Sistemas de Alianzas y la Paz Armada
Introducción
Otto von Bismarck, canciller de Alemania, planeó, entre 1870 y 1890, una serie de pactos con otros países con la finalidad de buscar la paz en Europa. El eje central de estos pactos era aislar a Francia, que buscaba vengarse por la derrota en la guerra franco-prusiana de 1870, en la que perdió Alsacia y Lorena y quería recuperarlas. Bismarck sabía que Alemania no podía formar un imperio colonial, ya que Gran Bretaña lo veía como una amenaza.
Los Sistemas Bismarckianos
El primer pacto, la Liga de los Tres Emperadores, duró desde 1873 hasta 1878. Los países que se unieron en esta alianza fueron Alemania, Rusia y Austria-Hungría, todos ellos enemigos del movimiento obrero y de la república. La ruptura de este pacto se produjo por la tensión entre Rusia y Austria-Hungría debido a la cuestión de los Balcanes, que pertenecían al Imperio Otomano, del cual se estaban independizando. En 1878, Rusia declaró la guerra a Turquía, venciendo y liberando Serbia y Bulgaria. Austria-Hungría, ante el temor de que Rusia lo conquistara todo, tomó el control temporal de Bosnia.
Bismarck inició una nueva alianza en 1879, donde Alemania y Austria-Hungría se unieron, y más tarde Italia en 1882, formando la Triple Alianza. La preocupación de Bismarck era tener que dividir su ejército para enfrentarse a Francia y Rusia. Bismarck firmó un pacto secreto entre Rusia y Alemania, el cual se mantuvo vigente hasta 1890. En este año, Bismarck tuvo que abandonar su cargo de canciller por problemas con el emperador Guillermo II, ya que este último defendía que Alemania entrara en la carrera por el imperio colonial.
Conflictos Coloniales y la Paz Armada
Entre 1890 y 1914, se desarrolló un periodo conocido como la Paz Armada. Se denomina así debido a la creciente tensión entre las grandes potencias europeas, que se dividieron en dos bloques irreconciliables, y al intenso rearme que se produjo entre ellas. En 1892, Rusia y Francia firmaron un pacto de ayuda mutua en caso de una supuesta guerra contra Alemania o Austria-Hungría.
Una vez que Gran Bretaña solucionó sus conflictos coloniales con Rusia en Persia y con Francia en África, se unió a Francia en 1904 (formando la Entente Cordiale) y, posteriormente, con la adhesión de Rusia en 1907, se formó la Triple Entente.
Hubo numerosos conflictos por el control de África. El más importante surgió cuando Alemania conquistó Tanganica en el África Oriental, lo que provocó un gran enfado en Gran Bretaña. Otros conflictos clave tuvieron lugar en Marruecos entre Alemania y Francia. En 1905, Alemania ofreció ayuda al sultán marroquí para defenderse de los franceses. Se celebró la Conferencia de Algeciras en 1906 para solucionar los conflictos, donde se decidió que Marruecos pasaría a ser un protectorado controlado por España y Francia. En 1911, al no solucionarse el problema, Alemania volvió a intervenir en Marruecos, aprovechando la revuelta bereber. El conflicto se solucionó cuando Francia cedió Camerún a Alemania, y esta última abandonó sus pretensiones sobre Marruecos.
Conflictos Balcánicos: El Polvorín de Europa
Las tensiones entre Austria-Hungría y Rusia continuaron durante el periodo de la Paz Armada, principalmente por la cuestión de los Balcanes. En 1908, Austria-Hungría dejó de tener el control temporal de Bosnia y la anexionó, para no perder lo que había conseguido. Serbia protestó con el apoyo de Rusia, ya que en Serbia existía una monarquía nacionalista que aspiraba a unificar a todos los pueblos eslavos del sur. La guerra estuvo a punto de estallar, pero Gran Bretaña convenció a los rusos para que cesaran la presión.
En 1912, varios países balcánicos (Serbia, Grecia y Bulgaria) formaron una alianza contra el Imperio Otomano. Vencieron y expulsaron a los turcos de los Balcanes, excepto de Estambul. Serbia esperaba conseguir una salida al mar, pero se creó un nuevo país en la costa, llamado Albania. En 1913, surgió una segunda guerra entre los países balcánicos, lo que fortaleció a Serbia y aumentó el grado de amenaza para Austria-Hungría.
