El final de Al-Ándalus

LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA Edad Media:
Al-Ándalus (SIGLOS VIII – XIII)

INTRODUCCIÓN:


En los albores del siglo VII la inestabilidad política en el reino visigodo
era una constante tras haber expulsado a los bizantinos de la Península
Ibérica. Estos enfrentamientos se recrudecieron por parte de las familias
nobiliarias a comienzos del siglo VIII cuando murió Witiza y lucharon por el
poder don Rodrígo y Agila II, hijo de Witiza, momento que aprovecharon los
musulmanes para atacar la Península Ibérica.
En aquel momento los árabes ya dominaban el norte de África e
iniciaron la conquista de la Península Ibérica con un objetivo final: Europa. La
debilidad de los visigodos permitíó a los musulmanes apoderarse fácilmente del
territorio peninsular, donde crearon un Estado que recibíó el nombre de Al-
Andalus, y que mantuvo durante ocho siglos, desde el 711 hasta 1492. Durante
este periodo la Península Ibérica quedó dividida en dos zonas con límites
geográficos cambiantes con sociedades muy diferenciadas
EVOLUCIÓN POLÍTICA: LA CONQUISTA, LOS EMIRATOS Y EL CALIFATO DE
CÓRDOBA
El Islam surgíó en Arabía en el siglo VII con la figura del profeta
Mahoma, esta nueva religión cree en Alá y sigue el libro sagrado del Corán,
libro que contiene la revelación de Alá a Mahoma. Los musulmanes tienen que
orar cinco veces al día, dar limosna, ayunar en el mes de Ramadán y
peregrinar a la Meca una vez en la vida. Mahoma predicó la guerra Santa o
yihad contra los infieles, lo que provocó la expansión musulmana y la llegada a
la Península Ibérica.
LA CONQUISTA
Los musulmanes instalados en el norte de África a finales del siglo VII,
llegan a la península llamados por los Witizanos (facción visigoda enfrentada al
rey Rodrigo para derrocarle), en Abril del 711. Tariq desembarca en Gibraltar
con unos 10.000 hombres, en su mayoría bereberes (indígenas norteafricanos
nómadas y pastores convertidos al Islam) y en la batalla de Guadalete(711) se
enfrentan a los visigodos de don Rodrigo siendo estos derrotados (muerte del
rey y aniquilamiento y huída de sus tropas). Animados por aquel éxito deciden
proseguir su avance por la península, dirigíéndose hacia Toledo, la capital
conquistándola. Al año siguiente desembarcó Muza con 20.000 soldados

árabes y sirios para tomar Sevilla y posteriormente llegando hasta Mérida. En
poco tiempo caen Zaragoza, valle del Ebro, Levante, Portugal, la meseta sur y
norte y sólo se detiene en la Cordillera Cantábrica al ser rechazados por los
astures en la batalla de Covadonga (722). Por el este llegan hasta Poitiers, en
el reino Franco, pero son derrotados en Poitiers (732) y se repliegan a la
Península Ibérica.
La conquista musulmana fue muy rápida por varios motivos:
– Los hispanos no ofrecieron resistencia a los musulmanes pues
significaba cambiar de amos (vivían en un régimen de servidumbre)
– El respeto y la tolerancia que manifestaron los conquistadores.
– Cuando los musulmanes no podían con un territorio por las armas,
pactaban con sus gentes o autoridades. Parece que este sistema de
capitulaciones y rendimientos acordados entre señores godos y
conquistadores musulmanes fue frecuente (Ej. Teodomiro en Murcia)
– Conservaban sus bienes personales y propiedades manteniendo la
religión cristiana, previo pago de impuestos.
– El apoyo de los judíos frente a los cristianos.
En esta invasión participaron un grupo minoritario de árabes y sirios que
constituían la élite y se apropiaron de las mejores tierras (valle del
Guadalquivir, valle del Ebro y Levante) y una mayoría de bereberes, indígenas
norteafricanos convertidos al Islam, que se establecieron en las zonas más
pobres de Hispania (meseta castellana, zonas montañosas de Andalucía y sur
de Portugal) y se les alejó de los puestos del gobierno.
La ocupación musulmana de la Península Ibérica supuso la Islamización
de forma gradual, del territorio y de la población. La Islamización fue un
proceso de incorporación a la cultura islámica que supone la asimilación de sis
creencias religiosas, sus tradiciones y el derecho islámico.
LOS EMIRATOS
Como consecuencia de la invasión musulmana surge una nueva
provincia del mundo islámico: al-Ándalus, nombre que dieron los musulmanes
al territorio conquistado.
Se constituía así un emirato dependiente de Damasco (711- 755)
. El
máximo mandatario es un walí o emir que dependía en lo político y en lo
religioso del califa
Omeya de Damasco. Su capital primera fue Sevilla, pero
pronto pasó a Córdoba.
Los musulmanes realizaron algunas incursiones al norte de la península,
pero fueron derrotados en la escaramuza de Covadonga (722). También
penetraron en territorio Franco pero fueron derrotados en Poitiers (732).
En esta época se hizo el reparto de tierras entre los conquistadores.
Fueron muy frecuentes las disputas entre los bereberes y la élite dirigente
árabe.
A mediados del siglo VIII, los Omeyas fueron derrotados por los abasíes
que se hicieron con el Califato y trasladaron la capital de Damasco a Bagdad.
Abd-al-Rahmán I, omeya, logró escapar y llegó hasta Al-Ándalus, se proclamó
emir y rompíó en lo político con los califas abasíes, aunque seguía
dependiendo en lo religiosos. Es el período del emirato independiente (756
929)

