El Reinado de Alfonso XIII: Del Golpe de Primo de Rivera a la Segunda República

La Dictadura de Primo de Rivera y el Ocaso de la Monarquía de Alfonso XIII

Debido a la violencia social y la incapacidad del sistema de la Restauración para resolver los problemas del país, en 1923 se produjo el golpe de Estado que puso fin al régimen. Las causas de este levantamiento fueron diversas:

  • Consecuencias del Desastre de Annual: El ejército demandaba más medios, que el gobierno les negaba.
  • El Expediente Picasso: Provocó el rechazo de los militares y los grupos derechistas de las Cortes, mientras la opinión pública pedía el fin de la guerra.
  • Auge del nacionalismo: Visto con recelo por la derecha conservadora, a pesar de que la oposición de la Lliga y el PNV no era radical.
  • Ascenso de socialistas y republicanos: En 1921 se fundó el PCE.
  • Conflictividad social: Asustaba a los dirigentes y los llevó a valorar un gobierno autoritario como única medida.
  • Desengaño de las clases medias: Cansadas de la corrupción y el alza de los precios.
  • Crítica de la prensa: Tanto de izquierda como de derecha, hacia el gobierno y los partidos de turno.

El Golpe de Estado de 1923 y el Inicio de la Dictadura

El 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, sacó sus tropas a la calle y hizo público un manifiesto donde exponía los motivos de la rebelión. Primo envió telegramas a los principales mandos del ejército para solicitar su colaboración contra el gobierno; la mayoría apoyó este golpe, dejando al gobierno sin apoyos. Alfonso XIII, que ya conocía los preparativos del golpe y deseaba un gobierno autoritario, aceptó los hechos y dio el poder al general. Primo se convirtió en ministro único, asesorado por un Directorio Militar. Se declaró el estado de guerra en todo el país, se suspendieron las garantías constitucionales, se disolvieron las Cortes y se estableció una rígida censura de prensa. El régimen constitucional había sido eliminado.

Fases de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El Directorio Militar (1923-1925)

Fue una solución de carácter temporal donde Primo concentró los poderes sobre sí mismo; el resto de generales del Directorio solo asesoraban. El dictador acabó con los partidos y el parlamento, pero mantuvo a la oligarquía, que siguió dirigiendo la vida económica y social. Prohibió el himno y la bandera en Cataluña y restringió el uso de la lengua al ámbito privado. Unificó los grupos de apoyo, que surgieron de la Unión Patriótica.

El gran éxito militar fue poner fin a la guerra de Marruecos, donde la victoria de España, gracias al Desembarco de Alhucemas, colocó a Primo en la cumbre. Se formó el Somatén Nacional, una milicia cívica para combatir el sindicalismo.

El Directorio Civil (1925-1930)

A finales de 1925, Primo de Rivera sustituyó el Directorio Militar por el Directorio Civil. El gobierno estaba compuesto por civiles, entre ellos José Calvo Sotelo o Eduardo Aunós, y un militar, Severiano Martínez Anido. Para afianzar su gobierno, Primo convocó la Asamblea Nacional Consultiva, formada por representantes de la Unión Patriótica. Esta Asamblea debería aprobar una especie de Constitución que no llegó a entrar en vigor. Con esta organización, Primo quería ampliar su apoyo social, aunque solo contó con el respaldo de la derecha más conservadora y de importantes representantes económicos.

Esta dictadura imitó la política social del modelo italiano, creando el Consejo Nacional del Trabajo y la Organización Corporativa del Trabajo. Desde el punto de vista económico, la dictadura se benefició de un periodo de crecimiento hasta 1929, lo que permitió que se incrementaran los gastos estatales y la creación de monopolios en los sectores energéticos y de telecomunicaciones.

Declive de la Dictadura y Fin del Reinado de Alfonso XIII

En 1928, la dictadura entró en declive debido a varios factores:

  • a) Distanciamiento: Entre el rey y Primo de Rivera.
  • b) Pérdida de apoyo: Del ejército.
  • c) Agravamiento: De las dificultades financieras y presupuestarias del Estado.
  • d) Reaparición de conflictos: Sociolaborales y el incremento de huelgas al notarse síntomas de la depresión económica.
  • e) Fuerza creciente: De los grupos de oposición.

La «Dictablanda» y el Auge Republicano (1930-1931)

En 1929, los universitarios se organizaron en la FUE y lanzaron protestas. En 1930, finalmente, Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera, quien murió dos meses después, y nombró al general Berenguer, que pretendía la vuelta al régimen constitucional. Sin embargo, conservadores y liberales desconfiaban del rey y se negaron a participar en el gobierno. La lentitud con la que se restablecieron las libertades constitucionales hizo que la prensa calificara a este gobierno como la «Dictablanda».

A lo largo de este año, la oposición al rey fue creciendo y los republicanos lo vieron como un impulso. A la Izquierda Republicana se incorporó Alcalá Zamora y a la Izquierda Liberal, Manuel Azaña como principal líder. Se sumaron los nacionalistas por la posibilidad de conseguir su autonomía, así como el movimiento obrero, intelectuales y estudiantes; todos ellos contra la monarquía y a favor de la República.

El Pacto de San Sebastián y la Proclamación de la Segunda República

En 1930, los principales partidos de la oposición llegaron a un acuerdo, el Pacto de San Sebastián, donde se decidió organizar un Comité Revolucionario encabezado por Alcalá Zamora. Se preparó un golpe militar al que se adelantaron una serie de militares que, al pronunciarse por la República sin conseguir apoyos suficientes, fueron ejecutados.

En 1931, la opinión pública giró a favor de la oposición. Berenguer anunció su decisión de convocar elecciones e intentó promover un partido monárquico para ganarlas, pero al verse sin apoyos presentó su dimisión. El nuevo jefe de gobierno, Aznar, convocó elecciones municipales el 12 de abril, donde los resultados pusieron de manifiesto el triunfo de los candidatos republicanos y socialistas. Estos movilizaron a sus seguidores para presionar al gobierno y forzar la abdicación del monarca. El rey abdicó y abandonó el país. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española.

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