Dominio Global y Conflicto: Imperialismo, Colonialismo y el Camino a la Primera Guerra Mundial

El Imperialismo y el Colonialismo: Expansión Europea y sus Consecuencias

La expansión imperialista, que abarcó desde el último tercio del siglo XIX hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914), significó la dominación europea sobre vastas extensiones de Asia, África y Oceanía.

La Revolución Industrial transformó a Europa en un continente rico y poderoso, impulsándola a la conquista global. Esta fase de expansión europea es conocida como imperialismo colonialista.

Denominamos imperialismo al dominio, generalmente económico y territorial, de un país sobre otro.

El colonialismo es una de las consecuencias directas del imperialismo. Consistió en el control de las principales potencias industriales europeas sobre territorios y naciones de África, Asia y Oceanía, donde la metrópoli (país colonizador) explotaba en su beneficio estos territorios, denominados colonias.

Causas del Imperialismo

  • Causas Económicas: El auge de la industria, que producía bienes con mayor rapidez y en grandes cantidades, generó la necesidad de nuevos mercados para vender manufacturas y obtener materias primas de forma ventajosa. Esto se lograba, en parte, empleando mano de obra indígena más barata que la de los colonizadores. Además, la saturación de los mercados nacionales posibilitó la inversión de capitales excedentes en las colonias.
  • Causas Políticas: Algunos países buscaron afirmar su prestigio internacional, especialmente tras sufrir derrotas (ej.: Francia). Otros se lanzaron a la aventura colonial por motivos estratégicos, buscando asegurar rutas marítimas y puntos clave para el comercio y la defensa.
  • Causas Demográficas: La ocupación de estos territorios coloniales propició la emigración de aproximadamente 40 millones de europeos a otros continentes. Funcionarios y empleados de la metrópoli, en muchos casos, se establecieron de forma permanente en las colonias.
  • Causas Ideológicas: Misioneros católicos y protestantes llevaron su fe religiosa a las nuevas tierras, practicando una «misión civilizadora» que implicaba la imposición de la cultura europea, considerada superior a la indígena. El colonialismo también impulsó la exploración de nuevas regiones del planeta.

Todos estos factores se vieron favorecidos por la expansión de medios de transporte y comunicaciones eficaces (ferrocarril, barco de vapor, construcción del Canal de Suez, telégrafos, etc.). Asimismo, contribuyeron al impulso colonizador las nuevas armas más potentes y el control de ciertas enfermedades tropicales gracias a los avances médicos.

Los Imperios Coloniales y su Expansión

Durante el último tercio del siglo XIX (aproximadamente a partir de 1870) y hasta los comienzos de la Primera Guerra Mundial (1914), los países más industrializados de Europa, especialmente Gran Bretaña y Francia (que construyeron los mayores imperios coloniales), llevaron a cabo la parte más significativa de su política imperialista. Otros países como Bélgica, Italia, Alemania, Rusia, Estados Unidos, etc., también implementaron políticas expansionistas y colonizadoras adaptadas a sus intereses y posibilidades.

La formación de una colonia comenzaba con su ocupación militar, continuaba con la organización política y concluía con su explotación económica. La ocupación del territorio solía ser fácil y rápida, y era necesario comunicarla al resto de los países para que se reconocieran los derechos del ocupante.

Tipos de Dominio Colonial

  • Colonias: Los territorios ocupados estaban, por lo general, regidos por personas procedentes del Imperio (la metrópoli), quienes, apoyados en su ejército, controlaban y explotaban los recursos de las colonias. Los habitantes locales quedaban sometidos a la potencia colonial. En África, donde abundaban estructuras tribales sin un estado organizado, la mayor parte del territorio fue repartido como colonias.
  • Dominios: En aquellos territorios con una importante migración de población europea, que en muchos casos se convirtió en la población mayoritaria, la metrópoli les otorgaba una autonomía interna. Sin embargo, en la política internacional, dependían del país colonizador. Fue el caso de Canadá, Australia y Nueva Zelanda, controlados por el Reino Unido.
  • Protectorados: Normalmente en territorios que ya poseían un estado organizado, a la potencia colonial le interesaba una rápida ocupación manteniendo el gobierno indígena. Este era forzado a un pacto por el cual los nativos conservaban el control interno, pero el país colonizador se reservaba la explotación de los recursos y la dirección de la política exterior. Egipto es un ejemplo de esta forma de dominio colonial.
  • Concesiones: Eran ventajas comerciales que las potencias imperialistas obtenían de países independientes. Las potencias coloniales se repartían en «áreas de influencia», obteniendo la cesión de puertos donde establecer, en forma de monopolio, intercambios comerciales. Fue el caso de China.