En 1914, un terrorista nacionalista eslavo asesinó al heredero austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando, el 28 de junio en Sarajevo. Austria-Hungría, con la intención de frenar a los serbios, les declaró la guerra. Este acto desencadenó la activación de todas las alianzas, dando lugar al inicio de la Primera Guerra Mundial.
La Primera Guerra Mundial: Causas, Desarrollo y Consecuencias
Introducción
El asesinato del archiduque Francisco Fernando el 28 de junio de 1914 en Sarajevo fue el detonante que Austria-Hungría utilizó para declarar la guerra a Serbia. Este acto desencadenó la activación de las alianzas, arrastrando a muchos más países al conflicto. Los principales bandos que se formaron fueron: por un lado, las Potencias Centrales (inicialmente la Triple Alianza, compuesta por Alemania, Austria-Hungría e Italia, aunque Italia se unió a los Aliados más tarde); por otro lado, los Aliados (inicialmente la Triple Entente, formada por Rusia, Francia y Gran Bretaña), a los que se unieron Bélgica (tras la invasión alemana) y Japón. Esta guerra involucró a grandes potencias industriales y arrastró a sus colonias al conflicto. Los europeos vivieron con entusiasmo el estallido de la guerra, influenciados por la propaganda patriótica que les hacía creer que sería un conflicto rápido y corto.
La Guerra de Movimientos (1914)
Durante el verano de 1914, los alemanes pusieron en marcha el Plan Schlieffen, dirigido por el general Von Moltke, que consistía en invadir Bélgica para sorprender a británicos y franceses y obtener una victoria rápida. Esto implicaba desproteger la frontera con Rusia, confiando en que el movimiento de tropas rusas sería más lento. Sin embargo, británicos y franceses, dirigidos por el general Joffre, consiguieron frenar a los alemanes en la Batalla del Marne. Así, el frente occidental quedó establecido como una línea inamovible desde el mar del Norte hasta Suiza, que no se movió durante toda la guerra. Mientras tanto, en el frente oriental, los rusos estaban invadiendo Prusia y Austria, hasta que dos generales alemanes, Hindenburg y Ludendorff, los frenaron en la Batalla de Tannenberg.
La Guerra de Posiciones o de Desgaste (1915-1916)
Desde finales de 1914 hasta 1916, la guerra entró en una fase conocida como Guerra de Posiciones o Guerra de Desgaste. El frente de lucha se organizó en hasta tres líneas de trincheras, caracterizadas por su complejidad y el uso de nuevas armas como la artillería pesada, las ametralladoras y los gases tóxicos. En 1915, se añadieron nuevos países al conflicto: Bulgaria se unió a las Potencias Centrales e Italia a los Aliados. La guerra se preveía larga, y todos los países dirigieron su economía hacia el esfuerzo bélico, lo que se conoció como Economía de Guerra. Esto llevó a la miseria en la retaguardia.
En 1915, los británicos atacaron el Imperio Otomano en la Batalla de Galípoli, la cual fue un fracaso y tuvo como consecuencia el genocidio armenio. Esta campaña también tuvo motivaciones coloniales. Los británicos se quedaron con parte de las colonias alemanas en África, y los japoneses con los territorios que Alemania tenía en Asia. En este año, también se unieron al bando de los Aliados Rumanía y Grecia.
1916 fue conocido como el año de las grandes batallas, donde la victoria era casi imposible y, aun así, los ataques se ordenaban. Esto se evidenció en la Batalla de Verdún, donde Alemania atacó y el general Pétain consiguió frenar el avance, y en la Batalla del Somme, iniciada por los británicos.
Desenlace del Conflicto (1917-1918)
En 1917, Estados Unidos se unió a la guerra contra Alemania, debido a los ataques submarinos alemanes a sus buques. Para Estados Unidos era crucial que sus aliados ganaran la guerra, ya que les había prestado grandes sumas de dinero. Rusia abandonó la guerra debido al triunfo de la Revolución Bolchevique. Rusia y Alemania firmaron el Tratado de Brest-Litovsk.
En 1918, Alemania, con los refuerzos del frente oriental, lanzó una gran ofensiva en el frente occidental. Sin embargo, fue finalmente derrotada y el frente volvió a su posición inicial. Alemania sufrió una revolución obrera que derrocó al káiser Guillermo II. El gobierno alemán pidió el armisticio el 11 de noviembre de 1918.