Historia de España y Europa: Del Despotismo Ilustrado a las Revoluciones del Siglo XIX

El Despotismo Ilustrado y la España del Siglo XVIII

El Despotismo Ilustrado fue una corriente política en la que varios monarcas aplicaron algunas ideas ilustradas en el sistema político. Su objetivo era llevar a cabo una serie de reformas ilustradas, utilizándolas en sus propios intereses sin dejar de ser monarcas absolutos. Algunas de estas reformas incluyeron:

  • Economía: Se liberalizó la propiedad por medio de las desamortizaciones y desvinculaciones.
  • Educación: Se rompió el dominio religioso en la educación y se fundaron nuevas instituciones educativas.
  • Administración: Se intentó que la administración central fuera más eficiente, creando una burocracia más moderna.

La Guerra de Sucesión Española (1701-1714)

En 1700, Carlos II murió sin hijos. En su testamento, nombró sucesor a Felipe d’Anjou. Felipe V fue proclamado rey en 1701. Esto provocó un conflicto europeo, en el que Gran Bretaña, Holanda y el Sacro Imperio apoyaron al archiduque Carlos de Habsburgo.

Los Decretos de Nueva Planta

Felipe V estableció un sistema de absolutismo monárquico y de centralización del Estado, tomado del modelo francés. A través de los Decretos de Nueva Planta (1707-1716), impuso a los territorios de la Corona de Aragón la misma organización política y administrativa que tenía Castilla.

La Nueva Política Exterior Borbónica

La nueva política exterior, iniciada por Felipe V, se prolongó durante todo el siglo XVIII y se organizó en torno a dos elementos clave:

  • La conservación del imperio americano, lo que exigía estrechar relaciones con Francia para reducir la amenaza de Gran Bretaña.
  • Reforzar la alianza con Francia.

El Reinado de Fernando VI

Durante el reinado de Fernando VI, se implementó una política reformista con medidas para reforzar el control de las colonias.

El Reinado de Carlos III y el Motín de Esquilache

Carlos III dejó el gobierno en manos de Esquilache. Todas estas reformas chocaron con los estamentos privilegiados. En este sentido, el conflicto más importante fue el Motín de Esquilache (1766). La política de reformas fue llevada a cabo por ministros extranjeros, lo que provocó un fuerte rechazo. En marzo de 1766, estalló una revuelta popular. El motivo básico era la subida de impuestos y del precio del pan. La gente asaltó las casas del marqués de Esquilache y del ministro Grimaldi.

El Reinado de Carlos IV y la Era de Godoy (1788-1808)

Carlos IV, hijo de Carlos III, fue rey de España entre 1788 y 1808. Su reinado se caracterizó por el estallido de la Revolución Francesa.

Godoy cambió la política exterior de España, aliándose con la Francia revolucionaria. A partir del Tratado de Basilea (1795), que daba por terminada la Guerra de la Convención (1793-1795), Godoy fue conocido con el sobrenombre de “El Príncipe de la Paz”. Preparó los Tratados de San Ildefonso (1796 y 1800), que contemplaban una alianza hispano-francesa para mantener el bloqueo continental de Gran Bretaña e intentar su invasión. En este período se produjo la derrota en la batalla naval de Trafalgar (1805). Godoy intervino en el Tratado de Fontainebleau (1807), que favorecía sus intereses personales y los intereses de invasión napoleónica del reino de Portugal.

La Crisis del Antiguo Régimen en España

El Tratado de Fontainebleau (1807)

El Tratado de Fontainebleau se firmó en octubre de 1807. Con él se acordó la invasión militar conjunta franco-española de Portugal y se permitía el paso de las tropas francesas por el territorio español. Una vez invadido Portugal, este país sería dividido en tres zonas:

  • El norte sería para los reyes de Etruria.
  • El centro sería para España.
  • El sur (Alentejo y Algarve) pasaría a Godoy y su familia.

El Motín de Aranjuez (1808)

Godoy intentó trasladar a la familia real a Sevilla para embarcarla hacia América. Ello provocó un levantamiento popular ocurrido el 18 de marzo de 1808. En realidad, su origen estuvo en el descontento popular y las intrigas de la Corte, creándose un partido fernandino por parte de la nobleza y del clero que se oponía al absolutismo de Godoy, deseando que el Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, sustituyera a su padre Carlos IV. La multitud, dirigida por miembros del partido fernandino, se agolpó frente al Palacio Real y asaltó el Palacio de Godoy, quemando todos sus enseres. Carlos IV tuvo que destituirlo y abdicó en favor de Fernando VII.

