La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930): Contexto y Desarrollo
5.1. Causas del Golpe Militar
La inestabilidad y el bloqueo del sistema parlamentario, su desprestigio por el fraude electoral, el miedo a una revolución social, el auge del republicanismo y los nacionalismos, y el descontento del ejército tras el Desastre de Annual, impulsaron a Miguel Primo de Rivera a tomar el poder. Este general quería acabar con la corrupción y la indisciplina social. La dictadura fue una solución inconstitucional para evitar que el régimen se democratizara, impulsada por los intereses de ciertos sectores sociales.
5.2. La Reorganización del Estado: Directorio Militar y Civil
La dictadura de Primo de Rivera atravesó dos fases sucesivas:
- Directorio Militar (1923-1925): Primo de Rivera gobernó con militares.
- Directorio Civil (1925-1930): Se incluyó a personalidades civiles como Calvo Sotelo en Hacienda o Eduardo Aunós.
Las primeras medidas del Directorio Militar fueron la suspensión del régimen constitucional, la disolución de las cámaras legislativas y la prohibición de la actividad de los partidos políticos. Lo más destacado fue la elaboración de un Estatuto Municipal y otro Provincial. La regeneración prometida quedó en una gran farsa, ya que se suspendieron todos los mecanismos electorales y la renovación política se limitó a sustituir unos caciques por otros.
La Cuestión Marroquí
Durante la primera etapa de la dictadura, Primo de Rivera asumió el Alto Comisionado de Marruecos en 1924. Se organizó con éxito el Desembarco de Alhucemas (1925) junto a Francia. Abd el-Krim se rindió y en 1927 el ejército español abandonó la ocupación del protectorado de Marruecos.
Institucionalización del Régimen
A partir de 1926, Primo de Rivera intentó institucionalizar su régimen para darle permanencia. Indudablemente, el modelo e influencia del fascismo italiano fue muy clara. El camino hacia un régimen autoritario comenzó con la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva. El sufragio universal quedó olvidado. Para promover la adhesión al nuevo sistema se creó un partido único, que se llamó Unión Patriótica.
5.3. La Política Económica y Social
La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional. El régimen puso en marcha un programa de fomento de la economía española en el terreno industrial y en las infraestructuras. La idea rectora fue la nacionalización de importantes sectores de la economía y el aumento de la intervención estatal. El Estado tuvo un protagonismo notable gracias al fomento de las obras públicas. Todo ello fue financiado mediante los llamados Presupuestos Extraordinarios.
Medidas Económicas Clave
- Monopolios: Se cedieron grandes monopolios, como el de telefonía, a la Compañía Telefónica Nacional de España, y la exclusividad en la importación.
- Sector Agrario: El mundo agrario siguió en manos de los grandes propietarios sin que se emprendiera reforma alguna. Se promovió el regadío a través de la creación de las llamadas Confederaciones Hidrográficas.
Política Social y Laboral
En el terreno social, la dictadura puso en marcha un modelo de regulación del trabajo que pretendía eliminar los conflictos laborales mediante la intervención del Estado. Con este fin se creó la Organización Corporativa Nacional (OCN), que agrupaba a patronos y obreros en grandes corporaciones (sindicalismo vertical).
El sistema fue bien visto por algunos, aunque no por la UGT, que pudo desenvolverse con cierta libertad bajo el régimen; mientras, los anarcosindicalistas y comunistas eran perseguidos y obligados a permanecer en la clandestinidad.
5.4. La Oposición a la Dictadura
La oposición a la dictadura estuvo integrada por diversos grupos:
- Líderes de los partidos dinásticos.
- Republicanos y nacionalistas (especialmente el catalán).
- Comunistas y anarquistas.
- Determinados sectores del ejército y de los intelectuales.
Conspiraciones y Descontento Militar
Los antiguos partidos del turno criticaron la excesiva duración del régimen y varios dirigentes participaron en conspiraciones militares como el complot de la «Sanjuanada» (1926) o la intentona del conservador José Sánchez Guerra (1929), con un cierto apoyo militar.
El Conflicto con Intelectuales y Universitarios
La dictadura pretendió controlar a los intelectuales y universitarios mediante la censura y limitando su libertad. El conflicto derivó en algaradas y protestas estudiantiles y fue el origen del sindicato la Federación Universitaria Española (FUE), de carácter republicano. El enfrentamiento de los intelectuales con la dictadura estuvo protagonizado por figuras como Unamuno, Ortega y Gasset, Blasco Ibáñez y Menéndez Pidal.
El Auge del Nacionalismo Catalán
El conflicto político más persistente se produjo con el republicanismo y los nacionalistas, especialmente el catalán. En Cataluña, las medidas tomadas por Primo de Rivera, como la liquidación de la Mancomunidad (1925), así como la prohibición del uso público de la lengua catalana y del baile de la sardana, intensificaron el rechazo. El grupo Estat Català intentó una invasión armada dirigida por Francesc Macià desde Prats de Molló (Francia), en 1926.
La Oposición Obrera
La CNT se mostró contraria al régimen y fue intensamente perseguida, lo que agravó el enfrentamiento en su interior entre los partidarios de posturas radicales y violentas y los que defendían posiciones más posibilistas. En julio de 1927, los primeros crearon la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
5.5. La Caída de Primo de Rivera y el Fin de la Monarquía
La creciente oposición a Primo de Rivera se intensificó cuando el rey y su camarilla se convencieron de que la dictadura era un peligro para la permanencia de la monarquía. El general Berenguer fue el encargado de sustituirle, con la misión de celebrar unas elecciones que permitieran retornar a la normalidad constitucional.
La oposición comenzó a organizarse y los republicanos, los catalanistas de izquierda y el PSOE acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián el 8 de agosto de 1930.
Berenguer fue incapaz de preparar las elecciones y, en febrero de 1931, fue sustituido por un gobierno presidido por el almirante Aznar. El gobierno decidió convocar en primer lugar las elecciones municipales. Se intentaba volver a la normalidad como si nada hubiese sucedido, pero Alfonso XIII se había comprometido excesivamente con la dictadura y las elecciones se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía.
