La Recuperación Económica Post-Segunda Guerra Mundial
El Plan Marshall y la Reconstrucción Europea
Tras la Segunda Guerra Mundial, y a pesar de las tensiones entre países y bloques económicos, la rapidez de la recuperación económica resultó tan sorprendente en algunos países europeos que se la calificó de verdadero “milagro”. En Europa Occidental, el deseo de eliminar la incertidumbre también llevó a los gobiernos a practicar una “planificación indicativa”, que determinaba objetivos generales para los que se daban facilidades e incentivos. La Guerra Fría llevó a que casi no hubiera comercio entre bloques económicos, aunque la mayor parte de la reducción del comercio se debió a los controles occidentales más que a los orientales. Las tensiones no disminuyeron hasta el fin de la Guerra de Corea.
Para evitar la recuperación lenta de Europa Occidental, que podía haber exacerbado la amenaza del comunismo, los EE. UU. acudieron en ayuda de Europa a través del Plan Marshall. Europa iba dirigiendo sus compras cada vez más a EE. UU., aunque con dificultad debido a la producción masiva a costes bajos y a los aranceles proteccionistas. Se hizo evidente para los americanos que con la recuperación europea, EE. UU. incrementaba la demanda de su producción, mejoraba las oportunidades de inversión extranjera y evitaba el endeudamiento con Europa. Los créditos del Plan Marshall se podían gastar en importaciones.
La Comunidad Económica Europea (CEE)
La OECE había conseguido la cooperación económica de Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial. Pero para crecer, necesitaba crear un mercado más amplio que permitiera a los productores reducir el coste unitario mediante el aumento del volumen de producción. Sus opciones de integración eran:
- Convertirse en un área libre de comercio.
- Ser una unión aduanera.
- Hacerse un mercado común.
- Finalmente, crear una integración económica total.
Tras las devaluaciones de 1949, en 1950 y hasta 1958, se creó la Unión Europea de Pagos para acabar con el bilateralismo y cancelar los balances del comercio intraeuropeo.
En 1959, Austria, Dinamarca, Gran Bretaña, Noruega, Portugal, Suecia y Suiza crearon la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). Esta decidió eliminar los aranceles en los productos industriales, pero no estableció una tarifa exterior común y daba la posibilidad de retirarse del acuerdo. En 1947, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos formaron una unión aduanera, el Benelux. Estos, junto a Francia, Alemania e Italia, crearon en 1951 la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA).
En 1957, el Tratado de Roma extendió la comunidad económica para fines pacíficos, creándose Euratom, y a otros bienes, a través de la Comunidad Económica Europea (CEE), organismos que se fusionaron. Esto suponía la cesión de soberanía, dado que la toma de decisiones requería de mayoría, no de unanimidad. La CEE proyectaba una unión política, por lo que se la dotó de instituciones gubernamentales:
- Un Parlamento.
- Una Comisión Europea.
- Un Consejo de Ministros.
- Un Consejo Europeo.
- Un Tribunal de Justicia.
Después de muchas negociaciones y el rechazo inicial de Francia, Gran Bretaña consiguió ser aceptada en el Mercado Común en 1973, junto con Irlanda y Dinamarca. La expansión continuó:
- 1981: Ingresó Grecia.
- 1986: Ingresaron España y Portugal.
- 1995: Ingresaron Austria, Suecia y Finlandia.
- 2004: Se produjo una nueva ampliación de 10 estados (República Checa, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Malta y Polonia).
- 2007: Se incorporaron Bulgaria y Rumanía.
Historia Económica de España en el Siglo XX
La Política Autárquica (1939-1950)
La política autárquica tuvo lugar en el periodo 1939-1950, después de terminar la guerra e instaurarse el régimen de Franco. La autarquía puede considerarse en cierto modo como la intensificación y culminación de la larga tradición proteccionista e intervencionista que venía desarrollándose en España desde finales del siglo XIX. Esta política tuvo efectos negativos en la economía del país, como son:
- El encarecimiento de productos básicos para la reconstrucción y el desarrollo del país, tales como materias primas, maquinaria y productos energéticos.
- La escasa posibilidad de exportación, negativamente condicionada por una política de cambios que perseguía una peseta fuerte.
En conclusión, este período trajo al país un decrecimiento económico, a tal punto que, para volver a alcanzar el nivel de renta per cápita de 1935 (etapa de preguerra), hubo que esperar hasta 1953.
