El Sistema Político de la Restauración Borbónica (1874-1923): Cánovas, Turnismo y Fraude Electoral

Tras fracasar el intento de construir un Estado democrático, España inició en 1874 una nueva etapa histórica en la que acabaría por consolidarse el sistema político liberal.

A lo largo de 1874, **Antonio Cánovas del Castillo** trabajó en la restauración de la monarquía constitucional en la persona del hijo de Isabel II, **Alfonso XII**. El fracaso del sistema democrático del Sexenio y la fuerza de los grupos favorables a un cambio de régimen político fueron los factores que precipitaron la caída de la I República y la vuelta al trono español de los Borbones.

La burguesía buscaba tranquilidad y orden para la buena marcha de sus negocios, mientras que los terratenientes reclamaban disciplina y un gobierno enérgico que garantizara la seguridad de sus propiedades.

La Restauración de la monarquía borbónica en la persona de **Alfonso XII** se precipitó con el pronunciamiento de **Martínez Campos** en Sagunto el 29 de diciembre de 1874. El malestar militar venía determinado por la existencia de múltiples conflictos, como la guerra carlista, la guerra cubana y los desórdenes sociales. (Cánovas se mostró en desacuerdo al creer que la Restauración debía venir por un estado de opinión civil favorable, aunque formó en Madrid un Gobierno Provisional al día siguiente del golpe al contar con la confianza de Alfonso XII, que vuelve a España en enero de 1875).

El gobierno no opuso resistencia al pronunciamiento. **Serrano** abandonó España y cedió los poderes a **Cánovas del Castillo**, quien constituyó un gobierno provisional.

A. El Sistema Canovista: La Constitución de 1876 y el Bipartidismo

**Antonio Cánovas del Castillo** fue el creador del sistema político de la Restauración borbónica.

Alfonso XII publicó el 1 de diciembre de 1874 el *Manifiesto de Sandhurst* (redactado para Alfonso XII por el propio Cánovas y en teoría era la respuesta a las felicitaciones recibidas en su cumpleaños), en el que afirmaba que la única solución para los problemas de España, “desde las clases obreras hasta las más elevadas”, residía en el restablecimiento de la monarquía tradicional de los **Borbones**.

Exponía los principios de la futura proclamación de la monarquía: dialogante, constitucional y democrática, así como la voluntad de integrar en su nuevo régimen buena parte de los progresos políticos recogidos en el Sexenio y no llevar a cabo represalias políticas.

Los Cuatro Pilares de la Teoría Política de Cánovas

La teoría política de Cánovas se apoyaba en cuatro pilares fundamentales:

  1. El Rey

    Según Cánovas, la soberanía nacional tenía su identificación en la Historia de España e históricamente la soberanía había estado representada tanto por el Rey como por las Cortes. La monarquía era la columna vertebral de la nación española y la única institución que podía mantener unidos a los distintos territorios peninsulares. Deseaba una monarquía renovada, por encima de los partidos políticos, que se convirtiera en símbolo del progreso moderno y de la reconciliación entre todos los españoles.

  2. Las Cortes

    Junto al rey formaban la “constitución interna” del país y eran depositarias, conjuntamente, de la soberanía nacional.

  3. La Constitución

    Consideraba necesario un código escrito que articulara la vida de una nación. Debía ser flexible en su interpretación para perdurar en el tiempo y para permitir gobernar a partidos distintos y acabar con el pronunciamiento como forma de acceder al poder.

  4. El Turno de Partidos

    Se apoyaba en el parlamentarismo inglés. Cánovas actuaba de forma pragmática (*“la política es el arte de lo posible”*, *“en política todo lo que no es posible es falso”*) buscando siempre el acuerdo con los partidos de la oposición. Era necesario que hubiera dos partidos, uno en el poder y otro en la oposición, que se turnaran de forma pacífica en el ejecutivo. Incluso tomó sus nombres: Conservador y Liberal. Serviría para garantizar la estabilidad del sistema y de las libertades, evitando los continuos cambios políticos anteriores. Sin embargo, este turno de partidos se fundaba en la manipulación, la corrupción y el caciquismo.

Cánovas del Castillo creía que el ejército debería volver a los cuarteles y que la inestabilidad política anterior había sido consecuencia de su exceso de intervencionismo.

Cánovas puso en marcha el proyecto político que desembocaría en la **Constitución de 1876** a través de la elección, en esta ocasión por sufragio universal (según establecía la Constitución de 1869), de unas nuevas Cortes constituyentes en diciembre de 1875.

