Evolucion politica de la zona republicana

3. La evolución política de las dos zonas.
3.1. La evolución política y social de la España republicana.
a) La debilidad del Estado (importancia del poder legal republicano, julio-sept. 1936).

Una consecuencia inmediata de la sublevación militar del 18 de julio fue el estallido de movimientos revolucionarios obreros en el territorio fiel a la República.
Casares Quiroga actuaba aún como si fuera posible detener el golpe por medios constitucionales pero los sindicatos y partidos de izquierdas no dejaron de reclamarle ese día las armas que impedirían la intentona militar de la capital. El jefe de gobierno continuó negándose a darlas. Casares dimitió al ser incapaz de dominar la situación. Fue sustituido por Diego Martinez Barro, pero el 19 de julio subió al poder otro republicano José Giral. El nuevo jefe de gobierno, José Giral, accedió finalmente a repartir armas entre los partidos de izquierda y los sindicatos. Así se constituyen las milicias obreras, se puso en marcha una revolución espontanea liderada fundamentalmente por los sindicatos UGT y CNT. Durante las primeras semanas de la guerra se produjo un vacío de poder generalizado, hubo una dispersa multiplicidad de poderes. La dispersión fue muy grande en la zona que se mantuvo fiel a la República.
En el campo, tuvo lugar una ocupación masiva de fincas. En las zonas de hegemonía anarquista tuvo lugar una colectivización total de la propiedad, en algunos casos, se llegó incluso a abolir el dinero. El gabinete de José Giral que se extendió hasta septiembre de 1936 siguió sin contar en momentos tan críticos con el apoyo de las otras fuerzas sociales de izquierda como los socialistas y comunistas. Además la imagen exterior de la República sufrió un duro golpe con las noticias de la matanza de Badajoz. El 23 de agosto, los milicianos de la CNT-FAI clamaron venganza por lo de Badajoz y tras sacar a unos 40 presos procedieron a fusilarlos sin juicio alguno. Entre los caídos se encontraban Primo de Rivera y Julio Ruiz de Alda.
Estos trágicos sucesos fueron los que posibilitaron la creación de los Tribunales Populares.

B) El gobierno de coalición de Largo Caballero (sept.-mayo 1937)


A principios de septiembre de 1936, subió al poder Francisco Largo Caballero en un nuevo gobierno de concentración en el que estaban representados los socialistas, los republicanos y también los comunistas. Los anarquistas fueron también invitados a participar en dicho gobierno pero se negaron a formar parte de cualquier estructura de poder político. Los anarquistas que ya habían accedido a entrar en el gobierno catalán accedieron ahora a entrar también en el gobierno central. Cuatro anarquistas fueron nombrados ministros, Juan García Oliver (Justicia), Juan Peiró (Industria), Federica Montseny (Sanidad), primera ministra de la historia de la política española, y Juan López Sánchez (Comercio). La inclusión de los anarquistas en las tareas de gobierno desconcertó a sus militantes.
La etapa de gobierno de Largo Caballero duró hasta mediados de mayo de 1937 y tuvo gran importancia en el desarrollo de la guerra, Su proyecto era:
1º Crear una gran alianza antifascista.

2º Este gobierno procuró recomponer el poder del Estado.
El gran desafío del nuevo gobierno era recuperar el control de la situación y crear una estructura de poder centralizada.
La tarea era enorme difícil. El poder estaba en manos de miles de comités obreros y milicias que a menudo se enfrentaban entre sí.

3º Las milicias de los partidos fueron militarizadas con el fin de reconstruir el Ejercito, creando el Ejercito Popular.

4º Legalizó las incautaciones realizadas a los campesinos de las propiedades de aquellos que hubiesen apoyado la rebelión militar. Fueron instituidos tribunales populares de justicia para contener la represión indiscriminada que, desde entonces disminuyó notablemente.
A nivel ideológico, en la zona republicana se enfrentaron básicamente dos modelos:

-Por un lado, la CNT-FAI, socialistas radicales y POUM que emprendieron la inmediata colectivización de las tierras y fabricas. Su lema era Revolución y guerra al mismo tiempo.

-Por otro lado, republicanos, socialistas moderados y PCE intentaron restaurar el orden y centralizar la toma de decisiones en el gobierno, respetando la pequeña y mediana propiedad. Su lema era Primero la guerra y después la revolución.

