Historia y Legado de Al-Ándalus: Conquista, Califato y Reinos

Al-Ándalus: La Conquista Musulmana, Emirato y Califato de Córdoba

Aprovechando las disputas dinásticas de los visigodos y alentados por la yihad, los musulmanes, al mando de Tariq, atraviesan el estrecho de Gibraltar y derrotan a los visigodos en la batalla de Guadalete. En tres años conquistan toda la península, excepto algunas zonas de la franja cantábrica y los Pirineos, donde fueron derrotados en la batalla de Covadonga en el 722 por los astures y, más tarde, por los francos en Poitiers, lo que supuso el fin de la expansión musulmana por Europa. Habitualmente se firmaron capitulaciones que permitieron a los conquistados conservar sus tierras a cambio del pago de tributos. Inicialmente, además, debían pagar la yizya y el jaray, lo que fomentó las conversiones al Islam.

Tras la conquista musulmana, la Península se convirtió en una provincia o emirato del Califato de Damasco, gobernado por un emir que actuaba en nombre del califa. En el año 756, Abd al-Rahmán I, un miembro superviviente de la familia Omeya (familia expulsada del califato por los abasíes), llegó a la Península, haciéndose con el poder y proclamándose emir independiente, jefe político pero no religioso. En el año 929, Abd al-Rahmán III se autoproclamó califa, jefe político y espiritual. Este periodo del califato representó la época de máximo esplendor cultural de Al-Ándalus. En el año 976, Almanzor, hayib de Hisham II, se hizo con el poder y convirtió el califato en una dictadura militar apoyado en las victorias de su ejército contra los núcleos cristianos del norte.

Al-Ándalus: Reinos de Taifas y el Reino Nazarí

En el año 1031, una rebelión depuso al último califa, Hisham III, y Al-Ándalus se fragmentó en numerosos reinos de taifas, que se fueron reduciendo, sobre todo, por la incorporación de los más pequeños a otros mayores. Seguían siendo territorios prósperos económicamente y, en algunos casos, tuvieron gran importancia cultural, pero su supervivencia dependía, con frecuencia, del pago de parias o tributos.

Posteriormente, los almorávides, bajo el liderazgo de Yusuf ibn Tashfin, llegaron a la Península en el año 1086 y vencieron a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas, frenando la expansión cristiana. En 1172, los reinos de taifas volvieron a ser unificados bajo el dominio almohade, un nuevo imperio norteafricano, cuyo califa Yusuf II aplastó al ejército castellano, dirigido por Alfonso VIII, en la batalla de Alarcos. En el año 1212, las tropas cristianas destrozaron al ejército almohade en la Batalla de Las Navas de Tolosa. Con esta derrota, el poder de los almohades en la Península quedó prácticamente aniquilado, conformándose el Reino Nazarí de Granada como último reducto de la presencia musulmana en la península.

Al-Ándalus: Economía, Sociedad y Cultura

La economía de Al-Ándalus era fundamentalmente agrícola, pero los musulmanes aportaron nuevas técnicas que dieron lugar a un desarrollo económico muy superior al de los reinos cristianos. En la agricultura, los musulmanes impulsaron la práctica del regadío, introduciendo la noria y las acequias, y difundieron cultivos como los cítricos, el arroz, el algodón o el azafrán, aunque los cultivos principales siguieron siendo los cereales, la vid y el olivo. En la ganadería se desarrolló especialmente el ganado ovino y la cría del caballo; y en la minería, que estaba bajo control estatal, sobresalió la extracción de plomo, cobre, estaño, azufre, cinabrio y oro, que se obtenía del lavado de diversos cursos fluviales.

Lo más destacable de la sociedad andalusí es su diversidad étnica y religiosa. Los musulmanes (árabes, bereberes, sirios y muladíes) convivían con mozárabes y con los judíos, además de los esclavos eslavos y negros. Esta diversidad se manifiesta también en su estructura social, en la que se puede distinguir una aristocracia de origen árabe que poseía las tierras; grupos sociales medios formados por musulmanes mercaderes y miembros del ejército; las clases populares integradas por los artesanos y campesinos; y los esclavos.

Al-Ándalus fue el foco cultural de la Edad Media, la zona de contacto entre el mundo islámico, del cual se recopiló una amplia colección de textos literarios, filosóficos y científicos, y la Europa cristiana. En filosofía destacaron Averroes, Avempace y el judío Maimónides por sus comentarios a las obras aristotélicas, las cuales llegaron al mundo occidental gracias a ellos. En el terreno científico se difundió el sistema de numeración de origen indio y el concepto de cero, que sustituyeron a la numeración romana. Como matemático cabe destacar a Al-Mayriti.

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