extranjeros y los nuevos impuestos, y también la rebelión de las Germanías en Valencia.

En el ámbito internacional, se enfrentó a Francia en cuatro guerras por el control de Italia, logrando el dominio del Milanesado. Luchó también contra los turcos en el Mediterráneo: conquistó Túnez pero fracasó en Argel. Además, se enfrentó al avance del protestantismo en el Sacro Imperio, venciendo en Mühlberg, pero tuvo que aceptar la coexistencia religiosa con la Paz de Augsburgo (1555). Abdicó en 1556, cediendo Austria y el título imperial a su hermano Fernando, y el resto a su hijo Felipe II.

Felipe II (1556-1598) continuó con la política de defensa del catolicismo y la centralización del poder, fijando la capital en Madrid. Internamente, enfrentó la rebelión de las Alpujarras (1568), causada por la represión cultural de los moriscos, y las alteraciones de Aragón, provocadas por el caso Antonio Pérez.

En política exterior, derrotó a Francia en la batalla de San Quintín (1557) y firmó la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), que consolidó la supremacía hispánica en Italia. En los Países Bajos, se enfrentó a una larga guerra por motivos religiosos y políticos; el norte (protestante) terminó independizándose. En el Mediterráneo, lideró la Liga Santa y venció a los turcos en Lepanto (1571). Con Inglaterra, entró en conflicto por razones religiosas y económicas, pero fracasó en la invasión con la Armada Invencible (1588).

A la muerte de Felipe II en 1598 comenzó el reinado de los Austrias Menores, que delegaron el poder en validos y marcaron el inicio del declive de la Monarquía Hispánica, mientras Francia asumía el liderazgo europeo.

El Nuevo Estado Borbónico: Absolutismo y Centralismo. Los Decretos de Nueva Planta

Tras la muerte de Carlos II en 1700, la Guerra de Sucesión (1700–1713) dio paso a la dinastía borbónica. Los primeros Borbones (Felipe V, Fernando VI y Carlos III) implantaron un modelo de monarquía centralista y absolutista, inspirado en Francia. Los Decretos de Nueva Planta, emitidos por Felipe V, suprimieron los fueros e instituciones de Aragón, Valencia (1707), Mallorca (1715) y Cataluña (1716), centralizando el poder en manos del rey. Se eliminaron virreyes, cortes y diputaciones, reemplazándolos por capitanes generales y audiencias. Solo Navarra y el País Vasco conservaron sus fueros por apoyar a Felipe V. Para una gestión más eficaz, los Consejos perdieron funciones a favor de las Secretarías de Estado y Despacho (antecesoras de los ministerios), que trataban asuntos como Hacienda, Guerra o Justicia. Solo el Consejo de Castilla mantuvo importancia como tribunal supremo. Se crearon Intendencias, divisiones territoriales dirigidas por intendentes, encargados de justicia, impuestos y orden público.

La Hacienda Real fue reformada: Felipe V obligó a los territorios de la Corona de Aragón a pagar impuestos, con nombres como catastro (Cataluña) o talla (Baleares). Fernando VI intentó una reforma en Castilla con el Catastro de Ensenada, que buscaba una única contribución. El proyecto fracasó por oposición de los privilegiados. Carlos III recurrió a vales reales, un tipo de deuda pública similar al papel moneda, para financiar la participación española en la Guerra de Independencia de EE.UU. Las reformas borbónicas no siempre fueron bien aceptadas. En 1766, durante el reinado de Carlos III, el Motín de Esquilache estalló en Madrid por la subida del pan y la prohibición del uso de capa larga y sombrero ancho. Se extendió por el país y terminó con la expulsión de Esquilache y otras concesiones.

Los jesuitas, acusados de instigar los motines y por su obediencia directa al Papa, fueron expulsados de España en 1767. Estas reformas marcaron el inicio de un Estado centralizado. A principios del siglo XIX, las Cortes de Cádiz iniciarían el camino hacia un Estado liberal que no se consolidaría hasta el reinado de Isabel II.

Las Etapas del Reinado de Fernando VII (1814-1833)

Tras la Guerra de Independencia, Fernando VII recuperó el trono y su reinado se divide en tres etapas principales:

  1. Sexenio Absolutista (1814-1820): Fernando VII anuló la Constitución de 1812 y restauró el absolutismo, apoyándose en el Manifiesto de los Persas. Reprimió duramente a los liberales, que intentaron varios pronunciamientos militares fallidos, salvo el de Rafael del Riego en 1820, que obligó al rey a aceptar la Constitución y abrir paso al Trienio Liberal. Durante este periodo, en América comenzaron las guerras de independencia.

  2. Trienio Liberal (1820-1823): Los liberales gobernaron e impulsaron reformas como la abolición definitiva de la Inquisición, la desamortización y la creación de la Milicia Nacional. Sin embargo, la etapa estuvo marcada por divisiones internas entre liberales moderados y exaltados, y por conspiraciones absolutistas apoyadas por Fernando VII y la Guardia Real. La Santa Alianza autorizó la intervención francesa en 1823, que restauró el absolutismo.

