La Consolidación del Poder Real en Europa y el Imperio Español (Siglo XVI)

Las Monarquías Europeas a Comienzos del Siglo XVI

A comienzos del siglo XVI se habían consolidado cinco grandes monarquías en Europa:

Francia

Tras la Guerra de los Cien Años contra Inglaterra, los reyes franceses unificaron la administración, atrajeron a la corte y beneficiaron a la burguesía para ponerla de su parte, además de crear un ejército. Durante el reinado de Francisco I, Francia se convirtió en una gran potencia.

Inglaterra

La Guerra de las Dos Rosas debilitó a la nobleza y permitió a los reyes de la dinastía Tudor crear una monarquía poderosa. Enrique VIII reforzó el poder real, especialmente frente a la Iglesia, y fundó la Iglesia Anglicana.

España

Los Reyes Católicos gobernaron conjuntamente las Coronas de Aragón y de Castilla y conquistaron diversos territorios en Europa y otros continentes.

Portugal

Juan II sometió a la aristocracia al poder real e impulsó la explotación y la conquista de nuevas tierras, lo que proporcionó numerosas riquezas a Portugal.

Rusia

Iván III el Grande unificó el país y amplió el reino. Más tarde, Iván IV el Terrible adoptó el título de zar.

Fortalecimiento de la Autoridad Real

Para afianzar su autoridad, los reyes tomaron varias medidas:

  • Fundaron en Castilla la Santa Hermandad, un cuerpo policial para luchar contra los bandoleros en las zonas rurales.
  • Crearon un ejército profesional y permanente.
  • Reorganizaron la justicia y fortalecieron las chancillerías, tribunales de apelación bajo la jurisdicción real.
  • Nombraron corregidores para aplicar su política en los municipios.
  • Pusieron en marcha un conjunto de consejos que asesoraban a los monarcas en las tareas del gobierno; el más importante era el Consejo de Castilla.
  • Reorganizaron la Hacienda para aumentar sus ingresos.

La Expansión Territorial de la Corona Española

En 1492, los Reyes Católicos conquistaron el Reino de Granada, el último territorio musulmán de la península. Poco después, incorporaron Melilla, Orán y otras plazas en el norte de África. También concluyeron la conquista de las islas Canarias en 1496 y financiaron la expedición en la que Cristóbal Colón descubrió América en 1492, dando inicio a las conquistas de las tierras americanas.

Además, en 1504 el Reino de Nápoles fue integrado a la Corona de Aragón y en 1512, tras la muerte de Isabel, Fernando conquistó el Reino de Navarra. Durante su reinado, los monarcas aplicaron una política de alianzas matrimoniales con otros estados europeos para reforzar su posición contra Francia.

El Imperio de Carlos V

En 1516, Carlos I, hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso, heredó de sus abuelos maternos el trono español y sus posesiones. Posteriormente, heredó de sus abuelos paternos el título de emperador y extensos territorios en Centroeuropa. Carlos nació y se educó en Flandes. Cuando llegó a España en 1517, situó en los puestos de gobierno a consejeros flamencos.

En 1519, su abuelo murió y Carlos presionó a las Cortes castellanas para que le concedieran el dinero necesario para ser reconocido como emperador. En 1520 partió hacia Alemania, donde fue coronado emperador con el nombre de Carlos V.

Las Revueltas Internas

De forma casi paralela, en Valencia y Mallorca, aprovechando la ausencia del rey, estallaron las Germanías, revueltas populares contra la nobleza. En Castilla, estalló la Revuelta de los Comuneros. Carlos I apoyó a los nobles y los rebeldes fueron derrotados. Aunque las revueltas fracasaron, Carlos I cambió su forma de gobernar, prestando mayor atención a los asuntos castellanos.

Los Problemas Financieros del Imperio

Mantener un imperio de tales dimensiones suponía unos enormes gastos, por lo que Carlos I y Felipe II tuvieron que afrontar graves dificultades para financiar sus políticas. España recibía grandes cantidades de oro y plata procedentes de América. Además, los monarcas incrementaron los impuestos, sobre todo en Castilla.

Estos ingresos no fueron suficientes para sufragar los gastos, por lo que se recurrió al endeudamiento, que cada vez fue mayor. Por ello, Felipe II se vio obligado a declarar varias bancarrotas.

Los Órganos de Gobierno del Imperio

Carlos I y Felipe II continuaron el proceso de implantación de la monarquía autoritaria iniciado por los Reyes Católicos, pero aumentaron la centralización. Aunque el Imperio español estaba formado por territorios diferentes, con sus propias leyes e instituciones, todos tenían un nexo de unión: el mismo rey.

El rey gobernaba, dirigía la política exterior y el ejército, y administraba los impuestos. Sin embargo, algunas de sus decisiones tenían que ser aprobadas por las Cortes de cada territorio. El monarca contaba con el asesoramiento de los consejos:

Consejos Territoriales y Temáticos

  • Consejos Territoriales: Se ocupaban de los asuntos relacionados con un territorio concreto. Era el caso de los Consejos de Castilla, Aragón, Flandes, etc.
  • Consejos Temáticos: Se ocupaban de materias específicas, como el Consejo de Estado o el de Hacienda. El Consejo de Estado era el único cuyas decisiones tenían validez en todo el Imperio.

