El turno pacifico de los partidos

Cánovas concibió un sistema bipartidista en el que los partidos conservador y liberal se turnasen en el poder sin tener que recurrir al apoyo del ejército en forma de pronunciamiento o Golpe de Estado, como había sucedido en el reinado de Isabel II.

El funcionamiento del sistema político de la restauración (canovista) se basaba en tres piezas que aseguraban la estabilidad del régimen: Bipartidismo, turnismo o alternancia pacífica en el poder, y manipulación electoral y caciquismo.

BIPARTIDISMO

Dos grandes partidos políticos, conocidos también como partidos dinásticos o partidos del turno, aglutinaban las distintas corrientes del liberalismo monárquico. Son el Partido Conservador y elPartido Liberal. Representaban a la derecha y la izquierda dinástica respectivamente.


El Partido Liberal Conservador. Fue creado y liderado, hasta su asesinato en 1897, por Antonio  Cánovas del Castillo. Integró a antiguos moderados y unionistas. Su principal apoyo social fue la burguésía agraria. Fue más proclive al inmovilismo político, al orden y a favorecer los privilegios de la Iglesia.

El PartidoLiberal Fusionista.  Fue fundado en 1880 por Práxedes Mateo Sagasta. Integró a antiguos progresistas, demócratas y algún republicano moderado.  Apoyado por clases medias de profesiones liberales, comerciantes e industriales. Tenía un programa más progresista y se orientó al reformismo y al laicismo. Aunque se adaptó a los límites del sistema ideado por Cánovas.


Ambos partidos defienden la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y el Estado liberal, unitario y centralista. Ambos eran partidos de élites, de notables.


EL FUNCIONAMIENTO DEL TURNO PACÍFICO

El turno pacífico o alternancia en el poder de los dos partidos garantizaba la estabilidad institucional.

Puso fin a la intervención del ejército en la política: El ejército quedó subordinado al poder civil. Así, el turno eliminó el problema de los pronunciamientos y el protagonismo de la presencia militar. A cambio, el ejército gozó de cierta autonomía para sus asuntos internos.

La alternancia del poder solo fue posible mediante un sistema manipulador y corrupto que dejaba sin sentido las elecciones. El sistema electoral invertía los términos propios de sistema parlamentario; cuando el partido en el poder estaba desgastado, o sencillamente cuando los líderes políticos consideraban necesario un relevo, se sugería al rey el nombramiento de un nuevo gobierno. El nuevo presidente del gobierno era siempre el líder de la oposición, y recibía junto con su nombramiento el decreto para la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones, con el objetivo de conseguir el número de diputados suficiente para formar una mayoría parlamentaria que le permitiese gobernar.

El resultado de las elecciones era acordado de antemano por ambos partidos, por lo que la alternancia en el poder se lograba de una manera artificial. Con ello se evitaba que un partido monopolizara el poder y que el otro tuviera que recurrir al ejército para obtener el poder mediante un pronunciamiento militar. Además impedía el acceso al poder de los partidos ajenos al régimen, republicanos y carlistas.

Entre 1876 y 1898 se realizaron diez elecciones, seis ganadas por los conservadores y cuatro por los liberales. La primera crisis del sistema se debíó al desastre de 1898, que erosiónó a partidos y líderes.


MANIPULACIÓN  ELECTORAL Y CACIQUISMO

El control del proceso electoral se realizaba a través del eje Ministerio de la Gobernación, Gobernadores Civiles, alcaldes y caciques. Un conjunto de trampas electorales ayudaban a ganar las elecciones (pucherazo) al partido que las convocaba: falsificación del censo –incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas-, falsificación de las actas, compra de votos, amenazas y coacciones de todo tipo a los electores.

El proceso comenzaba con el encasillado: el Ministerio de la Gobernación rellenaba las casillas correspondientes a los distritos electorales con los nombres que el Gobierno tenía previsto que resultaran elegidos. El gobernador civil de cada provincia acordaba con los caciques los resultados de acuerdo con las instrucciones recibidas del Ministerio de la Gobernación.

Los caciques, controlaban los distritos electorales en el medio rural, orientaban el sentido del voto a cambio de favores en forma de trabajo, arriendos de tierras o gestiones administrativas. Eran personas que valíéndose de su poder y autoridad, influían en el comportamiento de los electores.

Elevada abstención fomentada desde el poder.

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