Cánovas discursos Cuba 1898

El desastre del 98


Durante el Siglo XIX, la política exterior española se basaba en la neutralidad, debido a que el país era consciente de sus limitaciones y de la imposibilidad de defender sus posesiones coloniales. Éstas estaban formadas por un conjunto de archipiélagos repartidos por el mundo y algunos enclaves africanos, no demasiado ricos. En 1898, España no podrá evitar la pérdida de sus principales posesiones (Cuba y Filipinas), en el proceso conocido como la crisis del 98.

1.4.La política exterior

El reconocimiento que las potencias extranjeras y el conservador papa Pío IX dieron al nuevo régimen y a la monarquía los legitimó ante los sectores católicos españoles.
Otro éxito del nuevo régimen fue la pacificación de Cuba, donde, poco después de que en España estallara la Revolución de 1868, había comenzado una guerra de liberación que había durado diez años y que había empezado con el llamado grito de Yara.
El general Martínez Campos fue enviado a la colonia caribeña con el encargo de combatir a los rebeldes y de negociar un acuerdo con ellos. El 12 de Febrero de 1878 se firmo la Paz de Zanjón, en virtud de la cual concedían a los cubanos los mismos derechos que a los españoles, con la que llegó, momentáneamente, la tranquilidad de la isla.

6. EL DESASTRE DEL 98


Desde 1868, las insurrecciones cubanas habían sido casi permanentes y fueron sofocadas tanto por la vía militar como mediante pactos políticos. Pero en 1895 (24 de Febrero), con el llamado «grito de baire» -un pronunciamiento público por la independencia de la isla- a los rebeldes se les uníó un intelectual de categoría:

José Martí

No se trataba ya de acciones aisladas: la insurrección se extendíó como un reguero de pólvora por la manigua. Participaban en la revuelta la pequeña burguésía independentista y, especialmente, los elementos más populares de la sociedad isleña.
El Gobierno español envió soldados bajo las órdenes del general Martínez Campos.
La táctica del general, a base de combinar negociaciones con operaciones militares, esta vez no dio resultado alguno. A finales de 1895, Martínez Campos había fracasado en su intento de controlar la isla.
Tanto Cánovas como Sagasta estaban dispuestos a otorgar a los cubanos concesiones mayores de las que habían gozado tras la Paz de Zanjón (1878).
Pero ambos gobernantes españoles coincidían en no ceder un palmo de soberanía. Como nuevo jefe de operaciones fue designado el general Valeriano Weyler.

A pesar de que el general Weyler parecía controlar la insurrección, a comienzos de 1897 dos circunstancias dieron al traste con el dominio militar de la isla. Por una parte, los liberales, en la oposición, empezaron a distanciarse de la política de Cánovas y a pedir una acción más política que militar. Por otra, en Estados Unidos ganaron las elecciones los republicanos. El nuevo presidente, McKingley, era partidario de intervenir en la contienda y de sustituir a los españoles en el dominio de la isla.
En Agosto de 1897, tras el asesinato de Cánovas, subíó al poder Sagasta, quien intentó solucionar el problema cubano por medios políticos tal como había preconizado desde la oposición. Para ello se publicó una nueva Constitución para Cuba, donde quedaba establecido que era un Estado autónomo dentro de la corona española. El 1 de Enero de 1898 tomó posesión el nuevo gobierno insular, pero la tensión política resultó insoportable y, a la menor provocación, estallaban conflictos violentos entre los españoles residentes en la isla, el ejército y los cubanos.
En la batalla naval de Santiago de Cuba (3 de Julio de 1898), la flota española sucumbíó ante la potencia de los barcos de Estados Unidos y el Gobierno español no tuvo más opción que pedir la paz. En la Paz de París (10 de Diciembre de 1898), España perdía definitivamente todas sus posesiones de ultramar: Cuba y Puerto Rico, en las Antillas, y Filipinas y las islas Marianas, en el Pacifico. Las pérdidas económicas como consecuencia de la derrota fueron limitadas y la economía española se recupero rápidamente.
La pérdida de las colonias ocasiónó consecuencias:

-Económicas

Aunque la economía española se recuperó con cierta rapidez, sin embargo: Se perdieron ingresos y recursos (materias primas)Se perdieron mercados para la exportación.

-Sociales

Pesimismo generalizado en el país.Fuertes críticas al sistema. Pérdida de confianza y Aparición de la idea de Regerenacionismo que mejoro la educación, favorecíó el crecimiento económico y saneo a la hacienda.

-Culturales

La Generación del 98

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