El Reparto de África

Hasta la Conferencia de Berlín (1884-1885), el territorio africano no experimentó muchas variaciones fronterizas. En la parte occidental atlántica, Francia tenía una gran presencia; en la oriental, Gran Bretaña e Italia. En el Sur, junto a los portugueses, se unieron desde el siglo XVII los holandeses y, más tarde, los ingleses desde comienzos del XIX. En el centro, destaca la presencia alemana y la belga en torno al río Congo.

La rivalidad entre las grandes potencias europeas por obtener colonias fue tan evidente que tuvieron que convocar la Conferencia de Berlín (1884-1885) para decidir el reparto de África.

Las principales líneas de expansión europea en África fueron:

  • Gran Bretaña: Pretendió crear un imperio continuo entre El Cairo y El Cabo. Para ello, remontaron el Nilo, ocuparon la zona de los Grandes Lagos y enlazaron con la expansión que desde el Sur (El Cabo) alcanzaba el valle del río Zambeze. Se encontraron con los franceses en Fachoda, lo que estuvo a punto de provocar una guerra colonial entre ambas naciones. También tuvieron conflictos con Portugal, que buscaba unir sus dos colonias (Angola y Mozambique), y con los bóeres holandeses en el sur.
  • Francia: Partió desde Senegal y Argelia, intentando formar un imperio continuo de oeste a este. Además del incidente con los ingleses en Fachoda, la expansión francesa hacia Marruecos provocó conflictos con Alemania.

El Reparto de Asia

En este continente chocaron los intereses coloniales de Gran Bretaña, Francia, Rusia y Japón.

  • Gran Bretaña: Poseía la India, Ceilán, Birmania y Hong Kong (cedida hasta 1997).
  • Francia: Intervino en Indochina (Camboya, Laos y Vietnam).
  • Japón: Se expandió por Corea y Formosa.
  • Países Bajos: Controlaba Sumatra y Java.

En el caso del Imperio Chino, ninguna potencia europea estuvo interesada en conquistarlo en su totalidad, pues hubiera sido demasiado costoso. Fue dividido en zonas de influencia (británicas, francesas, alemanas, italianas, etc.) en las que obtenían concesiones comerciales preferentes y libertad para su explotación, mientras se mantenía la autoridad del emperador chino.

Los Grandes Imperios Coloniales

  • El Imperio Británico: Se constituyó como el más extenso de la historia. Sus colonias estaban repartidas por todos los continentes y localizadas en puntos estratégicos fundamentales (Gibraltar, Suez, Hong Kong, Singapur), dominando así las rutas comerciales. En África, Gran Bretaña avanzó desde Ciudad del Cabo, al sur, hasta enlazar con El Cairo en Egipto. En Asia, tuvo colonias tan importantes como la India, Ceilán o Birmania. Su inmenso imperio se completaba con la posesión de Canadá y gran parte de Oceanía.
  • El Imperio Francés: Le siguió en importancia. Ocupó importantes territorios de África: Argelia, Túnez, el protectorado de Marruecos, Senegal o Madagascar, entre otros. En Asia, su gran adquisición fue la Unión Indochina.
  • Alemania e Italia: Se incorporaron más tarde a la expansión colonial porque hasta 1870 no lograron su unificación. Ambos países consiguieron territorios en África, pero el ansia expansionista alemana y sus fricciones con Francia generaron fuertes tensiones en el camino hacia la Primera Guerra Mundial.
  • Otros Imperios: Bélgica, Portugal, Holanda o España también participaron en el avance colonial. Rusia amplió los límites de sus fronteras al incorporar Siberia y llegar hasta la India o China. Fuera del continente europeo, Estados Unidos y Japón también se lanzaron a la carrera imperialista. Estados Unidos, tras derrotar a España, consiguió Filipinas, Puerto Rico y Cuba. Japón se expandió por Asia, enfrentándose a China y Rusia, anexionando Formosa, Corea y obteniendo el protectorado sobre Manchuria.

