Causas de la Revolución de 1868
La Crisis Económica de 1866
Gran parte del último periodo del reinado de Isabel II estuvo caracterizado por una gran expansión económica que afectó a toda Europa. Pero a mediados de la década de 1860 se hizo patente el inicio de una importante crisis económica. La recesión se manifestó en varios niveles:
- Crisis Financiera: Provocada por la bajada de las acciones en Bolsa y la crisis del sector ferroviario.
- Crisis Industrial: Afectó especialmente a Cataluña, cuya industria se alimentaba sobre todo de algodón importado de EE. UU. La Guerra de Secesión estadounidense provocó una subida drástica del precio de las exportaciones.
- Crisis de Subsistencias: Se inició en 1866 por una serie de malas cosechas que dieron lugar a la escasez de trigo.
Todos estos factores tuvieron una importancia clave en el deterioro de la calidad de vida de las clases populares.
El Deterioro Político y el Pacto de Ostende
A mediados de 1860 había un gran descontento con el sistema político establecido. El pueblo pedía proteccionismo económico y que el gobierno invirtiera para salvar las acciones en bolsa. Además, las clases populares denunciaban las precarias condiciones en las que vivían.
Por ello, la reina Isabel II retiró a O’Donnell del gobierno, pero ignoraba las peticiones del pueblo. Como los demás partidos (Progresistas y Demócratas) no podían acceder al poder, se unieron en el Pacto de Ostende en 1867. Mediante este acuerdo, pretendían, de manera insurreccional, apartar al Partido Moderado del poder e instaurar una Monarquía o una República, que sería elegida mediante sufragio universal tras el triunfo del movimiento. A este pacto se unieron los Unionistas tras la muerte de O’Donnell.
La Revolución de Septiembre de 1868: La Gloriosa
El Alzamiento y el Gobierno Provisional
El 19 de septiembre de 1868 se produjo el alzamiento militar contra Isabel II. Prim y Serrano se reunieron y consiguieron el apoyo de la población gaditana. En días posteriores, Prim logró el apoyo de Málaga, Almería y Cartagena. El gobierno, para contrarrestar la insurrección, envió un ejército. Ambos ejércitos se enfrentaron cerca de Córdoba el 28 de septiembre, donde ganaron los revolucionarios. El gobierno no vio otra solución que la dimisión y la reina tuvo que exiliarse.
En la revolución tuvieron mucha importancia los movimientos populares. En muchas ciudades se produjeron Juntas Revolucionarias que organizaron levantamientos populares. Ahora bien, el radicalismo no era compartido por los miembros del Partido Unionista, que ya habían visto su objetivo cumplido al derrocar a la monarquía.
En octubre de ese año, se formó un Gobierno Provisional que puso al General Serrano como Regente y al General Prim como Presidente. Creando un partido centrista y dejando al margen a los demás partidos.
La Constitución de 1869
La Constitución de 1869 fue la primera Constitución democrática de la historia de España. Estableció un amplio régimen de derechos y libertades, como los de manifestación, reunión y asociación. La Constitución también proclamó el principio de soberanía nacional.
El Estado se declaraba monárquico, aunque la potestad de hacer leyes residía en las Cortes. En el Gobierno Provisional, se puso al General Serrano como Regente y se nombró presidente del gobierno al General Prim. Esto fue visto con buenos ojos por las potencias europeas, ya que ponía fin al largo e inestable periodo de Isabel II.
El Intento de Renovación Económica
Uno de los objetivos de La Gloriosa era reorientar la política económica. Se suprimieron los impuestos que gravaban los productos básicos, aunque más adelante se restablecieron para compensar la pérdida de ingresos. Se estableció la peseta como unidad monetaria en un intento de unificar y racionalizar el sistema monetario.
La Primera República Española (1873-1874)
La proclamación de la Primera República el 11 de febrero de 1873 fue la salida más fácil ante la renuncia de Amadeo I de Saboya. La República sería dirigida por Estanislao Figueras.
Las Cortes, depositarias de la soberanía nacional en ausencia de monarca, decidieron someter a votación la proclamación de la República. El resultado fue un total favoritismo hacia la proclamación de la República. Ahora bien, la mayor parte de la cámara era monárquica y apoyó la República como forma de ganar tiempo para organizar la vuelta de los Borbones, por lo que esta nació con pocas probabilidades de éxito.
A pesar de todo, la República fue recibida con gran entusiasmo por las clases populares, que creían que había llegado el momento de cumplir su deseo de cambios sociales. Cabe destacar que, durante este periodo, toda España, incluyendo las colonias, eran iguales ante la ley.
