Causas y consecuencias de la caída de la primera república

En España a la revolución de 1854 se denomina la “Vicalvarada”. Fue iniciada por el general
O’Donnell defensor de las ideas moderadas, pero también del juego limpio. Este general suscribe el “Manifiesto de Manzanares” (redactado por Cánovas), en el que se pide una ampliación del voto, nuevas Cortes… en este movimiento revolucionario aparecen también los progresistas que animaron a las masas para que participaran en la revolución.  El estallido se produce en Julio y hay enfrentamientos entre las tropas de O’Donnell y los fieles al gobierno.
O’Donnell se retira hacia Andalucía buscando más apoyos aunque ya los progresistas habían conseguido hacerse con Madrid y las principales capitales. En estas circunstancias la reina confía el poder al progresista
Espartero que vuelve del exilio para hacerse cargo del gobierno. Espartero se niega a emplear mano dura y los motines se suceden en Barcelona y en el Valle del Duero. BIENIO: Mientras los progresistas, desde las Cortes, aprueban una serie de medidas: – Medidas anti-eclesiásticas: prohibición de procesiones, confiscaciones a la iglesia, expulsión de los jesuitas. – Se aprueba la Ley General de Ferrocarriles (1855) que regulaba su construcción y en la que se cometieron algunos errores como el trazado, también por razones estratégicas y geográficas, el ancho de vía es mayor que el europeo. Se ofrecía incentivos para invertir y se aseguran los beneficios a los inversores. – Se aprueban las desamortizaciones de Pascual Madoz (1855) que venía a completar la obra de Mendizábal:  1. Se pone en venta bienes y tierras de instituciones públicas y de la Iglesia. EL volumen de venta duplica a la desamortización  de Mendizábal.  2. Ley bancaria de 1856: con el nacimiento de nuevos bancos con capital extranjeros. 3. Se prepara una nueva Constitución (1856), más avanzada que la de 1845 que reconoce la soberanía nacional, manténía el bicameralismo y ampliaba los derechos del ciudadano pero no pudo ver la luz (nonata) porque en 1856 los moderados vuelven al poder.




 La revolución de 1868: la “Gloriosa” Este alzamiento tuvo lugar en Cádiz el 19 de Septiembre de 1968 al mando de los generales Francisco Serrano, Domingo Dulce y Juan Prim y el almirante Juan Bautista Topete. Los militares difundieron un manifiesto (España con honra) en el que se expónían las razones del levantamiento. La participación popular convirtió el pronunciamiento militar en un movimiento revolucionario que aspiraba a profundas reformas sociales. El pronunciamiento se consolido gracias a la acción de las Juntas revolucionarias locales y provinciales, que propagaron la revolución. El poder político fue ejercido por la Junta Revolucionaria de Madrid que presidido por el general Serrano, y éste se apresuró a tomar medidas para estabilizar la Revolución, como el control de la administración del Estado, la promulgación de los decretos que dieran satisfacción a las demandas de las Juntas revolucionarias y la convocatoria de elecciones a Cortes constituyentes.   Dicha convocatoria abría paso al segundo objetivo en el pacto de Ostende: la configuración jurídico-política de un nuevo régimen por las Cortas. Las elecciones dieron la mayoría a la coalición de unionistas, progresistas y demócratas. Elegidas por sufragio universal, confirmaron en su cargo al general Serrano, al tiempo que preparaban la elaboración de un nuevo texto constitucional. 





6La Primera República (1873-74) La Primera República se extendíó entre el 11 de Febrero 1873 y el 3 Enero de 1874. En tan corto espacio de tiempo que sucedieron al frente de la República hasta cuatro presidentes: Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nícolás Salmerón y Emilio Castelar. La instauración de la Primera República fue la única alternativa a la crisis de la monarquía democrática. Aunque el contexto en el que nacía era claramente hostil: la Hacienda pública se encontraba exhausta y  el ejército dividido ideológicamente con dos conflicto (la tercera Guerra Carlista y el movimiento independentista cubano). 
6.3. La República federal  El intento de Estanislao Figueras de construir una república federal encontró doble oposición, por parte de los republicanos radicales que deseaban una república unitaria y de los federalistas más extremados.  Al dimitir Figueras, Francisco Pi y Margall convocó elecciones generales, enfrentándose a dos graves problemas: – La guerra carlista.- El fracaso electoral de 1872 alentó a los carlistas a la acción militar y la caída de Amadeo de Saboyá y la posterior debilidad de la república les permitíó obtener algunas ventajas militares en el País Vasco, Navarra y Cataluña. En Febrero de 1876 fueron derrotados por los generales Jovellar, Quesada y Arsenio Martínez Campos. – El movimiento cantonalista, fue un brote de los particularismos regionales y locales alentados por los republicanos más exaltados, representaba un sentimiento de protesta ante la uniformidad y el autoritarismo del gobierno central. En Andalucía, los federales tomaron ayuntamientos, constituyeron comités de salvación pública y declararon las ciudades cantones independientes. El movimiento cantonalista evidencio la debilidad del gobierno republicano. Tras la fugaz presidencia de Nícolás Salmerón, Emilio Castelar, actuando con firmeza, llamo al ejército para imponer orden, aplico la pena de muerte, reforzó el poder del Estado y suprimíó el principio federal. 
6.3. La República unitaria. Los generales victoriosos en la campaña cantonalista se convirtieron en los árbitros de la situación. El poder se le acaba a Castelar a comienzos de 1874 y la mayoría republicana quería su caída. Los militares optaron por un golpe de fuerza y el general Manuel Pavía invadíó el Congreso, Castelar dimitíó y se formó un gobierno provisional dirigido por el general Serrano.  Serrano continúo con la línea autoritaria de Castelar y se dispuso a reestablecer el orden público, ilegalizando el republicanismo federal, limitando el derecho de asociación, y la disolución de la Internacional y el cierre de la prensa republicana. Mientras tanto la crítica situación política y militar española favorecíó al Alfonsino. Bajo la dirección de Antonio Cánovas del Castillo que conseguía apoyos sin embargo contrario al parecer de Cánovas, el general Arsenio Martínez Campos precipito su triunfo tras pronunciarse en Sagunto el 29 de Diciembre de 1974 proclamando rey de España al infante Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II.

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