Amadeo I renuncia a la corona de españa COMENTARIO

TEXTO 8. AMADEO I RENUNCIA A LA CORONA DE ESPAÑA

CLASIFICACIÓN

Se trata de un texto histórico circunstancial,  aunque también podria considerarse jurídico en el sentido de que la abdicación-
renuncia de este rey supone el cambio de Jefatura de Estado e incluso en esta ocasión la del propio tipo de Estado, pasando España de ser una monarquía democrática a proclamarse la primera República. Su naturaleza es claramente política.

Localización temporal: Estamos dentro del Sexenio democrático, periodo de intensos y rápidos cambios que abarca el periodo comprendido que va de septiembe 1868, momento en que se destrona a Isabel II y  finales de diciembre de 1874 cuando el general Martínez Campos se pronuncia en Sagunto a favor de la monarquía del hijo de esta reina destronada: Alfonso XII. Destinatario: Va dirigida la renuncia a los diputados del Congreso, pero en un sentido amplio el rey Amadeo se dirige a la Nación, al pueblo español, que en definitiva fue quien le entregó la Corona de forma democrática mediante su votación en las Cortes en Noviembre de 1870. Autor:
Amadeo I de Saboya, rey de España en el periodo que va de Enero de 1871 a Febrero de 1873, hijo del rey  Victor Manuel II, unificador del reino de Italia desde el Piamonte-Cerdeña. Amadeo, duque de Aosta fue el candidato defendido en las Cortes por el general Prim, si bien su asesinato a finales de diciembre de 1870 hicieron imposible que fuera su «hombre fuerte» durante su reinado. 

2. ANÁLISIS Y COMENTARIO

Las ideas principales que debemos destacar son:

1. Parte el rey de su nombramiento democrático por parte de la Nación española, algo que no había ocurrido jamás en la historia de España.

2. Reconoce que los dos años de su reinado se han caracterizado por un cúmulo de problemas políticos: guerra en Cuba, levantamientos republicanos y carlistas, división de uno de los partidos gubernamentales, e incluso el propio rey sufrió  un atentado.

3. Cree el rey que los principales enemigos de España no están en el extranjero, sino que están entre los mismos españoles, y pertenecen a todas las clases sociales.

4. Se queja el monarca también de la falta de apoyo entre los grupos políticos, divididos entre líderes con una gran ambición de poder, así ocurrió con el partido progresista escindido entre constitucionalistas de Sagasta y radicales de Ruiz Zorrilla.

5. Nos habla de su ánimo para encarar las dificultades, y efectivamente la historiografía ha considerado a Amadeo como un rey con un claro sentido democrático, quizá el ideal para ocupar el trono dentro del espíritu de la revolución «gloriosa» de 1868.

Los términos más destacados son:

En varias ocasiones se refiere a la «nación española», «Nación» o «voto nacional», se refiere a la representación del pueblo español, por primera vez  en base al sufragio universal masculino para mayores de 25 años, que se encuentra en las Cortes bicamerales: Congreso y Senado.

Cuando se refiere a la ley, se está refiriendo a la ley fundamental de este periodo: La constitución  de 1869, dentro del liberalismo más radical y en contraste con las anteriores, fruto del liberalismo doctrinario, que establecía una monarquía democrática y ponía como centro del poder político a las Cortes donde recaía la Soberanía Nacional.

Amadeo I era un joven concienzudo que estaba determinado a  encarnar el modelo mismo de monarca constitucional, sin embargo,  las cosas distaban de ir bien, la precariedad de la situación de Amadeo fue puesta gráficamente de relieve por la sorprendente noticia de que Prim había sido herido mortalmente por un grupo de asesinos desconocidos. Por si eso no fuera suficiente, Amadeo también se vio amenazado en un nuevo frente:  El carlismo, liderado por «Carlos VII», que calculaba que la revolución provocaría tal caos que acabarían por ofrecerle el trono, éste cultivaba desde 1868 una imagen moderada y aconsejaba a sus seguidores la participación en el proceso electoral. Sin embargo, el camino de la legalidad siempre había sido arduo, y la ascensión de Amadeo hacía casi inevitable que Carlos VII se decantara por la revuelta: de hecho, lo único que se lo impedía era su necesidad de hacer acopio de armas y dinero. En suma, además de la revuelta de Cuba, España estaba a punto de enfrentarse a una guerra civil.