Como el panorama era de casi Guerra Civil, toma una serie de medidas
para fortalecer su poder: crea un ejército profesional de mercenarios, nombra
cadíes para la administración de justicia, crea el cargo de primer ministro
(hachib)
Y de ministros (visires)… Realiza una reforma económica, ejecutando
una mayor recaudación de impuestos. El centro de poder estaba en la ciudad
de Córdoba, donde inicia la construcción de una gran mezquita.
La llegada al poder de Abderraman II en 822 permitíó la reorganiación
del emirato y el contraataque a través del sistema de razias, que eran
incursiones en el territorio enemigo, especialmente con fines destructivos o de
saqueo.
Con sus sucesores (Hixen I, al-Hakan I, etc.) se suceden múltiples
sublevaciones.
EL CALIFATO DE CÓRDOBA
Cuando Abd-al- Rahmán III sube al trono en el 912, el panorama es
desolador: no hay dinero en las arcas del Estado, son continuas las
sublevaciones, hay crisis económica. Logra pacificar al- Andalus. En el 929
decidíó proclamarse califa, cargo de máxima autoridad política y religiosa,
separándose en lo religioso de Bagdad, iniciándose el periodo del Califato de
Córdoba (929 -1031)

Durante su reinado se alcanzará el mayor esplendor
político, militar, económico y cultural de Al-Ándalus.
Logró que todos los gobernadores le rindieran vasallaje, le pagaran los
tributos y le ayudaran militarmente contra los cristianos del norte. Los reyes
cristianos le pagaban fuertes tributos para no ser atacados. Ocupó Ceuta y
Melilla y tenía relaciones amistosas con el emperador germánico y bizantino.
Residía en Córdoba, la mayor ciudad de Occidente y construyó la ciudad
palacio de Madinat-al-Zahra.
Hisham II, delegó el poder durante su minoría de edad en su hachib,
Almanzor que organizó unas 50 expediciones contra los cristianos del norte, en
busca de botín (razzias)
Después de su muerte en 1002, comienza la decadencia del califato,
que va a vivir auténticas guerras civiles y que terminó por desaparecer en
1031, fragmentándose en numerosos reinos, llamados de Taifas (bandas).
La estructura política del califato estaba basada en el Califa como
cabeza política, seguido del Visir, el Hayib, nobleza palatina y súbditos.