Las disensiones internas fueron continuas y llegaron a su momento clave en Barcelona en mayo de 1937.
La tensión política era tal, que la Generalitat previendo disturbios había prohibido cualquier tipo de manifestación política o sindical. Pronto los comunistas apoyaron a la Generalitat en sus protestas de que la CNT, que controlaba el edificio de la Telefónica, estaba registrando e interviniendo todas las llamadas de los teléfonos del gobierno.
Los anarquistas habían quedado anulados, ahora los comunistas tenían mano libre para tomar las medidas que creyeran necesarias ante el POUM, pero antes se produjo la caída del gabinete de Largo Caballero.
El 13 de mayo los comunistas pidieron medidas contra los anarquistas y el POUM, Largo Caballero se opuso y los comunistas se negaron a seguir formando parte de ese gobierno. El aislamiento de Largo Caballero era total y el 15 de mayo dimitió. Su sucesor fue Juan Negrín.


C) El gobierno de Negrín (mayo1937-febrero 1939)


En el nuevo gobierno la dirección de la guerra se encomendó a un nuevo ministro, el socialista Indalecio Prieto. El nuevo gabinete de Negrín incluía dos ministros socialistas, dos comunistas, dos republicanos, un nacionalista vasco y otro catalán. Negrín, se inclinaba cada vez hacia las posturas defendidas por el PCE, la ayuda soviética había hecho que los comunistas pasaran de ser un grupo minoritario a una fuerza muy influyente. Los anarquistas habían quedado fuera del gobierno, así como los miembros del POUM. El 16 de junio fue clausurada la sede del POUM en Barcelona y su estructura militar en el ejército Popular republicano fue disuelta. Al mismo tiempo se detuvo a sus principales dirigentes, entre ellos Andreu Nin.
Pronto se convirtió en victima de las purgas estalinianas de la NKVD. Se cree que fue llevado a la prisión de Alcalá de Henares donde agentes soviéticos trataron de que firmara una confesión que demostrara que era un agente del fascismo. La desaparición de Nin se convirtió en un asunto escabroso para el nuevo gobierno de Juan Negrín.
Pero los actos contra dirigentes del POUM continuaron todo el resto de 1937. El terror revolucionario fue remplazado por una represión policial sistemática y controlada. El gobierno de Juan Negrín era responsable en gran medida de esta despiadada represión. Cuando Negrín se hizo cargo del poder era posible una victoria del Frente Popular a partir de ahí se impuso una mayor centralización en la dirección de la economía y se termino de hacer el Ejercito Popular.
En otoño de 1937 muchos políticos republicanos ya solo pensaban en la derrota. Solo Negrín y los comunistas creían que la republica podía ganar la guerra.
A partir de marzo de 1938 surgieron de nuevo dos posturas enfrentadas, por un lado la postura oficial a la cabeza Negrín y apoyada por el PCE y parte del PSOE, seguía defendiendo la resistencia a ultranza pero algunos anarquistas y socialistas empiezan a hablar de la necesidad de negociar ante la perspectiva de la segunda derrota. El primer acto político importante del nuevo gobierno de Juan Negrín fue la publicación del documento donde formulaba su programa político. Eran sus famosos 13 puntos de guerra. En ellos se establecían los objetivos por los cuales se continuaba la lucha y sobre los cuales se establecía un principio de acuerdo con los que luchaban contra la Republica.
Ninguno de los puntos tenía la menor posibilidad de merecer la aprobación de Franco, la oferta fue rechazada por Franco, que exigió hasta el final una rendición incondicional. Frustrado el intento de lograr la paz, Negrín reforzó sus poderes e impulso una nueva y gran ofensiva, la Batalla del Ebro. El gobierno insistía en la resistencia militar, la esperanza era que la guerra española durase hasta la declaración del conflicto general europeo, que para él era inevitable, por ello se acuñó el lema Resistir es vencer.
Negrín redujo a tan solo tres puntos el grupo inicial de los posibles acuerdos básicos:

1

Salida de las tropas extranjeras,
2. adopción de un régimen aceptado por todas las posturas políticas enfrentadas, 3.
garantía de ausencia de cualquier tipo de represalias posteriores a la consecución de la paz.
En enero de 1939 se pierde en Barcelona sin lucha, la caída de Gerona, significa la huida de miles de refugiados entre ellos el gobierno republicano instalado en esa ciudad desde octubre de 1937 y las máximas autoridades de la República abandonan el territorio nacional.