El Plan de Estabilización de 1959
A finales de 1958 existía un retraso histórico de la economía española, motivado por los fuertes desequilibrios que sufría el país. Por un lado, importantes tensiones inflacionistas, especialmente desde 1956, y por otro lado, un desequilibrio externo, es decir, el crecimiento industrial dependía fuertemente de las importaciones, pero estas estaban limitadas por la escasez de divisas.
Como consecuencia de los citados desequilibrios, en 1959 la situación llegó a ser muy complicada y requería una profunda reforma para cambiar las anticuadas estructuras productivas, por lo que se adoptó el Plan de Estabilización de la economía española, iniciado bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional y la OCDE.
Si valoramos el plan, se puede ver que fue positivo para España, ya que con sus objetivos de poner freno a la inflación, sanar las cuentas exteriores, salir de la autarquía y establecer un modelo de mercado sin intervencionismo en los costes y precios, se consiguió que:
- El Producto Interior Bruto creciera a una tasa media anual del 7%.
- Los recursos de la economía se desplazaran de la agricultura a la industria y los servicios.
- La población española y la renta per cápita crecieran a buen ritmo.
- Se consiguiera la entrada de divisas gracias a la expansión del turismo y al aumento de las transferencias provenientes de las remesas de españoles que emigraron a países europeos.
Los Pactos de la Moncloa (1977)
Los Pactos o Programa de la Moncloa constituyen una serie de medidas económicas y sociales elaboradas con la participación de la gran mayoría de las fuerzas políticas y agentes sociales en octubre de 1977 con objeto de establecer las bases necesarias para la normalización política y la estabilización económica que acompañarían a la nueva Constitución española que estaba en avanzado proceso constituyente. En este sentido, aquellos Pactos fueron un éxito.
En abril de 1977, la situación económica de España era la siguiente:
- La tasa de inflación era aproximadamente del 28.4 por 100.
- El PIB presentaba una tasa del 23 por 100.
- La Balanza por cuenta corriente pasó de un superávit a un déficit.
- Caída de la Relación de Intercambio.
- Los salarios habían crecido mucho sin que cambiase la distribución de la Renta (los desempleados casi se habían duplicado).
- Crecieron las importaciones de petróleo.
El problema laboral necesitaba una reforma institucional del mercado de trabajo. Había una exigencia de libertad en los tratos contractuales y en el ejercicio de otros derechos laborales. El sistema de Seguridad Social era insuficiente y necesitaba también una transformación. Asimismo, se requería una política monetaria moderna y el Comercio Exterior era solo el 84.40 por 100 del total. Todos estos extremos fueron acometidos por el Programa de la Moncloa. Con todo, no pudo evitarse una crisis económica en España en 1975-1980, aunque se registraron algunos efectos positivos de la política económica adoptada.
Crisis Globales del Siglo XX
Crisis del Petróleo de 1973 y 1979
En 1973 se abandonaron definitivamente los cambios fijos y la convertibilidad monetaria, dando paso a la flotación del dólar en el mercado. En otoño de 1973, la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) multiplicó por cuatro el precio del barril. Esta inflación influyó de modo negativo en los sectores industriales. Los efectos negativos del aumento de los precios fueron:
- Inflación generalizada a causa del aumento de los salarios que trató de compensar su pérdida de capacidad adquisitiva.
- Reducción de los tipos de interés y aumento de la oferta monetaria.
El resultado de ello fue una recesión y un estancamiento económico en los países industrializados.
En 1979-1983 hubo una recesión económica mundial. Las causas de la misma fueron la segunda crisis del petróleo, donde los precios pasaron de 13 dólares el barril a finales de 1978 a 35 dólares a principios de 1981, trayendo como consecuencia una inflación de los costes de producción de los países desarrollados. Los efectos de la primera crisis de petróleo (1973) fueron inflacionistas, a diferencia de la segunda crisis, donde se adoptaron medidas deflacionistas, manteniéndose los tipos de interés altos en 1980 y elevándose hasta mediados de 1982, rompiéndose la concepción Keynesiana.
El Crack del 29 y la Gran Depresión
El crecimiento económico de los años 20 fue satisfactorio y en muchos lugares se habló de los “Felices Años Veinte”. En particular, Estados Unidos vivió una etapa dorada de su historia, que supuso la consolidación de su liderazgo industrial.