LA CRISIS DEL Siglo XI: REINOS DE TAIFAS E IMPERIOS NORTEAFRICANOS

A principios del Siglo XI, tras la muerte de Almanzor, el Califato entra en
crisis y comienza su desintegración que será definitiva en 1031, surgiendo unos
veinte reinos de Taifas (bandos o pequeños reinos). Esta fragmentación del
territorio de Al-Ándalus en numerosos reinos supuso una debilidad que fue
aprovechada por los reinos cristianos del norte para iniciar su expansión hacia
el sur.
Frente a la superioridad militar de los reinos cristianos, la supervivencia
de los taifas dependía con frecuencia del pago de parias: tributos anuales que
se pagaban a los reinos cristianos a cambio de su protección y en
reconocimiento de vasallaje.
El nuevo mapa político era el resultado de las profundas divergencias
que existían en el seno de la población islámica dirigente. Los taifas fueron
controlados por tres grupos étnicos:

Taifas andalusíes, gobernadas por individuos de origen árabe o muladí

Taifas eslavas, dirigidas por individuos de origen eslavo cuyos
antepasados habían llegado a la península como esclavos de los
musulmanes y se habían convertido al Islam para conseguir la libertad,
llegando a ocupar importantes puestos en el ejército,

Taifas bereberes, individuos de origen norteafricano.
Durante este periodo fueron frecuentes las disputas entre los distintos reinos de
Taifas. Algunos pequeños fueron incorporándose a otros mayores.
El avance de los cristianos fue notable. La toma de Toledo en 1085 por Alfonso
VI, hizo pensar a los reyes taifas en la desaparición del Islam de la península,
por lo que pidieron ayuda al pueblo almorávide, tribu guerrera bereber que
había creado un importante Imperio en el norte de África. La unificación que
estos hicieron en Al-Ándalus acabó con los primeros Reinos de Taifas (1031
1086). Los almorávides frenaron el avance cristiano, lograron derrotarles en la
batalla de Sagrajas (1086). Eran un grupo religioso minoritario que pretendía el
retorno a una religión más pura. A mediados del Siglo XII hubo una revuelta
popular que desembocó en la disgregación del Imperio y en la aparición de una
segunda
breve etapa de reinos de Taifas (1146-1170).
Fue breve porque pronto acuden a la península los almohades (1170-
1232), nuevo Imperio del norte de África que había tomado el relevo a los
almorávides, ante el empuje de los cristianos. Unifican el territorio y vencen a
los cristianos en Alarcos (1195). Esto lleva a los cristianos a coaligarse y a
vencerlos en la batalla de las Navas de Tolosa (1212).Supuso la decadencia de
este Imperio y la aparición de los terceros taifas, que fueron sucumbiendo
todos, excepto el de Granada.
El Reino nazarí de Granada (1237-1492) fue
conquistado ya en tiempos de los Reyes Católicos

LA ORGANIZACIÓN Política Y SOCIAL. EL LEGADO CULTURAL


POLÍTICA
El estado de Al-Ándalus se organizó de manera centralizada a partir del
poder autocrático de los califas, que unieron poder espiritual y temporal.