  3. Década Ominosa (1823-1833): Fernando VII anuló todas las reformas liberales y aplicó una dura represión contra opositores. Enfrentó la oposición de liberales y realistas puros (apostólicos). En América, la mayoría de las colonias lograron la independencia, afectando la economía española. En 1830 derogó la Ley Sálica para permitir que su hija Isabel heredase el trono, lo que generó la oposición carlista y desembocó en la Primera Guerra Carlista tras su muerte en 1833.

La Evolución Demográfica y la Estructura de la Población en el Siglo XIX

Durante el siglo XIX, la población creció mucho en los principales países europeos debido a la Revolución Industrial; Alemania, Bélgica y Países Bajos duplicaron su población y Gran Bretaña la cuadruplicó. En España, el crecimiento fue lento y menor porque aún mantenía un régimen demográfico antiguo con alta natalidad pero también alta mortalidad. España pasó de 10,5 millones en 1797 a 18,6 millones en 1900, un aumento del 77%, mientras que otros países doblaron o más su población. Tres características definen la demografía española del siglo XIX. En primer lugar, la alta mortalidad y una natalidad insuficiente: la tasa de natalidad era alta, 34 por 1000, pero la mortalidad también, con una esperanza de vida inferior a 35 años. Las causas fueron las crisis de subsistencia, que se repitieron al menos doce veces a lo largo del siglo debido a malas cosechas y problemas estructurales en agricultura y transporte; las epidemias periódicas como fiebre amarilla, cólera y tifus; y las enfermedades endémicas permanentes como tuberculosis, viruela y sarampión. Estas condiciones se agravaban por la mala alimentación y las precarias condiciones de vida. En segundo lugar, los flujos migratorios y la distribución de la población: la población se desplazó del norte al sur y de la meseta central hacia las costas mediterránea y atlántica sur, donde había mejores condiciones económicas y de comunicación. La población en esas zonas costeras se duplicó. El proceso de urbanización fue muy limitado, ya que la mayoría seguía siendo rural; solo Madrid y Barcelona tenían cerca de medio millón de habitantes, mientras que en Europa muchas ciudades superaban esa cifra. Finalmente, la pervivencia del régimen demográfico antiguo: en Europa el siglo XIX supuso la transición de un régimen demográfico antiguo a uno moderno, relacionado con la industrialización y urbanización. En España esta transición apenas comenzó, ya que solo un 9% vivía en ciudades y la mayoría conservaba comportamientos demográficos tradicionales. La excepción fue Cataluña, que tuvo un crecimiento urbano notable y aumentó su población en un 145%. En resumen, España permaneció en el régimen demográfico antiguo durante el siglo XIX, retrasándose respecto a otros países.

La Industrialización de España y su Dependencia Exterior Durante el Siglo XIX

La Revolución Industrial surgió en Inglaterra y se extendió por Europa, pero en España fue limitada y tardía. La industria textil catalana, especialmente el sector algodonero, fue la más destacada gracias al capital local, la innovación de la burguesía y la protección arancelaria. El sector lanero se trasladó a Cataluña, beneficiándose de la proximidad a Barcelona.

La siderurgia tuvo un desarrollo irregular debido a la falta de carbón de calidad y demanda, pasando por etapas en Andalucía, Asturias y finalmente en el País Vasco con Altos Hornos de Vizcaya, que se apoyó en el comercio con Gales.

La minería, dominada por capital extranjero, se explotó principalmente tras la Ley de 1868 que facilitó concesiones y aumentó la demanda internacional. España exportaba principalmente plomo, mercurio, cobre e hierro.

El sector energético fue deficiente por la escasez y mala calidad del carbón español, aunque la demanda creció con el ferrocarril y la navegación a vapor.

En resumen, el fracaso de la industrialización española se debió a la baja capacidad productiva, la falta de mercado nacional unificado y escasez de capitales. Solo Cataluña y el País Vasco tuvieron cierto desarrollo industrial, y al final del siglo la agricultura seguía siendo la base económica.

Evolución de la Dictadura de Primo de Rivera

A partir de 1923, tras la crisis política y militar de España, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado con el apoyo del rey Alfonso XIII y suspendió la Constitución de 1876, instaurando una dictadura.

La dictadura tuvo dos etapas:

Directorio Militar (1923-1925)

El gobierno estaba formado por militares, se disolvieron las Cortes, se prohibieron partidos políticos y sindicatos, y se impuso mano dura contra el desorden social y los movimientos nacionalistas. En este período se logró poner fin a la guerra de Marruecos con el desembarco de Alhucemas, que elevó el prestigio militar.

Directorio Civil (1925-1930)

Primo de Rivera sustituyó a los militares por un gobierno civil inspirado en regímenes autoritarios europeos. Se creó el partido único Unión Patriótica para unificar a la sociedad bajo “religión, patria y monarquía”. Se impulsaron políticas económicas intervencionistas, como la creación de monopolios estatales (CAMPSA, Telefónica) y obras públicas. La represión y las reformas laborales mantuvieron la conflictividad social baja.

La dictadura terminó debido a la creciente oposición política y social (obreros, intelectuales, republicanos), la crisis económica mundial de 1929 y la pérdida de apoyo en el ejército. Primo de Rivera dimitió en 1930, y tras un breve intento fallido de restaurar la monarquía, en 1931 se proclamó la Segunda República.

