La Implantación del Nuevo Estado
La dictadura instaurada tras el final de la guerra suprimió derechos y libertades; sin una ideología elaborada, utilizó símbolos, leyes e instituciones fascistas. El nuevo Estado había nacido sin constitución, partidos políticos ni libertades civiles. Con el fin de dotarse de un esquema organizativo e institucional, se crearon las Leyes Fundamentales, las cuales definieron la ideología y la organización del régimen franquista. Al Fuero del Trabajo de 1938, se sumaron otras leyes, como la Ley Constitutiva de Cortes (1942), el Fuero de los Españoles (1945), la Ley del Referéndum Nacional, la Ley de Sucesión (1947), la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) y, finalmente, la Ley Orgánica del Estado (1967).
Al finalizar la guerra, Franco era Generalísimo de los Ejércitos, Jefe del Estado, del Gobierno y del Partido Único, y fue objeto de culto a la personalidad, al estilo fascista. El nuevo Gobierno nombrado por Franco en agosto de 1939 —formado por falangistas, tradicionalistas, monárquicos y militares— emprendía la tarea de consolidar el Estado, cuya estructura político-doctrinal se asumía en el Movimiento Nacional. En 1942 se crearon las Cortes para dotar al régimen de una apariencia representativa; este sistema fue denominado *democracia orgánica*. El nuevo Estado necesitaba un marco de relaciones laborales, y en 1938 se aprobó el Fuero del Trabajo, fundamento del *sindicalismo vertical* y del *nacionalsindicalismo*. Había un sindicato único que agrupaba de forma obligatoria y corporativa a obreros y patronos. Se prohibían la huelga y el despido libre, y se concebía el sindicalismo como un instrumento al servicio del régimen, bajo la Organización Sindical Española (OSE).
Franco contó con el apoyo del *Ejército*, la *Iglesia* y *La Falange*, que constituyeron los pilares fundamentales del régimen.
El *Ejército*, depurado, se convirtió en la columna vertebral y base del régimen; garantizaba el orden y fue siempre fiel a Franco. La *Iglesia* se identificó con el régimen, del que formó parte, y sentó las bases del *nacionalcatolicismo*. En manos de la Iglesia estaba el control de la educación, y de su seno surgieron la Asociación Católica de Propagandistas (ACNP) y el *Opus Dei*. El *Concilio Vaticano II* (1962-1965) marcó el inicio de la separación entre la Iglesia y el régimen. *La Falange* flexibilizó la doctrina de José Antonio y la utilizó para mantener vivo el espíritu y los ideales de 1936, así como para controlar la opinión pública.
La dictadura de Franco también fue respaldada por la *burguesía*, los *terratenientes* y los *hombres de negocios*, así como por gran parte de las *clases medias* y de los *católicos*. Por su parte, los *monárquicos*, divididos entre *carlistas* y *donjuanistas*, actuaron de forma diferente. Los carlistas no plantearon problemas serios, pero los donjuanistas defendieron el restablecimiento de la monarquía en don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII. Las tensas relaciones de don Juan y Franco se agravaron con el *Manifiesto de Lausana* (1945), en el que el heredero exigía la restauración de la monarquía constitucional y denunció la *Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado* (1947) como ilegal.
El franquismo sometió a los españoles a un control social e ideológico exhaustivo. Se utilizó la propaganda para exaltar la figura del *Caudillo*, los logros del régimen en todos los campos, adoctrinar a la población e imponer un estilo de vida conforme con los valores del régimen. La *censura* empobreció el desarrollo cultural e intelectual del país, quedando la formación político-ideológica a cargo de las distintas organizaciones falangistas. La *Iglesia* controló la moral social, tanto en el espacio público como en el privado; todo era considerado pecado. Como consecuencia, solo los defensores del régimen podían desarrollar sus actividades. Aumentaron las posturas críticas y surgió cierta oposición cultural.
Exilio, Represión y Oposición
Cuando la guerra entraba en su fase final, los defensores de la República empezaron a abandonar España para evitar represalias. La mayor parte se dirigió a Francia, donde fueron internados en *campos de concentración* en condiciones humillantes e infrahumanas. Al iniciarse la *Segunda Guerra Mundial*, muchos exiliados volvieron a España acogiéndose a un indulto limitado. Quienes pudieron se embarcaron rumbo a Chile, Argentina, Cuba, Santo Domingo y, sobre todo, México, asentándose allí la colonia más importante de políticos e intelectuales.
En febrero de 1939 se publicaba la *Ley de Responsabilidades Políticas*, según la cual los vencidos no eran admitidos en la «nueva España». En 1940 se aprobaba la *Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo* y al año siguiente la *Ley de Seguridad del Estado*. El número de presos fue muy alto, por lo que se habilitaron *cárceles especiales* (como campos de concentración, plazas de toros, escuelas, cines y conventos) para acoger a tanto preso en condiciones humillantes y míseras. Iguales sufrimientos padecieron quienes aceptaron la *redención de penas por trabajo*, los llamados “esclavos de Franco”. Muchos prisioneros fueron ejecutados y otros permanecieron presos durante muchos años, quedando algunos libres provisionalmente por falta de espacio. Los sospechosos que permanecieron en libertad fueron depurados por sus ideas políticas. El *miedo* se adueñó de la sociedad española.
La oposición al régimen careció de organización debido a las condiciones de clandestinidad. Al final de la *Segunda Guerra Mundial*, con la derrota fascista, crecieron las esperanzas de los exiliados republicanos de derribar el régimen con la ayuda de los aliados. Con este fin, comunistas y anarquistas llevaron a cabo actuaciones de *guerrilla* (el *maquis*) en algunas zonas rurales y montañosas de España y fueron magnificadas por *Radio Pirenaica*. Las guerrillas contaron con escasa participación de la población, que fue sometida a estrecha vigilancia, y fueron reprimidas por la Guardia Civil y el Ejército, amparados por la *Ley de Represión del Bandidaje y el Terrorismo* (1947). Los partidos políticos en el exilio asumieron la imposibilidad de derrocar a Franco mediante acciones guerrilleras y crearon redes de *actuación interna*. A pesar del estricto control político, se llevaron a cabo algunos actos de protesta contra las condiciones económicas desde 1945. Las *huelgas* se convirtieron en la forma más efectiva de protestar y, desde la década de 1950, el *movimiento estudiantil* se convirtió en el símbolo de oposición al franquismo.
El Impacto de la Segunda Guerra Mundial
Franco se declaró *neutral* al inicio de la *Segunda Guerra Mundial*, mientras que *La Falange*, encabezada por *Serrano Súñer*, aplaudía la ofensiva alemana. La política exterior del régimen apostaba por integrarse en el bloque de las potencias fascistas; sin embargo, la mísera situación nacional impedía cualquier acción. En octubre de 1940, *Hitler* y *Franco* se reunieron en *Hendaya* para discutir el papel de España en la guerra, pero por las excesivas exigencias de Franco, España no participó. En junio de 1941, España cambió su estatus de neutral por el de *no beligerante*, dando apoyo logístico a Alemania. La invasión de la URSS en 1941 hizo que el Gobierno de España enviara la *División Azul*, compuesta por voluntarios en su mayoría falangistas, a luchar contra el comunismo. Así, España se convertía en *beligerante moral*, aunque sin entrar oficialmente en la guerra. España se declaró de nuevo *neutral* en 1943 y retiró la *División Azul*, pero mantuvo la ayuda a Alemania. La victoria de los aliados obligó a Franco a disimular los rasgos *fascistas* de su política. Al finalizar la guerra sin que España participase, el régimen lo celebró como un mérito de Franco por su habilidad para resistir las presiones del *Eje*.
La situación internacional obligó a Franco a cambiar su Gobierno. Desplazó ligeramente a *La Falange* y potenció al sector *católico*. Las acusaciones fascistas se concretaron en la *Asamblea General de la ONU* de diciembre de 1946, que excluía a España de las *Naciones Unidas* y recomendaba la salida de Madrid de todos los embajadores, quedando las relaciones comerciales reducidas al mínimo. En respuesta, el 9 de diciembre tenía lugar una masiva concentración de apoyo a Franco en la *Plaza de Oriente*. España estaba aislada; sin embargo, la situación mundial empezó a cambiar. La *Guerra Fría* y la división de bloques constituyeron la mejor ayuda para Franco, pues los *Estados Unidos de América* vieron en España un firme aliado *anticomunista*. El franquismo sobrevivió así a la Segunda Guerra Mundial.
La Política Económica de los Primeros Años: Intervención y Autarquía
El objetivo de la política económica era establecer una *economía autárquica*; sin dependencia exterior, la economía quedó así subordinada a los intereses políticos. Para ello, el *Estado* regulaba la actividad económica, especialmente el *comercio exterior*, resultando la *agricultura* la gran perjudicada. España carecía de los recursos más esenciales y, ante la ausencia de un mercado competitivo, los precios se fijaron de forma arbitraria, encareciéndose los productos protegidos. La disminución de la producción agrícola provocó una creciente escasez de alimentos y el alza continuada de los precios, alcanzando niveles de pobreza extremos, la aparición de enfermedades y un aumento de la mortalidad. Hubo mucha hambre y el *Gobierno* impuso el *racionamiento* desde 1939 hasta 1952, pero el desabastecimiento propició la aparición de un *mercado negro* o *estraperlo*.
La Tímida Apertura del Régimen
Por su anticomunismo, el franquismo consiguió que en 1950 las *Naciones Unidas* levantaran el veto al régimen y en 1955 fuera admitido como miembro de pleno derecho. Previamente se había firmado el *Concordato con la Santa Sede* (1953) y, también en 1953, se habían firmado los *acuerdos con Estados Unidos*, a través de los cuales, España y Estados Unidos establecían una política de defensa y ayuda económica. Aumentaron las *huelgas* de obreros y las *manifestaciones estudiantiles*. Los *tecnócratas del Opus Dei* entraron en el Gobierno formado por Franco en 1957. El régimen se decidía entonces a *liberalizar la economía española*.