La Guerra Civil Española: Un Conflicto de Alcance Internacional (1936-1939)
En 1936 se inició en España un enfrentamiento armado que constituyó la mayor tragedia de su historia reciente. Sus consecuencias fueron la instauración de un régimen dictatorial durante casi 40 años y el consiguiente aislamiento del país frente a las democracias europeas.
Causas del Conflicto
Las causas que dieron lugar a la guerra son de muy diversa índole:
Causas Remotas
- La forma en que se llevó a cabo la Revolución Liberal en España, caracterizada por una constante guerra entre liberales y absolutistas.
- Durante la Restauración, se dejó fuera del sistema a nacionalistas, republicanos y al movimiento obrero, lo que generó una profunda insatisfacción.
- La frecuente intervención del Ejército en la vida política, debilitando las instituciones civiles.
- La escasa modernización del país, con predominio de una economía agraria y un injusto reparto de la tierra, lo que generó gran tensión social.
Causas Próximas
- Las conspiraciones militares contra la República, que dieron lugar a algunos intentos de golpe de Estado, como el de Sanjurjo. Tras el triunfo del Frente Popular, generales como Mola, Varela, Goded y Franco se mostraron favorables al pronunciamiento. El general Mola, desde Navarra, logró el apoyo de todos los grupos antirrepublicanos y de sus milicias armadas. Mola pretendía establecer una dictadura militar que eliminara el peligro de una revolución comunista.
- La tensión social de los últimos meses de la República. El detonante de la sublevación fue un doble asesinato el día 12 de julio. Como respuesta al asesinato del teniente Castillo, socialista, por un grupo de falangistas, sus compañeros de la Guardia de Asalto asesinaron al dirigente monárquico José Calvo Sotelo, quien había pronunciado duros ataques y amenazas contra el gobierno del Frente Popular en el Parlamento. Este asesinato desencadenó el pronunciamiento militar, cuyo plan ya estaba diseñado y que consistía en organizar un levantamiento simultáneo en todas las guarniciones militares.
Etapas del Conflicto
Primeros Meses de 1936
El avance de los sublevados fue rápido por Andalucía Occidental y Badajoz, enlazando con las tropas del norte dirigidas por Mola. La intención inicial de dirigirse a Madrid fue postergada, y Franco conquistó Toledo y el Alcázar, todo un símbolo. En esta fase dominó la guerra de columnas. El ataque a Madrid fue repelido por los republicanos en la Ciudad Universitaria, el Jarama y Guadalajara. A partir de estas batallas, el ejército republicano se profesionalizó y militarizó, integrando o disolviendo a las milicias populares.
Año 1937
Tras el fracaso de la conquista de Madrid, Franco conquistó la Cornisa Cantábrica de este a oeste. Los republicanos, por su parte, desencadenaron batallas para lograr la dispersión y distracción del ejército nacional; estas fueron las batallas de Belchite y Brunete, que no consiguieron su objetivo. Málaga también caería en poder de los nacionales.
Año 1938
Los nacionales se dirigieron al este, desencadenando la Campaña de Aragón, llegando a Vinaròs en abril de 1938, con lo que Franco había dividido la zona republicana. Con la esperanza de que las democracias internacionales acudieran en apoyo de la República si se declaraba la Segunda Guerra Mundial, los republicanos decidieron realizar una gran ofensiva en el este; fue la gran batalla de la Guerra Civil: la Batalla del Ebro. En una incursión rápida y por sorpresa, lograron un gran avance de sus filas, llegando hasta la otra orilla del Ebro desde Cataluña. Franco contraatacó y los republicanos tuvieron que volver a sus posiciones. Perdida la Batalla del Ebro, Franco decidió entonces emprender definitivamente la ofensiva sobre Cataluña. Primero entró en Barcelona, conquistando toda Cataluña inmediatamente.
Año 1939
En febrero, a la República le quedaba la zona Centro-Este. En marzo, el presidente del gobierno republicano Negrín, apoyado por los comunistas, tenía la intención de unir la Guerra Civil con la próxima guerra mundial. Sin embargo, el general Casado, con el apoyo de Besteiro y la UGT, dio un golpe de Estado y creó una Junta de Defensa con la intención de negociar el fin de la guerra con Franco. Este solo aceptó la rendición. El 1 de abril, Franco firmó el último parte de guerra.
La Internacionalización del Conflicto
La Guerra Civil, al tener raíces ideológicas muy definidas, no resultó indiferente en un contexto internacional marcado por la creciente oposición entre el fascismo y el comunismo.
A favor de la República estuvo la opinión democrática progresista mundial, que identificó la lucha por la República con la defensa de la democracia y de la libertad frente al fascismo. También apoyaron a la República los partidos obreros de todo el mundo y la URSS. A favor de los sublevados estaban las potencias fascistas europeas (principalmente Alemania e Italia), el régimen filofascista portugués de Oliveira Salazar, el catolicismo tradicional y el Papado, que tardó en pronunciarse, pero que al final apoyó a Franco.
El aspecto internacional de la guerra se manifestó en dos vertientes:
La Creación del Comité de No Intervención
Se pretendía evitar que la intervención militar en la guerra española desencadenara una guerra mundial. Gran Bretaña promovió la creación de un Comité de No Intervención, constituido en agosto de 1936 en Londres, al que acabaron uniéndose 27 países. El Comité prohibía la exportación a España de armas, municiones y todo tipo de material de guerra. Sin embargo, el Comité no pudo evitar que ambos bandos recibieran ayuda, y todo fue una farsa que dejó a la República en clara desventaja frente a los militares sublevados.
Las Ayudas Exteriores Recibidas por Ambos Bandos
La República tuvo dificultades para adquirir material militar por la política de No Intervención de las democracias occidentales. El único país que la abasteció fue la URSS, quien también envió consejeros militares. Además, la República recibió el apoyo de las Brigadas Internacionales, integradas por más de 60.000 voluntarios de todo el mundo. Los sublevados recibieron ayuda militar de Alemania e Italia. También combatieron a su lado decenas de miles de mercenarios marroquíes, así como voluntarios portugueses e irlandeses.