Califa

era la máxima autoridad de los creyentes y su poder se extendía a los ámbitos
judicial, económico, militar y de política exterior. El valí o Walí en la península
fue el delegado del Califa de Damasco. Dirigía la administración con la ayuda
de un hachib (primer ministro) y ayudado de los visires que gobernaban las
distintes ramas de la administración. El Hachib nombraba a los gobernadores
de las provincias (valíes
) y a los jueces (cadíes
). Las regiones fronterizas
denominadas marcas tenían un estatuto especial y en ellas el valí asumía
atribuciones militares. Con la consolidación del emirato independiente, el emir
fue la máxima figura política aunque se reconocía la Califa como máxima
autoridad religiosa.
El territorio durante los emiratos y el califato estaba dividido en tres
provincias o coras
: la inferior, en torno a Badajoz; la media, alrededor de
Toledo y la superior con capital en Zaragoza.
El ejercito tuvo que centrarse en la zona superior y organizarse entorno
a los mandos árabes. Durante el Califato, buena parte de los soldados eran
mercenarios, sobre todo bereberes y eslavos.
ECONOMÍA
Frente al predominio del mundo rural de la Europa cristiana
contemporánea, Al-Ándalus conocíó un florecimiento urbano y comercial que la
convirtió en el estado más rico de la Europa del Siglo X.
La agricultura, encaminada a su comercialización para abastecer a las
ciudades y a la exportación, era la base del sistema económico. Se introdujeron
avances tecnológicos como el regadío (acequias y norias) Los cultivos
principales siguieron siendo los cereales, la vid y el olivo, pero difunden nuevos
como los cítricos, el arroz, la caña de azúcar, el algodón, el azafrán…En
ganadería destaca el impulso dado a animales como la oveja y el caballo
(actividades militares).
Fue importante también la explotación de los recursos naturales:
madera, sal, metales (Mercurio, hierro, plomo, cobre, plata…)
En las ciudades se desarrolló una rica y variada actividad artesanal que
iba desde los textiles (tiraz de Córdoba, lino de Zaragoza) hasta los repujados
en cuero, pasando por el cristal, la orfebrería y la cerámica. Gran parte de toda
la producción era destinada a las ciudades. El comercio interior se efectuaba
en el zoco de las ciudades. Pero otra parte importante se dedicaba al intenso
comercio exterior, tanto con los restantes países islámicos como con la Europa
cristiana.
Exportaba sobre todo productos agrícolas (aceite, azúcar, higos y uvas),
minerales y tejidos. Importaba productos de lujo y especias de Oriente Próximo,
pieles, metales, armas y esclavos de la Europa cristiana y oro y esclavos
negros de Sudán.
El auge comercial se vio favorecido por la unificación monetaria en torno
al dinar de oro y el dírham de plata.
SOCIEDAD
La población conocíó un importante crecimiento, calculándose unos siete
millones durante el califato. Esta se asentaba mayoritariamente en el campo
pero las ciudades tuvieron una gran importancia, destacando Córdoba que en
el Siglo X súperó los 100000 habitantes.
Se configura una sociedad compleja en la que podemos distinguir los
musulmanes: árabes (proceden de Oriente), bereberes (Norte de África) y
muladíes (cristianos convertidos al Islam), los mozárabes (cristianos que viven
en territorio musulmán) y los judíos. Todos ellos libres porque también había
esclavos.
En cuanto a la diferenciación social, había en al-Ándalus grupos
aristocráticos (jassa) formado por familias árabes y algunas de ascendencia
visigoda que tenían grandes dominios territoriales y altos cargos en la Corte; en
el extremo contrario, grandes masas populares (amma) del campo y la ciudad,
labriegos y artesanos y también va surgiendo una clase media compuesta por
los mercaderes.
CULTURA
La cultura islámica se fue forjando con las aportaciones de distintos
pueblos y se puede decir que es una mezcla de la cultura helenística, la persa
y se pueden encontrar aportaciones de la india y la China.
Al-Ándalus conocíó un grado de refinamiento cultural y civilización muy
alto y superior al de los reinos cristianos. Mantuvo un estrecho contacto con el
resto del mundo musulmán, lo que le permitíó participar en una amplia
recopilación de textos literarios, filosóficos y científicos recogidos tanto del
mundo griego como del persa y del indio. Por su situación geográfica, hay que
destacar su importante papel de intermediario cultural difundiendo estos
saberes a la Europa cristiana.
En su cultura destacan la Teología y la Medicina (salvación del alma y
del cuerpo), aunque en general todos los ámbitos científicos están muy
desarrollados.
Córdoba con su mezquita y su universidad, se convirtió en un activo
centro intelectual, como prueba el que encontremos algo tan insólito en el
mundo medieval como un mercado de libros.
Desde al-Ándalus se difundíó a toda Europa el sistema de numeración
de origen indio que desplazó al romano. Destacaron importantes
personalidades en distintos ámbitos: filósofos: Maimónides y Averroes
(traductor del filósofo Aristóteles), matemáticos, como al-Mayrití; médicos,
como Abulcasis, autor de una enciclopedia médica que fue traducida
posteriormente al latín, historiadores como al-Razí y Ibn al-Qutiyya.
El árabe era la lengua oficial y de prestigio del Islam. Existía un árabe
clásico y otro vulgar. La creación literaria también alcanzó un gran desarrollo,
sobre todo en el Siglo X. Hay que destacar en árabe clásico la obra de Ibn Abd
Rabí, El collar de la paloma, una especie de enciclopedia de conocimientos
humanísticos. Y en árabe vulgar, la obra de Ben Muara, que inventó la
moaxaca, poema cortesano de cinco estrofas con un estribillo o jarcha.

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