Organización Política del Estado Franquista

Tras la Guerra Civil, Franco concentró todo el poder como jefe del Estado, Gobierno, ejército y partido único (Movimiento Nacional), bajo un régimen autoritario, centralista y nacionalcatólico.

  • Poder absoluto de Franco: No había Constitución ni Cortes que limitaran su autoridad; él gobernaba personalmente con ministros de confianza.

  • Democracia orgánica: La representación se basaba en “órganos naturales” como familia, municipio y sindicatos, pero sin democracia real.

  • Nacionalcatolicismo: El Estado estaba profundamente ligado a la Iglesia Católica; Franco se veía como un salvador providencial de España, defendiendo valores de jerarquía, disciplina y orden.

  • Leyes Fundamentales: El régimen se regía por un conjunto de leyes (siete en total) que definían las bases legales del Estado, regulaban derechos, cortes, sucesión y organizaban el régimen como una monarquía tradicional y católica.

  • Ideología: Rechazo total a la Ilustración, el liberalismo, el marxismo, la masonería y los movimientos democráticos. Exaltación del nacionalismo español excluyente y supresión de los nacionalismos periféricos.

  • Sindicatos verticales: Organizados por sectores económicos, controlados por el Estado, agrupaban obligatoriamente a patronos y trabajadores, buscando eliminar el conflicto social.

  • Bases sociales: El régimen apoyaba a los militares, la Iglesia, grandes terratenientes, burguesía industrial, clases medias urbanas y parte del funcionariado. Tenía menos apoyo entre obreros urbanos e industrias.

La Crisis Final del Franquismo desde 1973

Al final del franquismo, dos grandes presiones impulsaban un cambio político en España: la fatiga interna tras casi 40 años de dictadura y la presión internacional de las democracias occidentales.

1. Causas Internas: Inestabilidad Política

  • Franco estaba enfermo y envejecido, debilitando el régimen.

  • El almirante Carrero Blanco, sucesor designado, fue asesinado por ETA en 1973, desbaratando los planes de continuidad del franquismo.

  • Carlos Arias Navarro asumió la presidencia y propuso tímidas reformas conocidas como el “espíritu del 12 de febrero”, que no lograron cambiar el régimen.

  • La oposición se organizó en la Junta Democrática (PCE y otros grupos), mientras ETA y otros grupos violentos como FRAP y GRAPO aumentaban la conflictividad.

  • En respuesta, Franco promulgó una Ley Antiterrorista y ordenó cinco ejecuciones en 1975, generando condenas internacionales y protestas masivas.

2. Causas Externas: Dificultades Internacionales

  • España era la última dictadura de Europa, aislada tras la caída de regímenes similares en Portugal y Grecia.

  • La “Marcha Verde” permitió a Marruecos ocupar el Sáhara Occidental, territorio español, que se cedió en 1975 mediante el Acuerdo de Madrid. Las ejecuciones y la represión agravaron el aislamiento internacional del régimen.

3. Causas Económicas: Crisis de 1973

  • El alza del petróleo terminó con el crecimiento económico de los años 60, causando paro, inflación y retorno de emigrantes.

  • La economía española entró en una fase de crisis y dependencia exterior.

Las Principales Actuaciones Impulsadas por los Gobiernos de Adolfo Suárez (1976-1981)

Tras la muerte de Franco en 1975, Arias Navarro intentó mantener la dictadura sin éxito, y el rey Juan Carlos I nombró a Adolfo Suárez presidente. Aunque inicialmente rechazado, Suárez impulsó un gobierno reformista que buscaba reconocer derechos fundamentales, legalizar partidos políticos, conceder amnistía a presos políticos y convocar elecciones.

La Ley para la Reforma Política permitió la disolución de las Cortes franquistas y la convocatoria de un referéndum que aprobó la transición hacia la democracia. Durante este periodo, el terrorismo de extrema derecha y grupos como ETA y GRAPO aumentó la tensión social.

Suárez legalizó finalmente al Partido Comunista en 1977, pese a la oposición de sectores del ejército. En junio de ese año se celebraron las primeras elecciones democráticas desde 1936, ganadas por la UCD, liderada por Suárez.

Se aprobó la Ley de Amnistía, liberando a presos políticos, y se firmaron los Pactos de la Moncloa para estabilizar la economía frente a la crisis del petróleo. También se impulsó la creación de preautonomías en Cataluña y País Vasco para resolver las demandas regionales.

El gobierno de Suárez destacó por lograr consensos políticos fundamentales, sentando las bases de la democracia que quedó consolidada tras la Constitución de 1978 y la superación de la crisis del 23-F.

El Proceso de Integración de España en la UE y sus Consecuencias Económicas, Sociales y Políticas

La Transición española facilitó la proyección internacional de España, y su integración en la Unión Europea (UE) fue clave para su desarrollo. Durante el franquismo, España intentó acercarse a la Comunidad Económica Europea (CEE), pero solo logró un acuerdo comercial en 1970. Tras la muerte de Franco, en 1977 el gobierno de Suárez solicitó la adhesión formal, iniciándose negociaciones que se complicaron por dudas sobre la democracia española y reticencias de países como Francia.

