El Bienio Reformista: Transformaciones Clave en la Segunda República Española

El Bienio Reformista (1931-1933): Un Periodo de Profundas Transformaciones en la Segunda República Española

El Bienio Reformista de la Segunda República Española, que abarcó desde diciembre de 1931 hasta septiembre de 1933, estuvo marcado por la presidencia de la República de Niceto Alcalá-Zamora y la presidencia del Consejo de Ministros de Manuel Azaña. Este periodo se caracterizó por una ambiciosa agenda de cambios, impulsada por la coalición republicano-socialista. Las principales reformas implementadas fueron:

1. La Reforma del Ejército

La reforma del Ejército pretendía crear una fuerza armada profesional y democrática, fiel al nuevo régimen republicano y con un menor número de jefes y oficiales. Para ello, se exigió el juramento de fidelidad a la República y al ordenamiento constitucional, permitiendo a quienes se negaran optar por el retiro voluntario con paga completa. Además, se suprimió la mitad de las regiones militares y se anularon buena parte de los ascensos producidos durante la Dictadura de Primo de Rivera. Como resultado, el Ejército español redujo el número de oficiales a 12.000. La reacción de una parte del Ejército provocó el levantamiento de Sanjurjo en agosto de 1932, conocido como la Sanjurjada, el primer golpe de Estado contra la República. Este intento fue rápidamente anulado y la mayoría de los militares implicados fueron detenidos.

2. El Problema Religioso y la Laicidad del Estado

Los intentos de la República para limitar la influencia de la Iglesia y convertir a España en un Estado laico quedaron plasmados en la Constitución de 1931, que estableció la separación de Iglesia y Estado. Una de las medidas más significativas fue la prohibición a las órdenes religiosas de impartir enseñanza, buscando así secularizar la educación y reducir el poder eclesiástico en este ámbito.

3. La Reforma Agraria: Un Desafío Histórico

La reforma agraria fue considerada la medida estrella del Bienio Reformista, dada la importancia del sector primario, al que se dedicaba el 45,5% de la población activa. Previamente, durante el Gobierno Provisional, se habían adoptado algunas medidas para mejorar las condiciones de los campesinos, como los Decretos de Términos Municipales y de Laboreo Forzoso.

  • El Decreto de Términos Municipales obligaba a los patronos a emplear a los braceros vecinos del municipio en los trabajos agrícolas, lo que posibilitó la subida de salarios en el campo.
  • El Decreto de Laboreo Forzoso establecía la expropiación de aquellas tierras que los propietarios dejaran de cultivar, las cuales serían entregadas a organizaciones de campesinos. Además, se implantó el Seguro de Accidentes y la jornada de 8 horas en el sector agrícola.

La Ley de Reforma Agraria de 1932 pretendía resolver un problema histórico de España: la tremenda desigualdad social existente en la mitad sur del país. En esta zona, unos 11.000 propietarios poseían grandes latifundios, mientras que casi 2 millones de jornaleros carecían de tierras.

El método escogido para la reforma fue la expropiación con indemnización de una parte de los latifundios (aquellos mal explotados, los que estando en zonas de riego no hubiesen sido convertidos en regadío, o los que estuvieran en manos de absentistas —propietarios que no residían en la explotación y la gestionaban a través de arrendadores— o especuladores —quienes no la trabajaban y la vendían cuando subía el precio—). Por otro lado, se estableció la expropiación sin indemnización de las tierras de los Grandes de España, debido a su implicación en la Sanjurjada. Estas propiedades serían entregadas en pequeños lotes de tierra a los jornaleros.

Limitaciones y Frustraciones de la Reforma Agraria

A pesar de su ambición, la reforma agraria generó una gran frustración entre los campesinos debido al retraso en la elaboración de la ley y la lentitud del Instituto de Reforma Agraria (IRA) en su aplicación. Los efectos de la Ley de Reforma Agraria fueron muy limitados; cuando el proceso se detuvo en 1934, solo se habían asentado 12.000 nuevos propietarios. Las razones de este fracaso fueron:

  • El Instituto de Reforma Agraria (IRA), encargado de aplicar la ley, fue dotado de unos recursos humanos y económicos insuficientes. Se le asignaron solo 50 millones de pesetas, una cantidad muy escasa para la magnitud de la tarea, debido a la falta de dinero de la Hacienda Pública.
  • Esta ausencia de recursos económicos se agravó debido a que el Banco Nacional de Crédito Agrícola, creado para financiar la reforma, fue boicoteado por la banca privada, la cual estaba vinculada con los terratenientes.

El fracaso de la reforma agraria fue una de las causas principales de la agitación social del periodo 1933-1934, ya que el anuncio de la reforma había generado en muchos jornaleros la expectativa de una rápida entrega de tierras. Esto llevó a la radicalización de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT) de la UGT, a la que se habían afiliado numerosos jornaleros con la promesa del reparto de tierras. La FNTT se situó en la vanguardia de la radicalización socialista, lo que finalmente conduciría a la ruptura de la coalición republicano-socialista.

4. La Configuración del Estado Autonómico

Para la configuración de un Estado que permitiera a las regiones con aspiraciones nacionalistas tener una organización propia, se empezaron a elaborar los Estatutos de Autonomía. En Cataluña, el Estatuto fue aprobado por las Cortes en septiembre de 1932. El régimen autonómico catalán contaba con un Gobierno y un Parlamento propios, con competencias en materias económicas, sociales, educativas y culturales, y se reconocía la cooficialidad del catalán. En el País Vasco, el proceso autonómico siguió un ritmo más lento y su Estatuto no fue aprobado hasta 1936.

5. La Reforma de la Enseñanza

La reforma de la enseñanza fue crucial, considerando que el 44% de los españoles eran analfabetos. El objetivo principal era promover una educación liberal y laica. Durante la Segunda República, se habilitaron cerca de 5.000 nuevas escuelas y se contrataron 7.000 nuevos maestros. La religión dejó de ser una asignatura obligatoria en las escuelas públicas. Además, se crearon las Misiones Pedagógicas, iniciativas culturales encaminadas a difundir la cultura y la educación en las zonas rurales más desfavorecidas.

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