El Ocaso del Franquismo: Oposición de Masas y Crisis Final (1970-1975)

Fortalecimiento de una oposición de masas

Las transformaciones de la década de 1960 provocaron un notable incremento de la conflictividad social a principios de los años 70. La respuesta represiva del régimen provocó la politización de los conflictos y permitió a la oposición antifranquista erosionar la dictadura.

Movimientos sociales y conflictividad

La protesta de los trabajadores fue, desde el principio, un foco de tensión social. Se produjeron las primeras agitaciones y propuestas políticas contra el régimen. La huelga y el boicot a los tranvías de Barcelona en 1951 fue el primer conflicto sociolaboral de importancia. La Unión General de Trabajadores (UGT) mantenía cierta actividad clandestina. Las huelgas de los mineros asturianos permitieron el nacimiento de un nuevo sindicalismo basado en la lucha reivindicativa.

Las Comisiones Obreras (CCOO) nacieron como un movimiento independiente, democrático y unitario, que impulsó la lucha tanto laboral como política, combinando la acción ilegal con la participación en los cauces legales del sindicato vertical. En la universidad aparecieron también organizaciones estudiantiles. En febrero de 1956 se produjeron los primeros incidentes estudiantiles de relevancia en Madrid. A raíz de estos, surgieron nuevos movimientos sociales. La década de 1960 presenció las primeras manifestaciones masivas en las calles y un aumento generalizado de la conflictividad laboral.

Grupos políticos de oposición

En los años 60 se recompuso la oposición al franquismo a través de la renovada actividad de los viejos partidos políticos y la aparición de otros nuevos. Uno de los grupos de oposición moderna fue el de los demócratas cristianos.

En 1962, en el IV Congreso del Movimiento Federal Europeo celebrado en Múnich, coincidieron miembros de la oposición española del exilio y los llegados desde el interior de España. En esta reunión, conocida peyorativamente por el régimen como el «Contubernio de Múnich», se pidió la desaparición del régimen y el paso a una España democrática. A su regreso, muchos de los asistentes que residían en España fueron encarcelados o desterrados.

Durante estos años, tuvo especial importancia el Partido Comunista de España (PCE), el único partido que conservó una cierta fuerza y organización en el interior del país. Inició una línea política de penetración en las organizaciones de masas y vertebró gran parte del movimiento antifranquista.

Dentro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) empezaron a producirse tensiones con los jóvenes militantes que formaban el partido en el interior de España, quienes reclamaban una renovación. En el Congreso de Suresnes (1974), el partido superó sus dificultades y la dirección quedó en manos de los militantes del interior, con Felipe González como nuevo secretario general.

En el período final del franquismo tomaron también importancia los partidos nacionalistas. En Cataluña empezó a conformarse un grupo nacionalista de centro, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

La crisis final del régimen (1973-1975)

La incapacidad del régimen para reformarse y adaptarse a las demandas sociales y al contexto internacional provocó una crisis irreversible, que culminó con la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975.

El asesinato de Carrero Blanco y el gobierno de Arias Navarro

Un momento decisivo de esta crisis final se abrió con la desaparición del presidente del gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, víctima de un atentado de ETA el 20 de diciembre de 1973. Carrero Blanco era un personaje clave para mantener la unión de las familias franquistas y asegurar la continuidad del régimen tras la muerte de Franco.

La reacción del régimen ante esta crisis evidenció su división interna entre los inmovilistas (el llamado «búnker») y los aperturistas o reformistas. En enero de 1974 se formó un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro. El 12 de febrero de 1974, el presidente pronunció un discurso en las Cortes, conocido como el «espíritu del 12 de febrero», hablando de una apertura del régimen hacia un mayor pluralismo político. Sin embargo, el régimen era incapaz de democratizarse, y las promesas de Arias tenían poco contenido real.

El gobierno de Arias Navarro se decantó finalmente hacia el inmovilismo político. El cese del ministro aperturista Pío Cabanillas provocó la dimisión del ministro de Hacienda y otros altos cargos. El intento de apertura había fracasado. Se confirmó la influencia del «búnker», un sector que frenó toda reforma y que incluso ejerció la violencia fascista con bandas de ultras en la calle.

La organización de la oposición democrática

Mientras tanto, los grupos de oposición mostraban en la calle sus posiciones a favor de la democracia en el país y comenzaron a coordinarse. Se crearon dos grandes plataformas:

  • La Junta Democrática de España: Impulsada por el PCE en 1974, propugnaba la formación de un gobierno provisional que implantase un régimen democrático y adoptase medidas como la amnistía y la legalización de todos los partidos políticos.
  • La Plataforma de Convergencia Democrática: Impulsada por el PSOE en julio de 1975, con un programa muy parecido al propuesto por la Junta.

«Atado y bien atado»: los últimos meses del dictador

A lo largo de 1974 y 1975, las enfermedades de Franco le impidieron ejercer sus funciones, y Juan Carlos tuvo que asumir la jefatura interina del Estado en varias ocasiones, aunque sin poder real. La oposición se organizó creando las plataformas de actuación conjunta mencionadas y las manifestaciones en la calle aumentaron.

En 1975 se promulgó una nueva y dura Ley Antiterrorista que castigaba a los terroristas con la pena capital, resultando en las últimas ejecuciones del franquismo, que generaron una fuerte condena internacional. Además, el gobierno tuvo que hacer frente al conflicto del Sáhara. En 1973, los saharauis habían creado el Frente Polisario, que propugnaba la independencia. España aceptó la descolonización y la celebración de un referéndum de autodeterminación. Sin embargo, el rey de Marruecos, Hassan II, con el apoyo de Estados Unidos para frenar una posible expansión de la Argelia socialista, organizó la llamada Marcha Verde, una invasión civil del territorio.

El 20 de noviembre de 1975, muere Francisco Franco. Dejaba un régimen en profunda crisis. La sensación de inseguridad e incertidumbre respecto al futuro político y al relevo en el poder eran muy grandes.

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