El Siglo XVII en Europa: Crisis, Conflictos y el Ascenso del Absolutismo

La Crisis Demográfica en el Siglo XVII

En el siglo XVII, el crecimiento de la población se frenó en gran parte de Europa. El continente europeo pasó de unos 70 millones a unos 75 millones en tan solo el transcurso de 100 años. La causa principal de esta crisis fue un aumento de la mortalidad, que estuvo causada por:

  • Hubo repetidas hambrunas, provocadas por las malas cosechas, la destrucción de cultivos y los saqueos.
  • Las epidemias de peste, tifus, cólera, etc., se repitieron y afectaron sobre todo al sur de Europa.
  • Las guerras causaron muchas muertes. La Guerra de los Treinta Años provocó la despoblación de amplias zonas en el centro de Europa.

Además, hay que añadir las migraciones forzadas de población, como la expulsión de Francia de 200.000 protestantes durante el reinado de Luis XIV, y las migraciones voluntarias.

La crisis demográfica afectó más al este, el centro y el sur de Europa.

Numerosos Conflictos Sociales

En general, durante el siglo XVII, la población se empobreció y aumentaron las diferencias sociales.

La necesidad de cubrir los gastos militares y los lujos de la corte supuso que los Estados incrementaran los impuestos sobre el pueblo llano. La nobleza, al ver cómo disminuían sus ingresos a causa de la crisis, aumentó la presión sobre los campesinos y les exigió el pago de elevadas rentas y la realización de más servicios. Los campesinos se empobrecieron y tuvieron que vender sus tierras para pagar las deudas. Los grandes beneficiados fueron los burgueses que las compraron a precios bajos.

La población urbana se empobreció, debido a la presión fiscal y a la crisis del sistema gremial.

Esto provocó numerosas revueltas, algunas se convirtieron en auténticas revoluciones como la de Nápoles. Las revueltas urbanas estuvieron motivadas, sobre todo, por los altos impuestos y el desabastecimiento de alimentos en las ciudades. Las revueltas campesinas fueron la respuesta al aumento de la presión nobiliaria y de los impuestos.

El Gobierno de los Validos en España

Los monarcas del siglo XVII, Felipe III, Felipe IV y Carlos II, no se ocuparon directamente de las tareas de gobierno, sino que las delegaron en un valido. El valido era una especie de ministro principal que contaba con la confianza del rey. Los validos más importantes fueron el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares.

El Duque de Lerma

Felipe III designó el cargo de valido al duque de Lerma, que tuvo que hacer frente a la crisis financiera, provocada por los enormes gastos militares y las deudas, y la expulsión de los moriscos. Trató de alcanzar acuerdos de paz en las guerras que mantenía la Monarquía Hispánica.

El Conde-Duque de Olivares

El conde-duque de Olivares asumió el cargo de valido desde el comienzo del reinado de Felipe IV. Se propuso restaurar la hegemonía española en Europa, para lo cual reanudó las guerras. Para mejorar la monarquía intentó llevar a cabo varias reformas:

  • Planteó una reforma financiera para frenar los gastos, pero los problemas no se solucionaron y Felipe IV tuvo que declarar bancarrota.
  • Diseñó en 1625 la Unión de Armas: un ejército permanente sostenido por todos los reinos de la monarquía en función de su población y su riqueza, y no exclusivamente por Castilla.
  • Quiso reforzar el poder real restringiendo la autonomía de los reinos.

La aplicación de estas reformas fue imposible, tanto por las dificultades económicas como por la oposición de los diferentes reinos.

Política Exterior Española en el Siglo XVII

El Comienzo del Siglo: Una Política Pacífica

Felipe III y el duque de Lerma sostuvieron una política exterior pacifista. Pretendían reforzar la Hacienda y el ejército para retomar los conflictos bélicos más adelante.

En 1604 firmaron la paz con Inglaterra y en 1609, la Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas.

Una Guerra Muy Costosa

La llegada al trono de Felipe IV trajo consigo una política mucho más agresiva. España reanudó en 1621 la guerra contra las Provincias Unidas e intervino en la Guerra de los Treinta Años, como aliada del emperador del Sacro Imperio en su lucha contra los príncipes alemanes.

Al principio, se sucedieron las victorias católicas. Francia temió entonces que la Monarquía Hispánica se hiciera con la hegemonía y decidió luchar en 1635 en el bando protestante. Esto cambió la marcha de las guerras y las derrotas se acumularon en el bando de los Habsburgo.

La Pérdida de la Hegemonía Europea

En 1648, se firmó la Paz de Westfalia, que ponía fin a las guerras de los Treinta Años, por lo cual, España se vio obligada a reconocer la independencia de las Provincias Unidas.

La guerra con Francia continuó unos años más, hasta 1659. En la Paz de los Pirineos, España cedió a Francia diversos territorios en Europa.

Estos tratados supusieron el fin del dominio de los Habsburgo en Europa y el reconocimiento de Francia como nueva potencia hegemónica. No obstante, España conservó su gran imperio en América.

La Monarquía Absoluta de Luis XIV

En el siglo XVII, los monarcas europeos trataron de imponer el absolutismo. Consideraban que su poder les había sido otorgado por Dios y que eran sus representantes en la Tierra. Esto les daba derecho a ejercer un poder ilimitado. El monarca controlaba todos los poderes del Estado: aprobaba las leyes, gobernaba y era el juez supremo.

Luis XIV, llamado el Rey Sol, fue el monarca absolutista que imitaron otros reyes. Consolidó su autoridad a través de varios medios:

  • Ejerció el poder de forma personal. Aunque se rodeó de ministros, ninguno podía tomar decisiones sin su aprobación.
  • Sometió a la nobleza. La trajo a la corte y repartió entre los nobles subsidios y cargos para que dependieran del monarca.
  • Impulsó la centralización política. Redujo el poder de las instituciones locales y unificó las leyes y los impuestos del reino. También nombró intendentes en las provincias.
  • Eliminó la disidencia religiosa. Persiguió a los calvinistas y sometió a la Iglesia francesa a la autoridad del rey.

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