Thomas Hobbes y el Estado Absolutista
Thomas Hobbes, teórico del Estado Absolutista, define la monarquía absoluta. Su famosa frase «el hombre es un lobo para el hombre» (homos homini lupus) justifica esta forma de gobierno. Hobbes considera que antes del Estado Absolutista no existen leyes y que la fuerza rige las interacciones sociales, un estado presocial donde impera la ley del más fuerte y la guerra es continua.
El mayor temor del hombre, según Hobbes, es la pérdida de su vida. Esto genera un pacto social implícito donde la sociedad cede su poder al Estado, representado por el «Leviatán». Con ello, se pierde libertad individual a cambio de seguridad, ya que el Estado se justifica en tanto garantice la vida de sus súbditos. El poder del gobernante (Leviatán) es, por tanto, ilimitado.
El Estado Absolutista
El Estado Absolutista, justificado por Maquiavelo, Bodino y Hobbes, surge con fuerza en el siglo XVI, acelerando la transición de la sociedad feudal al Estado moderno. Se caracteriza por:
- Centralización burocrática
- Unificación territorial, jurídica y económica
- Las leyes rigen como normas universales
En el Estado Absolutista, el poder del Estado es ilimitado. El Rey personifica la soberanía y los súbditos se someten a su voluntad. El derecho y la legislación son expresión del monarca, quien concentra todas las funciones políticas.
A nivel económico, el mercantilismo, período económico anterior al liberalismo, se basa en el comercio, la artesanía y la agricultura. El monarca otorga monopolios, patentes y concesiones reales a los gremios. Este sistema económico es la semilla de las futuras revoluciones burguesas, ya que el monarca debe velar por la estabilidad de su reino.
El Estado Liberal
Las revoluciones norteamericana y francesa de finales del siglo XVIII dieron forma al Estado Liberal, con las siguientes características:
- La relación política principal ya no se establece entre un soberano omnipotente y un súbdito sumiso. Surge la figura del ciudadano, sujeto protegido y con derecho a intervenir en la vida política.
- La posición del ciudadano no depende de su origen familiar o económico. Se establecen derechos fundamentales que el poder estatal debe respetar: derecho a la vida, a la integridad física, a la libertad de conciencia y a la propiedad.
- Las leyes, cuya elaboración sigue siendo monopolio estatal, deben defender estos derechos.
- Estado de derecho: el Estado crea el derecho, pero también se somete a él. La Constitución y las leyes son autolimitaciones para ciudadanos y autoridades.
- La división de poderes garantiza esta limitación. Las funciones estatales ya no se concentran en el monarca.
- En el contexto económico y social, el Estado actúa como un guardián que vela por el funcionamiento del mercado, interviniendo solo cuando este se ve amenazado.
- Su inspiración se encuentra en autores como Locke, Montesquieu y Kant.
Crisis del Estado Liberal
El Estado Liberal entró en crisis debido a:
- La Superproducción: los bajos salarios provocan que se produzca mucho pero se consuma poco, generando inestabilidad en el sistema capitalista.
- Crisis de legitimidad política: las bases populares demandan participación política, generando un conflicto al no verse representadas por el Estado Liberal.
La reivindicación del sufragio y la demanda de democracia provocan que las oligarquías pierdan legitimidad.
El Estado Social
El Estado Social surge en la segunda mitad del siglo XX en Europa Occidental, Estados Unidos y Canadá como respuesta a las insuficiencias del Estado Liberal. Se caracteriza por:
- El Estado asume responsabilidades económicas: regula las crisis cíclicas del capitalismo y fomenta la actividad económica.
- Se amplían los derechos civiles y políticos, incluyendo el derecho al voto para todos los ciudadanos (primero varones adultos) y los derechos sociales (salud, educación, etc.).
- El poder se comparte entre los partidos de la mayoría y la oposición.
- El Estado se compromete a cubrir algunos riesgos sociales (enfermedades, accidentes, desempleo, etc.) mediante sistemas de prevención social.
Los autores más representativos del Estado Social son Keynes y Mill.