El Ocaso del Imperio: España, Cuba y la Guerra de 1898

Introducción

Entre 1789 y 1843 se produce la descalificación internacional de España como consecuencia de la emancipación americana, la debilidad del nuevo Estado burgués y la pobreza de ideas de la minoría dirigente.

En el marco de la segunda fase de la Revolución Industrial, el imperialismo norteamericano, con excedente de producción y de capital, fijó su atención en el Pacífico y el Caribe.

El Imperio Colonial Ultramarino Español

Tras la pérdida de América continental en el siglo XIX, el imperio colonial español consistía en dos grandes islas del Caribe: Cuba y Puerto Rico. El proceso de separación de estos territorios de España comenzó a mediados del siglo XIX. Su economía se basaba en la agricultura de exportación (azúcar y tabaco), proporcionando así beneficios a España.

Para la industria textil catalana, el comercio con Cuba era esencial. España obligaba a comprar los productos metropolitanos y a pagar elevados impuestos, pero Cuba cada vez tenía mayor relación con Estados Unidos. En las islas Filipinas, en 1891, había poca población española y escasez de inversiones de capitales; la soberanía se había ejercido por la fuerza militar y la fuerte presencia de órdenes religiosas.

Causas del Conflicto de 1898

La Paz de Zanjón (1878) abolió la esclavitud y estableció representantes en las Cortes.

Causas Económicas

Hasta la regencia de María Cristina, Cuba había sido una colonia muy rica en azúcar, tabaco y café. Cuba tenía que pagar aranceles para la exportación de su producción. Durante la presidencia de McKinley, la economía cubana había entrado en la órbita de EE. UU. El desarrollo del mercado norteamericano, la proximidad a la isla de Cuba y la capacidad de la economía norteamericana para absorber la producción cubana hacían de los Estados Unidos el mercado natural de la isla.

Causas Políticas

En 1897 fue elegido presidente el republicano McKinley. Estados Unidos ya era una potencia mundial y necesitaba nuevos mercados donde colocar los excedentes de producción e invertir su capital. Con la Doctrina Monroe, su área de influencia era el Pacífico y el Caribe.

Causas Ideológicas

Cuba y Puerto Rico eran sentidas desde la península de manera similar a como lo eran las Baleares o las Canarias. Percibido el conflicto por la otra parte, en Cuba la lucha de los mambises (guerrilleros) buscaba mejorar su situación económica y social. El recuerdo de la esclavitud hizo que la población, especialmente los campesinos negros o mulatos, se sumara a la rebelión. El Partido Socialista Obrero Español se manifestaba en contra de la guerra. Familias cubanas y españolas se encontraban repartidas entre ambos territorios y no deseaban en modo alguno perder su identidad española.

El Dilema de la Guerra para España

Tanto en Cuba como en España o en Norteamérica, la guerra de independencia cubana podría desembocar en un enfrentamiento directo entre España y los EE. UU. El dilema era terrible: o bien se iba a una guerra segura contra los estadounidenses, o al enfrentamiento con el propio ejército.

Desarrollo del Conflicto e Intervención Norteamericana

Antecedentes

En 1868, en Cuba, comenzaron los movimientos autonomistas. Una sublevación popular, dirigida por Manuel de Céspedes, dio comienzo a la lucha por la abolición de la esclavitud en las plantaciones e ingenios azucareros y por la autonomía política. Terminó en 1878 con la Paz de Zanjón, donde el general Martínez Campos se comprometió a conceder a Cuba formas de autogobierno.

En Puerto Rico se consiguió la abolición de la esclavitud en 1873. El Partido Revolucionario Cubano fue fundado en 1892 por José Martí, partidario de la independencia.

En Filipinas comenzó el descontento con la administración española; José Rizal buscaba la expulsión de los españoles.

Desarrollo de la Guerra (1895-1898)

Se inicia el 24 de febrero de 1895 con el Grito de Baire (¡Viva Cuba Libre!). Los principales generales españoles fueron Martínez Campos y Weyler. Martínez Campos fue enviado para sofocar el levantamiento; pronto comprendió la revuelta cubana y en 1895 explicó a Cánovas su dimisión. La guerra obligó al Estado español a que los ciudadanos no pudieran eludir el servicio militar.

Valeriano Weyler sustituyó a Martínez Campos. Los mambises, dirigidos por Maceo y Máximo Gómez, controlaban el campo, quedando solo bajo control colonial las zonas fortificadas y las principales poblaciones. El Capitán General Weyler realizó una política de reconcentración (concentrar a campesinos en zonas vigiladas). Esto provocó que empeorara la situación económica del país; 200.000 cubanos murieron, lo que radicalizó el proceso independentista y el odio hacia el dominio español.

El asesinato de Cánovas en 1897 hizo subir a Sagasta, quien destituyó a Weyler y nombró a Blanco. Se le concedió a Cuba la autonomía, la igualdad de derechos, el sufragio universal y la autonomía arancelaria, pero se negaron a cesar las hostilidades.

La Intervención Norteamericana (1898)

EE. UU. quería que España le vendiera la isla, pero España se negó a la venta. Con el pretexto de defender los intereses de los ciudadanos norteamericanos, fondeó en la bahía de La Habana el acorazado Maine. El gobierno español envió el crucero Vizcaya al puerto de Nueva York.

El 15 de febrero, el buque estadounidense fue sacudido por una explosión. La prensa sensacionalista norteamericana culpaba a España. Para los españoles, había sido una explosión interna del Maine; para los EE. UU., una mina. El presidente McKinley daba como solución la compra de Cuba, pero Sagasta no aceptó.

El 18 de abril de 1898, exigían a España que abandonara Cuba y, ante la negativa española, estalló la guerra que comenzó el 25 de abril. En tierra, el ejército español era muy superior, pero mal armado y minado por las enfermedades. La armada española, llegada desde Canarias al mando de Cervera, contaba con barcos con blindajes mucho más débiles y un armamento inadecuado.

La batalla naval de Santiago de Cuba fue decisiva: en un plazo de 2 horas, hundieron toda la flota española. Cuba y Puerto Rico se perdieron definitivamente. Estados Unidos anexionó Filipinas para impedir que cayera en manos de Alemania.

El Tratado de París

Por la Paz de París del 10 de diciembre de 1898, nuestro país tuvo que renunciar a Cuba y ceder Puerto Rico, Guam y Filipinas a los Estados Unidos. Este hecho marcó la pérdida del imperio español.

Consecuencias del Conflicto de 1898

La derrota de 1898 llevó a la sociedad y a la clase política española a un estado de desencanto y frustración: 600.000 soldados españoles muertos, gastos de guerra, la subida de los precios de los alimentos, un parón de la industria catalana y la relegación de España a un papel secundario en el contexto internacional.

El sistema de la Restauración sobrevivió al Desastre del 98; conservadores y liberales se adaptaron. El régimen mostró una gran capacidad de recuperación y tampoco hubo una crisis económica generalizada, aunque fue especialmente grave el bache en el sector textil catalán. A principios del siglo XX se produjo una inversión de capitales repatriados.

En 1901 se fundaron el Banco Hispano Americano y el Banco Atlántico. La crisis del 98 fue una crisis moral e ideológica. Los movimientos nacionalistas del País Vasco y Cataluña reivindicaban la autonomía y prometían una política nueva y modernizadora de la estructura del Estado. Creció un antimilitarismo popular que provocó un rechazo al ejército entre las clases populares.

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