El Reinado de Alfonso XIII: Crisis y Desafíos del Sistema de la Restauración
La llegada al trono del joven rey Alfonso XIII se produce en una España sacudida por una crisis generalizada del sistema, caracterizada por la desaparición de los líderes que dirigieron la Restauración, como Cánovas, la falta de respuesta a las demandas de los partidos ajenos al turnismo y la rigidez de un sistema que apenas promovía cambios en el campo español.
1. La Inestabilidad Política y las Reformas Iniciales (1902-1912)
Los gobiernos se sucedieron desde Francisco Silvela, un corto mandato de Antonio Maura y el gobierno inestable del Partido Liberal, seguido de la vuelta al gobierno de Maura. De su gestión cabe destacar su propuesta de Ley de la Administración Local, con la que pretendía combatir el caciquismo y que contemplaba la creación de Mancomunidades.
En el verano de 1909 se proclamó una huelga general en respuesta a las acciones del ejército en Marruecos (la Semana Trágica), ante lo cual Maura se vio forzado a dimitir presionado por el monarca.
El Gobierno de Canalejas y la Ley de Mancomunidades
El liberal José Canalejas fue llamado a presidir el Gobierno, tras lo cual promovió la reforma del servicio militar. Fue asesinado por un anarquista en 1912. Ante esto, el coruñés Eduardo Dato llegó a la presidencia en 1913, y cuya medida más relevante fue la publicación del decreto sobre Mancomunidades que posibilitó un cierto autonomismo a Cataluña. Tras él pasó a gobernar el conde de Romanones, del cual destaca su proyecto de Santiago Alba sobre la reforma fiscal. Su rechazo provocó la sustitución de Romanones por García Prieto en 1917.
2. La Primera Guerra Mundial y la Crisis Social de 1917
La Primera Guerra Mundial tuvo un efecto importante en la vida económica y social española. Con su posición neutral, el país comenzó una política de exportación de materiales de primera necesidad como cereales y vendas a ambos contendientes, lo que produjo un rápido enriquecimiento del país y un aumento del capitalismo español. Pero, a la misma vez, provocó un desabastecimiento de productos básicos y su consecuente subida de precios que no se vio compensada con un alza de los salarios.
Esta situación provocó la afiliación masiva de los trabajadores a los sindicatos y fuertes movilizaciones que explican la crisis social y política de 1917, a la que se añadieron otros factores:
- La existencia de un sistema político que no asumía una realidad social nueva.
- Una situación de descontento en el seno del ejército.
- La carencia de estabilidad en los partidos Liberal y Conservador que constituían la base del sistema.
El Descontento Militar: Las Juntas de Defensa
Debido al malestar entre los oficiales ante la nueva política de ascensos (que chocaba contra su idea de promocionar la antigüedad), tomó cuerpo la necesidad de realizar una protesta, por lo que se organizó una Junta de Defensa Militar que redactó un reglamento que comenzó a ser tenido en cuenta por la opinión pública. Romanones ordenó la disolución de la Junta, pero Dato aceptó como válido el reglamento de la misma.
Por otro lado, se constituyó la Asamblea de Parlamentarios a iniciativa de Francesc Cambó, que exigía la reapertura de las Cortes que el presidente Dato había mandado cerrar.
La Huelga General de 1917
La carestía de la vida, producida por la subida de precios, sumada a la situación política creada por la irrupción de la Junta de Defensa, originaron el clima idóneo para convocar una huelga general por parte de la acción unida de la UGT y la CNT. En un manifiesto conjunto se recogieron los objetivos de la huelga, que se concretaban en el rechazo al sistema político. Además, en el mismo se plasmó el carácter pacífico del movimiento.
A pesar de ello, al inicio de la misma, el 13 de agosto de 1917, se produjeron enfrentamientos violentos entre huelguistas y el ejército, ante lo que se declaró el estado de guerra. Con la detención del comité de huelga el 14 de agosto y la falta de apoyo de la Asamblea de Parlamentarios y el proletariado andaluz, la movilización decayó, dejando tras de sí varias decenas de muertos y numerosos detenidos. El sistema establecido se mantuvo, aunque resultó muy dañado.
3. El Deterioro Final del Sistema y el Golpe de 1923
A partir de los sucesos de 1917, la situación política española se caracterizó por una fuerte inestabilidad, sucediéndose numerosos gobernantes en pocos años, un deterioro del poder civil ante la acción de los militares y el aumento de la conflictividad social en forma de huelgas obreras que buscaban la mejora de sus condiciones laborales ante el incremento del paro y la disminución de los beneficios empresariales, fruto del fin de la Gran Guerra.
El Desastre de Annual y la Dictadura
Todo esto se vio coronado con el Desastre de Annual en la campaña de Marruecos (1921), que provocó la pérdida de más de diez mil soldados con un mínimo avance sobre el país como resultado. Tras lo cual, la situación política se deterioró rápidamente, llegando al pronunciamiento del general Miguel Primo de Rivera en 1923.
Tras el golpe de Estado, Primo de Rivera:
- Suspendió la Constitución de 1876.
- Disolvió las Cortes.
- Prohibió la actividad de los partidos.
- Impuesto la censura previa.
De esta manera, comenzó la dictadura de Primo de Rivera, poniendo fin al sistema de la Restauración.