Evolución Social y Movimientos Obreros: Del Siglo XIX a las Internacionales

La Sociedad de Clases y la Revolución Industrial

La Revolución Industrial cambió el aspecto de las ciudades, aumentando su riqueza, pero esta se repartió de manera desigual, dando origen a una marcada sociedad de clases.

Impacto de la Revolución Industrial en las Ciudades

La aparición de la actividad industrial modificó profundamente el aspecto de las ciudades. Debido al crecimiento demográfico y al masivo éxodo rural, las urbes aumentaron considerablemente su tamaño. No solo se produjo un crecimiento, sino también un cambio radical en su estructura, con la aparición de barrios obreros situados cerca de las fábricas, caracterizados por penosas condiciones de vida y la ausencia de infraestructuras básicas. Esta proliferación de obreros trajo consigo la necesidad de organizar y planificar la estructura urbana.

Otro de los cambios significativos que sufrieron las ciudades fue el derribo de las murallas medievales y la creación de grandes avenidas, los denominados ensanches. Estos se convirtieron en la zona de la ciudad donde residía la burguesía, haciendo patente la diferenciación del espacio edificado. Así, la clase social marcó las diferencias, dando lugar a la estratificación espacial, es decir, la separación de las clases sociales en barrios distintos.

El Movimiento Obrero: Orígenes y Desarrollo

El movimiento obrero se basó en la lucha de los trabajadores para mejorar sus condiciones de vida. Inicialmente, se manifestaron a través de motines de protesta, lo que marcó el principio del sindicalismo. Un hito importante fue la creación del Trade Unions Congress para coordinar la acción de los sindicatos en Gran Bretaña.

La extensión del socialismo contribuyó a que el movimiento obrero se hiciera masivo. La creciente presión sindical exigió al Estado una legislación laboral que garantizara los derechos de los trabajadores. Así, se crearon sindicatos como instrumentos de negociación entre empresarios y obreros. En España, en 1888, los socialistas fundaron su sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT).

El Socialismo: Ideología y Corrientes

Principios Fundamentales del Socialismo

La ideología socialista, defensora de los intereses de la clase obrera, surgió a lo largo de la primera mitad del siglo XIX. Sus principios fundamentales defendían:

  • La exaltación de la idea de igualdad social.
  • La defensa de la propiedad colectiva o social, por encima de la propiedad privada.
  • El reparto equitativo de la riqueza.

El Socialismo Utópico

El socialismo utópico denunciaba la injusticia social y la desigualdad. Era partidario de erradicar la propiedad privada, aunque no negaba ni el liberalismo ni la estructura de la sociedad burguesa. Su meta era construir una sociedad más justa, y sus métodos de actuación eran por vía pacífica, distanciándose de la idea de revolución violenta.

Figuras Clave del Socialismo Utópico

  • Charles Fourier: Planificó la creación de los falansterios, comunidades de no más de 1600 habitantes, donde se viviría en un edificio con servicios colectivos. Cada persona recibiría su beneficio en función de su trabajo y necesidades.
  • Louis Blanc: Durante la II República Francesa (1848), participó en la creación de los Talleres Nacionales, una organización estatal creada para dar empleo a los parisinos desempleados. El Estado creaba obras públicas en las que empleaba a esta población.
  • Robert Owen: Empresario escocés que puso en funcionamiento New Lanark en Escocia, un pueblo fundado en el siglo XVIII donde se construyeron fábricas de algodón y residencias para los obreros. Owen implementó y promovió buenas condiciones laborales para sus trabajadores.
  • Flora Tristán: Socialista francesa que, entre otras acciones, abogó por la mejora de las viviendas de los trabajadores y plasmó su pensamiento en la obra Unión Obrera, en la que defendía la creación de una internacional obrera como único medio para luchar por los intereses de los trabajadores.

El Socialismo Marxista

El más influyente de los teóricos socialistas fue Karl Marx, quien, junto a Friedrich Engels, elaboró la teoría del socialismo marxista, también conocido como comunismo científico.

Bases del Pensamiento Marxista

  • Materialismo Histórico: Interpretación de la historia a través de las condiciones materiales de existencia.
  • Lucha de Clases: El motor de la historia es el conflicto entre clases sociales (burguesía y proletariado).
  • Plusvalía: El valor no pagado del trabajo del obrero que crea un plusproducto del cual se apropia el empresario.
  • Dictadura del Proletariado: Fase transitoria en la que el proletariado, tras la revolución, ejerce el poder para abolir la propiedad privada y las clases sociales.

El Anarquismo: Una Corriente Ideológica del Siglo XIX

El anarquismo fue otra importante corriente ideológica del siglo XIX, que se difundió notablemente gracias a la figura de Mijaíl Bakunin.