Sin embargo, de forma completamente inesperada, en octubre de 1929, se derrumbó la Bolsa de Nueva York, dando lugar a la Gran Depresión. Los niveles de producción cayeron a la mitad y el paro se elevó hasta alcanzar a una cuarta parte de la población activa. El desconcierto de las autoridades económicas fue total y la única medida fue la promulgación de un arancel proteccionista. Las importaciones y exportaciones norteamericanas de Europa cayeron.
Se discrepa entre las causas que ocasionaron la Gran Depresión:
- Por una parte, se cree que el fenómeno se produjo por factores relacionados con el sector real de la economía: se había creado una burbuja especulativa en el mercado bursátil que poco tenía que ver con el verdadero desarrollo de los niveles de bienestar, lo que acabó dando lugar a una crisis de inversión.
- Por otra parte, se cree que todo se debió a la mala política monetaria practicada por la Reserva Federal.
La principal consecuencia de la Gran Depresión fue el deterioro del clima económico mundial, que finalmente condujo de forma inevitable a la Segunda Guerra Mundial.
La depresión de los años 1930, 1931 y 1932 se vio agravada por el estallido de una fuerte crisis financiera en 1931, mayoritariamente en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. Esta ocurrió en medio de un grave proceso de deterioro de la economía real alemana, teniendo repercusiones en países del Este de Europa y también contribuyó a la desestabilización de la libra esterlina. A diferencia de lo que pasó en Alemania, cuando la libra abandonó el sistema de Patrón Oro en septiembre de 1931, se empezaron a practicar políticas expansivas que contribuyeron a paliar en el Reino Unido los efectos de la Gran Depresión. Por el contrario, en Estados Unidos, a pesar de la grave crisis bancaria inducida por los impagos, se mantuvo la disciplina cambiaria hasta la implantación del New Deal en 1933.
El New Deal (1933)
En 1932 era preciso diseñar medidas de intervención que sacaran a Estados Unidos de la Gran Depresión, por lo que el líder del Partido Demócrata, Franklin D. Roosevelt, elaboró un programa para enfrentarse a la crisis económica de todos los frentes: el New Deal. Este programa se concretó en una serie de rasgos básicos:
- En agricultura: El gran problema era la deflación persistente en los mercados mundiales de alimentos durante los años de posguerra. Este tipo de pensamiento, de no descuidar los niveles mínimos de subsistencia, se extendió por el mundo tras los años bélicos (años de hambre) y hubo sobreproducciones y consiguientes caídas de precios. Roosevelt puso en marcha la Agricultural Adjustment Act (AAA) para planificar las reducciones y ofrecer subsidios a los agricultores por aceptarlas.
- En industria: Se buscó recuperar la paz social, lo que se hizo otorgando a los sindicatos un reconocimiento que nunca antes habían tenido y concediendo derechos laborales inéditos. Estas medidas causaron gran revuelo, pero no tanto como la suspensión de la política de competencia, establecida por la National Industry Recovery Act (NIRA). Muchos empresarios quisieron tener las manos libres para concertar sus actuaciones y Roosevelt accedió a ello. Hoy en día se dice que fue la medida más equivocada, pues con mayor competencia la recuperación industrial habría sido más rápida.
- En actividades bursátiles: Supuso el fin de la completa autorregulación de las bolsas con la introducción de la Securities Exchange Commission (SEC), un organismo que exigiría transparencia a las sociedades cotizadas y que perseguiría el uso de información privilegiada.
- Seguros de depósitos: Fue muy influyente la creación de “seguros de depósitos”, que sería gestionada por la Federal Deposit Insurance Commission (FDIC). El seguro tendría cobertura máxima, por lo que buscaba la protección de los pequeños depositantes y evitar que se repitieran los “pánicos bancarios” (retiradas masivas de depósitos a partir de rumores).
Por lo demás, se mantuvo el proteccionismo del arancel y sacó a Estados Unidos del Patrón Oro en 1933. Esta última medida se tradujo en la caída del dólar y la posibilidad de practicar políticas expansivas de déficit spending.
Contexto Histórico Económico Español
El Atraso Económico de España
Desde el lado de la oferta, el atraso se debió a:
- Falta de innovación tecnológica.
- Fallo de los mercados de capitales.