La Constitución de 1876

La Constitución de 1876 buscaba incluir a la mayoría de los grupos políticos para terminar con la sucesión de constituciones que provocaban las alternancias en el poder. Se proponía establecer un sistema político que permitiera el ejercicio de gobierno a todos los partidos que aceptaran el sistema liberal y la monarquía. Este fin se consiguió, siendo la Constitución de más larga duración de toda la historia española, hasta 1923 (volvió a estar en vigor entre 1930 y 1931).

Era una síntesis de la Constitución de 1845 y la de 1869 y descansaba en un modelo unitario y centralista del Estado. Las características más importantes son las siguientes:

  • **Afirmación del principio de soberanía compartida:** «La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el rey».
  • **Derechos y libertades:** Se mantienen los derechos de reunión, asociación y petición como en 1869, pero se restringe la libertad de cultos a una simple tolerancia.
  • **Religión:** Declaración de la religión católica oficial del Estado, pero con tolerancia hacia otras religiones.
  • **Sistema bicameral:** Congreso y Senado, elegidas por sufragio que no se especifica, pero que será, en principio, censitario (en 1890, con **Sagasta**, se establece el sufragio universal).
  • **Atribuciones del Rey:** El rey tiene amplias atribuciones: iniciativa legislativa, sanciona las leyes, tiene derecho de veto, designa al jefe de gobierno, nombra los senadores, disuelve las Cortes, etc. Aun así, se aplica la fórmula “El rey reina pero no gobierna”, encontrándose sometido a la Constitución.
  • **Modelo centralista del Estado.**

B. El Turno de Partidos, el Caciquismo y el Fraude Electoral

Siguiendo el modelo británico, la vida política se establecía sobre dos partidos que aceptaban la legalidad constitucional:

1. Partido Liberal Conservador

Recibió el nombre de **Partido Conservador** desde 1884. Asumía la herencia de moderados y unionistas. Se integraban en él la alta burguesía, la aristocracia, el alto funcionariado y las clases dirigentes. Entre sus figuras destacaron: **Cánovas del Castillo**, **Romero Robledo**, **Silvela**, **Antonio Maura** y **Dato**.

2. Partido Liberal Fusionista

Recibió el nombre de **Partido Liberal** desde 1885. Asumía la herencia ideológica de progresistas y parte de demócratas con la defensa de derechos individuales y del sufragio universal. Destacaron figuras como **Sagasta**, **Montero Ríos**, **Moret** y **Canalejas**.

“Mi deber es procurar, en cuanto esté a mi alcance, la formación de grandes partidos políticos, en los cuales pueda apoyarse el trono …” — Cánovas del Castillo.

El Turnismo Bipartidista

La práctica del *Turnismo Bipartidista* fue rasgo esencial del sistema político de la Restauración. El turno era una fórmula política que, gracias a la manipulación electoral, daba a ambos partidos la posibilidad de alternarse en el gobierno de forma pacífica. Ambos partidos llegaron a un acuerdo para repartirse el poder y alternarse en el gobierno cada dos o tres años, evitando que ninguno de los dos partidos quedara excluido del poder y tuviera la tentación de recurrir a los pronunciamientos militares para acceder al gobierno.

Las bases para conseguirlo estaban en la manipulación, la corrupción y el caciquismo. De este modo, cuando el rey nombraba un nuevo jefe de gobierno, este recibía el decreto de disolución de las Cortes, convocaba nuevas elecciones y “fabricaba” fraudulentamente los resultados electorales deseados, de forma que la mayoría de los diputados fueran favorables al gobierno.

El Caciquismo y el Fraude Electoral

Aunque el **Caciquismo** era un fenómeno que ya existía anteriormente, se convertirá en el rasgo más característico del nuevo régimen político y el funcionamiento del sistema político se basará en esta práctica política.

Con el nombre de *cacique* se denominaba a los individuos más poderosos e influyentes de cada localidad que ejercían su influencia para obtener el apoyo político de la población y controlaban los resultados electorales. Destacaban en el ámbito rural y regulaban el movimiento político de la zona controlando los votos.

El sistema quedaba asegurado por el liderazgo de los dos partidos centrado en Madrid y por el control del poder local mediante la práctica caciquil.

