Diferencia entre liberales moderados y exaltados

DETALLA LAS FASES DEL CONFLICTO ENTRE LIBERALES Y ABSOLUTISTASDURANTE EL REINADO DE Fernando VII
El reinado de Fernando VIl se caracterizó por la vuelta al absolutismo, con laexcepción de un breve periodo de tres años (1820-1823) conocido como Trienio Liberal.Podemos dividirlo en tres etapas, que explicaremos centrándonos en el conflicto entreliberales y absolutistas. Son las siguientes:
3.1.- El Sexenio Absolutista: el regreso de Fernando VIl, la restauración delAntiguo Régimen y la represión del Liberalismo (1814-1820)

Cuando en 1814 Fernando VIl regresó a Madrid, tanto liberales como absolutistasesperaban al monarca «Deseado». Pero un grupo de diputados absolutistas (los liberales lesllamabanserviles») de las Cortes de Cádiz tomaron la iniciativa: presentaron al Rey elconocido como Manifiesto de los Persas («Majestad, era costumbre entre los antiquospersas…»), un documento en el que le instaban a restaurar el Absolutismo y a derogar laConstitución de 1812 y toda la legislación de Cádiz.Dos meses más tarde, Fernando VIl, rodeado de antiliberales y con el apoyo de losprincipales mandos del Ejército, aceptó la propuesta absolutista y derogó la Constitución y losdecretos de Cádiz. A continuación comenzó una violenta persecución y represión contra losliberales, que se vieron obligados a exilarse en Francia o en Inglaterra y a refugiarse en la clandestinidad, en sociedades secretas como la Masonería. Pero siguieron conspirando para derrocar el Absolutismo, recurriendo sobre todo a los pronunciamientos militares!

3.2.- El Trienio Liberal (1820-1823)


A pesar de la persecución y la represión que sufrían los liberales, intentaron siempre acabarcon el Absolutismo de Fernando VIl y recuperar la Constitución de Cádiz. Pero los fracasosfueron tantos como los intentos. En 1820 sin embargo, triunfó el pronunciamientoencabezado por Rafael del Riego, el comandante de las tropas españolas que debían embarcarhacia América para reprimir los movimientos independentistas que se estaban produciendo por aquellas fechas. Este destacamento militar se encontraba acantonado en la localidad de Las Cabezas de San Juan, en la provincia de Sevilla. Y precisamente en esa localidad, el 1 de Enero de 1820, se pronunció Riego en favor de

restaurar la Constitución de Cádiz. Las más importantes ciudades de España y cuarteles militares se adhirieron a la insurrección y a Fernando VIl no le quedó más remedio que aceptar el regreso del Liberalismo. Comenzaba de esta manera un periodo de tres años conocido como Trienio Liberal (1820-1823). En este tiempo se recuperó la Constitución de 1812 y se tomaron  varias medidas para desmantelar definitivamente el Antiguo Régimen.


Pero en la práctica la mayoría de esas medidas no pudieron aplicarse por la obstaculización del Rey, que aplicaba el veto suspensivo de dos años que le otorgaba la propia Constitución, y porque los liberales comenzaron a dividirse en dos tendencias: 

~Los moderados o doceañistas (recibían este nombre por haber protagonizado la revolución de 1812) defendían la herencia de Cádiz, pero aceptaban entenderse con las élites del Antiguo Régimen.
~Los exaltados o veinteañistas (se denominaban así por haber tomado parte en el pronunciamiento de 1820), eran contrarios al pacto con la antigua élite y partidarios de la revolución. A partir del verano de 1822, los denominados realistas emprendieron, con la complicidad del rey, acciones muy violentas encaminadas a restablecer el Antiguo Régimen. Al final, la intervención de un ejército extranjero enviado por las potencias absolutistas de la Santa Alianza, invadíó la península en Abril de 1823 y con la ayuda de voluntarios españoles terminó con Trienio Liberal y restauró el Absolutismo en España. Este ejército, mayoritariamente francés, es el conocido como Los Cien Mil Hijos de San Luis.

3.3.- La vuelta al Absolutismo: la Ominosa Década (1823-1833)


Los diez años que quedan entre 1823, con la caída del Trienio Liberal, y 1833, con la muerte de Fernando VIl, son conocidos como la «Década Ominosa» (abominable, despreciable), que se distinguíó por la recuperación del Absolutismo, con la consiguiente persecución y represión de los liberales y constitucionalistas. Rafael del Riego fue condenado a muerte y ejecutado en la horca y otra vez los liberales más destacados tuvieron que exiliarse. A partir de 1825, sin embargo, Fernando VIl se vio obligado a hacer algunas reformas limitadas -al estilo del Despotismo Ilustrado del XVIII– que eran inevitables, y que están justificadas por la pérdida de los territorios americanos (excepto las islas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas), con los que se perdían también enormes ingresos. Esto generó una gravísima crisis económica en una España ya en crisis y obligaba a la Monarquía a cambiar toda su política interior y exterior. Pero esas reformas de las que hablamos no gustaron a los sectores más conservadores Y reaccionarios, que, exigiendo una vuelta más pura al régimen señorial, se posicionaron con el hermano del Rey, el infante Carlos María Isidro. Por su parte, los liberales, tanto los del interior como los exiliados, seguían conspirando para derribar el régimen; famosos fueron los intentos del General Torrijos o el de Mariana Pineda, que, tras su fracaso, acabaron ejecutados en Málaga y Granada respectivamente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *