Comparación entre la segunda república y el régimen de franco

TEMA 34. IDEOLOGÍA Y TRANSFORMACIONES INSTITUCIONALES DEL RÉG. DE FRANCO


España una vez acabada la Guerra Civil era una nación arrasada y sobre esas bases se construyó un nuevo estado caracterizado por la centralización del poder en manos de Franco. Otra característica será la persecución de cualquier oposición y el establecimiento de una economía autárquica. Se inicia así la dictadura mas larga de la España contemporánea. Se pretendió institucionalizar el régimen y se fue adaptando a las diferentes coyunturas institucionales. Finalmente vino el aislamiento de la posguerra y la guerra fría que permitieron el reconocimiento de la dictadura apoyada por EE.UU.

El “Nuevo Estado” tiene su origen en la Guerra Civil, cuyos rasgos son opuestos a la República, poseía una base conservadora y reaccionaria que se denominaría Nacional-Catolicismo. Este régimen se proclamó como antimarxista y antiliberal, presentando afinidades con los fascismos europeos como la creación de un partido único, al mando del cual se encontraría el Franco; su figura fue rodeándose de símbolos y lemas que resaltaban su liderazgo.

El anticomunismo abarcaba desde la extrema izquierda revolucionaria hasta la burguesía democrática. El liberalismo fue acusado de ser el culpable de la política anticatólica, de romper la unidad de la patria y de disolver las tradiciones históricas de España. Y la esencia antiliberal provenía del tradicionalismo y del catolicismo, estas ideas fueron tomadas de los carlistas y los valores militares que ponían la unidad de la patria como valor sacrosanto. Se identificaron como antiespañoles a los que apoyaban la democracia, el liberalismo y la autonomía de las regiones.

El régimen recibió un importante apoyo ideológico por parte de la Iglesia católica, quien definió la Guerra Civil como una Cruzada contra los enemigos de España. El estado se declaró confesionalmente católico y la Iglesia recuperó su influencia en la enseñanza y su prestigio social, ejerciendo un dominio absoluto sobre la vida social en España, lo que se conoce como “nacional-catolicismo”.

Además del apoyo del Ejército y la Iglesia, el sistema de Franco contó con el apoyo de la elite administrativa adicta, el respaldo de las fuerzas económicas tradicionales y con el apoyo de las clases medias rurales. Su respaldo entre los jornaleros, el proletariado industrial y las clases medias urbanas que apoyaban la República fue escaso.

En política interior, el predominio de los falangistas en los años iniciales del régimen ha hecho que se denomine etapa “azul” a la comprendida entre 1939 y 1945. En esta época se continúa con el desmantelamiento de la legislación de la República iniciada durante la Guerra Civil en España. A la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) le sigue la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940) y un endurecimiento de los códigos Penal y de Justicia Militar. Se acentúa el control sobre la sociedad a través de asociaciones como Sección Femenina, Frente de Juventudes o el Sindicato.

En 1945, el régimen franquista promulgó el Fuero de los Españoles, declaración de derechos con la pretensión de ser homologado en las democracias occidentales como un “Estado católico, social y de derecho”. Poco después, se promulgaría la Ley de Referéndum Nacional, se pretendió dar una imagen de aperturismo recurriendo al sufragio universal y directo.

En política exterior, se aprecian cambios de actitudes conforme evoluciona el conflicto mundial. Se adoptó una posición de neutralidad para apoyar a las potencias fascistas que eran demasiadas y necesitaban el apoyo económico de Gran Bretaña y EE.UU para superar la crisis provocada por la Guerra Civil.

Las victorias alemanas de 1940, levantaron grandes entusiasmos y alimentaron la creencia en el triunfo final de las potencias del Eje. Ramón Serrano Súñer impuso una política de acercamiento diplomático y económico hacia las potencias fascistas, denominada de no beligerancia. En las entrevistas de Hendaya con Hitler no se llegó a ningún acuerdo y tampoco con Mussolini, en Bordighera. La ayuda económica exigida por Franco eran tan grande y sus pretensiones territoriales tan desmesuradas que no podían satisfacerse sin molestar a la Francia aliada de Hitler. La simpatía de Franco por el Eje se manifestó con el envío de la “División Azul” (18.000 hombres) para luchar en Rusia contra el comunismo

A partir de 1943, con el cambio de signo de la guerra, surgió una política de verdadera neutralidad: se ordenó la retirada de la “División Azul”. Las relaciones con Portugal quedaron afianzadas con la con la constitución del “Bloque Ibérico”, firmado entre Franco y Oliveira Salazar.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, los aliados coincidieron en señalar que no había sitio en la comunidad internacional para un gobierno fascista. Se inició así, una política de aislamiento del gobierno español, que comenzó en 1946, cuando Francia cierra sus fronteras con España y las potencias vencedoras exigen cambios políticos sustanciales, incluida la retirada de Franco. Todo empeoró cuando Stalin consiguió que España fuera considerada como una amenaza para la paz. Inmediatamente fue expulsada de todos los organismos internacionales y los embajadores se marcharon de Madrid, que provocó una reacción nacionalista que fortaleció a Franco. El régimen trató de ser aceptado por la Europa liberal-democrática y fue despojándose de todo el aparato fascistoide, al mismo tiempo hace una llamada a Alberto Martín Artajo, para contrarrestar el peso de los falangistas en el gobierno.

En 1947, se promulga la Ley de Sucesión, declarando a España como una monarquía; pero no se daba entrada a don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, como rey, porque Franco tenía la jefatura del Estado con carácter vitalicio y el poder de elegir a su sucesor.

A partir de 1947, el panorama internacional se despeja, el cambio es propiciado por la “guerra fría” y el enfrentamiento de bloques, los EE.UU contra la URSS. La posición geoestratégica de la Península Ibérica y el anticomunismo del régimen franquista, propiciaron el apoyo de EE.UU. en 1953 se firman unos acuerdos bilaterales, estableciendo diversas bases estadounidenses a cambio de ciertas ayudas económicas. Igual de importante fue la firma con el Vaticano de un Concordato (1953). Significó la legalización de la alianza entre ambos Estados desde el comienzo de la Guerra Civil. En 1955, la España de Franco ingresa en las Naciones Unidas, se rompe así el aislamiento internacional.

Esta época se caracteriza por el inicio del desarrollo económico, a partir de la ayuda que llega desde el extranjero, que supone salir de la autarquía y la crisis de los años cuarenta. Hasta 1957, existió un equilibrio entre el catolicismo político y los falangistas. Destacan políticos como: Alberto Martín Artajo, Joaquín Ruiz Giménez, Jose Antonio Girón, Raimundo… El empate se rompería con la llegada al gobierno de los tecnócratas, miembros del Opus Dei, al frente de estos estaba López Rodó y que ofrecen un programa económico cuya máxima expresión es el Plan de Estabilización (1959).

Las concesiones en lo económico a los tecnócratas son contrarrestadas por Franco, en su política de equilibrios, con la Ley de Principio del Movimiento (1958). Se trata de evitar cualquier veleidad de aperturismo político a monárquicos o tradicionalistas. Los que pensaban que con la liberación económica llegaría a la apertura política, se equivocaban. El régimen continúa con la estructuración política sobre las bases de los principios del Movimiento.

Se tomaron medidas para eliminar rasgos totalitaristas. En 1967, se aprobó la Ley Orgánica del Estado, especie de constitución, en la que España se definía como una “democracia orgánica”. Este mismo año, Manuel Fraga anuncia la Ley de Prensa, se dulcificó la legislación laboral y se toleró la huelga. En 1969, Franco nombró a don Juan Carlos sucesor a título de Rey. En este año estalla una crisis gubernamental provocada por el “asunto Matessa”, fraude financiero y especulativo por parte de una empresa catalana. La transcendencia pública de esto desembocó en la constitución del “gobierno monocolor” presidido por Luis Carrero Blanco, mano derecha del Caudillo y Laureano López Rodó representante del opusdeismo católico.

En conclusión, durante los cuarenta años que dominó el franquismo en España se produjeron diferentes etapas ideológicas pasando de unas ideas totalitarias hasta una cierta apertura al final de esta etapa, todo esto siempre condicionado por la política internacional.

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