El sistema político de la Restauración se convirtió en una farsa, que empezaba con cambios de gobierno pactados y terminaba en elecciones fraudulentas cuyos resultados estaban decididos de antemano. Los electores solo elegían libremente en los grandes núcleos de población. La alternancia en el poder estaba pactada entre Cánovas y Sagasta y suponía que antes de celebrarse las elecciones ya se conocían los resultados.

Entre los procedimientos empleados destacan dos:

  1. El Encasillado

    Era un método para “fabricar los resultados electorales”. Consistía en la elaboración de listas electorales por parte del ministro de Gobernación en las que figuraban los candidatos que el gobierno quería que fueran elegidos y donde cada casilla correspondía a un distrito electoral. La mayoría de los nombres de los candidatos señalados en ellas pertenecían a los candidatos del gobierno, una minoría a los del partido turnante en la oposición y se cedían unos pocos puestos a los líderes de los partidos menores.

    Estas listas electorales *encasilladas* las transmitía el Gobierno al gobernador civil de la provincia y este negociaba con los caciques su consecución, de este modo tenían ganada la elección antes de producirse. El cambio de gobierno no se realizaba tras el triunfo en unas elecciones, sino por decisión del Rey de entregar el poder a uno de los partidos turnantes que entonces convocaba elecciones y se garantizaba su mayoría.

  2. El “Pucherazo”

    Era un fraude electoral. Para lograr sus objetivos los caciques se valían de múltiples medios: añadir votos no emitidos si eran necesarios (guardados teóricamente en un *puchero*). Usaban además otros medios como amenaza de despido a obreros y campesinos si no votaban a los candidatos oficiales, fraude en la confección de las listas electorales, votos atribuidos a personas que ya habían fallecido (*“lázaros”*), cierre de colegios electorales antes o después de la hora oficial, amenazas e incluso la destrucción de urnas con resultados desfavorables.

El partido encargado de formar gobierno y convocar elecciones resultaba siempre ganador de las mismas.

Resultados Electorales (1879-1898)

PARTIDO18791881188418861891189318961898
CONSERVADOR29339318672626127984
LIBERAL63297672888328188266
TOTAL392392392392399400401401

La Crisis de 1898 y el Movimiento Regeneracionista

El sistema entró en crisis después de 1898 con la derrota frente a EE. UU. y la pérdida de los restos del imperio colonial, que provocó en la sociedad y en la clase política española un estado de frustración y arraigó en ella una fuerte sensación de pesimismo.

Como reacción a ella surgió el movimiento **Regeneracionista** que pedía una verdadera democratización y modernización del Estado y el fin del caciquismo y la corrupción política.

El Regeneracionismo

El Regeneracionismo puede definirse como una actitud crítica que propone soluciones ante la crisis. Se desarrollan las ideas de regeneración que «resuciten» a España y eliminen su atraso.

Los regeneracionistas presentaban programas basados en:

  • Una reorganización política.
  • La limpieza del sistema electoral.
  • La dignificación de la vida parlamentaria.
  • La reforma educativa.
  • La acción orientada hacia la ayuda social.
  • Las obras públicas encaminadas al bien común.

Todo mediante la atención a sus necesidades reales: alimentación, educación, administración, etc.

Joaquín Costa y la Solución al Atraso Español

El más importante regeneracionista fue **Joaquín Costa**, cuya obra se orientó primero a constatar el retraso español frente a Europa y, segundo, a buscar las razones que explicaran este retraso. Planteaba medidas como planes de riego y construcción de caminos y escuelas a escala nacional para eliminar la lacra del analfabetismo. Igualmente, creía fundamental acabar con el caciquismo.

Según Costa, la solución era el desarrollo de la educación (*“Despensa y escuela”*), la europeización, la autonomía local y la política hidráulica y forestal. Era necesaria una reforma social para evitar la revolución y se requería un *“cirujano de hierro”* que supiera conducir la nación hacia el progreso.

Dentro del Regeneracionismo debemos encuadrar el movimiento intelectual y literario conocido como **Generación del 98**.

Desde el poder, **Silvela** reacciona ante la realidad de que *“España está sin pulso”* con medidas como la creación de nuevos ministerios (Instrucción Pública y Agricultura, Industria y Comercio).

Los regeneracionistas hacen responsables a los políticos de la derrota, denuncian el alejamiento entre política oficial y vida real. Se preocupan de buscar las señas de identidad nacional española y toman conciencia del atraso respecto a Europa. “España es un barco que se hunde”.

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