Con Felipe González, España firmó el Tratado de Adhesión en 1985, entrando oficialmente en la CEE en 1986. Posteriormente, España participó en tratados importantes como Maastricht (1992), que creó la Unión Europea y estableció criterios económicos para la zona euro, de la que España fue fundadora en 1999. Otros tratados como Ámsterdam, Niza y Lisboa ampliaron y reformaron la UE.

Las consecuencias de la integración fueron:

  • Políticas: Consolidación de la democracia y el Estado de derecho, colaboración en seguridad y justicia europea, y adhesión al Acuerdo Schengen para libre circulación.

  • Económicas: Duplicación del PIB entre 1985 y 2013, aumento del comercio exterior y desarrollo agrícola gracias a la Política Agraria Común (PAC).

  • Sociales: Fondos de cohesión que impulsaron la modernización, fortalecimiento del Estado de bienestar con servicios sociales y universalización de sanidad y educación, y ciudadanía europea que garantiza derechos y movilidad.

  • Infraestructuras: Grandes inversiones europeas en carreteras, ferrocarriles, educación y zonas rurales, con más de 300.000 millones de euros invertidos entre 1986 y 2013.

Práctica 19. Texto: La Adhesión de España a las Comunidades Europeas

Identificación del Texto

El texto es un discurso político oficial pronunciado por Felipe González durante la ceremonia de la firma del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas el 12 de junio de 1985. Está dirigido tanto a los ciudadanos españoles como a la comunidad internacional interesada en la integración europea de España. El ámbito geográfico abarca España y la Comunidad Europea, y la cronología se sitúa en el momento clave de la adhesión formal de España a la Unión Europea.

Las ideas principales del discurso destacan que la adhesión supone un paso histórico que pone fin al aislamiento secular de España. Se subraya que esta integración refleja el deseo mayoritario de los españoles de unirse a Europa, identificada con los valores de libertad, progreso y democracia. Además, se reconoce que formar parte de Europa representa un desafío de modernidad que exige un cambio de mentalidad y de estructuras económicas y sociales, siendo un esfuerzo de adaptación mayor al de los países fundadores, debido a que España se suma con retraso a un proceso ya iniciado. También se menciona el esfuerzo y la clarividencia de españoles que han participado en momentos decisivos para la construcción europea y en la negociación del tratado, recordando congresos importantes como los de La Haya en 1948 y Múnich en 1962.

Consecuencias Económicas de la Integración

Respecto a las consecuencias económicas de la integración de España en la Unión Europea, esta supuso un impulso fundamental para la modernización y el desarrollo del país. La adhesión permitió a España acceder a un mercado europeo ampliado que favoreció significativamente el comercio exterior y atrajo inversiones extranjeras, mejorando la competitividad de la economía española. Asimismo, España tuvo acceso a fondos comunitarios que contribuyeron a la modernización de infraestructuras y sectores clave como la agricultura, que se benefició de la Política Agraria Común. Finalmente, la integración obligó a España a adaptarse a las normas y políticas económicas europeas, lo que promovió la estabilidad macroeconómica y la convergencia con los países más desarrollados de la Unión Europea.

Práctica 18. Imagen: Cartilla de Racionamiento

Identificación de la Imagen

La cartilla de racionamiento tiene un ámbito geográfico nacional, es decir, se utilizó en toda España durante la etapa de la posguerra tras la Guerra Civil española. La cronología se sitúa principalmente entre finales de los años 1930 y la década de los 50, cuando la escasez y las dificultades económicas obligaron al régimen franquista a controlar la distribución de alimentos y productos básicos. En cuanto a los personajes y fenómenos representados, la cartilla refleja la realidad de la población española que vivía bajo un régimen autoritario, en una economía cerrada y autárquica, marcada por la necesidad de racionar los recursos debido a la pobreza, el aislamiento internacional y la falta de suministros.

Evolución Económica Durante el Franquismo

Durante el régimen franquista, la evolución económica española pasó por varias etapas claramente diferenciadas. La primera etapa, que va desde finales de los años 30 hasta finales de los 50, se caracteriza por la autarquía y el aislamiento internacional, donde el régimen intentó que España fuera autosuficiente, pero esto generó escasez, racionamiento y un estancamiento económico. La segunda etapa, iniciada a finales de los años 50 y durante los años 60, es el llamado desarrollismo o milagro económico español, cuando se liberalizó la economía, se fomentaron las inversiones extranjeras, el turismo creció y la industria y los servicios se desarrollaron rápidamente, mejorando el nivel de vida. Finalmente, en los años 70, el régimen sufrió una crisis económica derivada de problemas internacionales como la crisis del petróleo de 1973, que frenó el crecimiento, aumentó el paro y creó problemas sociales que presionaron hacia el cambio político.

Práctica 17. Imagen: El Guernica

Identificación de la Imagen

El ámbito geográfico de la imagen es España, concretamente el pueblo vasco de Guernica, que fue bombardeado en 1937 durante la Guerra Civil española. La cronología se sitúa en ese año, en el contexto del conflicto bélico que enfrentó a los republicanos y los franquistas entre 1936 y 1939. Los personajes y fenómenos representados en el Guernica son símbolos de la tragedia y el sufrimiento causados por la guerra: figuras humanas como mujeres y niños aterrorizados, animales como el caballo y el toro que representan el dolor y la violencia, y escenas de destrucción, caos y muerte. La obra de Picasso denuncia la brutalidad de los bombardeos y la devastación que sufrieron los civiles.

