Exploración y colonización de América: Consecuencias y crisis en España

Exploración y colonización de América: Consecuencias de los descubrimientos en España, Europa y América

Exploración y colonización

Los territorios americanos se incorporaron a Castilla. La empresa se realizó bajo el sistema de capitulaciones entre particulares (que reclutaban sus fuerzas) y la Corona (que financiaba la expedición). El beneficio era para ambos. Se conquistaron las Antillas y los imperios Azteca (Hernán Cortés), Maya e Inca (Francisco Pizarro). La rapidez y la magnitud de la conquista se explican por la superioridad militar, la ausencia de un frente común indígena y las pandemias. Se establecieron formas de trabajo obligatorio basadas en las Leyes de Burgos (1512). Se dieron en tres ámbitos: explotación agraria (encomiendas), explotación minera (mita) y el mundo artesanal (obraje). Debido a los abusos exagerados, se dictaron las Leyes de Indias para proteger a los indígenas.

Consecuencias de los descubrimientos

Para los indígenas, la colonización supuso un desastre demográfico (enfermedades) y un proceso de aculturación (economía monetaria, introducción de nuevos cultivos y especies, cristianización y adopción del castellano). Para los españoles supuso convertirse en la primera potencia mundial y crear un sistema monopolista (exclusivo de Castilla y centralizado en Sevilla) de materias primas, metales preciosos y nuevos productos. Para Europa supuso la sustitución del Mediterráneo por el Atlántico como eje comercial mundial.

Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640

El gobierno de los validos

Tras morir Felipe II (1598) el Imperio español vivió un proceso de crisis que puso fin a su hegemonía en Europa. Los reyes del s.XVII, conocidos como Austrias Menores, delegaron el gobierno en personas de su confianza, los validos. Su nepotismo y actuación al margen de los consejos provocó el rechazo del pueblo y la alta nobleza.

Felipe III (1598-1621): destacó su valido el duque de Lerma. Política exterior pacífica (Tratado de Londres y Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas) y expulsión de los moriscos.

Felipe IV (1621-1665): destacó su valido el conde-duque de Olivares. Intento de mantener la hegemonía provocando la participación en la Guerra de los Treinta Años, que condujo a la crisis de 1640.

Carlos II (1665-1700): varios validos (Nithard, Valenzuela, Juan José de Austria). No pudo frenar el expansionismo francés.

La crisis de 1640

Se dio por el conde-duque de Olivares, quien, en el contexto de la Guerra de los Treinta Años, decidió llevar a cabo la política Unión de Armas, por la cual todos los reinos debían aportar fuerza militar (descontento del campesinado) y/o se debía costear con un fondo financiero común al que se debía aportar en función del patrimonio (descontento de la nobleza). Las consecuencias fueron rebeliones en Cataluña (que se desliga de la monarquía y, finalmente, se vuelve a incorporar) y en Portugal (que se separa definitivamente), además de diversas revueltas en Vizcaya, Andalucía, Nápoles, etc., que fueron sofocadas.

La Guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa

El conde-duque de Olivares decidió participar activamente en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que enfrentaba a los Austrias de Viena con los protestantes. Inicialmente, los Austrias salieron exitosos (como, por ejemplo, en la rendición de Breda). Sin embargo, la intervención de Francia (1635) en el lado protestante desequilibró la balanza y los Austrias fueron derrotados. Dicha derrota sumada al reconocimiento oficial de Holanda se recogió en el Tratado de Westfalia (1648). No obstante, el conflicto con Francia no acabó hasta la Paz de los Pirineos (1659), que otorgaba algunos territorios a Francia y forzaba la boda de la infanta María Teresa (hija de Felipe IV) y Luis XIV, que posibilitará en un futuro la entrada de los Borbones en España. El fin de la hegemonía europea llega tras la pérdida del Franco Condado (Paz de Nimega, 1678) con Carlos II.

Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus consecuencias

La crisis económica del s.XVII

La política imperial de los Austrias provocó que ni los ingresos directos del Estado, ni la plata y el oro americanos fueran suficientes para financiar las constantes guerras en el exterior. Para obtener más recursos, la corona incrementó la carga fiscal (empobreciendo así a la población) y devaluó la moneda (provocando una hiperinflación, crisis del vellón). Ambas iniciativas arruinaron la artesanía y el comercio, provocando la invasión del mercado español por las manufacturas extranjeras. Las malas cosechas y la caída de los ingresos americanos empeoraron aún más la situación.

La crisis demográfica

Hubo una fuerte caída de la población, debido a aumento de la mortandad, descenso de la natalidad y la expulsión de los moriscos. Esto sumió en el caos la agricultura de fértiles regiones.