- Escasez de vocaciones empresariales capaces de dar respuestas competitivas en entornos abiertos a la competencia.
Tortella considera que la construcción de ferrocarriles se podría haber acompasado mejor al desarrollo de la industria nacional. Tras la Ley de Minas, empezó a llegar capital británico para explotar con mayor intensidad la riqueza del subsuelo español. Con ello no se hacía sino constatar la escasez de recursos financieros y humanos que padecía España para situarse entre los países modernos del mundo occidental. La Segunda Revolución Industrial no hizo sino poner de manifiesto la necesaria vinculación de su economía al desarrollo del sector exterior.
Desde las instituciones, al no profundizarse en la reforma, el sistema tributario resultó discriminatorio, por sectores y grupos sociales, impidió la equidad y distorsionó la asignación de recursos. En el sistema Mon-Santillán, cabe anotar la supresión definitiva de las aduanas interiores, del diezmo eclesiástico y de algunos viejos impuestos indirectos. El Estado liberal incrementó los gastos con contenido económico. Otros factores también fueron la inconvertibilidad de la peseta en oro y su secular depreciación. En 1885 se promulgó un Código de Comercio que constituyó la base jurídica del sistema bancario español hasta que se aprobó la primera ley de ordenación bancaria. Los últimos años del siglo XIX registraron la pérdida de los restos del imperio colonial español. La acumulación de déficits y el desorden productivo favorecieron la emergencia de un proceso inflacionario que trajo nuevas dificultades financieras.
Fracaso de las Políticas Económicas de la Segunda República
El presupuesto de 1931 volvió a incurrir en déficit, circunstancia que se repetiría en todos los siguientes años. Por el lado del gasto, Prieto impulsó programas anticíclicos tan ambiciosos que han sido comparados con el New Deal norteamericano. Por el contrario, destacó Joaquín Chapaprieta y la Ley de Restricciones. Su actuación fue muy discutida por adoptarse en un momento de paro elevado.
La incidencia de la crisis económica mundial en España fue menos grave que en otros países, pero sin que ello sea motivo suficiente para tildar a nuestro país de diferente. No obstante, existen otras dos variables que acusaron fuertemente la repercusión de la crisis: la caída del comercio internacional y el desplome de la inversión. Si las políticas fiscal y monetaria no adoptaron una posición decidida frente a la crisis económica, tampoco lo hicieron las políticas que pretendieron resolver la “cuestión social” y la “cuestión agraria”.
La respuesta de los trabajadores ante el descuido de la aplicación efectiva de los derechos fundamentales, fue elevar la conflictividad hasta niveles que situaron a España entre los países con más días de trabajo perdidos por huelgas en el mundo. La aplicación efectiva de la reforma agraria fue muy lenta, por la falta de operatividad del Instituto de Reforma Agraria y la imposibilidad de crear un Banco Nacional de Crédito Agrícola, al que se opuso todo el sistema financiero.
La Revolución Industrial y sus Transformaciones
La Protoindustria
La protoindustria fue un sistema constituido por un conjunto más o menos amplio de pequeños talleres familiares —de zonas rurales y/o urbanas— organizados por comerciantes que los abastecían de materias primas y comercializaban los productos acabados. Las ventajas de este sistema (flexibilidad, poca inversión en capital fijo, etc.) se fueron convirtiendo en limitaciones a medida que las empresas iban aumentando de tamaño, ya que se multiplicaban los costes de control y logística. Así, se empezó a advertir que era mejor que los artesanos se desplazaran todos a un lugar, en vez de trabajar cada uno en su casa, también por el surgimiento de nuevas tecnologías ahorradoras de trabajo y generadoras de economías de escala. En definitiva, estos dos factores influyeron de forma decisiva en el surgimiento del moderno sistema de fábrica y, por tanto, de la Revolución Industrial.
Transformaciones de la Revolución Industrial Británica (RIB)
Las grandes transformaciones que caracterizan a la Revolución Industrial son:
- Hubo un profundo cambio en la distribución sectorial de la economía británica que pasó a convertirse en una economía industrial. Esto fue producido por el aumento de la producción que llevó al crecimiento de la población y obligó a la emigración.
- Hubo una caída del peso del sector agrario paralela al aumento de la productividad, lo que permitió aumentar el consumo de alimentos por habitante y permitió alimentar a la creciente población.