Costes Humanos de la Guerra Civil Española

Los costes humanos provocados por la Guerra Civil española fueron muy elevados. Se estima que murieron entre 500.000 y un millón de personas, incluyendo combatientes de ambos bandos y numerosos civiles atrapados en la violencia. Además de las muertes, hubo miles de heridos, desplazados y exiliados que huyeron del país para salvar sus vidas. La guerra también causó una profunda división social y política, con persecuciones, represalias y violencia que perduraron durante la dictadura franquista. El sufrimiento y la destrucción provocaron un impacto duradero en la sociedad española, dejando heridas que tardaron décadas en sanar.

Práctica 15. Imagen: Manuel Azaña junto a Mandos Militares

Identificación de la Imagen

La imagen corresponde al ámbito geográfico de España durante la Segunda República, específicamente en los años 1931-1933, que es el periodo del bienio reformista. En ella aparece Manuel Azaña, presidente del Consejo de Ministros y figura clave de la República, junto a varios mandos militares. El fenómeno que se refleja es la tensión existente entre el gobierno civil y el ejército en ese periodo, especialmente en relación con las reformas impulsadas por Azaña.

La Reforma Militar del Bienio Reformista

La reforma militar del bienio reformista tuvo como objetivo modernizar y controlar el ejército para evitar golpes de Estado y que la institución militar apoyase plenamente al régimen republicano. Entre sus medidas principales estaban la reducción del número de oficiales, la reorganización de mandos y la depuración de oficiales considerados antirrepublicanos. Sin embargo, estas reformas generaron un gran rechazo dentro de las Fuerzas Armadas, provocando descontento y conspiraciones.

Como consecuencia, la reforma debilitó la confianza entre el ejército y el gobierno republicano, y fue uno de los factores que contribuyó a la inestabilidad política. Esta tensión desembocó en la insurrección militar de 1936 que dio inicio a la Guerra Civil española. Además, el fracaso en consolidar el control sobre el ejército mostró las dificultades de la Segunda República para imponer reformas profundas en sectores conservadores y clave para el poder.

Práctica 13. Texto: Fragmento Constitución 1876

Identificación del Texto

La naturaleza del texto es un documento legal, específicamente un fragmento de la Constitución española de 1876. Está dirigido a todos los ciudadanos españoles y a las autoridades, ya que establece las normas fundamentales del Estado. El ámbito geográfico es España y la cronología corresponde al año 1876, tras la Restauración borbónica con Alfonso XII como rey.

Las ideas principales del texto incluyen el reconocimiento de la religión católica como la religión oficial del Estado y la obligación de mantener su culto, aunque se garantiza la libertad de opinión religiosa dentro del respeto a la moral cristiana. También se destacan los derechos políticos como la libertad de expresión, reunión y asociación. Se establece la organización política con un sistema bicameral compuesto por el Senado y el Congreso de los Diputados, y se define la potestad legislativa compartida entre las Cortes y el Rey. Además, se menciona que la potestad ejecutiva reside en el Rey y que existirá un código legal unificado para toda la monarquía, con algunas variaciones según circunstancias particulares.

Las ideas secundarias incluyen detalles sobre la composición del Senado, que incluye senadores por derecho propio, vitalicios y electos por corporaciones y contribuyentes, y la posibilidad de reelección indefinida de los diputados. También se señala la garantía de un solo fuero para todos los españoles en los juicios comunes.

Características Fundamentales de la Constitución de 1876

Las características fundamentales de la Constitución de 1876 fueron su carácter monárquico y liberal, basado en un sistema parlamentario bicameral con soberanía compartida entre el rey y las Cortes. Reconocía la religión católica como oficial pero permitía ciertas libertades religiosas y de expresión. La Constitución estableció un marco legal estable que rigió España durante la Restauración y propició un sistema político basado en la alternancia en el poder entre dos grandes partidos, manteniendo el control de la monarquía. Además, garantizaba la unidad jurídica del país mediante códigos comunes, aunque permitía ciertas adaptaciones.

Práctica 12. Caricatura del Turnismo

Identificación de la Caricatura

La caricatura pertenece al ámbito geográfico de España y corresponde a la cronología del último tercio del siglo XIX, concretamente a 1897. Los personajes representados suelen ser políticos de la Restauración borbónica, y el fenómeno que refleja es el sistema político conocido como el turno pacífico o turno pacífico de partidos, propio del sistema canovista instaurado tras la Constitución de 1876.

Funcionamiento del Sistema Canovista

El funcionamiento del sistema canovista se basaba en la alternancia pactada en el poder entre los dos principales partidos políticos: el Partido Liberal y el Partido Conservador. Esta alternancia no se producía a través de una competencia electoral real sino mediante acuerdos entre las élites políticas para garantizar estabilidad y evitar conflictos. Para asegurar esta alternancia, se manipulaban las elecciones mediante el encasillado y el control del caciquismo, lo que llevaba a un sistema poco democrático y cerrado. El rey tenía un papel fundamental al nombrar al presidente del gobierno, que luego organizaba las elecciones para que su partido ganara y posteriormente cedía el poder al otro partido cuando tocaba el cambio.

Práctica 11. Texto: Abdicación de Amadeo de Saboya

Identificación del Texto

El texto es un discurso de abdicación dirigido al pueblo español. Su ámbito geográfico es España y la cronología corresponde al 11 de febrero de 1873, cuando Amadeo de Saboya renuncia al trono debido a la grave inestabilidad política que atraviesa el país. Las ideas principales son el reconocimiento de las dificultades y conflictos internos que impiden su gobierno, el constante enfrentamiento entre partidos políticos y la imposibilidad de encontrar soluciones dentro del marco legal. Las ideas secundarias incluyen su lealtad a la ley y la justicia, y la expresión de su decepción personal por no haber podido lograr la paz y el progreso que deseaba para España.

Causas Políticas de la Llegada de Amadeo I al Trono

Las causas políticas que propiciaron la llegada de Amadeo I al trono fueron principalmente la caída de Isabel II tras la Revolución de 1868 (La Gloriosa), que destituyó a la monarquía borbónica debido a su desgaste y crisis política. Posteriormente, se instauró un gobierno provisional que buscó una solución monárquica viable, y se eligió a Amadeo de Saboya, un príncipe extranjero, como rey con la intención de estabilizar el país y modernizarlo. Sin embargo, su reinado estuvo marcado por la inestabilidad política, la división entre partidos y la falta de apoyo popular, lo que llevó finalmente a su abdicación.

Práctica 10. Caricatura de la Monarquía Española y el Pretendiente Carlista después de La Gloriosa

Identificación de la Caricatura

El ámbito geográfico es España y la cronología corresponde al periodo posterior a la Revolución de 1868, conocida como «La Gloriosa», que llevó a la destitución de Isabel II y abrió un periodo de gran inestabilidad política. Los personajes representados suelen ser miembros de la monarquía española y los pretendientes carlistas que reclamaban el trono basándose en una línea sucesoria alternativa, defendiendo el tradicionalismo y el absolutismo frente a los liberales. El fenómeno reflejado es la crisis dinástica y política que enfrentó España tras la caída de Isabel II, con la aparición de diferentes pretendientes al trono y la lucha entre monarquías liberales y carlistas.

Consecuencias Políticas del Fenómeno

Las consecuencias políticas del fenómeno fueron profundas: provocó un periodo de inestabilidad política marcado por enfrentamientos entre los partidarios de la monarquía liberal y los carlistas, que desembocaron en varias guerras civiles conocidas como las Guerras Carlistas. También dificultó la consolidación de un gobierno estable tras La Gloriosa, conduciendo a la búsqueda de soluciones como la elección de Amadeo de Saboya como rey y, finalmente, la proclamación de la Primera República en 1873. La división dinástica y política retrasó la modernización del Estado y mantuvo a España sumida en conflictos internos.

Práctica 9. Texto: Proclama de Espartero

Identificación del Texto

La naturaleza del texto es una proclama militar dirigida al pueblo español. El destinatario son los ciudadanos españoles, especialmente los miembros de la Milicia Nacional y el ejército. El ámbito geográfico es España y la cronología corresponde al año 1841, durante el reinado de Isabel II, en un momento de crisis política y social. Las ideas principales destacan la defensa de la paz conseguida tras guerras anteriores, la importancia de la constitución y la necesidad de estar preparados para defender la nación en caso de guerra. Las ideas secundarias hacen referencia a la regeneración del país, el renacer de la industria, agricultura y comercio, y la unión entre el ejército y la Milicia Nacional para mantener el orden.

El Papel de los Militares en el Reinado de Isabel II

Durante el reinado de Isabel II, los militares jugaron un papel crucial en la política española. Intervinieron en múltiples ocasiones para proteger o derrocar gobiernos mediante pronunciamientos y golpes de Estado, influyendo directamente en el curso político del país. Su apoyo era fundamental para la estabilidad del régimen, y figuras militares como Espartero tuvieron un protagonismo destacado en la defensa del orden constitucional y en la lucha contra las guerras carlistas y otros conflictos internos.

Práctica 8. Texto: Constitución de 1812

Identificación del Texto

La naturaleza del texto es legal y constitucional, se trata de un fragmento de la Constitución de Cádiz de 1812. El destinatario son los ciudadanos españoles y las instituciones del Estado. El ámbito geográfico es España y sus territorios de ultramar (ambos hemisferios). La cronología corresponde al año 1812, en pleno proceso de Guerra de Independencia y movimiento liberal. Las ideas principales destacan que la soberanía reside en la Nación, que esta tiene la potestad exclusiva para establecer leyes, y que el Gobierno es una monarquía moderada hereditaria. También se señala la unión de todos los españoles, la protección de derechos civiles, y que la religión oficial es la católica, apostólica y romana. Las ideas secundarias detallan la estructura legislativa y electoral, el papel del Rey en la ejecución y promulgación de leyes, y la unificación del Código civil y criminal para toda la Monarquía.

