La Entrada de España en el Contexto Internacional
Gracias a la Guerra Fría, las relaciones internacionales con España se normalizaron, dado su carácter anticomunista. Así, en 1950, España comenzó a ser admitida en algunos organismos internacionales. En 1953, Estados Unidos firmó acuerdos con España y se estableció el Concordato con la Santa Sede, lo que reafirmó la confesionalidad del Estado y otorgó privilegios a la Iglesia católica. Los acuerdos con Estados Unidos tenían un carácter económico y defensivo, permitiendo el uso de instalaciones militares en territorio español (bases de Torrejón, Morón, Zaragoza y Rota) a cambio de material bélico para modernizar el ejército y ayuda económica y técnica. Franco logró el apoyo de Estados Unidos, lo que aseguró al régimen una progresiva aceptación internacional.
La Necesidad de Reorientación Económica
A mediados de la década de 1950, aunque el franquismo gozaba de aceptación internacional, seguía enfrentando numerosos problemas internos. La situación económica era muy difícil y el nivel de vida, muy bajo. Entre 1956 y 1958, se registraron protestas en los principales núcleos industriales, que derivaron en un movimiento huelguístico (especialmente en las industrias metalúrgicas y químicas). Asimismo, se produjeron los primeros signos de disidencia estudiantil (protestas universitarias contra Franco) en las universidades de Madrid y Barcelona, lo que llevó al cese de Ruiz-Giménez. En 1957, Franco remodeló nuevamente el Gobierno y promocionó a los sectores católicos: los tecnócratas, algunos procedentes del Opus Dei, entraron como ministros (entre ellos, Navarro Rubio y Ullastres). Su intención era proceder a una liberalización económica y una apertura comercial al exterior para salvar al Estado, que se encontraba al borde de la quiebra. El franquismo, en esta etapa, se caracterizó por un intenso crecimiento económico (década de 1960).
La Ley de Principios del Movimiento Nacional
El nuevo gabinete promulgó la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), la sexta de las Leyes Fundamentales, que definía y ensalzaba la ideología política de la dictadura. Así, todos los funcionarios debían jurarla para poder ejercer sus cargos. Por un lado, los dirigentes de FET y de las JONS deseaban que esta ley les ayudara a controlar el Gobierno; por otro, la Iglesia, los militares y los sectores empresariales se oponían a esta pretensión. Por ello, el Movimiento Nacional se configuró como la agrupación de todas las familias franquistas, sin predominio de la falangista. La Ley reafirmó a España como reino, pero Franco decidiría el futuro monarca y el momento de la sucesión.
La Resistencia en el Interior
Del Desmantelamiento a la Clandestinidad
Tras la Guerra Civil, los partidos y sindicatos opositores quedaron desmantelados y, por ello, tuvieron que reconstruirse de forma clandestina, intentando evitar la represión policial. El PCE fue el que, en mayor medida, consiguió rehacer su estructura y mantener actividad clandestina. La actuación de la oposición se puede dividir en las siguientes etapas:
Primera Etapa: 1939-Principios de 1944
Hubo una pequeña actividad guerrillera, protagonizada por los maquis, guerrilleros (comunistas y anarquistas) que cruzaron la frontera con Francia para luchar contra Franco en España, siendo su principal contrincante la Guardia Civil. Después de la guerra, algunos republicanos siguieron manteniendo focos de resistencia armada. Y, dado que el nazismo había caído en Europa, comunistas y anarquistas aprovecharon para promover un intento de sublevación armada: la invasión del Valle de Arán (18 de octubre de 1944). Ocuparon el valle durante diez días, pero tuvieron que retirarse. A partir de 1948, comunistas y anarquistas abandonaron la lucha armada. La represión y la ausencia de ayuda exterior llevaron al fracaso de esta.
Segunda Etapa: 1944-1947
Esta etapa estuvo condicionada por la derrota de los países del Eje, lo que creó condiciones favorables para una hipotética caída del régimen franquista. Así, las fuerzas opositoras crearon plataformas unitarias. En 1944, los sectores monárquicos se agruparon alrededor de Juan de Borbón, esperando restablecer la monarquía. Crearon la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas, que incluía a socialistas, republicanos y parte de la CNT.
Tercera Etapa: 1948-1951
La dictadura se consolidó, la oposición se desmoralizó y se recompuso. A finales de 1948, se hizo evidente que ni las guerrillas ni ninguna potencia internacional pondrían fin al franquismo. Además, la policía y la Guardia Civil habían liquidado casi toda la resistencia política en el interior. También se distanció la oposición del exilio (cada vez más alejada de la realidad política española) de la oposición del interior (la más efectiva contra la dictadura).
El Resurgimiento de la Conflictividad Social
A finales de la década de 1940, empezó a surgir un movimiento de protesta de las clases trabajadoras contra las malas condiciones de vida y trabajo. Esto mostraba el rechazo a la dictadura y la incipiente reorganización de la izquierda. En 1948, el PCE abandonó la lucha armada y se centró en la acción política clandestina dentro del país para reorganizarse internamente. Por otro lado, sectores obreros católicos como la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica, fundada en 1946) empezaron a plantear reivindicaciones sociales y laborales. A partir de 1946, hubo conflictos laborales y algunas huelgas generales (en Barcelona y el País Vasco). En 1951, hubo una huelga de tranvías en Barcelona debido al aumento de los precios. Y en 1958, un movimiento huelguístico en Asturias conllevó la imposición del Estado de excepción durante cuatro meses, basado en leyes militares como el toque de queda. También se desarrolló un movimiento estudiantil que se oponía al Sindicato Español Universitario (SEU), el sindicato oficial de estudiantes. Exigían libertades políticas y una reforma de la universidad. Las manifestaciones más significativas tuvieron lugar en las universidades de Madrid y Barcelona en 1956 y 1957. A partir de entonces, el movimiento se fue expandiendo a otras universidades, a pesar de la dura represión.