Semejanzas entre Anarquismo y Marxismo

  • Ambas eran ideologías profundamente anticapitalistas.
  • Compartían el objetivo de una sociedad sin clases, lo que implicaba la desaparición de la propiedad privada.
  • Ambas buscaban la desaparición del Estado.

Diferencias Clave entre Anarquismo y Marxismo

  • Organización:
    • Marxismo: Defendía la necesidad de un partido político del proletariado para liderar la revolución.
    • Anarquismo: Priorizaba la organización a través de sindicatos y grupos de afinidad, rechazando la autoridad de un partido.
  • Revolución:
    • Marxismo: Concebía una revolución planificada y organizada por el proletariado a través de su partido político.
    • Anarquismo: Abogaba por una revolución espontánea, sin planificación ni preparación previa, dando mayor importancia a la acción directa de los campesinos y jornaleros.
  • Fases de la Revolución:
    • Marxismo: Defendía la instauración de la dictadura del proletariado como fase transitoria previa a la desaparición del Estado y la sociedad comunista.
    • Anarquismo: Sostenía que, tras la revolución proletaria, el Estado debía desaparecer de inmediato, sin fase intermedia alguna.

Las Internacionales Obreras: Coordinación y Lucha Global

La Primera Internacional (AIT)

La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), conocida como la Primera Internacional, se fundó en Londres en 1864. Su creación fue el resultado del encuentro de delegados de diversas organizaciones políticas y obreras. Pronto, la AIT se implantó en numerosos países como Francia, Alemania, España e Italia. La Primera Internacional chocó frontalmente con los gobiernos de la época debido a su apoyo a las huelgas y a la lucha obrera. Durante el Congreso de La Haya (1872), las profundas diferencias ideológicas llevaron a la expulsión de los anarquistas. Finalmente, en 1876, la asociación se disolvió a causa de sus múltiples problemas internos y por el fracaso político de la Comuna de París.

La Segunda Internacional

Después del fracaso de la Comuna de París, el movimiento obrero se reorganizó y se apoyó en los partidos socialistas que surgían en todos los países de Europa.

En 1889, se fundó en París la Segunda Internacional con el objetivo de coordinar el movimiento socialista internacional. A diferencia de la primera, solo formaron parte de ella los grupos socialistas, y los anarquistas fueron explícitamente excluidos. La estructura de esta Internacional sería descentralizada y flexible. La Segunda Internacional llevó a cabo una labor eficaz, logrando una mejora significativa en el nivel de vida de la clase obrera, que consiguió la reducción de la jornada laboral y la subida de salarios. Además, se estableció el 1 de mayo como jornada reivindicativa internacional de los trabajadores.

Se acordó prohibir la participación en la Internacional a todo aquel que no reconociera la acción política, lo que consolidó la exclusión de los anarquistas.

Cuestiones Clave en la Segunda Internacional

  • La colaboración con partidos burgueses.
  • La cuestión colonial: ya en el Congreso de París se apuntaba la posibilidad de que los países europeos contribuyeran al desarrollo de los pueblos colonizados.
  • La tensión internacional y las alianzas entre naciones, que suscitaron un intenso debate en torno a la guerra o la paz.

La Internacional Comunista (Tercera Internacional)

El golpe definitivo para el internacionalismo obrero fue el estallido de la Revolución Rusa en 1917. Ya durante la Primera Guerra Mundial, Lenin había anunciado la necesidad de organizar una nueva internacional pacifista y revolucionaria. La victoria bolchevique en Rusia y las esperanzas de la extensión de la revolución del proletariado a otros países fueron estímulos decisivos para la organización de una Tercera Internacional, también conocida como Komintern, a iniciativa del Partido Comunista Ruso, heredero del Partido Bolchevique.

La Internacional Comunista se oponía radicalmente a la moderación y al reformismo de la Segunda Internacional. Su máximo objetivo era el derrocamiento revolucionario del capitalismo y el establecimiento de repúblicas soviéticas.

Casi la totalidad del socialismo europeo se negó a ingresar en la Internacional Comunista. Sin embargo, ciertos grupos minoritarios se separaron de los partidos socialistas existentes, dando origen a los partidos comunistas que han llegado hasta hoy.

Al iniciarse la segunda década del siglo XX, todo movimiento o ideología originados según las doctrinas marxistas tomaron dos rutas diferenciadas: los partidos socialistas (reformistas) y los partidos comunistas (revolucionarios). Esta división se hizo definitiva cuando en 1924 se creó la Internacional Socialista, marcando una clara escisión en el movimiento obrero internacional.

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