Consecuencias del Imperialismo

  • Económicas:
    • Las poblaciones indígenas perdieron la propiedad de sus tierras.
    • Los europeos sustituyeron los variados cultivos tradicionales por plantaciones de un único cultivo destinadas a la exportación a países industriales.
    • Los europeos extraían materias primas sin compensar adecuadamente a los indígenas.
    • Se impidió la industrialización de las colonias para que la población autóctona tuviera que comprar los productos industriales europeos.
  • Políticas:
    • Las rivalidades coloniales fueron una de las causas principales de la Primera Guerra Mundial.
    • Sometimiento de la población indígena a gobernantes europeos.
    • Distribución artificial de los territorios y trazado de fronteras, sin tener en cuenta las áreas tribales tradicionales, lo que generó conflictos futuros.
  • Sociales y Demográficas:
    • Los indígenas fueron obligados a trabajar en las explotaciones europeas a cambio de salarios muy bajos, a pesar de que la esclavitud estaba prohibida.
    • Se introdujeron mejoras sanitarias, lo que redujo la mortalidad.
    • Se produjo un desequilibrio demográfico: al reducirse la mortalidad sin una disminución proporcional de la natalidad, la población experimentó un elevado crecimiento, beneficiando a los europeos con mano de obra abundante y barata.
  • Culturales:
    • Racismo: Los indígenas fueron considerados seres inferiores a los occidentales.
    • Imposición de la lengua, costumbres y religión europeas, lo que llevó a la pérdida de las tradiciones culturales indígenas.

La Paz Armada: Tensiones Internacionales Previas a la Primera Guerra Mundial

El periodo comprendido entre 1871 y 1914 se conoce como Paz Armada, porque, aunque se invirtió masivamente en el desarrollo de efectivos militares, apenas hubo guerras a gran escala en Europa.

El crecimiento económico impulsado por la Revolución Industrial y la explotación colonial había elevado a las grandes potencias a un alto nivel de desarrollo. Sin embargo, esto también generó una enorme competencia y rivalidad entre ellas, poniendo fin a la «teoría del equilibrio» que había caracterizado a la Europa del siglo XVIII. A partir de la unificación de Alemania, el panorama cambió drásticamente, sobre todo por el afán de este país en conseguir su supremacía en el continente.

Desde 1871 hasta el estallido de la guerra en 1914, las tensiones y rivalidades entre las potencias europeas no hicieron sino crecer, azuzadas por intereses económicos, coloniales y nacionalistas. Tales tensiones favorecieron el rearme y la formación de bloques de alianzas preparados para una posible guerra. Era el tiempo de la Paz Armada.

Se pueden diferenciar dos etapas principales:

  1. La Era Bismarck (1872-1890): Alemania fue el árbitro europeo gracias a la hábil política diplomática y el empleo de la fuerza disuasoria por parte de Otto von Bismarck. Logró mantener a Francia aislada, una correcta relación con Gran Bretaña, así como con Austria-Hungría y Rusia, y al mismo tiempo evitó que estas últimas se entendieran con Francia.
  2. Formación de Bloques y Carrera Armamentística (a partir de 1890): Con la retirada de Bismarck de la política, surgió un periodo de crecientes tensiones en las relaciones internacionales y un aumento de la carrera armamentística, lo que llevó a la formación de dos grandes bloques de alianzas:
    • La Triple Entente: En 1904 se firmó en Londres la Entente Cordiale entre Francia (que aceptó el protectorado británico en Egipto) y Gran Bretaña (que reconoció los derechos franceses sobre Marruecos). En 1907, Rusia se unió a la Entente, dando origen a la Triple Entente, conformada por Francia, Gran Bretaña y Rusia.
    • La Triple Alianza: Se formó cuando al acuerdo de ayuda mutua que ya existía entre Austria-Hungría y Alemania, se sumó Italia en 1882.

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