Huelga precisar que los carlistas no eran los únicos enemigos de Amadeo por la derecha, pues también existía otro aspirante al trono, en la persona de Alfonso, hijo de Isabel II, de trece años de edad a la sazón.

En el ejército, mientras tanto, una serie de ascensos y nombramientos entre militares de izquierdas eran muy criticados y el presidente del gobierno Ruiz Zorrilla fue demasiado lejos en esta dirección.

Entre los hombres escogidos para los cargos de mayor relieve figuraba el general Hidalgo, un oficial de artillería que seis años antes había participado en el levantamiento de San Gil. Además de ser acosado por la oposición alfonsina, unionista y colonialista, sus camaradas artilleros protestaron enérgicamente. Ante la amenaza de divisiones en el seno de su propio gobierno y determinado a acabar con la independencia del arma de artillería, Ruiz Zorrilla obligó al monarca, en contra de su volutad, a firmar la disolución de este arma.  Todo aquello resultó excesivo para Amadeo. Ante el espectáculo de un país presa de la insurrección y la guerra civil, la creciente animadversión del ejército, todos y cada uno de los partidos políticos existentes divididos en múltiples facciones y la imposibilidad de imponer un gobierno constitucional, abdicó, disgustado, y volvió a su país. Algo que Zorrilla jamás había previsto ni deseado, por lo que dimitió de inmediato. Desesperados por salvar algo del naufragio, los radicales, renunciaron en bloque a su lealtad monárquica, de modo que el 11 de febrero de 1873, España se convirtió en una república.

3. CONTEXTO HISTÓRICO

Estarían en los hechos que dieron pié a la revolución de Septiembre del 68 y que se basó en los siguientes puntos: reconocimiento amplio de derechos individuales y aumento de la capacidad de decisión de los poderes emanados de las elecciones. Así el Gobierno Provisional constituido en Madrid por Serrano, disuelve las Juntas, da una serie rápida de decretos, entre los que señalamos: la emancipación de los hijos de los esclavos nacidos después del 17 de septiembre, inicio de la Gloriosa, libertad de enseñanza, libertad de imprenta, derecho de reunión sin más traba que la comunicación verbal a la autoridad, todos ellos recogidos en el texto constitucional en 1869, y ampliados con la libertad de residencia, de domicilio, correspondencia y cultos., aunque se mantiene la dotación de culto y clero, fundándose el sistema, en resumen, en la participación política mediante el sufragio universal para mayores de veinticinco años, y en una monarquía, la del duque de Aosta, Amadeo I de Saboya, quien reina a partir de enero de 1871.

La Revolución Septembrina tiene, por tanto, un carácter dual, por un lado el conjunto de militares de alta graduación, oligarcas y acomodados, que pretenden una revolución moderada, cambio de la monarquía y de la constitución, y por otro los movimientos populares, encarnados en las juntas, que pretenden una revolución democrática.

4. CONCLUSIÓN

El texto es de gran importancia para conocer el periodo de mayor complejidad política del siglo XIX, el Sexenio democrático, y como queda fracasada la labor de un monarca que en principio podía haber ayudado a modernizar las estructuras políticas de España, pero fuertes intereses hicieron imposible esta labor, puede ser considerado como un texto subjetivo, fruto de la decisión personal de este rey que se marchó decepcionado por no poder realizar el cometido para el que fue elegido por las Cortes. España se confirmó como una monarquía constitucional gobernada por el principio de la igualdad ante la ley, pero al mismo tiempo se consolidó como una sociedad profundamente desigual, en la cual el poder político y económico era monopolio de una oligarquía acaudalada. Pero también a partir de este momento empezó a predominar la lucha entre el «orden» y la «revolución» donde el ejército tuvo un papel protagonista. Así, en lo sucesivo el pronunciamiento iba a convertirse en un proceso completamente reaccionario, cuyo objetivo no sería nunca el progreso en los cambios políticos sino, más bien, su entorpecimiento o incluso la vuelta atrás.

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