Características de los motores de combustión interna

LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
A partir del año 1860 un conjunto de nuevas transformaciones técnicas y económicas producían grandes cambios en el proceso de industrialización y se extendíó hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial.

A) Los nuevos países industriales


– Francia: las revoluciones frenaron la industrialización, que se reactivó en la segunda mitad del siglo. Algunos
problemas internos fueron: la existencia de aduanas interiores, falta de materias primas, el lento crecimiento demográfico y falta de financiación. La economía tendíó hacia el proteccionismo y desde 1860 se desarrolló el ferrocarril.

– Estados alemanes: las condiciones eran óptimas para la industrialización, pero tenían la dificultad de la falta de unidad política. En 1834 se creó el Zollverein (uníón aduanera), lo que estimuló la actividad textil y siderúrguca, así como el desarrollo del ferrocarril. En 1914 Alemania era la principal economía europea.
– Estados Unidos: Su crecimiento súperó al de los países europeos a principios del Siglo XX, aunque la producción se dedicó sobre todo al consumo interno. Su crecimiento se basó en la innovación y el emprendimiento, los recursos naturales, el amplio mercado interior, los altos salarios (lo que favorecíó el consumo), el desarrollo del ferrocarril, el crédito y venta a plazos y la alta concentración empresarial.

– Japón: en 1914 era la primera potencia económica no occidental. Destacó por la iniciativa pública, prestando financiación a las empresas privadas, el desarrollo de sectores estratégicos (astilleros, transporte marítimo, fundiciones, minas, ferrocarril), abundante mano de obra con bajos salarios, concentración empresarial y la imitación de los modelos financieros, productivos y comerciales de Occidente.

B) El gran capitalismo


El capitalismo de la segunda revolución industrial se caracterizó por la importancia de los sistemas financieros, a causa de la necesidad de capitales.
Las nuevas fuentes de financiación fueron:
– Bancos: proporcionaban créditos a grandes empresas y al Estado. También invirtieron comprando participaciones en grandes industrias.
– Sociedades anónimas: su capital social se reparte en acciones (participaciones).
– La bolsa de valores: mercados en los que se compran y venden acciones y otros títulos de valores, de
acuerdo con la ley de oferta y demanda.
La concentración empresarial dejó el mercado en manos de pocos competidores, que fueron reduciendo el número de pequeñas empresas mediante su absorción. Las principales formas de concentración empresarial fueron:
– Cartel: Agrupación de empresas que acuerdan precios y cuotas de producción para evitar la competencia entre ellas.

– Trust: Fusión de varias empresas sometidas a una misma dirección. Los trust tendieron a crear monopolios que controlaban el mercado (Estándar Oíl en Estados Unidos), lo que provocó que los estados dictaran leyes contra esta práctica.
– Holding: Sociedad financiera que controla empresas mediante la compra paquetes mayoritarios de acciones. Junto a las acciones financieras y de concentración empresarial, también se mejoraron los sistemas de producción con el fin de sacar el máximo rendimiento a los recursos. Surgieron nuevos métodos de organización del trabajo:
– Taylorismo: se basa en la aplicación de métodos científicos para maximizar la eficiencia de la mano de obra, las máquinas y las herramientas.
– Fordismo: su principal aportación fue la producción en serie mediante cadenas de montaje.

C) Avances tecnológicos y nuevos sectores productivos


– Las nuevas fuentes de energía: la explotación de petróleo a gran escala comenzó en Pensilvania (1859) y
Azerbaiyán (1860). Su refinado permitíó su uso en alumbrado y engrase de máquinas, y más adelante en los motores de explosión y combustión en barcos y transporte terrestre. La electricidad llegó en 1900 a las grandes ciudades europeas. El problema de su transporte y almacenaje se soluciónó con la invención del alternador y el transformador por Deprez.
– Las nuevas industrias: Desde finales del Siglo XIX las industrias tradicionales se fueron renovando. El sector textil introdujo la máquina de coser y tintes artificiales, en la siderurgia se generalizó la producción de acero. La metalurgia también desarrolló nuevas industrias como la del cobre, el estaño o el aluminio. Las empresas petroleras explotaron nuevos yacimientos y nacieron grandes empresas del sector eléctrico (Philips, Siemens). En la industria química destacaron la fabricación de tintes, explosivos, productos farmacéuticos, caucho sintético. La industria alimentaria crecíó gracias a las conservas, lo que permitíó el desplazamiento de alimentos a larga distancia.
– El transporte: Se pusieron en funcionamiento los ferrocarriles transcontinentales en Estados Unidos y Rusia, el tranvía eléctrico y el metro (Londres, 1887). En los barcos se introdujo la hélice, el motor diésel y el casco de acero. Los primeros automóviles surgieron en Alemania (Benz y Daimler), y en 1903 los hermanos Wright realizaron el primer vuelo en aeroplano

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *