El Renacimiento y la reforma

La crisis de la economía medieval
A partir del siglo XIV, una serie de eventos nefastos perjudicaron todos los sectores de la economía medieval:
La Peste Negra, más otros episodios epidémicos cíclicos y un sistema sanitario precario;
Violentas guerras civiles y entre naciones (la guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra); la caída del Imperio Bizantino a manos de los turcos otomanos;
Clima: frecuentes pérdidas de cosechas y hambrunas (escasez generalizada de alimentos básicos), también por falta de fertilizantes;
Congestión de ciudades y pueblos:
Población excesiva para los recursos y la tecnología disponible;
Reducción de los recursos: pérdida de terrenos fértiles por la deforestación necesaria para conseguir leña y pastos;
Este proceso fue retenido por los señores y la reducción de ganado afectó a la presencia de proteínas en la dieta;
La extensión de las tierras de cultivo aumentaba pero no su productividad: los precios de los productos agrícola subieron y los salarios bajaron (relación esta, precios/salarios, de la que se aprovecharon los señores);
Aumento de tensiones sociales.
Cuando las epidemias dieron paso al descenso de la población, se produjo una inversión de tendencia:
Precios bajos y salarios más altos por la falta de mano de obra.
Cuando las autoridades feudales intentaron contener este proceso, imponiendo el control de los precios, nuevas insurrecciones se desataron entre los campesinos:
Cambios en las condiciones económicas de  los campesinos= liberación de la esclavitud feudal
Salarios más altos, más tierras para los pastos y mejor alimentación marcaron a principios del Siglo XV una época de crecimiento y desarrollo socio-económico en Europa occidental.
Por un lado recuperación de la población, producción y comercio, y por el otro, reajustes de fuerzas a nivel de organización económica:
Estricto control de los gremios sobre producción y oferta; reglamentos laborales más duros y límites a la admisión de nuevos miembros;
Los comerciantes introdujeron nuevos sistemas contables: la contabilidad de doble entrada (sistema de partida doble), y otros métodos de control;
Los industriales buscaron nuevos métodos de producción, para suplir a la reducción de mano de obra.
A nivel de “geografía comercial”, las ciudades italianas conservaron sus privilegios pero el centro del actividades empezó a desplazarse hacia el norte de Europa:
el primero de los cambios que tendrán lugar a lo largo de los siglos XVI y XVII.
Transición de la Edad Media a la Edad Moderna:
Aspectos principales.
Los dos eventos que marcan comienzo y fin de la Edad Moderna son la conquista de Constantinopla (1453) y la Revolución Francesa (1789).
A partir del Siglo XV, significativas transformaciones afectaron a la vida económica, política, social y cultural de Europa Occidental.
No se trató de un corte “definitivo” con los procesos que plasmaron la Edad Media, sino más bien una “continuidad en evolución”.
Cambios sociales: el auge de la burguésía
La prosperidad económica que marcó el comienzo del Siglo XV, tuvo entre las principales consecuencias el desarrollo de las ciudades: Venecia, París, Londres, Lisboa, Amsterdam.
Junto a la sociedad rural se desarrolló una sociedad urbana, rasgo carácterístico de la Edad Moderna.
La sociedad siguió dividida en grupos sociales o estamentos, sin posibilidad de movilidad social. Los privilegiados, cerca del Rey, con posibilidad de cargos políticos eran:
Clero
Nobleza
El tercer estamento, cuyos miembros no podían acceder a cargos políticos,  incluya el resto de la sociedad:
Campesinos libres;
Siervos;
Burguésía: habitantes de las ciudades, que no estaban sometidos a ninguna autoridad feudal. Grupo social compuesto por:
Alta burguésía: grandes comerciantes, banqueros y funcionarios con influencia, que junto a la nobleza formaban la oligarquía local;
Pequeña burguésía: pequeños comerciantes, funcionarios menores, maestros, artesanos y artistas, sirvientes y obreros. Existía también un grupo social al margen de la sociedad: Mendigos y vagabundos.
La burguésía llegó a acumular grandes riquezas y establecíó lazos familiares con la nobleza a través de matrimonios.
 Fue adquiriendo cada vez más privilegios y derechos, y el apoyo de los monarcas.
Fue la clase social más vinculada al comercio y por esto tuvo un papel fundamental en el desarrollo que marcó la Edad Moderna.
Cambios políticos:
monarquía autoritaria y surgimiento del Estado Moderno
Con el aumentar de la producción agrícola y los beneficios comerciales, crecíó la riqueza disponible y la posibilidad de recaudar impuestos más altos.
La disponibilidad de tantos y nuevos recursos fue para los monarca un “arma” para fortalecer su poder y reformar las instituciones existentes, con los objetivos de:
Consolidar su autoridad absoluta;
Contener el poder de la nobleza;
Administrar de forma eficaz los recursos;