Las Abdicaciones de Bayona (1808)

Es el nombre por el que se conocen las renuncias sucesivas que hicieron en la ciudad francesa de Bayona los reyes Carlos IV y su hijo Fernando VII al trono de España, en favor de Napoleón Bonaparte. Este, a continuación, cedería los derechos a su hermano José Bonaparte, que reinaría con el nombre de José I y fue conocido popularmente como “Pepe Botella”.

La Independencia de las Trece Colonias Británicas (Estados Unidos)

La independencia de las trece colonias británicas dio lugar al nacimiento de un nuevo país. Las relaciones entre los colonos y la metrópoli fueron empeorándose conforme Gran Bretaña quiso imponerles nuevos impuestos. Los colonos, alegando que carecían de representantes en el Parlamento de Londres, se negaron a pagarlos. El resultado fue el Primer Congreso Continental (septiembre de 1774) y el estallido de la Guerra de Independencia (1776-1783). El 4 de julio de 1776, representantes de las 13 colonias, reunidos en Filadelfia, hicieron pública la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.

El triunfo de las colonias desembocó en la Paz de Versalles (1783), donde Gran Bretaña reconoció la independencia. Después de la victoria, el reto para los colonos era transformar las antiguas colonias en un Estado único. En 1787, en Filadelfia, se reunió una Convención Constitucional con delegados de las diversas colonias que aprobó la Constitución en 1787. El nuevo país se denominó Estados Unidos de América, y de acuerdo a dicha Constitución, su sistema de Estado era la república federal, establecía la soberanía popular y la separación de los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial).

Las Revoluciones Liberales del Siglo XIX

Las Revoluciones de 1820

Las revoluciones de 1820 estallaron y tuvieron como foco principal España, cuya revolución tuvo un marcado carácter liberal. Fernando VII, tras su vuelta, había reimplantado el Antiguo Régimen. En 1820, el comandante Riego dio un golpe de Estado, el rey juró la Constitución de 1812 y en España se formó el conocido como Trienio Liberal. Este experimento acabó cuando, tres años más tarde, intervino la Santa Alianza con la intervención militar de los Cien Mil Hijos de San Luis, para restablecer a Fernando VII como rey absoluto.

A pesar de que las revoluciones liberales se extendieron a numerosos lugares europeos, únicamente una tuvo éxito. En Grecia, la revolución tuvo un carácter nacionalista; siglos de dominación del Imperio Turco no habían acabado con la lengua griega y la religión cristiana ortodoxa, que se convirtieron en las señas de identidad del nacionalismo griego. Los turcos serían derrotados y Grecia obtuvo su independencia.

Las Revoluciones de 1830

Tuvieron su inicio en Francia y se extendieron por Bélgica, Polonia, Italia y Alemania.

  • En Francia, Carlos X había tratado de gobernar de forma absoluta, pero fue derrocado. Le sucedió Luis Felipe de Orleans, que implantó una monarquía parlamentaria de tipo liberal.
  • En Bélgica, días después de la Revolución de Julio en París, se produjo un levantamiento contra el dominio de los Países Bajos que triunfó y se proclamó la independencia. En la Conferencia de Londres (1831), fue reconocida oficialmente, estableciéndose un Estado constitucional bajo la monarquía de Leopoldo de Sajonia-Coburgo.
  • En otros lugares, las revoluciones fracasaron: en Polonia, la sublevación contra Rusia fue reprimida, y los intentos liberales protagonizados en algunos Estados italianos y alemanes también fracasaron.

Las Revoluciones de 1848

En Francia, se derribó la monarquía de Luis Felipe de Orleans, quien abdicó y se proclamó la Segunda República. Se constituyó un gobierno provisional. Luis Napoleón Bonaparte, para perpetuarse en el poder, terminó organizando un golpe de Estado que puso fin a la República y dio paso al Segundo Imperio, llamándose Napoleón III.

La Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico

Fases de la Revolución Francesa

  • Asamblea Nacional (Junio de 1789)

    El rey convocó los Estados Generales. El Tercer Estado pidió reformas y mayor representación en la votación. Ante la negativa por parte de los estamentos privilegiados, abandonó la sala y se constituyó en Asamblea Nacional (Juramento del Juego de la Pelota, 20 de junio). Tenían como objetivo crear una Constitución.

  • Asamblea Constituyente (1789-1791)

    Ante la amenaza de los privilegiados, el asalto a la Bastilla inició la revolución el 14 de julio de 1789. Se redactaron los Derechos del Hombre y del Ciudadano y se proclamó la Constitución de 1791.

  • Asamblea Legislativa (1791-1792)

    Surgieron diversos partidos: los girondinos (alta burguesía e ideas moderadas) y los jacobinos (baja burguesía, a favor del radicalismo revolucionario). Se declaró la guerra a Austria.

  • La Convención (1792-1794)

    En septiembre de 1792, las tropas francesas vencieron a los ejércitos europeos contrarios al triunfo de la revolución. La monarquía fue abolida y se proclamó la República.

    • Girondinos (1792-1793): Fueron la facción más moderada. En enero de 1793, el rey Luis XVI fue juzgado y guillotinado.
    • Jacobinos (1793-1794): A favor de un gobierno radical, liderados por Robespierre y apoyados por los sans-culottes. En este gobierno se cometieron numerosas persecuciones y crímenes políticos que provocaron la caída de la Constitución de 1793.
  • El Directorio (1795-1799)

    Fue la fase más moderada. La burguesía organizó un golpe de Estado que triunfó, llevando a Robespierre a la guillotina el 28 de julio de 1794. Se aprobó una nueva Constitución en 1795.

  • El Consulado (1799-1804)

    Napoleón, apoyado por la alta burguesía, acabó con el Directorio dando un golpe de Estado (18 de Brumario). En 1802, se proclamó cónsul único y vitalicio. Firmó el Concordato con la Santa Sede en 1801 y se promulgó un Código Civil en 1804.

El Imperio Napoleónico (1804-1815)

En 1804, Napoleón se proclamó emperador. Pretendió extender por Europa las ideas revolucionarias de libertad e igualdad. En la batalla de Trafalgar (1805), sufrió una derrota naval. En la guerra económica contra Gran Bretaña para impedir su comercio con Europa, estableció el Bloqueo Continental (1806). Para aplicar el bloqueo, Napoleón tuvo que ocupar Portugal (1807), país aliado de Inglaterra. Las tropas francesas atravesaron España rumbo a Portugal. Napoleón, aprovechando la crisis interna de la monarquía española, decidió ocupar también nuestro país y, tras lograr la abdicación de Carlos IV y Fernando VII, entregó la corona española a su hermano, José I. La respuesta fue la Guerra de la Independencia (1808-1813), comenzada cuando el pueblo de Madrid decidió levantarse contra las tropas francesas el 2 de mayo de 1808.

En 1810, el Imperio francés abarcaba la mitad de Europa. El principio del fin de su Imperio se inició con la campaña de Rusia, cuando Napoleón decidió invadir este territorio (1812), lo que sería su gran error. En 1813, ante el fracaso francés en Rusia y la derrota en España, se organizó otra nueva coalición que derrotó a Napoleón en la batalla de Leipzig (octubre de 1813). En 1815, Napoleón regresó a Francia y restableció el Imperio (conocido como el Imperio de los Cien Días), que fue derrotado en la batalla de Waterloo (Bélgica, junio de 1815). Desterrado a la isla de Santa Elena, falleció en 1821.

La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)

José I fue nombrado rey de España, era apoyado por los afrancesados y tenía en contra a los fernandinos. Los acontecimientos sucedidos provocaron una sublevación popular. El 2 de mayo de 1808, Madrid se levantó contra las tropas francesas. Se crearon Juntas para dirigir la resistencia, coordinadas por una Junta Central Suprema, mientras grupos de patriotas se organizaron en guerrillas.

La guerra se desarrolló en tres fases:

  • Hasta finales de 1808: Los franceses sitiaron Zaragoza y Gerona, pero sufrieron una gran derrota en Bailén.
  • Desde finales de 1808 hasta 1812: Las tropas de Napoleón ocuparon casi toda la Península Ibérica.
  • De 1812 a 1814: La campaña de Rusia obligó a Napoleón a desplazar parte de su ejército a aquel país. La ayuda ofrecida por las tropas británicas fue decisiva y, a finales de 1813, los franceses abandonaron el territorio español. En 1813 se firmó el Tratado de Valençay, por el que Fernando VII recuperaba la Corona y Napoleón retiraba sus tropas.

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