D) El golpe del coronal Casado (febrero-abril 1939)


El gobierno de Negrín luchó por la unidad política y militar para conseguir resistir el máximo tiempo posible.
Se pensaba que las potencias democráticas, enfrentadas con Italia y Alemania, ayudarían y salvarían a la República. Para muchos de los españoles afectos al Frente Popular la caída de Cataluña significaba el final de la guerra civil. En febrero de 1939, a la República solo le queda la zona Centro.
Negrín decidió un cambio en los mandos militares. Las diferencias en el seno republicano vuelven a emerger en los últimos meses de la contienda. En Madrid, el coronel Casado creía que el único impedimento para un tratado de paz honroso con los nacionales eran Negrín y sus principales valedores, los comunistas. Negrín ya había intentado a escondidas llegar a un acuerdo de paz con Franco pero éste siempre se había negado a una paz con condiciones. Casado no podía saber que Negrín buscaba la paz. La situación en Madrid era realmente terrible lo que aumentaba los deseos de Casado de poner fin a una resistencia inútil. Franco declaró ante sus partidarios que no aceptaría una paz condicionada, el 26 de febrero se produjo el triunfo de Franco en la esfera internacional. Franceses y británicos se avinieron a reconocer al gobierno nacional. Fue el último golpe que pudo soportar la República porque esto significaba que el gobierno de Negrín había perdido todo su poder. El presidente de la República Manuel Azaña dimitió, Diego Martinez Barrio, en Francia le sucedió. El 2 de marzo en Elda, Negrín trató de sobreponerse a toda esta sucesión de hechos, pero en Madrid Casado seguía conspirando. El 5 de marzo culminaron los últimos preparativos para la conspiración. Los primeros acontecimientos sucedieron en la base naval de Cartagena. El reciente nombramiento del comunista
Francisco Galán como jefe de la base fue el detonante de la revuelta, muchos se oponían a este nombramiento y salieron a la calle a protestar.
En Madrid, Casado junto con otros militares no comunistas creó un Consejo de Defensa Nacional, al que se unieron militares socialistas y anarquistas. La sublevación del coronel Casado dejó a Negrín desconcertado, ya que no se veía con fuerzas para tratar de prolongar la resistencia de una República totalmente dividida.
La única alternativa era emplear la fuerza ordenando a las divisiones comunistas que defendían el frente de Madrid que realizaran un movimiento hacia el interior y se enfrentaran a los partidarios de Casado. Negrín y los más importantes dirigentes del PCE dieron a España por perdida y decidieron no resistir al golpe de Casado.
A partir del 11 de marzo los comunistas empezaron a quedar aislados y muchos de sus componentes se pasaron a las filas de Casado, una vez con el poder en sus manos, el Consejo de Defensa de Casado reanudó sus negociaciones con Burgos. Franco, con todos los triunfos en la mano, no aceptó y exigió una rendición incondicional. El 15 de marzo de 1939 Hitler invadió Checoslovaquia ignorando los acuerdos de Munich. El primer ministro británico Neville Chamberlain abrió por fin los ojos y ofreció a Polonia garantías de que una acción alemana en su país llevaría a un casus belli. La opción podría haberse hecho aplicable a la República española pero este gobierno ya sólo existía nominalmente y a partir de ahora las democracias europeas debían tratar con la España de Franco. El 27 de marzo de 1939 Franco dio orden a sus ejércitos que iniciaran la ofensiva por la victoria. Ante el hecho consumado Casado sólo pudo ordenar que sus fuerzas izaran la bandera blanca al paso de las tropas nacionales, se necesitaban barcos para evacuar los republicanos que querían abandonar el país, pero no encontraron la colaboración necesaria de los británicos. Todos los republicanos que no pudieron embarcar fueron detenidos y llevados a campos de concentración creados al efecto. El 1 de abril del 39, la guerra civil española había terminado, pero empezaba la represión y el exilio para muchos.

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