Fortalecer su posición frente a otros monarcas.
Para lograr estos objetivos:
Formaron ejércitos de mercenarios para someter a los nobles;
Emprendieron la creación de cuerpos diplomáticos para establecer alianzas internacionales;
Fortalecieron la burocracia, cuyos funcionarios dependían exclusivamente del monarca;
Centralizaron el poder, a través de nuevas instituciones, reduciendo la autonomía de los señores feudales y todo tipo de legislación especial o local;
Establecieron una Corte o sede permanente, capital de cada reino.
Esta nueva organización se conoce como Estado Moderno
Las monarquías más poderosas en los inicios de la Edad Moderna fueron:
La Monarquía Hispánica, fruto de la uníón de los reinos de Castilla y Aragón;
La Monarquía Portuguesa, pionera en la explotación de las nuevas rutas comerciales;
La Monarquía Francesa, Inglesa y Rusa.
Los territorios correspondientes a los actuales Estados italianos se mantuvieron divididos durante toda la Edad Moderna. Siendo todas regiones estratégicas para el comercio y la economía, fueron objetos de disputas entre las principales monarquía del continente.
Cambios culturales: Humanismo, Reforma y Contrarreforma
Importantes cambios en el pensamiento y en la ciencia, cambios que fue posible difundir gracias al mayor de los inventos de la época: la imprenta.
Humanismo:
La prosperidad generó una nueva mentalidad y nuevos focos de atención. En Italia surgíó el movimiento intelectual llamado humanismo, cuyos rasgos principales fueron:
Recuperación de la cultura clásica: Grecia y Roma como referencias de la actividad intelectual y artística;
Antropocentrismo: el ser humano como centro de la reflexión filosófica y de la creación artística. Las explicaciones “religiosas” (teocentrismo) se quedaron al margen;
Optimismo y Creatividad: el temor y el “pecado” se quedaron de lado. Mejorar la propia vida se impuso como el principal objetivo (impulso a la invención e innovación);
Aprendizaje: el conocimiento no tenía límites, tenía que ser universal y abarcar todo los ámbitos;
Espíritu crítico: la verdadera fuente del conocimiento no era la tradición, sino la experiencia, cuyos instrumentos eran:
Razón: como reflexión personal;
Investigación: ampliación de los estudios;
Experimentación: demostración práctica.
El saber escolástico medieval queda desplazado.
Uso de lenguas vernáculas: los humanistas empezaron a escribir sus obras el las lenguas de sus países.
Avances tecnológicos y científicos:
Copérnico y la teoría heliocéntrica: la Tierra daba vuelta alrededor del sol;
Estudios anatómicos: conocimiento del cuerpo humano;
Gutenberg y la invención de la imprenta: publicación de libros y difusión del conocimiento;
Instituciones culturales: academias para la enseñanza e universidades, las más importantes italianas.
La Reforma Protestante
Movimiento religioso de la primera mitad del Siglo XVI que originó la división la Iglesia cristiana y la formación de las Iglesias protestantes. Las causas de la Reforma fueron:
Falta de formación del bajo clero: la jerarquía de la Iglesia se despreocupó de la formación de sus sacerdotes, y muchos no actuaban correctamente;
Riqueza del clero y de la Iglesia: lujo, altos impuestos y cobro de la celebración de los sacramentos fomentaron dudas y protestas;
Compra-venta de cargos eclesiásticos: estos cargos supónían rentas y derechos económicos;
Ventas de indulgencias: se recaudaba dinero “cobrando” por el perdón de los pecados.
Esta situación generó malestar, protestas, revueltas. Muchos humanistas, como Erasmo de Róterdam, denunciaron las malas prácticas de la Iglesia.
Un monje alemán, Martín Lutero, frente a tanta corrupción, en 1517 publicó Las 95 Tesis contra la venta de indulgencia.
Los principios fundamentales de la doctrina luterana eran:
Libre interpretación de la Biblia, y por esto su publicación en todas las lenguas;
Perdón y fe dependen de Dios, no de las obras realizadas en vida;
Rechazo de muchos cultos y sacramentos: mantuvo sólo el Bautismo y la Eucaristía;
Oposición a las propiedades de la Iglesia: rechazo del lujo y de los beneficios económicos.
La Contrarreforma fue un movimiento religioso, político e intelectual de la Iglesia católica ante la Reforma protestante.
El Concilio de Trento (1545-

1563

Marcó tres principales líneas de actuación:
Reafirmación de sus ideas: se mantuvieron los dogmas rechazados por los protestantes;
Reforma interna: medidas para corregir la corrupción de la Iglesia a través de: formación a los sacerdotes, mayor control sobre obispos, prohibición de la venta de indulgencias, reforma de las órdenes religiosa. Papel de los jesuitas.
Represión del protestantismo: denuncia de la herejía, fortalecimiento de la Inquisición, y publicación de un índice de libros prohibidos.
Los católicos mantuvieron la supremacía en el sur y en el centro de Europa.

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