La crisis social

Hubo una profunda reorganización social. La nobleza sobrevivió aumentando las rentas de los campesinos, y creció por la venta de títulos nobiliarios por los reyes. Los miembros de la iglesia también aumentaron. La burguesía se hundió por la crisis de la artesanía y el comercio. Campesinos y asalariados urbanos fueron los más afectados.

Crisis y decadencia de la Monarquía Hispánica: el reinado de Carlos II y el problema sucesorio

El reinado de Carlos II (1665-1700)

Se caracteriza por el agravamiento de la decadencia de la monarquía hispánica. Comenzó con la regencia de su madre, Mariana de Austria, la cual confió en Nithard y Valenzuela como validos. Por su parte, Carlos II escogió como validos a Juan José de Austria, al duque de Medinaceli y al conde de Oropesa. Su incapacidad de manejar los asuntos del reino agravó la crisis política, situación aprovechada por Francia para invadir el Franco Condado (Paz de Nimega, 1678). A la muerte del rey los territorios europeos de España se limitaban a Flandes, el Milanesado, Nápoles, Sicilia y Cerdeña.

El problema sucesorio

La esterilidad de Carlos II desató una grave crisis política internacional por la sucesión del Trono español. Tanto los Austrias de Viena como los Borbones alegaban derechos sucesorios. En 1700 Carlos II nombró sucesor a Felipe de Anjou. Ante el temor de que los Borbones reinasen ambos lados de los Pirineos Inglaterra y los Países Bajos apoyaron a Carlos de Austria. Tras la muerte de Carlos II se iniciaría la Guerra de Sucesión.

La Guerra de Sucesión Española y el Sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia

La Guerra de Sucesión Española (1701-1714) y el sistema de Utrecht

Carlos II muere en 1700 sin herederos. En su testamento expresó su voluntad de que Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, fuera su sucesor. A cambio, debía renunciar al trono francés. La otra opción era el archiduque Carlos de Austria. En 1701, Felipe fue proclamado rey de las Españas, pero no quiso renunciar a la herencia francesa. Eso, sumado a la no aceptación de Carlos, quien era apoyado en parte, causó el conflicto. En Europa, Inglaterra, Austria, Países Bajos y Portugal crearon la Gran Alianza para apoyar a Carlos mientras que Francia apoyaba a Felipe. En la península, Castilla, Navarra y las provincias vascas apoyaban a Felipe mientras que Aragón apoyaba a Carlos. En 1711, Carlos se convirtió en Emperador, por lo que la Gran Alianza trató de buscar otra alternativa, que se materializó en la Paz de Utrecht (1713), un tratado que otorgaba los reinos hispánicos a Felipe a cambio de que renunciase al trono francés, con el objetivo de instaurar equilibrio entre naciones. La Guerra de Sucesión acabó tras el sometimiento de Cataluña. Los resultados fueron: el fin de la hegemonía europea, un gran beneficio para Inglaterra, un gran perjuicio para las Españas, un nuevo mapa de Europa (se pierden todos los territorios europeos) y la apertura del comercio con América.

Los Pactos de familia

Eran acuerdos con Francia para revertir el orden de Utrecht y recuperar territorios. Hubo dos con Felipe V, con lo que los Borbones recuperaron Nápoles y Sicilia (pero no podían ser integradas a las Españas) y un tercero con Carlos III (con el que se recuperó Menorca), que lleva a participar en la Guerra de la Independencia de EEUU.

La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelos de Estado y alcance de las reformas

Los Decretos de Nueva Planta

Fueron una serie de leyes dictadas por Felipe V por las que se abolieron los fueros, instituciones y privilegios de los territorios de la Corona de Aragón (supresión del modelo pactista). Se pretendía lograr la uniformidad jurídica con un gobierno absolutista y centralista. Fueron cuatro, en Valencia y Aragón (1707) y en Cataluña y Mallorca (1716). Con ello, se pone fin al modelo de los Austrias. Sólo se mantienen las Cortes de Castilla. Además, se castellaniza Cataluña. La excepción fueron Navarra y las provincias vascas, quienes mantuvieron sus fueros en agradecimiento por apoyar a los Borbones.

El nuevo modelo de Estado

Los Decretos de Nueva Planta impusieron un sistema de gobierno absolutista y centralista. Las repercusiones en la administración fueron: en la central, los Consejos fueron sustituidos por las Secretarías, órganos unipersonales, especializados y con competencias en todos los territorios; en la territorial, los reinos se dividieron en provincias; en la local, se asignaron corregidores a todos los territorios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *