Rasgos Generales de la Restauración Borbónica
Es el periodo que comprende el reinado de Alfonso XII, la regencia de María Cristina de Habsburgo y el reinado de Alfonso XIII. Marcado por el retorno de los Borbones y el establecimiento de un sistema político de carácter liberal, aunque no democrático. Fue un periodo largo y estable. Se intentó establecer una nueva vía, diferente del exclusivismo ejercido por los moderados de la etapa isabelina y de la inestabilidad y los excesos democráticos del Sexenio Democrático. Un sistema burgués que buscaba facilitar la participación de la burguesía en la política, excluyendo a las clases bajas. Era un sistema abierto para las clases dirigentes y cerrado para los sectores populares.
Su creador fue Antonio Cánovas del Castillo, quien provenía del sector menos reaccionario de los moderados. Participó en el pronunciamiento de 1854 (el Manifiesto de Manzanares) y en la Revolución de 1868. Sus ideas provenían del conservadurismo europeo, y su modelo era la Inglaterra victoriana, donde existía un control de la vida política por parte de dos partidos mayoritarios: el conservador y el liberal. Era contrario al sufragio universal y enemigo del republicanismo y del socialismo. Su programa político se expresó en el Manifiesto de Sandhurst, que transmitía el compromiso de Alfonso XII y apelaba a dos principios fundamentales: el liberalismo y el catolicismo. Buscaba crear un orden estable, excluyendo a carlistas y republicanos. El instrumento clave fue la Constitución de 1876.
La Constitución de 1876: Pilar del Sistema
Fue la más duradera de la historia de España, vigente hasta 1931. Fue discutida y aprobada en 1876. Se situaba entre la moderada de 1845 y la democrática de 1869. La figura clave era el rey: convocaba y suspendía las Cortes, mantenía el poder ejecutivo y ostentaba el mando supremo del ejército. Establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes. Las Cortes mantenían su estructura bicameral: el Congreso era elegido por los ciudadanos, y el Senado se componía de miembros por derecho propio, designados por la Corona y otros elegidos. Incluía una amplia declaración de derechos. Se establecía la tolerancia religiosa y se permitían otros cultos, aunque el Estado era oficialmente católico. Inicialmente, el sufragio censitario era reducido y limitado a propietarios y personas de alto nivel; más adelante, se volvería al sufragio universal masculino.
El Sistema Político: El Turno de Partidos
El sistema político liberal anterior había fracasado en lograr una convivencia pacífica entre las diferentes familias del liberalismo y una forma eficaz de gobernabilidad que evitara las constantes crisis políticas. Cánovas creía que el sistema político debía descansar sobre un texto constitucional consensuado por los partidos defensores del sistema, garantizando el acceso al poder de cualquiera de ellos. Era el único modo de evitar movimientos disruptivos como el carlismo. El elemento clave serían los partidos políticos y su acceso periódico al poder, ya que de ello dependía la distribución de cargos públicos y se garantizaba el clientelismo político.
Así comenzó el turno de partidos: una alternancia pacífica en el poder (de forma pactada y con la colaboración del rey) entre el Partido Conservador y el Partido Liberal. Esto supuso el final del monopolio político de los moderados y eliminó el recurso al pronunciamiento.
Los Partidos Dinásticos
- Partido Liberal-Conservador: Formado por moderados, unionistas, progresistas y sectores católicos. Su líder fue Antonio Cánovas del Castillo.
- Partido Liberal-Fusionista: Nacido de las ruinas del antiguo Partido Constitucional, agrupaba a progresistas, unionistas y demócratas. Su líder fue Práxedes Mateo Sagasta.
Ambos eran partidos dinásticos que encarnaban una sociedad burguesa amante del orden. Eran partidos de notables, con poca cohesión ideológica y carentes de una estructura organizativa sólida. Eran grupos con ideas más o menos afines, vinculados a personalidades destacadas. Cánovas y Sagasta fueron las dos personalidades políticas dominantes del último cuarto del siglo XIX. Supieron coexistir e impusieron el sentido práctico en la política por encima de otros ideales. El rey sería el auténtico pilar del sistema. Lo convirtieron en un poder arbitral y moderador, situándolo por encima de criterios partidistas. Esto suponía concederle un poder excesivo, aunque otros lo veían como el precio necesario para lograr la estabilidad. Lideró el ejército y evitó la tendencia al caudillaje político.
Mecanismo del Turno
El sistema se mantuvo sin problemas hasta el reinado de Alfonso XIII, siguiendo este proceso:
- Cuando el partido en el poder entraba en un periodo de crisis, el rey llamaba a gobernar al otro partido.
- El nuevo gobierno, con el apoyo del rey pero sin el respaldo de las Cortes, disolvía estas últimas.
- Se convocaban nuevas elecciones, recurriendo al fraude electoral para asegurar que el partido en el gobierno obtuviera la mayoría.
El turno de partidos dependía, por tanto, de dos factores clave: la implicación de la Corona y el falseamiento electoral. Este falseamiento se manifestaba a través del encasillado y el pucherazo. Esto generó un electorado con escaso criterio, resultado de décadas en las que los gobiernos manipulaban las elecciones, vaciándolas de contenido real. En este contexto, solo votaba uno de cada cinco varones adultos. La frase popular que lo resumía era: «Las elecciones no hacían a los gobiernos, sino los gobiernos a las elecciones». La falta de credibilidad era aún mayor en el medio rural, lo que favoreció el surgimiento de opciones políticas opuestas al turnismo.
El Caciquismo: Manipulación y Control Social
El elemento característico del sistema fue el caciquismo, una forma de manipulación política y falta de democracia plena. Era la relación político-social que se establecía entre el cacique y sus clientes. Fue fundamental para la alternancia de partidos y desempeñó su principal papel en la sociedad agraria. El cacique era el jefe local de un partido, una persona generalmente rica, cuyo poder se basaba en el control de la administración y de los poderes públicos. Su influencia se limitaba a una zona geográfica específica y actuaba como un auténtico intermediario entre el Estado y su comunidad. Los medios utilizados incluían la manipulación de las elecciones, dado que controlaban los ayuntamientos y estaban en connivencia con otros poderes públicos, como los gobernadores civiles. Sus armas eran el chantaje, la amenaza y la extorsión, ejerciendo una influencia tal que el trabajo o el modo de vida de las personas dependían de ellos. El caciquismo tuvo una influencia predominante en el medio rural, debido a la miseria de los campesinos y su alto grado de analfabetismo.