- Otra de las grandes transformaciones fue la ocasionada por la invención de nuevas máquinas que fueron sustituyendo al trabajo manual. En muchos ámbitos, la actividad artesanal no pudo competir y fue decayendo a favor de las fábricas.
- La difusión del sistema de fábrica provocó a su vez profundos cambios en las formas de trabajo al pasar de un entorno familiar a otro despersonalizado, afectando la vida familiar y social. Lo que acabó dando origen a una nueva clase social, el proletariado.
- Otra de las grandes transformaciones fue el uso de minerales fósiles, el cual tuvo efectos revolucionarios sobre el desarrollo industrial. Diversos avances tecnológicos que se sucedieron permitieron aumentar enormemente la producción de hierro y acero, disminuir su coste y aumentar la calidad. Esto fue clave para el desarrollo de muchos otros sectores cuya materia prima fundamental era el hierro.
- Otra de las grandes transformaciones fue la asociada a las mejoras en las vías y medios de transporte. Estas ampliaron los horizontes económicos que pasaron a plantearse la posibilidad de abastecer también al mercado nacional e internacional, y fomentaron, además, la división del trabajo entre regiones, lo que mejoró la productividad y eficiencia de la economía británica en su conjunto.
- Por último, estas transformaciones estuvieron precedidas y acompañadas por nuevas ideas y políticas que favorecieron una mayor libertad económica. Tanto Adam Smith como las revoluciones políticas de la independencia de las colonias británicas de Norteamérica (1776) y la Revolución Francesa (1789), defendieron la libertad económica frente al mercantilismo como medio para impulsar el desarrollo económico.
Condiciones de Vida durante la Industrialización
La Revolución Industrial indiscutiblemente generó problemas y dificultades para los obreros y sus familias. La dureza del proceso migratorio, la falta de preparación inicial de las ciudades para acoger tantos nuevos habitantes, la adaptación a los nuevos ritmos de trabajo, la falta de regulación sobre los horarios, seguridad y otras condiciones de trabajo en las fábricas… fueron todos ellos problemas ligados al proceso de modernización que estaba atravesando la sociedad y la economía británica. Pero esos problemas se fueron solucionando y las condiciones de vida de los trabajadores industriales fueron mejorando poco a poco. Prueba evidente de ello es que la emigración del campo hacia las ciudades fue en aumento con el paso de los años. Si la situación en las ciudades hubiera sido peor que en las zonas rurales, la gente no hubiera emigrado. Además, con frecuencia se olvida que buena parte del malestar de aquella época no se debió a la industrialización, sino a los problemas económicos causados por las continuas y costosas guerras en las que se vio envuelta Gran Bretaña. A partir de entonces fue cuando el nivel de vida británico empezó a crecer de forma sostenida.
Modelos de Expansión y Comparativa de la Industrialización
Modelos de Expansión de la Revolución Industrial
Según Rostow, toda sociedad que quiera alcanzar el desarrollo habrá de pasar por 5 estadios:
- El primero se corresponde con la sociedad preindustrial en la que predomina el sector agrario.
- El segundo es un período de transición, cambio.
- El tercero es el despegue, en el que se diversifica la actividad productiva con el nacimiento de industrias motrices.
- El cuarto es la madurez, las innovaciones tecnológicas se propagan a nuevos sectores económicos aunque, posteriormente, hay una ralentización.
- El quinto estadio corresponde con las sociedades capitalistas, el motor del crecimiento económico corresponde a las industrias de bienes de consumo y servicios.
A. Gerschenkron centra sus reflexiones en los estadios rostowianos de la transición y el despegue. Se vale del concepto de atraso relativo o grado de atraso. El país más próximo al líder es el que tiene más posibilidades de imitarle sin experimentar retrasos. Convergirán con él siempre y cuando esos países sean capaces de activar mecanismos o factores sustitutivos de las condiciones previas que le faltan. No existe una vía única para alcanzar el desarrollo.
Pollard toma un área de actividades económicas interrelacionadas en torno a un centro propulsor. El punto de vista “nacional” de la industrialización es una proyección inadmisible. La industrialización europea se llevó a cabo en todas las naciones sobre una base regional, no nacional. Para North, las instituciones son las reglas del juego que delimitan restricciones e incentivos a la acción individual. El origen del cambio institucional puede estar a veces en la percepción de una falta de adaptación de las normas a un nuevo contexto económico.