Administración Local

En cada territorio había un virrey, que representaba al rey y gobernaba en su nombre. También existían las chancillerías y las audiencias, que eran tribunales supremos de justicia que decidían en nombre del monarca. En algunas regiones había instituciones encargadas de controlar que el rey no vulnerara las leyes propias de ese territorio, como es el caso del Justicia Mayor en Aragón. Para estar informados y poder transmitir órdenes urgentes, los Reyes Católicos crearon el cargo de correo mayor.

La Sociedad Estamental en la España de los Austrias

La sociedad española siguió dividida en estamentos privilegiados y no privilegiados. Los privilegiados no pagaban casi ningún impuesto y tenían tribunales propios.

Estamentos Privilegiados

La Nobleza

Dentro de la nobleza había grandes diferencias. La alta nobleza poseía extensas propiedades y acaparaba los cargos de gobierno. La baja nobleza estaba formada por los hidalgos, que muchas veces carecían de dinero o posesiones.

El Clero

El alto clero incluía a los altos cargos de la Iglesia, propietarios de grandes tierras y con gran influencia en la corte. El bajo clero estaba formado por frailes, monjes y curas de parroquias.

Estamento No Privilegiado (Pueblo Llano)

El pueblo llano pagaba impuestos y se dedicaba a las actividades productivas. Estaba formado principalmente por campesinos, aunque también lo componían artesanos, empleados de los talleres, criados, etc. El escalón más bajo de la sociedad lo ocupaban los marginados, como los mendigos.

La Guerra de Flandes y el Conflicto con Inglaterra

El calvinismo se había extendido por los Países Bajos. La intolerancia de la política religiosa antiprotestante de Felipe II, unida a los elevados impuestos, provocó en estos territorios una grave rebelión en 1566. Las provincias del norte, lideradas por Guillermo de Orange, se declararon independientes llamándose Provincias Unidas.

El rey no lo aceptó, lo que dio comienzo a una larga y costosa guerra que duró 80 años. La guerra perjudicó el comercio con el mar Báltico, donde la Monarquía Hispánica compraba los pertrechos para mantener la Armada, y con Flandes, una de las regiones más ricas de Europa.

Además, provocó el enfrentamiento con Inglaterra. Desde la llegada al trono inglés de Isabel I en 1558, las relaciones entre España e Inglaterra empeoraron. El apoyo inglés a los rebeldes de los Países Bajos llevó a Felipe II a enviar contra Inglaterra la Armada Invencible, una poderosa flota que partió desde Portugal y que fue derrotada en 1588.

La Rápida Conquista del Continente Americano

A comienzos del siglo XVI, los españoles habían ocupado las islas del Caribe, donde no se adaptaban al clima, los cultivos europeos no arraigaban y la producción de oro era escasa. Por ello, se lanzaron a la conquista del continente. Se organizaron numerosas expediciones en América Central y del Sur. Las más importantes fueron la de Hernán Cortés y la de Francisco Pizarro.

Las Capitulaciones de Conquista

Las expediciones eran dirigidas por particulares que recibían del rey una capitulación de conquista, es decir, una autorización para reclutar un ejército y conquistar un determinado territorio. Los gastos corrían a cargo del conquistador, mientras que el territorio gobernado pasaba a manos del monarca. A cambio, el conquistador recibía el título de gobernador o capitán, extensas tierras, etc.

Factores de la Victoria Española

Los conquistadores se enfrentaron a pueblos más numerosos que ellos, que en algunos casos constituían civilizaciones muy avanzadas, pero los vencieron con facilidad. Esto se debió a tres factores clave:

  1. Superioridad del armamento español: Los indígenas se vieron sorprendidos por los caballos, las armas de fuego, etc.
  2. Creencias Indígenas: Las antiguas creencias hablaban de la llegada de dioses procedentes del océano, a los que identificaban con los españoles.
  3. Conflictos Internos: Las rencillas entre los pueblos americanos, que los conquistadores aprovecharon para establecer alianzas.

El Gobierno de las Indias

Los Reyes Católicos anexionaron las tierras conquistadas en América a la Corona de Castilla y aplicaron en ellas las leyes castellanas. Sin embargo, pronto se vio que aquellos territorios requerían un tratamiento diferenciado y ya en 1512 se redactaron las primeras Leyes de Indias.

Con el fin de recibir asesoramiento acerca del gobierno de las tierras americanas, Carlos I creó el Consejo de Indias. En 1542, se promulgaron también las Leyes Nuevas, que reorganizaron los territorios americanos y regularon el trato a los indígenas.

Organización Territorial

La administración del territorio se organizó inicialmente en dos virreinatos:

  • El de Nueva España.
  • El de Perú.

Al frente de estos había un virrey que representaba al rey y era nombrado por este entre los grandes nobles castellanos. Los virreinatos se dividían en gobernaciones, que eran territorios al mando de un gobernador con poderes administrativos, judiciales y militares. Las gobernaciones, a su vez, se dividían en corregimientos, que estaban presididos por un corregidor. Además, en las principales ciudades se establecieron audiencias. Estas se ocupaban de aplicar las leyes y de impartir justicia.

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