Evolución de la humanidad y la península ibérica

Homo Neardenthalensis

Homo Neardenthalensis: eran cazadores de megafauna, dominaban el fuego en un clima hostil, compartían hábitat con los osos, (, los mamuts y los tigres de dientes de sable, poseían un físico apto para el frío: de gran masa muscular, tórax fuerte, brazos y piernas cortos y gruesos, torus supraorbital marcado y un moño en la base del cráneo, cuya capacidad craneal superaba los 1.500 cm3, mayor que en la actualidad. Su rostro era plano y de mentón huidizo.

Mesolítico

Mesolítico: es un periodo intermedio entre el Paleolítico y el Neolítico, iniciado en torno al 10.000 a.C. Los hombres son cazadores de microfauna y recolectores. Viven como nómadas en abrigos rocosos. Presenta dos vertientes: En el Levante, fabrican útiles de piedra muy pequeños, que incrustan en madera, dando lugar a la llamada cultura de microlitos.

Sistema de presura

Sistema de presura: Ocupación de tierras deshabitadas que se convertían en propiedad de quién las cultivaba.

Almohades

Almohades: otro pueblo norteafricano rigorista con capital en Marrakech, derrotan en África a los almorávides y cruzan a la península unificando los reinos taifas, sin que estos mostrasen oposición, salvo la taifa de Murcia, aliada a los cristianos para frenar el avance norteafricano, si bien finalmente hispano-musulmanes y cristianos al frente del rey Alfonso VIII, serían derrotados definitivamente en la batalla de Alarcos (1195).

Leovigildo

Leovigildo: conquistó el reino Suevo, derrotando también los sucesivos alzamientos de cántabros, astures y vascones. Creó el Aula Regia, Consejo de estado compuesto por nobles y eclesiásticos de alto rango, mantuvo la división provincial romana con condados y ducados al frente de duque y condes, que actuaban por designación real; y creo el Liber Iudiciorum, que derogaba muchas de las antiguas leyes romanas o las asimilaba al derecho consuetudinario propio de los bárbaros.

Celtas o castreños

celtas o castreños:Ubicados en la zona Norte de la Península Ibérica, comparten una serie de rasgos comunes como: su cognatismo matrilineal, donde la mujer es la que dota a los hijos y la cabeza de familia, su belicosidad, su vida con base agraria y ganadera, centrada en la doma de caballos. Viven en poblados circulares o castros, situados en lo alto de las colinas, dado su posición defensiva, fueron los más reacios a la dominación romana: solo las guerras Cantabro-Astures, finalizadas en el año 19 a.C., lograron pacificar aparentemente a estos pueblos.

La romanización

La romanización es la asimilación por parte de los pueblos vencidos de la forma de vida y cultura del dominador romano, comenzando por la adopción del latín y terminando por sus formas políticas y sus dioses.La romanización contó con varios vehículos a su favor, como: la lengua latina, el establecimiento de campamentos militares de largo tiempo, como el de la Legio VII, y posteriormente de colonias de veteranos de guerra con sus familias, como la ciudad de Emérita Augusta, la tendencia romana al sincretismo religioso, asimilando dioses de otras culturas sin problema, mientras que los nuevos súbditos adorasen también a la tríada capitolina (Juno, Júpiter y Minerva) y al emperador, la legislación escrita (y no basada en el derecho consuetudinario) que unifica a su vez la administración y por último, el masivo desarrollo de las vías de comunicación, destacando la vía de la Plata, que iba de Itálica a Astúrica Augusta y a través de la que se transportaba plata y el oro de las Médulas, o la vía Augusta, que enlazaba todo el levante con Tarraco.

Al Andalus

Al Andalus: el emirato independiente de cordoba, el califato de cordoba y los reinos de taifas Una rebelión militar en Damasco derrocó al califato Omeya, imponiendo el califato Abasida, que trasladó la capital a Bagdad. Solo un miembro de la antigua familia Omeya, Ab-All-Ramán, logró huir y alcanzar Al-Ándalus donde, ayudado por antiguos parientes, puso fin a las revueltas beréberes y se proclamó príncipe de los creyentes o emir, creando el emirato independiente de Córdoba, aunque religiosamente dependiente de Bagdad.Ab-All-Ramán I centraliza el poder político y militar en su persona, auxiliado por un primer ministro o Hachib, ministros o visires y cadíes o jueces profesionales que administran justicia según el derecho coránico y la tradición musulmana.Divide el territorio en Marcas, zonas fronterizas pobladas gracias a exenciones fiscales, como Toledo, Mérida o Zaragoza, al frente de la familia maula de los Banu Qasim; y las Coras o circunscripciones internas al frente de jeques. Compra a los cristianos la iglesia de San Vicente de Córdoba y erige sobre ella la mezquita de Córdoba.Por último se enfrenta a la traición de la marca de Zaragoza, donde los Banu Qasim pactaron con Carlomagno su independencia del emirato, y lucha contra una confederación de tropas cristianas carolingias y astures que, atacadas por retaguardia por los vascones, en el paso de Roncesvalles, terminan dando la victoria al Islam.

Evolución política de los reinos cristianos en la zona occidental durante la Plena Edad Media

Evolución política de los reinos cristianos en la zona occidental durante la Plena Edad Media: La Reconquista surgió en la zona noroeste de la península, como respuesta astur ante cualquier invasión, y no como reacción visigoda. De ella nos hablan las Crónicas de San Piro y de Alfonso III, de origen mozárabe. Así, la Reconquista se inicia con Don Pelayo, alférez de Don Rodrigo, que tras la batalla de Guadalete, huyó al norte aliándose con los astures y siendo declarado su líder en Infiesto en el año 718. Comienza a hostigar a las tropas islámicas de Gijón, que piden ayuda al gobernador de Córdoba, quien envía un contingente militar al frente del obispo Opas, que será derrotado en una emboscada en el paraje montañoso de Covadonga, por los guerrilleros astures. El acontecimiento, de escasa magnitud, no fue reflejado en las crónicas árabes, pero si en las cristianas, que los consideran el arranque de la Reconquista. Pelayo establece el Reino Astur con capital en Cangas de Onís.Su yerno Alfonso I, aprovecha el alzamiento berebere para generar un amplio espacio estratégico conocido por “Tierra de nadie”, ampliándose los dominios cristianos.

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