Comparativa: Gran Bretaña vs. Francia
Francia aparecía y aún aparece como el prototipo del atraso. La imagen que se presentaba era la opuesta al modelo referencial británico: cuanto más se desviaba de él, tanto más se resaltaba la lentitud y el atraso del desarrollo francés. En Gran Bretaña, el desarrollo de los sectores textil y siderúrgico resultó espectacular. El crecimiento francés no debe considerarse más lento que el británico, sino diferente. Francia no tenía tantos recursos de carbón y hierro como Gran Bretaña. El producto de estos sectores crecía más deprisa que el de los sectores tradicionales, pero su aportación resultaba fundamental. A diferencia de Gran Bretaña, donde el dinamismo de los sectores más modernos empujó a los menos competitivos a una posición testimonial, en Francia convivieron con éxito. Con Napoleón III la extensión de la red se había recuperado, siendo Francia el país europeo que experimentó mayor actividad constructora en esos cuatro lustros.
Industrialización en Japón y Estados Unidos
Tanto Estados Unidos como Japón son grandes potencias económicas, pero para llegar a serlo tomaron distintos caminos en su industrialización.
Estados Unidos
Estados Unidos fue hasta 1783 colonia de Gran Bretaña, por lo que heredó el capital humano, las técnicas y la experiencia económica, sumado a esto están las buenas condiciones del país, como la abundancia de tierra fértil y la buena situación geográfica, entre otros. Las bases de la industrialización de Estados Unidos se unen a tres causas principalmente:
- Existía una poderosa agricultura favorecida por la abundancia de tierra y la conquista del oeste, situación que atrajo a la migración europea y proporcionó mano de obra abundante y barata. La agricultura era capaz de alimentar al crecimiento demográfico que poseía el país.
- Hubo un gran crecimiento del mercado doméstico, favorecido por el ferrocarril, además de las exportaciones como la de algodón, que llegó a representar más del 60% del algodón en Europa.
- La revolución del transporte y formas de comunicación favorecieron las nuevas técnicas de comercialización y la producción masiva. Este crecimiento fue parejo y dio lugar a una revolución organizativa, es decir, un sistema de control global de producción.
Japón
En Japón, la industrialización estuvo muy relacionada con la política. La industrialización llegó a mediados del siglo XIX bajo presiones políticas y militares, viéndose obligada a abrir las flotas comerciales a América y Europa. Para alcanzar el estatus de gran potencia, el emperador Mutsu-Hito puso en marcha un proceso de industrialización favorable a la economía de mercado basada en la occidentalización. Por lo que desarrolló sectores claves como la siderurgia, la minería, la producción naval, entre otros. Además, siguiendo los pasos de Alemania y Estados Unidos, fomentaron la educación y la investigación. Pero pese al esfuerzo del gobierno, en Japón lo que existía era una estructura dual: por un lado, empresas gigantescas muy técnicas con pocos trabajadores, frente a otras pequeñas con poca técnica y que, por tanto, exigían muchos empleados. Por lo que podemos decir que la principal diferencia entre la industrialización de Japón y Estados Unidos radica en que el primero no fue pareja, mientras que en el segundo fue muy generalizada.
La Primera Globalización (1870-1914)
A partir de 1870 y hasta 1914 hubo un aumento de los vínculos económicos entre los países, es decir, los estados estaban interrelacionados; las economías dependían del sector exterior. Era tal la relación de los países que se sitúa la primera globalización en este periodo. Esta globalización sucede por varios factores:
- El liberalismo económico permitió que el volumen de intercambio creciera notablemente y de forma continua.
- Hubo un aumento de la migración: los europeos migraron en especial a Estados Unidos e Iberoamérica, además se aceleró la inversión externa.
- También hubo grandes avances en la tecnología del transporte y las telecomunicaciones (se inventó la electricidad, entre otros), periodo que se conoce como Segunda Revolución Industrial, y que significó cambios en el ámbito empresarial.
- El Patrón Oro fue imprescindible para la unificación de las economías, ya que fue un sistema monetario, es decir, la unidad monetaria de cada país se definía en una cantidad determinada de oro.
- Además, amplias zonas de África y Asia se vieron obligadas a participar en la nueva economía por el poder militar de Europa.
Así se formó por primera vez una economía mundial en la que se veían implicados todos los países, aunque teniendo a Europa como centro activo.