Características de la Constitución de 1812

La Constitución de 1812 se caracteriza por establecer la soberanía nacional frente al absolutismo, creando un sistema de monarquía moderada con división de poderes entre las Cortes y el Rey. Garantiza derechos civiles básicos como la libertad y la propiedad, establece el sufragio indirecto para elegir diputados, y define la religión católica como oficial del Estado. Además, uniformiza la legislación para toda la Monarquía y sienta las bases del constitucionalismo liberal en España.

Práctica 7. Mapa de la Guerra de la Independencia

Identificación del Mapa

El ámbito geográfico del mapa corresponde a España y Portugal, principalmente la Península Ibérica. La cronología se sitúa entre 1808 y 1814, durante la Guerra de la Independencia contra la ocupación napoleónica. Los personajes principales involucrados son Napoleón Bonaparte, líder del Imperio francés, y los reyes españoles y portugueses, además de los líderes militares y guerrilleros españoles que combatieron la invasión. El fenómeno histórico representado es la guerra de resistencia de España y sus aliados contra las tropas francesas que intentaban imponer la hegemonía de Napoleón en la península.

Bandos en Conflicto

Los bandos en conflicto eran, por un lado, el Imperio francés, que ocupaba gran parte de España con el objetivo de controlar la península y extender el poder napoleónico en Europa. Por otro lado estaban los españoles, apoyados por el Reino Unido y Portugal, que luchaban por recuperar la soberanía nacional y expulsar a las fuerzas francesas. Este enfrentamiento también implicó un movimiento popular de guerrillas que apoyaron la lucha contra la ocupación extranjera, convirtiendo la guerra en un conflicto prolongado y complejo.

Práctica 6. Texto: Tratado de Utrecht

Identificación del Texto

La naturaleza del texto es un tratado internacional de paz firmado entre la Corona de España y la Gran Bretaña. El ámbito geográfico abarca principalmente España, Gran Bretaña y sus territorios en América, especialmente las posesiones coloniales españolas y británicas. La cronología corresponde al 13 de julio de 1713, fecha en la que se firmó el Tratado de Utrecht, que puso fin a la Guerra de Sucesión española. Las ideas principales del texto incluyen la paz establecida entre ambos reinos, la cesión de territorios como Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña, la regulación del comercio y navegación entre ambos reinos, y la concesión de privilegios a ciertos grupos españoles, como los habitantes de Cataluña. Entre las ideas secundarias se encuentra la prohibición de ceder territorios americanos a otras potencias y la autorización para la introducción de esclavos africanos en América por parte de la corona británica.

Contenido y Consecuencias del Tratado

El contenido del tratado refleja la situación política de la época, en la que España salía debilitada tras la Guerra de Sucesión y tuvo que aceptar la pérdida de territorios clave como Gibraltar y Menorca a favor de Gran Bretaña. Esta cesión territorial supuso un duro golpe para la monarquía española, afectando su control estratégico en el Mediterráneo y su influencia en Europa. Asimismo, el tratado estableció nuevas reglas para el comercio y la navegación colonial, fortaleciendo la posición británica en América y limitando el poder español en sus colonias. En resumen, el Tratado de Utrecht marcó un cambio importante en el equilibrio territorial y político europeo y colonial, con consecuencias que afectaron la hegemonía española durante el siglo XVIII.

Práctica 5. Mapa de la Guerra de Sucesión Española

Identificación del Mapa

El ámbito geográfico de la imagen corresponde principalmente a la Península Ibérica, incluyendo territorios españoles y regiones de Europa relacionadas con el conflicto. La cronología se sitúa entre 1701 y 1714, que es el periodo en que se desarrolló la Guerra de Sucesión española. Los personajes implicados son principalmente Felipe de Anjou, apoyado por Francia y la mayoría de territorios españoles, y el Archiduque Carlos de Austria, respaldado por la Gran Alianza formada por Inglaterra, Austria, Holanda y otros aliados. El fenómeno representado es una guerra dinástica que se desencadenó tras la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España, que dejó una lucha por el trono entre dos pretendientes.

Causas y Bandos del Conflicto

Las causas del conflicto se centran en la disputa por la sucesión al trono español tras la muerte de Carlos II, quien designó como heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Esto generó temor entre otras potencias europeas por el posible fortalecimiento de la unión entre Francia y España. Por ello, se formó la Gran Alianza para apoyar al Archiduque Carlos de Austria como aspirante alternativo al trono. Los bandos en conflicto fueron, por un lado, los partidarios de Felipe de Anjou, conocidos como borbónicos, y, por otro, los partidarios del Archiduque Carlos, llamados austracistas o aliados. La guerra tuvo importantes consecuencias territoriales y políticas para España y Europa.

Práctica 4. Texto: El Decreto de Granada

Identificación del Texto

El texto es un decreto oficial emitido por los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, dirigido a distintos estamentos sociales de sus dominios, así como a los judíos que residían en ellos. El ámbito geográfico corresponde a los reinos de Castilla, León, Aragón y otros territorios bajo la Corona española durante finales del siglo XV, específicamente en 1492. La naturaleza del texto es legal y administrativo, con el propósito de ordenar la expulsión definitiva de la población judía de los reinos españoles. Las ideas principales del decreto son la acusación contra los judíos de haber cometido apostasía, de influir negativamente en los cristianos y de subvertir la fe católica, así como la decisión de expulsarlos para evitar tales perjuicios. Las ideas secundarias incluyen la separación previa de judíos y cristianos en barrios específicos y la advertencia de que los judíos que no acaten la orden serán castigados con la muerte y la confiscación de bienes.

Contexto y Consecuencias de la Expulsión de los Judíos

Este decreto se enmarca en el contexto de un proceso de unificación religiosa y política llevado a cabo por los Reyes Católicos, quienes buscaron consolidar la fe católica como elemento fundamental del Estado. El texto refleja la intolerancia religiosa institucionalizada que también afectó a otras minorías, como los musulmanes y conversos, que fueron sujetos a presiones similares o a la expulsión o conversión forzosa. Por lo tanto, la expulsión de los judíos forma parte de una política más amplia de homogeneización religiosa que culminó con la instauración de la Inquisición y medidas restrictivas para mantener la unidad religiosa y política en España.

Práctica 3. Mapa de la Unión Dinástica

Identificación del Mapa

El ámbito geográfico de la imagen corresponde a la Península Ibérica y sus territorios asociados durante el siglo XV y principios del siglo XVI, principalmente los reinos de Castilla y Aragón. La cronología se sitúa en torno a finales del siglo XV, tras el matrimonio de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, que inició la unión dinástica en 1469. Los personajes clave son los propios Reyes Católicos, quienes impulsaron esta unión que, aunque no fue una unificación política completa, sentó las bases para la construcción del Estado Moderno en España. El fenómeno representado es la unión dinástica que permitió la coordinación política, administrativa y militar de dos importantes reinos bajo una misma corona, dando lugar a un proceso de centralización del poder.

Características de la Unión Dinástica y Construcción del Estado Moderno

La Unión Dinástica se caracteriza por mantener la autonomía administrativa y legal de cada reino, pero compartiendo un monarca común, lo que permitió una coordinación política más efectiva. Los instrumentos para la construcción del Estado Moderno durante esta etapa incluyeron la creación de instituciones comunes, como la Santa Hermandad y la Inquisición, la centralización fiscal, y el fortalecimiento del poder real frente a la nobleza y al clero. Además, la política exterior unificada y la consolidación de la religión católica como elemento de identidad nacional contribuyeron a fortalecer el control estatal y a sentar las bases para la futura unidad política de España.

Práctica 2. Texto: La Repoblación de Cádiz

Identificación del Texto

El texto es un fragmento historiográfico dirigido a estudiantes o personas interesadas en la historia de España. Su ámbito geográfico es la Península Ibérica, centrado en la ciudad de Cádiz, y la cronología corresponde al siglo XIII, durante el reinado de Alfonso X el Sabio. Las ideas principales son que Alfonso X promovió la repoblación de Cádiz tras su toma, y que los repobladores procedían de diversas regiones, especialmente del litoral cantábrico (País Vasco y Santander), así como de la meseta y otras zonas de Andalucía. La idea secundaria es que esta diversidad se debió a las buenas perspectivas económicas y comerciales que ofrecía Cádiz como puerto estratégico.

Otros Tipos de Repoblación Medieval

Otros tipos de repoblación diferentes a los mencionados en el texto:

  1. Repoblación medieval cristiana de la Meseta y el norte peninsular: Durante la Reconquista, especialmente en los siglos XI al XIII, se repoblaron zonas reconquistadas a los musulmanes en Castilla, León y Aragón con colonos cristianos para consolidar el dominio y desarrollar la agricultura y la ganadería.

  2. Repoblación con fueros o privilegios: En territorios fronterizos o menos poblados se ofrecían fueros, es decir, derechos especiales y privilegios fiscales o militares para atraer colonos y garantizar la defensa y estabilidad de la zona.

  3. Repoblación urbana: Consistía en la creación o recuperación de ciudades y villas, promoviendo la llegada de comerciantes y artesanos para fomentar el crecimiento económico y administrativo.

Práctica 1. Mapa sobre la Repoblación durante la Edad Media

Identificación del Mapa

El ámbito geográfico del mapa corresponde a la Península Ibérica, principalmente a las zonas del norte y centro que fueron objeto de repoblación durante la Edad Media. La cronología abarca desde los siglos XI al XIII, en plena Reconquista cristiana. Los fenómenos que se representan son las distintas fases y tipos de repoblación llevadas a cabo por los reinos cristianos para ocupar territorios reconquistados a los musulmanes, destacando la distribución de colonos y la fundación de villas y aldeas.

Relación con la Estructura de la Propiedad

La repoblación medieval estuvo estrechamente ligada a la estructura de la propiedad, ya que el reparto de tierras entre nobles, órdenes militares y la Iglesia era fundamental para consolidar el control territorial. Las tierras repobladas se entregaban generalmente en forma de señoríos, donde los señores feudales ejercían jurisdicción y control económico. Además, la concesión de fueros y privilegios a los repobladores favoreció la creación de comunidades con derechos específicos, vinculadas a la propiedad colectiva o individual, fomentando así la organización social y económica del territorio.

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