Al-Andalus: Historia, conquistas y fragmentación política

Al-Andalus

El Islam es una religión monoteísta que nace en la península Arábiga y se basa en un libro: el Corán. Su idea fundamental es ‘no hay más dios que Alá’. Mahoma es su profeta y el Corán fue dictado por Alá a Mahoma a través del ángel San Gabriel.

Los musulmanes

Iniciaron en el S.VII una expansión por el Oriente Medio y el norte de África, llegando a las costas del océano Atlántico. Dentro de la península había una crisis del reinado visigodo por el poder. Los conquistadores musulmanes avanzan por las tierras de la península, en tres años conquistaron la mayor parte de las tierras hispánicas sin encontrar resistencia. Solo las zonas montañosas cantábricas y pirenaicas escaparon a su control. Así se conoce Al-Andalus, territorio de la península ibérica ocupado por musulmanes en la Edad Media.

El Emirato

Tras la conquista musulmana, la mayor parte de la península ibérica se convirtió en una nueva provincia del califato islámico, Al-Andalus. Frente a este territorio se colocó un emir que actuaba como delegado del califa musulmán, perteneciente a la dinastía omeya. Organizaron expediciones por el norte de la península pero fueron derrotados por los astures en Covadonga. Sufrieron un duro golpe ante el ejército de los francos. Esta derrota supuso el fin de la expansión musulmana en Europa. Por el S.III, la dinastía omeya fue víctima de la revolución abasí, una familia que se adueñó del Califato de Damasco. Un miembro de la familia (Abderramán) logró escapar, refugiándose en Al-Andalus donde se proclamó emir.

Abderramán I

Comenzaba en Al-Andalus el periodo conocido como emirato independiente. Fijó su capital en la ciudad de Córdoba e inició la tarea de construir un estado independiente en Al-Andalus basado en el ejército, ingresos económicos fiscales y sofocar las revueltas.

Califato de Córdoba

En 929, el emir Abderramán III decidió proclamarse califa, lo que conlleva el poder político y religioso. El califa residía en el alcázar de Córdoba, situada junto a la gran mezquita. Abderramán III ordenó construir la ciudad palacio de Medina Azahara, que se convirtió en residencia califal y centro del poder político de Al-Andalus.

Almanzor y la crisis del califato de Córdoba

A finales del S.X, Almanzor se hizo con el poder efectivo en Al-Andalus, ejerciendo el cargo de una especie de primer ministro. Mientras tanto, el primer califa vivía recluido en el palacio de Medina sin ejercer el poder político. Almanzor, que basó su poder en el ejército, organizó campañas contra los cristianos del norte peninsular. Después de su muerte, se inició el proceso de descomposición política que llevó al fin del califato.

La crisis del S.XI: los reinos de taifas

Después de la muerte de Almanzor, se produce una larga etapa de fragmentación y disputas. El califato de Córdoba terminó por desaparecer en el año 1031. Se fragmentó en 27 reinos de taifas, entre ellos Almería, Murcia, Alpuente, Arcos, Badajoz, Carmona, Denia, Granada, Huelva, Morón, Silves, Toledo, Tortosa, Valencia y Zaragoza. Estos reinos se mostraron sumisos hacia los dirigentes cristianos, a los que entregaban tributos llamados parias. El avance de la reconquista cristiana culminó con la conquista de Toledo. Al-Andalus estuvo a merced de los cristianos del norte, que procedieron a la ocupación y conquista paulatina de los territorios que habían estado bajo poder musulmán.

La crisis del S.XI: Almorávides y Almohades

Con las invasiones de los Almorávides, monjes-soldado pertenecientes a grupos nómadas provenientes del Sahara con una interpretación muy rigorista del Islam, y los Almohades, surgidos en lo que hoy es el actual Marruecos durante el S.XII, los Almorávides llegaron en 1086. Eran tribus bereberes dedicadas a la ganadería y poco antes habían creado un imperio en el norte de África. Se caracterizan por el rigor religioso. Los Almorávides acabaron con los taifas, unificaron el poder político en Al-Andalus y lograron contener el avance de los cristianos hacia el sur. A mediados del S.XII, la unidad de Al-Andalus se rompe y la fragmentación política provocó la aparición de los segundos reinos de taifas. Después llegaron los Almohades, quienes unificaron nuevamente Al-Andalus y se enfrentaron a los reinos cristianos, logrando algunos éxitos notables contra Alfonso VIII de Castilla. Durante este periodo se construyeron algunos edificios como la Giralda de Sevilla, pero el intento almohade de reunificación de Al-Andalus también fracasó. El momento clave fue la aplastante derrota sufrida ante los cristianos en las Navas de Tolosa. La España musulmana quedó reducida al reino nazarí de Granada.

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